Cuando terminamos de recorrer el parque de Taroko salimos en coche en dirección a la Playa Qixingtan, que se encuentra en el extremo norte de la ciudad de Hualien y otro motivo por el cual cogimos tour, pues no encontré cómo ir de otra forma. En el camino se recorre un cementerio, con sus curiosas coloridas tumbas, una a cada lado de la carretera, y así llegamos a la playa, que es larguísima. Cuando llegamos ya estaba atardeciendo lo cual está bien dado que así la playa no estaba muy llena y los colores del cielo combinados con los del océano eran más variados. El hermoso cielo azul se encuentra con una extensión sin fin del Pacífico y en un lateral podemos contemplar las montañas y el tono rosado que sale tras ellas muestra que el sol se está ocultando. La orilla está salpicada de grava blanca y negra que es suave al tacto, aquí el guía nos encontró diversas piedras pulidas para llevarnos de recuerdo, andamos cerca del océano con tranquilidad dado que solo vimos a una chica meditando
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