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Inari - Finlandia

Inari

Al mirar por la ventana al levantarme al día siguiente vi que había nevado la noche anterior, aunque no lo suficiente para cubrir los árboles de ese blanco de cuento de La Reina de las Nieves. Este día teníamos que esquiar y visitar la isla sagrada de los sami pero el viento que estado apareciendo a lo largo del día anterior ahora soplaba con fuerza, así que el esquí no era una opción muy viable, no con un grupo de inexpertos como nosotros, por lo que fuimos a dar un paseo andando. Este paseo fue improvisado pero también muy entretenido, vimos un cementerio, todo cubierto de nieve, a travesamos un lago, nos hundimos varias veces en la nieve y echamos en falta las raquetas dado que por ahí el camino hubiera sido más sencillo con las raquetas puestas. En el camino conseguimos ver a dos renos más por entre los arboles, pero cada vez que nos movíamos para fotografiarlos nos hundíamos hasta la rodilla en la nieve, hubo hasta una caída en cadena, pero nos divertimos mucho. El paisaje con el cielo cubierto de nubes y el aire soplando, además de ser los únicos andando por ahí daba un aspecto extraño al paisaje. Al regreso fuimos por la carretera y nos cruzamos con el señor en bicicleta más fotografiado de Inari, creo que nadie con cámara se quedó sin hacerle una foto. Y tuvimos un debate por saber cuánto habíamos andado, como costaba avanzar suponíamos que pese al tiempo gastado no demasiado pero tan poco tan poco como decían los fotógrafos, el caso es que al final me quede sin saber de verdad cuanto habíamos andado, tampoco es que lo necesitara saber. Antes de ir a comer fuimos al Parlamento sami para visitarlo por dentro (el día anterior estaba cerrado), y muy amables hasta abriendonos abrieron el teatro que estaba cerrado. A la vuelta el viento nos permitió hacer algo de esquí aunque solo en el lago Inari. Así que fuimos a la tienda de al lado del hotel a por el material y salimos con los esquís y bastones en manos. Ya en el lago nos pusimos los esquís y nos explicaron como andar con ellos. A la ida aún fui manteniéndome pero empecé a cansarme, tenía ganas de que los primeros del grupo se dieran la vuelta y volverían, estaba comentándole lo pesado que se me estaba haciendo a uno del grupo, y al momento estaba en el suelo, me había caído y estaba muerta de risa, tanto que no podía levantarme, me quite los esquí, me levanté, fui a por los bastones y volví a caerme , ¡y esta vez estaba andando sin esquís!. En fin, que de ahí ya regresamos al hotel y cada dos por tres me caía, pero con muchas risas, lo que lo hace bueno. Al regresar al hotel se vislumbraba entre las nubes trocitos de cielo amarillento del atardecer, el viento estaba levantando las nubes, y si soplaba un poco más igual esta noche conseguíamos ver la aurora. Dejamos los esquís y volvimos al lago para hacer pesca en el hielo. Se nos acumulaban las actividades. Nos adentramos en el lago y con las palas fuimos quitando la nieve hasta descubrir el hielo, en el hielo utilizamos algo como un sacacorchos para hacer el agujero lo cierto es que había muchas capas de hielo porque costó hasta conseguir llegar al agua líquida. Luego tomamos las mini cañas de pescar, las cañas para pescar en el hielo eran como baritas. Lo cierto es que todos estábamos emocionados con la pesca en el hielo pero me aburrí relativamente pronto dado que no se pescaba nada y cada dos por tres el agujero donde estaba el hielo de la caña se quedaba helado y había que estar atento para que no se te quedara el hilo atrapado en el hielo. Al fin y al cabo seguíamos estando en temperaturas bajo cero. Aún así a todos nos gustó al experiencia, por lo entretenido que era, no porque pudiéramos sobrevivir con la pesca en el hielo. Una vez cubiertos los agujeros de la pesca fuimos hasta el iglú para terminarlo, como solo había dos palas, solo dos hicieron todo el trabajo de hacer el agujero en la montaña de nieve y dejar el hueco para que una persona entrara. Pero al final todos nos arrastramos por el iglú para ver cómo era. Y tras ello nos fuimos corriendo a cenar al hotel. Por la noche el viento consiguió limpiar el cielo de nubes y disfrutamos del cielo cubierto de estrellas, vimos al caída de las estrellas fugaces, caían muchas brillantes, y por fin apareció la aurora, con tonos verdes y algún rosado al inicio, con un poco menos de intensidad que el primer día pero hermosas igualmente, moviéndose por el cielo estrellado. Conseguimos una casi foto grupo bajo la aurora (nunca conseguíamos estar todos, siempre faltaba alguien) y hasta tuvimos un okupa en nuestro iglú. Sin cansarnos de mirar al cielo otra vez hasta las dos de la mañana estuvimos disfrutando de este espectáculo de la naturaleza. Para completar el día alguien del hotel se dejó la sauna abierta así que casi todos entramos a cotillear.

Último día en Inari, hoy toca regreso a España, así que saldremos de Inari para ir a Ivalo, de Ivalo a Helsinki, de Helsinki a Madrid, de Madrid a Zaragoza. Nada especial para hacer excepto cambiar de transporte en muchos sitios. Por la mañana conseguimos hace nuestra foto de grupo completa, siempre faltaba alguien pero el último día junto a nuestro iglú tuvimos la última oportunidad. el día amaneció despejado, una pena que nos fuéramos ya porque esa noche si había actividad de auroras estas se podrían ver muy bien. Bueno, una suerte para el resto de españoles que había por ahí. Es algo que me sorprendió pero en Inari había mucho turista japonés y español. El japonés conociéndolo es normal, el encontrarse con tantos españoles pasado el círculo polar ártico ya se me hacía más chocante. Después de hacernos la foto de grupo en el iglú y diciendo adiós al lago Inari los moteros que había llegado al hotel el día anterior se marcharon a toda velocidad regalando un espectáculo de caballitos y saltos. Para aclarar decir que estos moteros iban en motos de nieve solo que eran igualitos a un grupo de moteros de no nieve, y cuando se marcharon hicieron cabriolas sobre la moto nieve (justo cuando nosotros estábamos volviendo de la foto de grupo en el iglú). Y ya no pudimos hacer más, si hubiera tenido más tiempo libre igual hubiera hecho como unos compañeros de viaje que no vinieron a la excursión a la iglesia y se fueron en paseo de trineo de perros. Pero yo no quería dejar ninguna de las actividades programada, y el paisaje y la iglesia merecían también el paseo. Lo más positivo es que conseguimos ver las auroras boreales, puedo decir que no es lo mismo ver una foto que verlas moverse por el cielo y formar figuras caprichosas de colores.

Visita: Marzo 2013

Mis imagenes: Ivalo, Inari y alrededores

Información para viajar: pendiente

Nota: La fotografia de la aurora es de Carlos &Carmen, compañeros en este viaje, cuya camara sí podía captarla.

Inari - Finlandia

Inari
Al día siguiente en Inari la temperatura subió, seguíamos bajo cero pero superábamos los -10 grados. El día estaba medio nublado y el sol que nos había acompañado el día anterior durante el camino a la iglesia ya no se veía brillar con potencia en el cielo cubierto de nubes. Este era el día de la moto nieve. La tienda estaba al lado del hotel, y allí nos fuimos calzando los calcetines, botas, guantes, mono, casco, etc. Una vez cubiertos e irreconocibles con tantas capas, observamos al guía de las moto nieve explicarnos como funcionaban. Luego probamos todos de uno en uno para asegurarse de que todos sabíamos cómo llevarla. Una vez hecho nos montamos de dos en dos en las moto nieves y bajamos de ahí al lago, donde dimos una vuelta para ver como íbamos todos y luego ya continuamos siguiendo al de la moto nieve. A mí lo de conducir no me llamaba nada, así que aunque después de la parada la gente se cambio de lugar y los que iban de pasajeros pasaron a ser pilotos yo me quede donde estaba, además así podía disfrutar del paisaje. Cuando íbamos por el lago el paisaje parecía un desierto de nieve, sin nada alrededor, solo la nieve lisa y brillante, y el sol tras las nubes, nubes que ocultaban el azul del cielo convirtiéndolo en un tono blanquecino reflejo del suelo nevado, añadiendo poco a poco el viento que empezaba soplar levantando ráfagas de nieve. Todo ello te daba la sensación de estar completamente solo en un paisaje lunar. Hicimos una parada para ver entre los árboles a dos renos moverse. Por fin conseguíamos ver renos. El guía nos había llevado entre árboles además de por el lago para ver si podíamos verlos, en la nieve blanca había huellas pero hasta la parada no conseguimos verlos. Al otro lado estaba la isla sagrada de los sami, aunque al final debido al tiempo no pudimos ir ahí. Nos paramos en una de las muchas casitas de madera junto al lago, dentro había una estufa y tazones de madera para tomar algo caliente y entrar en calor. Según nos dijeron hay varias de esas casitas como esa por toda la zona. Luego regresamos al hotel y antes de comer teníamos tiempo libre, solo una hora más o menos. Para aprovechar el día fuimos en busca de tiendas donde comprar souvenirs, aunque teníamos una grande frente al hotel ese día estaba cerrada, así que anduvimos por el pueblo, que son más bien casas desperdigadas unas junto a otras. El viento comenzaba a soplar más fuerte y aunque la temperatura era mayor que el otro día la sensación de frio con el viento era también considerable. Todos nos alegramos de haber hecho la caminata con raquetas el día anterior que tuvimos sol, porque de haberlo hecho al revés hubiéramos pasado mucho más frio. El viento es un elemento muy incómodo de combatir. En nuestro primer recorrido no encontramos ninguna tienda abierta pero sí una casona, unos columpios enterrados en la nieve, y la iglesia del pueblo. La iglesia estaba muy bien cuidada por fuera y cuando llegamos empezaron a sonar las campanas, quisimos entrar pero estaba cerrada. Así que vuelta al hotel y cruzamos el rio para ver la otra parte del pueblo, ahí encontramos una tienda, estaba abierta pero no había nadie, aunque llamamos y nadie contesto, suponemos que estarían comiendo en la parte de arriba de la casa. Así que como nos fuimos y regresamos a comer al hotel. Después de comer salimos todos juntos hacia el museo de la cultura sami (lapona), por el camino pasamos enfrente del parlamento sami, resulta muy curioso pero exteriormente me recordó al pabellón de España de la Expo de Zaragoza del 2008. En el museo la tienda estaba abierta así que compramos todos los souvenirs deseados, por lo menos yo así lo hice y me olvide de parar en busca de más tiendas. Luego vimos una proyección con fotografías de auroras boreales vistas en la zona, y recorrimos el interior del museo sobre la vida de los sami. Mientras el resto del grupo compraba me acerqué a una casita de madera y subí un camino que había junto al edifico del museo. Había leído que el museo tenia parte de museo al aire libre con las casas, trampas, almacenes y demás cosas que tenía un poblado sami. Vi la primera parte de casas, me resultaba muy curiosa una que era como una tienda de campaña o topi de los indios norteamericanos, y que en la visita al pueblo de Inari había visto junto a una de las casas. Había mucha nieve y algunas zonas era difícil acercarse hasta los postes explicativos dado que te hundías pasadas las rodillas. Regrese a ver si el resto de gente salía de la tienda y luego, con más gente, regresé y visité todo el museo al aire libre. Por el camino oímos el sonido de los renos pero no conseguimos ver ninguno más, en algunas zonas no se había pasado mucho porque costaba mucho andar y te hundías constantemente pero era muy curioso ver las trampas para zorros y otros animales que tenían los sami. La visita se acaba en un teatro de nieve, los asientos de nieve eran un poco fríos pero muy curioso porque tenía hasta fluorescentes para iluminar las puertas de nieve del teatro o cine al aire libre dado que frente a los asientos había una pantalla de nieve. Una vez visitado todo el museo regresamos al hotel haciendo una breve parada para ver el Parlamento Sami por fuera, y de paso vimos las baterías en el aparcamiento del Parlamento, muy curioso, y la bandera sami ondeando con el viento. Cuando llegamos al hotel nos estaban esperando para ir a construir el iglú, lo construimos en el lago no muy lejos del hotel pero resguardado del viento por unos matorrales, solo había dos palas y no soy muy buena cavando, como prueba puedo decir que puse más nieve al iglú con las manos que con la pala. Debido al tipo de nieve no se podía hacer un iglú de bloques pero al final sería un iglú, para que la nieve se compactara teníamos que empezar a acumularla un día antes. Así que eso hicimos y cuando ya teníamos una montaña de nieve regresamos al hotel a cenar. Por la noche había previsión de auroras de alta intensidad pero el tiempo en Inari era nublado, era tan nublado que las nubes se veían todas blancas bien entrada la noche, algunas se veían como rojizas, suponemos que por la aurora que estaba tras ellas. Estuve hasta las dos de la mañana en el lago mirando al cielo, esperando que el viento que soplaba dejara ver alguna ventana entre nubes, pero al final me fui a dormir sin tener suerte. Las condiciones climatológicas no se controlan, solo hay que ver que en Groenlandia me hizo de todo menos nevar.

Visita: Marzo 2013

Mis imagenes: Ivalo, Inari y alrededores

Información para viajar: pendiente

De Inari a la Iglesia de Pielpajarven - Finlandia

Camino de Inari a la Iglesia Pielpajarven

Al día siguiente pese a habernos echado a dormir pasadas las dos de la madrugada viendo auroras boreales en el espacioso cielo azul sobre el lago Inari , nos levantamos a las seis de la mañana. La vista desde nuestra habitación con la luz de mañana comenzando a aparecer, junto con las casitas de madera color rojo y la nieve rodeándola, formaban una postal navideña. Bajamos a desayunar las primeras, y para aprovechar, hasta la hora en que íbamos a coger la moto-nieve, salimos fuera. Es bueno que el hotel tenga un termómetro justa saliendo al porche, creo que fue de las cosas más fotografiadas porque todos le hacíamos fotografía a la temperatura, este primer día entre -26 y -22 según tengo registrado. Dimos la vuelta al hotel y bajamos hasta el embarcadero para ver el lago todo helado, cuando intentamos acercarnos a una de las casitas que rodean el lago nos hundimos hasta casi la cintura de la cantidad de nieve que había, así que salimos por donde nos habíamos metido y después de un par de vueltas admirando el paisaje nevado regresamos al hotel. Al final, por circunstancias ajenas a la programación, cambiamos los planes e hicimos el recorrido en raquetas hasta la iglesia de Pielpajarven. Antes de salir, Ricardo nos dejó las manoplas polares (que vinieron muy bien dado las bajas temperaturas que hizo) y a los que lo necesitaban les dejó botas polares. Tomamos las raquetas en la mano (el lago se podía caminar a pie) y saliendo del hotel, que estaba pegado al lago, comenzamos a caminar. Como hacia una temperatura tan baja mientras cruzábamos un trozo del lago helado es cuando más frio sentimos dado que no había nada que pudiera resguardarnos del frio. Cuando pasamos el lago y nos paramos apenas se nos veía la nariz a algunos y a otro no se les veía nada. Y con la respiración nos habíamos cubierto de hielo. Cuando tomamos el camino hacia la iglesia, una vez pasado el lago, los árboles que nos rodeaban nos quitaron algo de frío. El camino hasta la iglesia está lleno de arboles y rocas cubiertas de nieve, algunos formando curiosas figuras. Sobre todo resulta muy llamativo y bonito el río cuyas rocas están cubiertas de nieve, dando una vista de huevos de nieve. Todo está tan cubierto de nieve que las cosas se perciben, dado que no se pueden realmente ver las formas de donde acaba la orilla, donde empieza el rio, el lago, y las rocas. A cualquiera que le guste andar por la montaña en invierno le encantará el paisaje de esta zona. Llegamos junto a una caseta donde paramos a comer y beber algo junto a un lago, junto al lago había en la nieve figuras de ángeles hechas por el grupo anterior. En nuestro caso hacía demasiado frio como para tirarse a la nieve, o eso parecía dado que ninguno nos lanzamos a hacer ninguna figura. Una vez descansados y antes de comenzar a tener frio seguimos el camino hasta la iglesia. En la zona donde esta la iglesia hay unos refugios de madera y zona s donde hacer fuego. Encendieron la hoguera al llegar, cosa que se agradeció porque cuando te quedabas mucho rato quiero empezabas a coger frio. Junto al refugio estaba el lago y al otro lado estaba la iglesia de Pielpajarven. Es una iglesia de madera más grande lo que había pensado, por dentro está muy bien conservada y decorada, y se nota que respetan el lugar y que se utiliza como iglesia. En el anillo dorado de Rusia ví varias iglesias de madera pero está estaba muy bien cuidada y se notaba que hacían uso de ella, no estaba como de adorno.
Después de ver la iglesia comimos y regresamos por el mismo camino a Inari. A la vuelta paramos por otro lago donde había huellas de animales, y disfrutamos de la vista con el sol cayendo, mientras uno de los fotógrafos que nos acompañaban en vez de coger el camino ya marcado se metió por otro lado y claro, parece que no hay apenas nieve pero no es así y acabo con la nieve hasta la cintura. Al regresar al lago Inari estaba atardeciendo y las nubes comenzaban a cubrir el cielo, oscureciéndose el día. Las casitas de madera que rodeaban las orillas del lago formaban otra bonita postal. Al final como la nieve no lo había permitido no habíamos usado las raquetas en todo el día (aunque la semana anterior sí que hicieron falta al otro grupo según nos comentó Ricardo) así que para no quedarnos con las ganas nos las calzamos y subimos una colina de nieve donde Ricardo nos mostró una grieta en el lago que dejaba ver varias capas de lago helado, muy curioso de ver. Y así, con las raquetas de nieve, regresamos al hotel. Por la noche esperamos a ver si salía la aurora pero las nubes que aparecieron por el cielo esa tarde ahora cubrían todo el cielo, así que nos fuimos a dormir, y dejamos encargados a los fotógrafos (que se iban a despertar cada hora para comprobar el cielo) que si se veían auroras que nos llamaran. No hubo suerte esa noche pero el día había sido muy completo.
Visita: Marzo 2013

Mis imagenes: Ivalo, Inari y alrededores

Información para viajar: pendiente

Inari - Finlandia

Inari

Llegamos a Inari y fuera del hotel había un termómetro que marcaba los -30, por suerte luego subió hasta -22. En Inari hay tres hoteles, el nuestro estaba justo junto al lago lo que nos permitía poder acercarnos a ver las auroras sin perder tiempo.Nos registramos, dejamos el equipaje y bajamos al bar donde estaban los fotógrafos profesionales esperando para ver la aurora. (En nuestro grupo viajaron dos fotógrafos profesionales de Objetivo Valencia. que suelen colaborar con Greenland Adventure). Los que teníamos cámaras compactas aprovechamos para que nos miraran si podíamos hacer fotos de auroras o no, hay algunas que pueden y otras no, depende del tiempo de exposición o algo así dijeron. El resto aprovecho también a preguntar sobre fotografía. Cada poco tiempo alguno salía fuera para ver si se veían ya las auroras, y entonces mientras bebíamos y hablábamos, el del bar se nos acercó y nos avisó que ya se veía la aurora.Salimos del hotel y bajamos con cuidado al lago, no hay mucha contaminación lumínica en Inari pero desde el lago el cielo se ve mejor, sin tanta luz y por tanto mejor vista de las auroras. Tuvimos suerte de tener auroras de buena intensidad como regalo de cumpleaños. Entre estrella fugaz y estrella fugaz (caían un montón esa noche) vimos una intensa aurora de color verde, lo que no sabía era que las auroras se movían y creaban formas constantemente. Así que nos pasamos desde las 11 de la noche hasta las 2 de la mañana mirando de un lado al otro del cielo, de repente te quedabas ensimismado mirando una forma y como se movía y te decían, por ahí, y volvías la cabeza para ver aparecer la forma de otra aurora por otro lado y el movimiento de esta. Estábamos emocionados como niños señalando a todos los lados. Aunque dentro del lago la temperatura era menor de los -22, asi que teníamos que volver al hotel un ratico para coger calor y para poder volver a salir al lago y no congelarnos. Por lo que fue bueno tener el hotel al lado del lago. Y también fue muy bueno que tuvieramos la compañía de los fotografos de Objetivo Valencia,así tengo fotos de la aurora boreal como la que muestro en la entrada, que es de ellos.
Visita: Marzo 2013

Mis imagenes:: Ivalo, Inari, alrededores del Lago Inari

Información para viajar: Pendiente

Ivalo - Finlandia

Ivalo

Cuando aterrizamos en Ivalo la temperatura exterior era de -26 grados, y como el aeropuerto es pequeño hay que salir andando, así tocó abrigarse bien con las parkas polares (benditas parkas). El aeropuerto está adornado con farolillos, imágenes laponas, y animales del lugar disecados (cabezas de renos, zorros articos, etc). Fuera del aeropuerto y ya liberados de tanto japonés, tomamos el coche con destino a Inari. El camino en carretera es de una hora más o menos, y de noche solo se ve nieve y altos pinos, un paisaje que al final cansa, la conductora era completamente lapona y una compañera del grupo estuvo preguntándole cosillas, así supimos que todas las iglesias que pasamos de Ivalo eran evangelistas, y que la temperatura afuera nos alcanzó a los -30 grados. Además de que conducían a toda velocidad sobre el hielo, supongo que es cosa de acostumbrarse.
Visita: Marzo 2013

Mis imagenes: aqui las de todo el viaje (Ivalo, Inari, zona del Lago Inari)

Información para viajar: Pendiente

Helsinki - Finlandia

Helsinki 

Quedamos todos en el aeropuerto de Madrid para salir con Finnair destino Ivalo vía Helsinki, ahí el guía de Greenland nos da nuestras parkas polares, estaremos con ellas todo el viaje. El transfer entre vuelo y vuelo es de unas cuatro horas lo que nos permite una vez llegados a Helsinki ponernos las parkas polares y buscar la salida 2A para coger el autobús con destino al centro de Helsinki. La línea de autobuses de la ciudad Finnair City Bus sale cada media hora de la Terminal Internacional y realiza paradas en la T1 y en los dos Hoteles del Aeropuerto. Nosotros nos bajamos en la última parada, en la estación central de Helsinki. El precio del billete no es barato, 6,10 euros solo la ida, luego hay que volver. A la ida tardamos unos 40 minutos en llegar a la estación de Helsinki mientras. pudimos ver a la gente paseando sobre un lago helado.En Helsinki ya había estado pero era finales de septiembre y hacía calor como si fuera pleno verano (recuerdo que no usé el abrigo ni la chaqueta en ningún momento) aquella vez había llegado en barco desde Tallin así el viaje había sido diferente. Una vez visto el exterior de la estación caminamos hacia el boulevar, todo nevado, hasta llegar a la plaza del mercado. Aquí me llevé una grata impresión, en mi opinión Helsinki es mucho más bonita en invierno que en verano. La plaza estaba vacía y el puerto estaba cubierto de nieve, y el mar estaba en partes helado pero el aspecto desde el puerto era espectacular, entre tanta nieve y hielo, y los barcos moviéndose rompiendo el hielo. De ahí nos acercamos a la iglesia ortodoxa, al contrario de la vez anterior que la visité, esta vez estaba cerrada y solo había una pequeña puerta con un cristal al fondo para verla desde ahí, que no es lo mismo que entrar dentro. También es cierto que el camino hasta la iglesia tenía más nieve que el resto de aceras que había sido concienzudamente limpiadas. De aquí nos acercamos a la plaza y subimos con mucho cuidado las escaleras hasta la catedral de Helsinki, porque había hielo y resbalaba. Mis compañeros de viaje entraron a verla, como yo ya lo había visto me quedé por fuera haciendo fotos del paisaje nevado. Tras la catedral callejeamos hasta llegar de nuevo a la estación, y junto a la estación había una pista de patinaje, y había varios niños jugando con una gran pelota que arrastraban y se intentaban quitar con unos carritos como minitrineos. No lo había visto nunca así que no sé muy bien como describirlo. Al final entramos a la estación a entrar en calor antes de coger el bus de vuelta al aeropuerto. A la vuelta nos costó exactamente media hora, y mientras esperábamos el embarque cenamos. Para ir a Helsinki nos encontramos con el avión lleno de japoneses, a decir verdad, estábamos de los primeros en la fila, llegaron ellos y nos rodearon por los dos lados y se colaron tan ricamente, había una pareja finlandesa enfadadísima por la jeta que le echaron, como eran tantos. El guía nos comentó que suelen hacer escala en Helsinki para ir a Japón pero lo cierto es que luego, en el embarque para ir a Ivalo, la cola estaba llena, de nuevo, por japoneses.
Visita: Marzo 2013

Mis imagenes: Aqui

Información para viajar: Pendiente 

Helsinki - Finlandia

Helsinki

En vez de seguir viendo lugares de Estonia, y aprovechando la sala privada de acceso a internet gratis del hotel buscamos y reservamos un grupo de gente que conocí en el viaje, muy maja, un billete de ida y vuelta a Helsinki. En ferry era unos 5 euros más barato, pero tenía menos horarios que el catamarán, además que le costaba media hora mas tarde, así que cogimos el catamarán y el día anterior por la tarde, como decía en la crónica de Tallin fuimos a buscar desde donde salía el catamarán, y demás, aprovechamos para coger un plano de Helsinki y hacernos un mapa de que ver, como dije, el lugar está muy sucio y descuidado pero luego el viaje no se hace muy largo, por lo menso a mí, que me eché una cabezada y dormí, no lo fue. Primero empezamos a ver las islitas que rodeando el comienzo de la costa finlandesa, las casitas y los faros de las mismas, las embarcaciones y ya se empieza a ver el puerto de Helsinki, la vista de la ciudad desde el mar Báltico es maravillosa, la iglesia uspenski a un lado, el ayuntamiento de frente y la catedral en lo alto, hacen una bonita postal. Pensando que en Finlandia haría más frio que en Estonia me abrigue muchísimo, y luego resulto que fue el día, de toda la semana, que más calor hizo. Con las capas de ropa colgando, y arremangada por el calor salimos de la terminal y pasamos directos hacia el centro de la ciudad, pasamos pro el mercado, antes la lonja de pescado. Y llegamos a la plaza del mercado, donde había todo tenderetes de comida, flores, suvenir, y un barco cafetería que es como un museo… pasamos de largo camino a la uspenski, catedral ortodoxa de ladrillo rojo, donde estaban celebrando una boda, todos estaban de pie, hasta los invitados, así que no resaltamos mucho, desde arriba de la uspenski se puede ver la ciudad y el otro puerto, bajamos y caminamos por él, admirando las embarcaciones y alegrándonos del día tan bueno y soleado que había salido, de ahí fuimos hacia la catedral, cruzando las calles ordenadas, limpias y algunas bastantes empinadas de Helsinki. La catedral por fuera es inmensa, de color blanco y cúpulas verdes con dorado, por dentro, el estilo luterano es muy regio, cuatro estatuas, y los bancos de madera altos. Bajamos las escaleras que llevan de la catedral a la plaza del senado, en la plaza había una exposición de osos de todo el mundo, pintados, que una pareja de las que íbamos había visto en Berlín hacia unos años, al parecer es una exposición itinerante, que ellos van siguiendo sin proponérselo. Luego algunas obras de aquí para allá y nos fuimos a la plaza del mercado a comer, porque sería el sitio más barato donde hacerlo, luego tomamos un café en un cafetería, realmente caro, yo también un pastel que me pagaron y que debo devolver algún día, así que la comida en el mercadillo estuvo bien de precio y de comida, albóndigas de reno, paellas, pescaditos fritos, etc. Subiendo por el paseo fuimos hacia la estación central, una gran mole con unas estatuas gigantes, que tiene pinta de ser de la poca soviética por su forma. Paseamos entre calles hasta llegar a ver el parlamento, y algún otro edificio más, la ciudad de Helsinki so cuesta y roca pura, que aprovechan para construir los edificios, de ahí fuimos a ver la iglesia de la cueva, había bodas así que la habrían solo media hora después y antes de las boda, cuando llegamos estaban cerrando y tuvimos que esperar, pero como hacia buen día y habíamos estado andando sin parar un descanso no vino mal, por dentro vale la pena la espera, y después sin mucho ánimo de coger el tranvía para el ver el parque se siberus, que es un parque con una estatua con la cabeza de siberus como órgano fuimos bajando con tranquilidad al centro mientras mirábamos como las casas altas con todas parecidas, calles ordenadas, parques limpios, y letreros con el nombre de la calle en dos idiomas… o por lo menso en dos escrituras diferentes.

Visita: Septiembre 2010

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Informacion para viajar: pendiente

Presentación

Curriculum Viajero - Presentación