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De Inari a la Iglesia de Pielpajarven - Finlandia

Camino de Inari a la Iglesia Pielpajarven

Al día siguiente pese a habernos echado a dormir pasadas las dos de la madrugada viendo auroras boreales en el espacioso cielo azul sobre el lago Inari , nos levantamos a las seis de la mañana. La vista desde nuestra habitación con la luz de mañana comenzando a aparecer, junto con las casitas de madera color rojo y la nieve rodeándola, formaban una postal navideña. Bajamos a desayunar las primeras, y para aprovechar, hasta la hora en que íbamos a coger la moto-nieve, salimos fuera. Es bueno que el hotel tenga un termómetro justa saliendo al porche, creo que fue de las cosas más fotografiadas porque todos le hacíamos fotografía a la temperatura, este primer día entre -26 y -22 según tengo registrado. Dimos la vuelta al hotel y bajamos hasta el embarcadero para ver el lago todo helado, cuando intentamos acercarnos a una de las casitas que rodean el lago nos hundimos hasta casi la cintura de la cantidad de nieve que había, así que salimos por donde nos habíamos metido y después de un par de vueltas admirando el paisaje nevado regresamos al hotel. Al final, por circunstancias ajenas a la programación, cambiamos los planes e hicimos el recorrido en raquetas hasta la iglesia de Pielpajarven. Antes de salir, Ricardo nos dejó las manoplas polares (que vinieron muy bien dado las bajas temperaturas que hizo) y a los que lo necesitaban les dejó botas polares. Tomamos las raquetas en la mano (el lago se podía caminar a pie) y saliendo del hotel, que estaba pegado al lago, comenzamos a caminar. Como hacia una temperatura tan baja mientras cruzábamos un trozo del lago helado es cuando más frio sentimos dado que no había nada que pudiera resguardarnos del frio. Cuando pasamos el lago y nos paramos apenas se nos veía la nariz a algunos y a otro no se les veía nada. Y con la respiración nos habíamos cubierto de hielo. Cuando tomamos el camino hacia la iglesia, una vez pasado el lago, los árboles que nos rodeaban nos quitaron algo de frío. El camino hasta la iglesia está lleno de arboles y rocas cubiertas de nieve, algunos formando curiosas figuras. Sobre todo resulta muy llamativo y bonito el río cuyas rocas están cubiertas de nieve, dando una vista de huevos de nieve. Todo está tan cubierto de nieve que las cosas se perciben, dado que no se pueden realmente ver las formas de donde acaba la orilla, donde empieza el rio, el lago, y las rocas. A cualquiera que le guste andar por la montaña en invierno le encantará el paisaje de esta zona. Llegamos junto a una caseta donde paramos a comer y beber algo junto a un lago, junto al lago había en la nieve figuras de ángeles hechas por el grupo anterior. En nuestro caso hacía demasiado frio como para tirarse a la nieve, o eso parecía dado que ninguno nos lanzamos a hacer ninguna figura. Una vez descansados y antes de comenzar a tener frio seguimos el camino hasta la iglesia. En la zona donde esta la iglesia hay unos refugios de madera y zona s donde hacer fuego. Encendieron la hoguera al llegar, cosa que se agradeció porque cuando te quedabas mucho rato quiero empezabas a coger frio. Junto al refugio estaba el lago y al otro lado estaba la iglesia de Pielpajarven. Es una iglesia de madera más grande lo que había pensado, por dentro está muy bien conservada y decorada, y se nota que respetan el lugar y que se utiliza como iglesia. En el anillo dorado de Rusia ví varias iglesias de madera pero está estaba muy bien cuidada y se notaba que hacían uso de ella, no estaba como de adorno.
Después de ver la iglesia comimos y regresamos por el mismo camino a Inari. A la vuelta paramos por otro lago donde había huellas de animales, y disfrutamos de la vista con el sol cayendo, mientras uno de los fotógrafos que nos acompañaban en vez de coger el camino ya marcado se metió por otro lado y claro, parece que no hay apenas nieve pero no es así y acabo con la nieve hasta la cintura. Al regresar al lago Inari estaba atardeciendo y las nubes comenzaban a cubrir el cielo, oscureciéndose el día. Las casitas de madera que rodeaban las orillas del lago formaban otra bonita postal. Al final como la nieve no lo había permitido no habíamos usado las raquetas en todo el día (aunque la semana anterior sí que hicieron falta al otro grupo según nos comentó Ricardo) así que para no quedarnos con las ganas nos las calzamos y subimos una colina de nieve donde Ricardo nos mostró una grieta en el lago que dejaba ver varias capas de lago helado, muy curioso de ver. Y así, con las raquetas de nieve, regresamos al hotel. Por la noche esperamos a ver si salía la aurora pero las nubes que aparecieron por el cielo esa tarde ahora cubrían todo el cielo, así que nos fuimos a dormir, y dejamos encargados a los fotógrafos (que se iban a despertar cada hora para comprobar el cielo) que si se veían auroras que nos llamaran. No hubo suerte esa noche pero el día había sido muy completo.
Visita: Marzo 2013

Mis imagenes: Ivalo, Inari y alrededores

Información para viajar: pendiente

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