Vuelo en helicoptero al Glaciar Eqaluritsist - Groenlandia

Nos dijo el guía que los mejores pilotos han estado en Groenlandia porque es una tierra complicada para aterrizar. No sé si será cierto pero fue la primera vez que el helicóptero vino a buscarnos al lado de la granja donde nos alojábamos, por lo que no había ningún lugar marcado para aterrizar. El recorrido en helicóptero consistía en ir de la granja hasta el monte junto al glaciar Eqaluritsist y regresar. El punto fuerte: sin dudas las vistas. Aunque siempre que viajo en helicóptero disfruto del vuelo, lo que para mía es otro de los puntos fuertes de esta actividad.


Como comentaba recorrimos los valles y montañas verdes de Groenlandia hasta llegar al glaciar Eqaluritsist. Nos empezamos a emocionar cuando vimos el glaciar aparecer poco a poco entre el hueco del valle que dejan las montañas, y entonces el piloto sobrevoló al lado del glaciar, superándolo en altura para acabar aterrizando en la montaña a su lado. Aunque es algo complicado andar por ahí nos fuimos moviendo hasta una piedra plana donde poder obtener unas vistas impresionantes del glaciar y al fondo el inlandis. 


La única molestia fueron los mosquitos (por ser julio) pero llevábamos nuestras redecillas (el piloto no y tuvo que quedarse esperando rodeado de mosquitos). La vista del inlandis (llamado habitualmente en castellano casquete glaciar, es una masa de hielo de gran espesor que cubre una región extensa de la superficie en las regiones polares de la Tierra) era perfecta; un mar infinito de hielo. Y junto a nosotros el glaciar, donde estuvimos viendo como grandes trozos de hielo se resquebrajaban y caían al agua convirtiéndose en icebergs. Estando tan cerca el ruido es atronador. 


Finalmente tomamos el helicóptero de regreso y el piloto sobrevoló la parte superior del glaciar otorgándonos una vista espectacular del mismo desde una posición desde donde no se suelen ver los glaciares. El vuelo continuó hasta el aeropuerto de Narsasuaq, donde el piloto aterrizo perfectamente sobre unas tablas de maderas colocadas en medio de la pista. es decir, una actividad imprescindible si se quiere disfrutar de las mejoras vistas de un glaciar.


Subir al Preikestolen - Noruega

Una de las actividades para realizar cuando uno se encuentra en Stavanger es acercarse hasta la población donde comienza la subida al Preikestolen (de Stavanger es coger un ferry y luego un autobús). Al parecer da igual la época del año pues la subida al Preikestolen está llena de turistas decididos a llegar a esta impresionante roca plana como una plancha que llaman “El Pulpito” por semejarse a uno. La subida no es difícil sino intensa, es decir, no es hacer el esfuerzo de subir al Waynapichu y ya, sino que es una subida larga cambiando de tipo de camino.

Por lo que uno empieza con escaleras de piedra, luego se encuentra con zonas “planas” con una serie de grandes agujeros en rocas grandes, luego vuelve la subida pero en camino de piedra y tierra con arboles alrededor, luego una subida de piedras grandes (buscar el sitio por donde conseguir poner el pie para subir entre tanta gente) y otra explanada con preciosas vistas pues hay rocas planas y sin árboles alrededor (ya se ve el fiordo y el mar), luego de nuevo subida, otra vez rocas, a elegir cuál es el camino mejor entre roca gran y mega grande, tras la subida una bajada (lo peor para mi opinión porque hay que tener ojo donde colocas los pies), y luego pasar un camino de madera que atraviesa una laguna rodeada de piedra montañosa, y luego de nuevo otra subida de rocas grandes, y luego otra vez una bajada, y luego subida y llanos con lagos donde la gente se para a comer o descansar disfrutando del paisaje y las lagunas. Y sigue un camino recto hasta llegar a una pequeña subida con un camino estrecho y protegido con unas cadenas para los turistas incautos. Y básicamente el camino es así, subir, bajar, andar. Es decir, nada que ver con el Waynapichu que es todo subida montaña y luego bajada.


Si a uno le gusta andar y disfrutar del paisaje cambiante de la naturaleza, esta subida es recomendable, y sino también es recomendable solo por las vistas del final. Y es que cuando llegas al Preikestolen lo fascinante no es la piedra sino las impresionantes vistas y la caída vertical que se tiene desde la roca. El fiordo se ve inmenso, y uno se siente pequeño cuando ve a lo lejos los barcos cruzar el fiordo o las cascadas de los valles. La impresión que da el lugar visto desde de arriba es algo parecido a lo que sería sobrevolarlo desde el aire. Con esas increíbles vistas del fiordo uno se siente muy pequeño en comparación, y no es lo mismo que verlas desde el barco.



Paseo en tren de vapor - Holanda

 Una de las actividades a realizar en Holanda es hacer un viaje en el tiempo, que es posible montando en un tren a vapor que te lleva por distintas estaciones. Siendo su estación de inicio Hoorn, y su estación final Medemblink (unos 21 km).


Personalmente es una actividad que me encantó por lo poco usual que es y por el encanto que lleva el paisaje y la gente que participa. En primer lugar comienzas a entrar en el pasado cuando llegas a Hoorn y tienes que comprar los billetes de tren, que se hacen en el museo del tren a vapor que tiene varios tipos de trenes, y una taquilla antigua donde comprar los billetes. También están los revisores vestidos de época  que una vez subes al tren pasan a chequear tu billete. 


El trayecto del tren pasa por lugares muy interesantes, pequeños rincones bonitos y por grandes campos de amapolas. Cuando fui en otoño las amapolas no estaban en flor pero el gran campo de flores y los molinos típicos holandeses creaban un hermoso paisaje, que en primavera será aún más espectacular.


Las paradas eran en pequeñas estaciones que conservaban el aspecto antiguo, con la gente vestida de época como trabajadores y viajeros, de forma que en esas pequeñas paradas quienes desentonaban eran los turistas como yo y no ellos. En el camino un coche de época con su conductor y pasajeros ataviados de época siguen al tren pro carretera y uno puede salir a la parte trasera del vagón y disfrutar del paisaje además de saludarlos, al igual que ellos.



Hay varias pequeñas paradas hasta que el tren llega a su destino final junto al puerto donde espera un barco de vapor. La actividad tiene dos puntos de interés: por un lado el punto histórico del viaje en el tiempo y por otro lado el paisaje, que es bonito en otoño y en primavera será espectacular.


Treking hasta el mirador del Fiordo de Erik El Rojo - Groenlandia

Uno de los treking más bonitos que hice en Groenlandia fue el camino hasta el mirador del Fiordo de Erik el Rojo. Empezamos el recorrido en el pueblo de Igaliku, fue un tranquilo paseo por sus pastos y lagos repletos de truchas de agua clara y cristalina (algo que se puede esperar). Tras un agradable paseo empieza la subida más empina del trayecto, mientras subíamos bajaban unas vacas con algunas personas, en esta zona en julio no hay mosquitos porque hay ganado, tal vez por eso el trekking fue el mejor de todos, porque no había mosquitos incordiando.


Tras conseguir superar el “repecho” el camino discurre por subidas y bajas de colinas que no tienen ningún esfuerzo porque la parte para llegar a lo alto ya se ha superado. Finalmente conseguimos ver el mar y subido hasta la punta de una roca que es como un mirador. Cuando finalmente llegas ahí arriba puedes contemplar relativamente cerca el glaciar a un lado, entre las montañas, y al otro lado de las montañas el fiordo de Erik El Rojo cubierto de icebergs que ha ido soltando el glaciar.


Como hacía mucho viento para poder disfrutar mejor de la vista bajamos un poco, y a menos altura aunque el glaciar con sus hielos se contemplaba peor dado que las nubes negras comenzaban a cubrir el horizonte, la vista del mirador era perfecta. El fiordo se abría ante nosotros con sus aguas de color hielo, al fondo las nubes cubrían el fondo pero eso hacía resaltar el color del agua del fiordo, y entre el agua los icebergs de blanca a azul pasando por las tonalidades intermedias. Una belleza de vista.


Sobrevolar las cataratas del Niagara en helicóptero - Canada

Una de mis actividades preferida es el volar en helicóptero. Es algo adictivo. Desde que lo hice la primera vez en cada ocasión que veo que existe la posibilidad, no dudo en hacerla. Y he de decir que  hasta ahora no me ha decepcionado. Estoy tan emocionada que conseguí convencer en esta ocasión a mis amigas para que hicieran su primer vuelo en helicóptero, y acabaron enganchadas como yo. Una de las razones es la emoción del vuelo. La otra razón; las vistas.


Ya había estado viendo las cataratas del Niágara algunos años antes de realizar esta actividad, pero no es lo mismo verlas en barco o dentro de los túneles subterráneos, o paseando a su lado que verlas desde el aire. Tras este vuelo si tengo que recomendar una vista que hacer de las cataratas del Niagara, esa va a ser la vista desde el helicóptero. Efectivamente hay un rascacielos restaurante que tiene una vista panorámica y de altura de las cataratas pero no se acerca ni de lejos a lo que es verlas desde un helicóptero.




El vuelo en helicóptero primero nos otorga vistas de la ciudad y va recorriendo el camino del río Niágara hasta llegar a las cataratas. Una vez llegas a las cataratas el helicóptero nos da un paseo sobre las mismas pudiendo ver desde diversos puntos cómo cae la inmensa agua del río sobre el mismo río cambiando su propio color. Si desde arriba se ve el color azul y tierra del río, en un súbito salto se convierte en blanco espumoso debido a la caída. Además que desde esa posición podemos ver la semicircunferencia que crea el río en su caída. Una vista impresionante. 



Y en ningún otro lugar se puede tener la vista desde el aire que se tiene en helicóptero, por lo que sin duda es absolutamente recomendable hacer esta actividad en las cataratas del Niágara.


La primera vez que estuve en Niagara Falls me pareció que ver las cataratas desde el río, con el agua cayendo y toda la vista de las mismas al ras del suelo era algo más impresionantes que vistas desde lo alto por los caminos del parque, pero la verdad es que cuando monté helicóptero y entré en los túneles subterráneos, disfrute mucho, ya veis que el helicóptero me parece algo absolutamente recomendable. Creo que son tres perspectivas diferentes de ver las cataratas y por tanto, de todas las opciones las tres son recomendables para no dejar ningún aspecto de las cataratas pro descubrir (y decidir desde donde las cataratas te parecen más bonitas o interesantes).

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