Uno
de los treking más bonitos que hice en Groenlandia fue el camino hasta el
mirador del Fiordo de Erik el Rojo. Empezamos el recorrido en el pueblo
de Igaliku, fue un tranquilo paseo por sus pastos y lagos repletos de truchas
de agua clara y cristalina (algo que se puede esperar). Tras un agradable paseo
empieza la subida más empina del trayecto, mientras subíamos bajaban unas vacas
con algunas personas, en esta zona en julio no hay mosquitos porque hay ganado,
tal vez por eso el trekking fue el mejor de todos, porque no había mosquitos
incordiando.
Tras conseguir superar el “repecho” el camino discurre por subidas y bajas de colinas que no tienen ningún esfuerzo porque la parte para llegar a lo alto ya se ha superado. Finalmente conseguimos ver el mar y subido hasta la punta de una roca que es como un mirador. Cuando finalmente llegas ahí arriba puedes contemplar relativamente cerca el glaciar a un lado, entre las montañas, y al otro lado de las montañas el fiordo de Erik El Rojo cubierto de icebergs que ha ido soltando el glaciar.
Como hacía mucho viento para poder disfrutar mejor de la vista bajamos un poco, y a menos altura aunque el glaciar con sus hielos se contemplaba peor dado que las nubes negras comenzaban a cubrir el horizonte, la vista del mirador era perfecta. El fiordo se abría ante nosotros con sus aguas de color hielo, al fondo las nubes cubrían el fondo pero eso hacía resaltar el color del agua del fiordo, y entre el agua los icebergs de blanca a azul pasando por las tonalidades intermedias. Una belleza de vista.
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