Niagara on the Lake - Canada

Niagara on the Lake

Siguiendo por la misma carretera se llega a Niágara on the Lake, esta población, como bien indica su nombre está al lado del un lago creado por el rio Niágara. La población antes de que abran las tienda y lleguen todos los turistas es muy tranquila, una calle principal con pequeñas calles que dan a la principal. Y todo casitas pequeñas de madera, las tiendas, la botica, el hotel, el centro de visitantes, todo son casas que hacen parecer al pueblo anclado en otra época, el hotel es el original de la época de 1863, se llama príncipe de gales en honor al príncipe de gales y conserva el mismo estilo con el que se construyo dado que no se ha eliminado nada. si uno deja atrás la calle principal, con sus tiendas y sus casitas puede recorrer el parque hacia el lago, donde hay hasta un playa con arena, es un lago tremendamente grande y a lo lejos se ve un antiguo fuerte, este sí que no es original como el hotel del pueblo sino que está reconstruido. De todas formas el pueblo es un lugar con encanto, y digno de no perderse, aunque a eso de las once ya esté lleno de turistas por todos los rincones. Si se llega antes de esa hora se puede disfrutar de la tranquilidad y reposo del lugar.

Visita: Septiembre 2008

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Queenston - Canada

Queenston

Siguiendo la carretera que bordea el rio Niágara, con la belleza del rio Niágara a un lado y de la naturaleza de Canadá al otro se deja atrás Niágara Falls y se llega a la población de Queenston. Esta población son todo casitas grandes, de ricos, que a un lado tienen una especie como de garaje que en realidad es una bodega. Todas las casas de esta población tienen su bodega añadida a la casa porque viven del vino. El paisaje de este pueblo son viñedos y viñedos con casas y sus bodegas. Y es que de estos viñedos hacen el vino helado, que se hace con las uvas heladas de las viñas y que se debe vender bien porque las casas no son nada baratas. Lo que si el lugar tiene un gran encanto. Todo el camino, con el Niágara a un lado, los viñedos en otro y las casitas hasta llegar al pueblo central te recuerdan a series como Ana de las Tejas verdes y esos paisajes de época. Aquí también hubo una lucha entre los estadounidenses y los canadienses y queda una reconstrucción de un antiguo fuerte.

Visita: Septiembre 2008

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Cataratas del Niagara

Cataratas del Niagara
Dentro del río Niágara, entre Canadá y EEUU hay algo que no se puede perder uno si se visitan las cataratas del Niágara y eso es ver las cataratas en barco. Navegando por el Niágara, en el barco mist of the river, tanto el que sale de la costa canadiense, como el que sale de la costa estadunidense la vista es la misma, se recorre el Niágara bajo las cataratas. Una vista que no se puede perder. Te mojas un poco, pero realmente no mucho, no tanto como para ponerse esos chubasqueros azules pero como no lo sabes cuándo te montas acabas poniéndotelo. Desde abajo se la gente pequeñita ahí arriba, al lado de las cataratas, en la zona de estados unidos que ya recorrí y ves lo diferente que es vista desde arriba a vistas desde abajo.

Visita: Septiembre 2008

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Niagara Falls - Canada

Niagara Falls - Cataratas del Niagara

Como comentaba en la parte estadounidense Niágara Falls se divide en dos, un lado del rio Niágara es estadunidense, el otro lado es canadiense. El lado canadiense está más explotado turísticamente, con más casinos, hoteles, torres y demás lugares turísticos dado que la vista de las cataratas desde el lado canadiense es frontal y más completa. Para pasar no necesitamos visado, cruzamos el puente (el rainbow bridge) y con el pasaporte pudimos entrar. Se puede pagar con dólares estadounidenses por lo que no tuvimos que cambiar. De noche, pero solo a partir de las nueve y algo ponen un juego de luces en las cataratas. Hasta que lo ponen, aunque es noche cerrada, no se pueden ver las cataratas pero se escucha su ruido del agua al caer. Los juegos de luces de colores sobre las cataratas me parecieron muy pobres, apenas se veían las cataratas. Solo con la luz blanca se podían apreciar las cataras de noche preciosas. Al lado canadiense también cruzamos al día siguiente por la mañana para ver la zona de Niágara Falls canadiense. Esta zona no son solo las cataratas (cuya vista frontal es preciosa, no s e puede negar) ni los casinos y las torres de altos edificios, también caminando por la carretera que recorre la ribera del rio Niágara se puede visitar el primer teleférico del mundo, inventado por un español (hay una placa conmemorativa al respecto) y que se llamo transbordador, cruzaba de una orilla a otra orilla del lado canadiense ambas pues el rio hace un requiebro. Hoy en día sigue en funcionamiento pero solo en determinadas ocasiones para no estropearlo. Siguiendo por esta ruta pasa al lado de varios campos de golf, sorprende que estén tan cerca de la carretera (que bordea el rio Niágara) porque ¿y si a alguno se le va la pelota? sin duda algún coche se habrá llevado alguna bolladura. La carretera que recorríamos se hizo famosa cuando Churchill la recorrió, aunque la fama de ir de luna miel a las cataratas del Niágara la inicio el hermano de Napoleón Bonaparte, o al menos eso dicen los canadienses. Finalmente se llega al jardín botánico y a un famoso reloj floral, o al menos es un lugar destacable en las guías para visitar en Niágara Falls.

Visita: Septiembre 2008

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Niagara Falls - EEUU

Niagara Falls - Cataratas del Niagara


Y ya entramos en Niágara Falls, la ciudad está dividida en dos por el rio Niágara, un lado es estadunidense y el otro canadiense. Ya en la entrada, al fondo de la ciudad se ve una gran nube, como una explosión, es el vapor del agua de las cataratas. Dormimos en el lado estadounidense y la verdad es que el hotel sorprendió porque era de mejor calidad que en la ciudad de nueva york, pese que aquí era de estrellas inferior pero lo de los hoteles en estados unidos es algo que ya os contare. Lo que resalta a primera vista al llegar a la ciudad de Niágara Falls es que el lado estadounidense está “menos desarrollado” que el lado canadiense. En el lado canadiense se pueden ver altas torres y rascacielos, todo edificios, mientras que hay muy pocos, básicamente hay uno que resalta, que sean alto. Más que nada es que el lado estadounidense es en sí casi todo un parque natural. Aprovechando que no llegamos excesivamente tarde dejamos las cosas y salimos hacia el parque, en las fotos que hice se puede comprobar que falta luz y es que a eso de las siete de la tarde se hacía de noche a las ocho ya era noche cerrada, un asco porque no había muchas horas de sol si lo comparamos con España en esas fechas. El parque tiene un mirador desde donde se ven las cataratas, el puente rainbow donde dicen se ve el arco iris, yo tuve mal tiempo así que no lo vi, y toda la ciudad de Niágara Falls canadiense, la torre skyeline desde donde se tiene una vista de las cataratas inmensa e impresionante, aunque no tuve tiempo de llegar, entre recorrer la parte de estados unidos, a lo que pase al lado canadiense ya era de noche cerrada y no iluminan las cataratas hasta las diez y solo con colorines unas horas. Después de ver las vistas del mirador se pase alrededor de las cascadas, hay tres, la más grandes llamada herradura de caballo es la más alejada y la que menos se ve de cerca, y hasta de lejos porque es la que provoca una gran densidad de agua, siempre esta lloviznando en esa zona, y una gran nube de agua tapa toda la catarata y su caída. Caminando alrededor se puede ver la rapidez con la que baja el agua del rio Niágara y la rapidez con la que cae. Después cruzamos el puente hacia la frontera. El puente creo que no es zona de nadie dado que las aduanas están en la orilla de cada puente. En la aduana estadunidense hay carteles en español e inglés, llegas a la aduana canadiense y hay carteles de que se habla en ingles y francés. No hace falta cambiar dinero solo que si pagas con dólares estadunidenses el cambio te lo dan con canadienses. Cenamos en una terraza frente a las cataratas, que dada la noche no se veían pero se oían, y cenamos muy bien aunque empezó a llovernos y hacer mucho viento. Recuerdo que el puente estaba medio en obras y a la vuelta estaba todo revuelto por el aire, con las maderas vueltas y los clavos hacia arriba, peligrosa fue la vuelta. Pero bueno, lo dela parte de Canadá ya lo comentaremos en otro momento. Al día siguiente visitamos la parte de las cataratas del lado Canadiense y cruzamos al lado estadunidense solo para coger el barco que se acerca a las cataratas. Hay barcos a cada orilla, uno del lado canadiense y otro del lado estadunidense y el recorrido es el mismo, lo que sí es cierto es que es una experiencia que nadie puede dejar de hacer. Irse sin ver las cataratas desde el agua es una pena porque, aunque te mojas, es una impresión y una imagen fabulosa. Sin duda vale la pena sobre todas las otras cosas que se puedan hacer (mucho más que verlo desde el aire o pasear al bordeando las cataratas).

Visita: Septiembre 2008

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