Langkawi - Malasia

Langkawi 

Tenía pensado pasar tres días en la isla y disfrutar lo máximo posible, aunque no tenia forma de moverme libremente (en la isla de Langkawi no existen transportes públicos; hay que alquilar coche o moto, algo que lógicamente yo no hago, o coger un taxi, andar o contratar un tour) ya había hecho el cálculo de a que sitios podía gastar en taxi y cuales tendría que perder, pero el caso es que estuve menos tiempo en Langkawi. El motivo: problemas con el transporte. Como decía en mi otra entrada en Penang nos despedimos del grupo y cada uno siguió su destino, al punto de la mañana salí del hotel para dirigirme a Gerogetown a donde las entradas del ferry (junto al monumento conmemorativo de la Reina Victoria) y a medida que me acercaba veía un montón de gente alterada. Finalmente descubrí que el motivo es que el ferry (que el día anterior había estado funcionando perfectamente) había cerrado sus salidas en el día debido al mal estado del mar. Y a parte de devolverte el dinero no te daban muchas más soluciones. Imaginaos que faena el saber que no hay forma de llegar a Langkawi. No estaba dispuesta a pagar una noche más de hotel en Penang, cuando ya estaba aburrida del lugar y quería cambiar (dos días son suficientes si ya has visto templos chinos suficientes y no eres aficionado a tumbarte en la playa por horas o hacer deportes acuáticos) así que hubo que buscar otras alternativas para llegar a langkawi. Había dos formar, contratar un taxi o ir en bus hasta otro lugar más arriba de Penang (ahora no recuerdo el nombre, si lo encuentro en los papeles lo anoto) y de ahí coger un ferry a Langkawi, como la distancia del ferry era solo una hora (más cercano que desde Penang) no había problema de salidas (y a decir verdad estaban saliendo) o bien ir en avión, pero para esto habría que tener asientos libres. Finalmente, como no pintaba muy claro que cuando llegara a donde fuera todavía salieran los ferrys decidí optar por el vuelo y acercarme a la agencia firefly que tiene vuelos desde Penang a Langkawi y ver si había plazas. Había plazas así que cogí un billete de avión, y al comprarlo me pedían un número de teléfono de Malasia (no les servía el mío español pero que estaba operativo en Malasia) así que el conductor que me llevo, muy majo él, dio su número de teléfono. Luego me llevo al aeropuerto y no pareció nada caro el predio. El segundo problema para llegar pronto a Langkawi es que el vuelo se retraso cinco veces en la pantalla, al final pase unas cinco horas o así en el aeropuerto de Penang. En ese tiempo me dio tiempo de ver que en los aeropuertos tienen salas de oración (musulmán) para hombres y mujeres (separadas). El vuelo apenas me costó cuarenta euros al cambio pero era casi mas una avioneta que un avión y parte del equipaje quedó fuera, a mi no me perdieron ninguna maleta pero a varios pasajeros sí. El caso es que a lo que llegué al hotel en Langkawi, que estaba muy cerca del aeropuerto, ya era bastante tarde y apenas me dio tiempo de recorrer el complejo hotelero para encontrar la salida andando y poco más. Me explicaré con lo de encontrar la salida andando, el hotel son casitas malayas a lo largo de la costa y dentro de la montaña rodeada de monos danzando (los vi pasar de tejado en tejado con asiduidad), y tienes que llamar para que te vengan a recorrer en un carrito y llevarte y traerte a la recepción. Como no quería depender de ir siempre en carrito busque la forma de llegar sin perderme a la recepción – salida del hotel y a menos que estuviera muy agotada o fuera mi salida con la maleta no tenía pensado estar llamando y esperando a que un cochecito me llevara y me trajera a mi casita malaya. El caso es que entre llegar, registrarme, ir hasta la casita en el carrito dejando a otros clientes en sus casas, y demás a lo que salí era un poco tarde. Así que al día siguiente tenía que aprovechar al máximo la pérdida de un día entero. Me levante pronto y salí a recepción por el desayuno, pro el camino pude ver parte del complejo con la marea baja y de repente unos ruidos, y una familia de monos de todos los tamaños pasaron ante mí de un arbusto corriendo a trepar a un árbol. El último y más pequeño se cayó un par de veces intentado subir. No me gustan muchos los animales pero fue un momento interesante, solo yo y esa familia de monos paseando libremente. Cuando se escondieron retome mi camino y me encontré con otro par de monos jugando con la basura intentando sacar comida. Tras el desayuno me acerco a la playa del hotel, no hay nadie a estas horas y el agua trasparente resulta muy atractiva, justo detrás se ve la montaña y el teleférico. Dejo la playa tras recorrerla un poco y pienso si tomar un taxi hasta el cablecar o no, hay mucha fila en recepción así que empiezo a caminar y resulta que el hotel está pegado al oriental villaje, que es un pueblecito de tiendas donde tomar el teleférico, así que eso que me ahorro. El oriental village es básicamente un pueblo de tiendas con un lago artificial y vistas de la impresionante montaña. Me acerco a el teleférico y aunque no hay fila para sacar el billete si la hay para subir al teleférico. Los encargado te van colocando, por ejemplo, como yo iba sola me colaron porque tenían un grupo de australianos que tenían un hueco libre por lo que todas las cabinas suben llenas. Durante la subida disfruto de la vista de la cascada cercana, se ve impresionante desde el cielo, si se ve tan grande entre la vegetación como será cuando estés cerca de ella. Los australianos hablan un poco de fútbol (del suyo, no del nuestro) y una mujer muy maja intenta entablar conversación conmigo pero a los australianos no los entiendo muy bien. Cuando nos acercamos al final vemos el puente, casi cubierto por las nubes se ve impresionante también. Ya arriba se puede pasear por los miradores varios y disfrutar de comida o bebidas. Esto es importante porque las nubes se van alejando lo que es bueno porque dejan unas vistas impresionantes pero el calor empieza a ser bastante intenso a la altura de 700 metros sobre el nivel del mar. Una zona de los miradores tiene un cartel para que sepas que a las 7 de la tarde desde ahí se ve el atardecer, por otro lado otros miradores dan al puente, o a las vistas de la costa y de las islas repartidas alrededor de Langkawi. La vista ya vale la pena aunque el puente está cerrado por obras desde hace más de un año. Tras bajar paro a comer en el Oriental village y de ahí paso por un pequeño canopy walk, fue una alegría hacerlo porque me quedaría sin disfrutarlo (más adelante comento por qué). De aquí tomo un taxi a las cascadas, que de cerca no me llaman tanto la atención o puede ser que el calor me esté cansando mucho. Regreso en taxi al oriental village y tras ver la hora decido que vale la pena volver y ver la playa en serio y dejar la montaña. Regreso andando al complejo y uno de los conductores en cochecito se par ay me pregunta si voy a recepción y me dice que suba que me lleva, lo que se agradece. Tras llegar bajo a la playa y la recorro, y luego me marcho a descubrir el complejo, en ello descubro un mirador al mar increíble, con sillas que sería bueno usar para el amanecer, eso si consigo despertarme para ir hasta ahí. La marea esta alta y cubre los pilones de las casas malayas que están en el mar y los empleados del hotel van de un lado a otro en motos. Parece que he hecho poco pero todo el tiempo gastado en el cablecar es bastante. Al día siguiente tengo un tour contratado por internet para ver los manglares. Me llaman de recepción para decir que han pedido recogerme hora y media antes, no hay problema. Hay muchos tours por los manglares, tanto en la isla como pro internet, me costó elegir el mío pero salí encantada con el viaje. La pena es no haber podido tener el día que perdí para ver todo lo demás que tiene Langkawi para ofrecer. Sobre todo me peno porque al recogerme fui la segunda en ser recogida, una madre y su hija chinas iban antes, pero luego fuimos recogiendo a otros clientes a sus hoteles y luego el guía nos enseño el mapa y habíamos recorrido tres cuartas partes de la isla recogiendo a la gente, así que pude ver bastante de cada zona de la isla desde la furgoneta. Nos acercaron al muelle donde tomaríamos una lancha para comenzar el tour. Con el tour nos daban drinking wwater. Lo de drinking water no sé si lo eh contado antes pero es que ahí venden agua embotellada potable y agua mineral embotellada. Aquí el agua potable la solemos beber del grifo, ahí la venden, pero especificando que no es mineral pero si potable- drinking water-. Nuestra primera parada fue Cueva de los murciélagos, el tour estaba muy enfocado hacia los animales, pero aunque no me gustan los bichos no puedo evitar decir que fue muy interesante, pasamos alrededor de la roca, por debajo de la gruta que cuando hay marea alta se llena de agua del manglar y vimos arañas y demás insectos de cerca. En una zona donde por la marea baja se veían las raíces de los arboles, arriba en la roca había una especia de palmera que es un árbol prehistórico que todavía se conserva, camino a la cueva de los murciélagos vemos una serpiente verde entre las ramas de los arboles, se mueve como el viento que mueve las ramas y al principio me cuesta distinguirla de lo bien camuflada que está. Aquí nos explica que uno de los arboles que nos rodea del manglar lo llaman el árbol de los ciegos, coge una de las hojas y vemos el liquido blanco que lleva, si te lo tomas te da diarreas fuertes, y si lo pones en contacto con los ojos te quedas temporalmente ciego. Entramos a la cueva con grandes estalactitas para ver a los murciélagos, cientos de los vivos, y uno vimos que muerto. De aquí nos vamos en barca a una zona donde hay varios restaurantes flotantes donde podemos ver a los peces y mariscos del manglar que enseñan a los turistas en todos los restaurantes. De estas casitas flotantes solo un par son realmente piscifactorías, el resto son restaurante-piscifactorías para turistas. Vemos bastantes veleros extranjeros, el guía nos comenta que en esa zona aparcar (como se diga en lenguaje náutico) el barco es gratis. De aquí entramos en el manglar, solo nosotros, ninguna barca cerca, las raíces de los arboles alcance de mi mano, es un paisaje que me recordó a los pantanos de Luisiana y que me encantó, por lo diferente y especial que se sentía. Pasamos por un pasillo bajo la montaña, la cueva del cocodrilo, pasamos al río Kilim. Aquí encontramos una serie de monos en la costa del manglar, mirándonos, nos acercamos con la estrechez del río y los monos intentan subir a la barca y van tras la botella de agua del guía, que lleva por fuera de la mochila. El guía se va a popa y deja que los monos suban y les da de beber con su botella de agua. No es explica que en épocas de sequia los monos buscan el plástico porque saben que contienen liquido, dado que el agua del manglar no es potable para ellos. Mientras otros monos nos observan impasibles desde las raíces de los manglares. De aquí vamos a ver las águilas, pasan tan cerca de nosotros cuando bajan al río a pescar alimento que resulta increíble lo bien que se ven los colores y formas de sus alas. No soy amante de los animales pero pese a la cantidad de animales libres en su hábitat natural que vi, me encantó el tour, tal vez es más emocionante verlo así que verlo en cualquier otro lugar donde los controlan más. De aquí fuimos a comer a un restaurante flotante. Y tras la comida nos acercamos a una playa pero el mar se presentaba picado así que el guía nos dio la elección de salir al mar y volver por la costa del mar o por donde habíamos ido, por el manglar. Nos pusimos los chalecos salvavidas y salimos a mar abierto, el mar de Andaman, donde el bote se puso a máxima velocidad hasta llegar a nuestro destino. El cielo estaba despejado y por un lado se veía Tailandia, y por el otro la cosa de Langkawi: mar azul turquesa, rocas de frondoso verde con formas caprichosa, hermoso paisaje. El tour acaba aquí y nos llevan al embarcadero del que hemos salido y regresamos al hotel, a lo que llego el día casi a terminado, y al día siguiente a primera hora salgo hacia Kuala Lumpur.

Visita: Mayo 2013

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Diario Fotográfico 2013 MALASIA: Langkawi dia2
Diario fotográfico 2013 MALASIA: Langkawi dia 1

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Penang - Malasia

Penang

Atrás dejamos Bellum y marchamos camino a Penang, en carretera paramos en una zona en la que están trabajando el caucho, de fuerte olor. En Penang pasaría dos días, aquí el grupo se marcha a sus diferentes destinos y yo, al igual que la francesa, me quedo para al día siguiente coger el ferry destino Langkawi, donde ya estaré por libre hasta mi regreso a España. Penang es una isla rodeada de colinas, para llegar hay que cruzar un largo puente que la conecta al resto de la península. Grandes cantidades de agua alrededor del puente y la vista de rascacielos en la costa. Nuestra primera parada es para comer antes de acércanos al Templo chino Kek Lok Si. En lo alto de la colina se levanta el gran Templo de Kek Lok Si, dedicado al budismo. Aunque en la zona de aparcamiento había obras y maquinas excavadoras la vista desde lo alto de la colina con el templo era sorprendente: enorme y lleno de color. Subiendo varias escaleras nos protegemos del sol y nos rodeamos de puestos de souvenirs, como todo un bazar árabe, desde el suelo hasta lo alto de la colina en la misma entrada al templo tenemos puestos de souvenirs. Para quien le guste los bazares pasarse horas perdido comprando cosas o solo mirando. Y lo de perder no es un decir porque a la vuelta nos pasamos de largo la salida a el parking donde estaba el autobús y tuvimos que desandar el camino hasta encontrar la salida correcta. Antes de llegar al templo hay un pequeño lago con muchas tortugas a las que dan de comer, como símbolo de fortuna. En el templo hay una pagoda conocida como de los diez mil Budas, con una hilera de varios budas iguales. En el templo hay mezcla china, birmana y tailandesa en los diseños. Especialmente resulta interesante las letras con motivos chinos, los Farolillos y las cientos de cintas de colores, grabados en piedra con detallas historias retratadas, pinturas, y figuras enormes, rodean las salas del templo. Cuando llegamos estaban rezando en una de las salas en la que hay que pagar 3 ringins por entrar. La entrada vale la pena por los grabados de la sala, y lo curioso que es verlos rezar sentados frente a un libro orando todos a la vez como si estuvieran cantando a coro. Luego, situado en la parte superior del templo de Kek Lok Si, en la zona más alta del complejo, a la cual subes en un ascensor inclinado (pagando también, 4 rining), hay una enorme estatua de bronce de 37mt dedicada a Kuan Yin, el Buda de la Compasión y está rodeado por una imponente estructura con columnas decoradas. A su alrededor hay una gran zona verde con varios pequeños templos y estatuas. Tras Kek Lok Si nos acercamos hasta nuestro hotel, está bastante alejado, y para llegar pasamos una carretera junto a la costa llena de curvas, pero ente los arboles se pueden ver las rocas y las playas, de tono paradisiaco. Cuando llegamos por la noche estaban abriendo tenderetes en la calle, y es que en esa misma calle principal hacen el mercadillo nocturno, así que después de cenar, cuando ya habían montado todos los puestos dimos un paseo por lo que aquí se llamaría rastro. Es un buen lugar para regatear y llevarse batiks a mejor precio que en otros lugares (y yo que tenia encargados dos batiks doy fe que es donde mejor y más baratos pude encontrar). Al día siguiente nos acercamos a la ciudad de Gerogetown. Georgetown es el pueblo principal; plagado de edificios coloniales, templos, museos. Recorrimos todo lo que pudimos durante la mañana; City hall, town hall, Fort Corwallis, Torre del reloj en memoria de la reina victoria, la catedral de la asunción. Todo muy cercano. Justo al lado de la torre del reloj en homenaje a la reina Victoria se encuentra la tienda de tickets para coger el ferry de Penang a Langkawi, pero eso es al día siguiente, ya lo contaré. Tras visitar el centro nos acercamos a recorrer Little India, sus tiendas de comidas y sus templos. Y de ahí fuimos al lugar esencial a visitar en Penang: la casa del clan chino Leong San Tong Khoo (Khoo Kongsi). Es una casa de reunión que hacía las veces de templo. Te cobran entrada y puedes pasear cuanto quieras por dentro de la misma casa y por los edificios que forman parte del complejo. Es preciosa, paredes de oro con grabados chinos, los pilares y los acabados de madera fina,etc., el tejado debía ser aún más opulento y se quemó nada más acabar la construcción. Dicen que la familia entendió que era un castigo divino por haber sido tan ambiciosos, y la volvieron a construir más modesta. Luego, nos marchamos a ver dos templos chinos, uno frente a otro. El Dhammikarama es uno un templo poco visitado, pero definitivamente vale la pena. En la entrada impresiona una gran estatua dorada de Buda, situado en una sala ricamente decorada con paredes compuestas de estatuas en miniatura de Buda y un techo de madera tallada. De allí vamos a la sala de oración principal, donde se bendice a los devotos, y también al simple turista a cambio de una pequeña donación. Y una interminable fila de estatuas a continuación, un jardín con pagodas de los techos de oro y una fuente. Situado justo en frente de la Dhammikarama, el Wat Chaiyamangalaram es famoso por albergar dentro la enorme estatua de Buda situada 33 metros de longitud, totalmente revestidos de oro, que recuerda mucho al Buda de Wat Pho en Bangkok. El Buda reclinado representa su muerte, simboliza la paz y el logro de Nirwana. La habitación principal es muy grande y hay muchas deidades menores de los santuarios budistas, rodeado de un piso que representa las flores de loto, en la parte trasera del Buda inclinado están las cenizas de varios difuntos chinos y había una mujer ofreciendo alimentos y demás a su antepasado, algo muy curioso de ver. El exterior tiene grandes estatuas coloridas. La entrada al templo es gratuita y hay que ir descalzo. Mientras el resto del grupo partia hacia el aeropuerto, cogí un bus para el templo de Kek Lok Si yo marché a comer y después directa a ver las playas de Batu Ferringhi. La playa está formada por calitas que en gran mayoría son privadas de los hoteles. Me costó encontrar la entrada desde la carretera a la playa, nunca me había costado tanto encontrar como llegar al mar sabiendo que está tras unos edificios. El problema es que los hoteles y restaurantes a línea de playa cortan el acceso a la playa a sus clientes. La larga extensión de arena dorada está rodeada por pequeños bares, cafeterías y hoteles. El lugar hubiera tenía aspecto paradisiaco, con su arena, sus rocas y sus palmeras si no fuera por la cantidad de actividades acuáticas que invadía todo y la cantidad de gente que había. Muchas mujeres con burka negro de los pies a la cabeza bañándose con él en el agua, desde aquí hasta Langkawi vi muchísimas mujeres con burka, que al ser un país musulmán debería haber sido normal, pero con tanta mezcla de población, hasta llegar aquí no me percaté.

Visita: Mayo 2013

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Bicentenario de La Liberacion de Zaragoza

Programación del Bicentenario de La liberación de Zaragoza
Del viernes 5 al martes 9 de julio. Exposición permanente en Aragonia.

 Viernes 5 de julio
19:00h. Inauguración del pontón sobre el río Ebro.
20:30h. Pontón y escenario Macanaz. Exhibición del Dance del Rabal.
23:00h. Anfiteatro Náutico. Monólogos por la Beneficencia.

Sábado 6 de julio
09:30h. Salida Castillo de la Aljafería hasta el Pontón. Ruta fotográfica de la Liberación de Zaragoza.
11:00h. Homenaje a los Defensores de Zaragoza. Lanzamiento de claveles al río Ebro.
De 11:00h a 13:00h. Pontón abierto al público.
12:00h. Desde la Arboleda de Macanaz hasta el pontón. Ruta turística de la Liberación de Zaragoza.
De 18:00h a 21:00h. Pontón abierto al público.
19:30h. Arboleda de Macanaz. Cucañas y juegos populares.
21:30h. Desde Macanaz hasta la calle Sobrarbe nº 10. Acto recreacionista de la Liberación de Zaragoza.
23:00h. Espectáculo pirotécnico recreando la voladura del Puente de Piedra y el final de la ocupación francesa de Zaragoza en su 200 aniversario.
23:00h. Anfiteatro Náutico. Templanza Aragonesa. Jotas

Domingo 7 de julio
10:00h. Juslibol, junto al río Ebro. K 9-T. Prueba atletismo.
De 11:00h a 13:00h. Pontón abierto al público.
12:00h. Visitas guiadas al Centro de Interpretación de San Lázaro.
De 18:00h a 21:00h. Pontón abierto al público.
19:00h. Salón actos Club Náutico. Recital poético. “Romancero de Los Sitios de Zaragoza”.
20:00h. Pontón. Concierto banda de música. Asociación Musical de Borja

Lunes 8 de julio
De 11:00 a 13:00h y de 18:00h a 21:00h. Pontón abierto al público.
18:00h. Simulacro de salvamento y rescate acuático a cargo de los Bomberos de Zaragoza, si las condiciones del río lo permiten.
19:00h. Salón actos Club Náutico. Conferencia. “La Liberación de Zaragoza en la literatura europea” a cargo de Guillermo Fatás.
20:30h. C/ Sixto Celorrio junto Puente de Piedra. Inauguración del peirón conmemorativo de la voladura del Puente de Piedra y la caída del primitivo templo de Altabás. Rondalla Royo del Rabal.

Martes 9 de julio
De 11:00h a 13:00h. Pontón abierto al público.
12:00h. Toque de campanas de Altabás anunciando el aniversario de la Liberación de Zaragoza.
18:00h. Visita guiada al Centro de Interpretación de San Lázaro.
De 18:00h a 21:00h. Pontón abierto al público.
20:00h. Parque Macanaz, junto al fosal de Los Sitios. Solemne misa de campaña.
22:30h. Balcón de San Lázaro. Conmemoración de la voladura del puente de Piedra a cargo de la Cofradía de Tambores de la Eucaristía, Artilleros de Aragón y la Coordinadora de Entidades Ciudadanas.

Fotografia del Ponton de un familiar: M.J.G.I.(no usar sin su permiso:destinoserrantes@gmail.com).


NOTA: Ante la atracción masiva se han ampliado los horarios.

Bellum - Malasia

Bellum

Llegamos a Bellum lo justo para cenar e ir a dormir. El hotel está rodeado de la selva pero al lado de la carretera por lo que por la noche el ruido no dejaba dormir, aunque no conseguimos saber si era el ruido de los coches que salían tras los elefantes o el ruido de los árboles siendo talados (según el guía no puede talar los árboles de día). Al día siguiente teníamos una excursión con los guías del hotel por la selva de Bellum, se sumo una pareja alemán que también estaba en el hotel, así que aun fuimos más europeos. Todos íbamos con pantalón largo, manga larga y calcetines sobre los pantalones. No es que hiciera frío, todo lo contrario, el calor era extremadamente pegajoso, pero el guía nos había advertido que las sanguijuelas, incluso él iba con pantalón largo y calcetines sobre los pantalones. Yo, que no soporto a los bichos de ningún tipo, me puse mis bolsas de plástico sobre los calcetines y dentro de la bota, el plástico nunca gusta a esos bichos por resbaladizo, y lo cierto es que no tuve ninguna subiendo por mis piernas. La selva de Bellum está rodeada por un gran lago artificial por lo que todo el camino lo haríamos en lancha. La primera parada era ver la raflesia, una flor de la selva de hasta 11 kilos y es la flor más grande del mundo que se llama Rafflesia arnoldi. Son inconfundibles por su color rojizo y por su olor fétido, para atraer insectos y moscas. Aunque para observarlas hay que tener algo de suerte ya que florecen cada varios años. Cuando nosotros llegamos la flor ya había muerto y las otras todavía no habían florecido, aun así, con la pena de no ver la roja y grande flor raflesia, aceptamos hacer el camino para ver la flor muerta, lo que al final fue un acierto. La lancha nos cercó a la costa, si de lejos parecía que los arboles crecían directamente del agua, de cerca se podía dar crédito a esa idea. La lancha encontró un recodo metido entre arboles donde parar y que subiéramos a tierra, el camino no se veía, así que teníamos que seguir a los guías entre árboles y plantas, resbalando por el barro y las raíces que sobresalían junto con las lianas. El camino, aunque corto, fue difícil debido a que era andar buscando el mejor lugar donde poner el pie o donde agarrarse a una rama porque no había camino marcado. La francesa se cayó y afortunadamente uno de los guías pudo sujetarla antes de que siguiera resbalando por el barro, no habría ido muy lejos por las plantas y los altos arboles pero se podía haber hecho mucho daño. Cuando llegamos a un lugar más libre de arboles, sin agobio de estar rodeado de vegetación y con algo más de espacio para que entraran dos personas (cosa antes imposible), empezamos a ver bulbos de raflesia. Las flores estaban creciendo y eran como balones de color salmón y negro, y del tamaño de una pelota. Un poco más lejos había más bulbos junto con una raflesia ya muerta. La inflorescencia de la Raflesia está compuesta por 5 lóbulos de color rojizo-marrón,que solo se mantienen abiertos durante unos 5 a 7 días, esta raflesia al estar muerta estaba completamente negra y algo arrugada, pero conservaba su tamaño y forma, que abarcaba mis brazos. Tras la visita bajamos por un camino ya creado hasta otra zona más accesible donde esperaba la lancha. Aquí tomamos un largo camino en lancha viendo la selva de Bellum esperando ver algún elefante (aunque se suelen ver de noche y en el hotel podías contractar excursiones para buscarlos y verlos), por mi parte disfrute del viaje con el paisaje de la selva desde el agua: impresionante. De esta forma llegamos hasta uno de los poblamos de los orang asli en Bellum. Ya hable de los nativos orang asli, y hay varias zonas de selva donde encontrarlos, cada uno diferente según la zona. El día anterior antes de llegar a Bellum el guía nos paró en un supermercado para que compráramos lapiceros y dulces para los niños del poblado que estaban esperando nuestra visita. Mientras nosotros curioseábamos por el poblado y sus casas (por hacer algo) ellos estaban sentados en la zona comunal, sin relacionarse hi hacer nada. Tras la visita al poblado salimos en la lancha para hacer otro intento más de ver elefantes (me canse de oír a los malayos hablar de elefantes pero yo no vi ninguno en mis casi dos semanas en el país), si es cierto que el lugar al que fuimos había habido elefantes y así lo evidenciaban las deposiciones grandes que un elefante había dejado. Y es que por lo que contó el guía hasta esa zona de la selva van los elefantes a hacer sus deposiciones. Lo mejor del recorrido fue el paseo por la selva, aunque los arboles (tan altos y juntos que no dejaban que el sol llegara a donde estábamos nosotros) estaban más espaciados y el camino fue más sencillo que el primer recorrido. De nuevo en la lancha marchamos al campamento base donde comeríamos un picnic hecho por el hotel y podríamos tomar un camino hasta una cascada. La entrada al campamento base es a través de la desembocadura de un rio (el agua de la cascada va cayendo hasta llegar al lago), ahí en la desembocadura paró la lancha y tomamos el camino hasta el campamento mientras podíamos ver el agua correr hacia abajo, árboles tan grandes que se necesitaron cinco personas para rodear el tronco (lo comprobamos), y muchos animales invertebrados que ni me molesté en aprender su nombre (yo y los bichos, es algo que no puedo evitar). Entre casas de madera construidas al estilo malayo sobre el agua del río nos paramos a comer y tras la comida los guías nos ofrecieron quedarnos ahí un rato y explorar la selva o caminar hasta la cascada. Un poco cansada de sanguijuelas pasé de ir (al igual que muchos del grupo). La razón principal era el agua, no solo el agua de la cascada, que según los cuatro que fueron nos dijeron que el camino era súper resbaladizo y muy dificultoso, sino porque iba a empezar a llover pronto y con el agua la selva se llena de sanguijuelas. El guía ya nos dijo que teníamos que prepararnos para correr si empezaba a llover, que quedarse en la selva era peligroso. Tras el regreso del resto del grupo de la cascada marchamos hacia la lancha, los del grupo de la cascada descubrieron, tras salir a la luz del claro (entre la sombra de los arboles altos y las lianas no se puede ver mucho) que tenían sanguijuelas por los pantalones y la alemana tenía una pegada en el brazo, el guía tuvo que quemar a la sanguijuela con un cigarro para que esta se soltara de su brazo (no se puede quitar una sanguijuela tirando sino con fuego porque se retuerce entre si y se suelta). De regreso al hotel seguimos intentado ver elefantes en las orillas pero fue labor imposible, tal vez porque comenzó a llover cada vez más fuete, así que regresamos más rápido al hotel. Una vez en la habitación todos nos revisamos bien, yo pase calor pero iba bien preparada contra las sanguijuelas, otro descubrieron que ni con calcetines sobre los pantalones largos se habían librado de tener alguna enganchada a la piel de la pierna.

Visita: Mayo 2013

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Kuala Kangsar - Malasia

Kuala Kangsar

La siguiente parada antes de Bellum fue Kuala Kansar. Tras ver varios carteles por Cameron Highland de unos monarcas el guía nos explicó que hay siete familias reales en Malasia, cada uno por una zona, excepto un par que eran colonias y no tienen sultanato propio. El reinado de Malasia se lo van turnando entre las siete familias. Kuala Kansar es una de las ciudades donde vive una de las siete familias reales. Viendo lo que el sultanato tiene en esta ciudad (la riqueza que muestran sus edificios) es fácil imaginar que con siete familias reales turnándose el gobierno del país el gasto económico tiene que ser muy alto. Primero paramos en la mezquita Ubudiah que tiene fama de ser una de las más bellas mezquitas en Malasia. La palabra "Ubudiah" significa "dar a sí mismo a la voluntad de Alá". Apropiadamente, fue el nombre elegido por el sultán de Perak cuando decidió construir la mezquita. No es posible entrar a la mezquita a menos que seas musulmán (eso dijo el guía), y ninguno excepto la francesa que era musulmana intentó entrar, la mezquita es muy pequeña pero muy bonita por fuera, por lo menos está muy cuidada y brillante. El mausoleo real de Perak está pegado a la Mezquita Ubudiah. Este es el lugar de descanso final de gran parte de la realeza de esta zona de Malasia. Desde la verja pudimos ver como es un pequeño y cuidado cementerio. De la mezquita nos acercamos a la residencia oficial del sultán de la zona (Perak). El palacio no lo pudimos ver por dentro pero es posible recorrer los jardines que lo rodean junto a un lago y ver entre las verjas y los arboles y edificio de estilo morisco también muy cuidado. En las ventanas superiores hay una figura de tamaño real de los sultanes, visible desde la distancia, al principio creímos que eran personas, luego el sol nos dejó ver que eran de cartón. Tras recorrer el palacio intentando tomar una foto mejor y pasear hasta el lago nos acercamos al Istana Kenangan, que es un edificio de madera de color amarillo y negro, fue construido como mausoleo temporal y alberga el Museo Real de Perak con algunas exposiciones sobre la familia real. No me cansé de hacerle fotos, tal vez porque fue el único palacio que, al ser un museo, pudimos ver de cerca. El guía nos recordó que la película de “Ana y El Rey”, aunque basada en una historia tailandesa, se rodó en Malasia, y el palacio apareció en alguna escena. Tras la visita a este palacio cogimos el autobús de camino al destino final: Bellum.

Visita: Mayo 2013

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Presentación

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