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Diario 2013 MALASIA: Langkawi dia 9

Me levante pronto y marché a recepción a por el desayuno, por el camino pude ver parte del complejo con la marea baja y de repente unos ruidos, y una familia de monos de todos los tamaños pasaron ante mí de un arbusto corriendo a trepar a un árbol. El último y más pequeño se cayó un par de veces intentado subir. No me gustan muchos los animales pero fue un momento interesante, solo yo y esa familia de monos paseando libremente. Cuando se escondieron retome mi camino y me encontré con otro par de monos jugando con la basura intentando sacar comida. Tras el desayuno me acerco a la playa del hotel, no hay nadie a estas horas y el agua trasparente resulta muy atractiva, justo detrás se ve la montaña y el teleférico. Pienso si tomar un taxi hasta el cablecar o no, hay mucha fila en recepción así que empiezo a caminar y resulta que el hotel está pegado al oriental villaje, que es un pueblecito de tiendas donde tomar el teleférico, así que eso que me ahorro. 

 
 

 
 

 



 


El oriental village es básicamente un pueblo de tiendas con un lago artificial y vistas de la impresionante montaña. Me acerco a el teleférico y aunque no hay fila para sacar el billete si la hay para subir al teleférico. Los encargado te van colocando, por ejemplo, como yo iba sola me colaron más adelante en la fila porque tenían un grupo de australianos que tenían un hueco libre por lo que todas las cabinas suben llenas. Durante la subida disfruto de la vista de la cascada cercana, se ve impresionante desde el cielo, si se ve tan grande entre la vegetación como será cuando estés cerca de ella. Los australianos hablan un poco de fútbol (del suyo, no del nuestro) y una mujer muy maja intenta entablar conversación conmigo pero a los australianos no los entiendo muy bien. Cuando nos acercamos al final vemos el puente, casi cubierto por las nubes se ve impresionante también. 


  
 

 

 

 

 
 

 
 
 
 

Ya arriba se puede pasear por los miradores varios y disfrutar de comida o bebidas. Esto es importante porque las nubes se van alejando lo que es bueno porque dejan unas vistas impresionantes pero el calor empieza a ser bastante intenso a la altura de 700 metros sobre el nivel del mar. Una zona de los miradores tiene un cartel para que sepas que a las 7 de la tarde desde ahí se ve el atardecer, lo que es curioso porque le horario del cable car es de 10 de la mañana a 7 de la tarde. Por otro lado otros miradores dan al puente, o a las vistas de la costa y de las islas repartidas alrededor de Langkawi. La vista ya vale la pena aunque el puente está cerrado por obras desde hace más de un año. 

 

 

 
 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Tras bajar recorro el Oriental village y de ahí paso por un pequeño canopy walk, fue una alegría hacerlo porque me quedaría sin disfrutarlo (más adelante comento por qué). De aquí tomo un taxi a las cascadas, que de cerca no me llaman tanto la atención o puede ser que el calor me esté cansando mucho. Regreso en taxi al oriental village y tras ver la hora decido que vale la pena volver, ver la playa y dejar la montaña. Regreso andando al complejo y uno de los conductores en cochecito se para y me pregunta si voy a recepción y me dice que suba que me lleva, lo que se agradece. 

  

 
 

 
 

 

 
  

Tras llegar bajo a la playa doy una vuelta, y como me cansa enseguida la playa, visito la piscina, duró también muy poco así que me marcho a descubrir el complejo, en ello descubro un mirador al mar increíble, con sillas que sería bueno usar para el amanecer, eso si consigo despertarme para ir hasta ahí. La marea esta alta y cubre los pilones de las casas malayas que están en el mar y los empleados del hotel van de un lado a otro en motos. A quien le guste disfrutar de la playa de arena blanca y mar claro sin duda le gustará Langkawi.

 
 
 
 
 
 
 

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