Zaragoza, Bicentenario de la Liberación y Pontón - España

Bicentenario de la Liberación de Zaragoza

Comenzaron las obras de construcción del pontón en el río Ebro como uno de los actos conmemorativos en el bicentenario de la liberación de Zaragoza de las tropas francesas en la época napoleónica. Cuando las tropas francesas abandonaron la ciudad en su huida explosionaron el puente de Piedra, que era el único puente que conectaba la ciudad con el otro lado del río. Hasta la reconstrucción del puente los ingenieros de Espoz y Mina construyeron el pontón que sirvió de paso de un lado al otro del río. El pontón actual estaba siendo construido por los militares, no de entonces, sino los actuales, y por tanto no iba a ser como el que en su tiempo tuvo Zaragoza como vía para cruzar el Ebro, pero es algo único que tenerlo, así que, aprovechando que vivo en la margen izquierda, lo crucé todas las veces que estuvo operativo. mucha gente estuvo en la inauguración y celebración, así como todos los días siguientes y es que es una sensación extraña cruzar el río al ras del agua con los puentes no a la altura de los ojos sino por encima de la vista, sin contar con la vista del Pilar desde el mismo río. solo la sensación al cruzarlo y la vista única y diferente que le da a la ciudad merecía la pena el paseo, que era gratis (cabe recalcar este hecho). Además los días acompañaron en cuanto a que el tiempo fue soleado y el río era un espejo azul que reflejaba el color del cielo, siendo el puente de piedra una línea que lo dividía, según se veía desde el medio del pontón. aunque como decía, la sensación de cruzar el agua al ras del río es especial. En la inauguración del pontón los Voluntarios de Aragón desfilaron sobre el mismo lanzando salvas de honor e hicieron un recorrido instructivo en el arrabal, dando grata información sobre el arrabal durante la guerra contra los franceses: el tío Jorge, el tío Lucas y todos los ciudadanos anónimos que lucharon hasta la llegada de la liberación. seria el arrabal la que quedaría incomunicada tras la explosión del puente. tras el recorrido este finalizó en el peirón conmemorativo de la liberación de Zaragoza, con cuadros en cerámica de la época. ahí se dieron las últimas salvas de honor. Y tras las salvas, mientras los voluntarios de Aragón se colocaban junto al peirón para hacerse fotos fui a buscar un lugar, entre tanta gente, donde poder ver la recreación de la explosión del puente de piedra. La zona no estaba mal (había muchísima gente y era difícil encontrar un lugar) pero tenía una buena perspectiva del puente y de como los fuegos artificiales representaron la voladura del puente durante la huida de los franceses, creo que la fotografía de la entrada refleja lo bien que se recreó ese momento. par ello se tuvo que cortar el puente y mientras esperábamos algunos se hacían fotos con los recreacionistas, que casualmente unos cuantos se colocaron junto a mi para ver la recreación de la voladura del puente. y como la ignorancia nos llena a todos luego unos iban comentando que eso son eran trajes de la época, que si lo eran si alguien se molesta en ver los cuadros de Goya, pero como me pasa a mi en mis viajes, el desconocimiento nos hace muy osados y comparamos y decimos cosas de las que luego estamos equivocados. Muchas veces lo habréis visto en mis entradas, y alguna vez hasta me han escrito todo indignados por mi falta de conocimientos, pero nunca he pretendido ser la persona que más conoce del mundo y por eso de los sitios de los que viajo son mis impresiones y crónicas, nunca una guía histórica del lugar, pues no tengo esos conocimientos, y para eso siempre hay otras paginas web donde poder encontrar información historia (y hasta guías en las bibliotecas si preferís el papel). Pero dejando esto a un lado, volviendo con la recreación, fue un día completísimo y aunque hubo muchísima gente fue también muy interesante y unos interesantes actos por el bicentenario de la liberación de Zaragoza. Como nota final el peirón al día siguiente estaba cubierto hasta su inauguración oficial que fue algunos días más tarde.
Visita: Julio 2013

Mis imagenes: Pontón y Bicentenario de la Liberación de Zaragoza

Información para viajar: 2013: Bicentenario de la Liberación de Zaragoza.

Diario 2013: España - Pontón y Bicentenario de la Liberación de Zaragoza (Aragón)

Comenzaron las obras de construcción del pontón en el río Ebro como uno de los actos conmemorativos en el bicentenario de la liberación de Zaragoza de las tropas francesas en la época napoleónica. Cuando las tropas francesas abandonaron la ciudad en su huida explosionaron el puente de Piedra, que era el único puente que conectaba la ciudad con el otro lado del río. Hasta la reconstrucción del puente los ingenieros de Espoz y Mina construyeron el pontón que sirvió de paso de un lado al otro del río. 

 
 

El pontón actual estaba siendo construido por los militares, no de entonces, sino los actuales, y por tanto no iba a ser como el que en su tiempo tuvo Zaragoza como vía para cruzar el Ebro, pero es algo único que tenerlo, así que, aprovechando que vivo en la margen izquierda, lo crucé todas las veces que estuvo operativo. mucha gente estuvo en la inauguración y celebración, así como todos los días siguientes y es que es una sensación extraña cruzar el río al ras del agua con los puentes no a la altura de los ojos sino por encima de la vista, sin contar con la vista del Pilar desde el mismo río. solo la sensación al cruzarlo y la vista única y diferente que le da a la ciudad merecía la pena el paseo, que era gratis (cabe recalcar este hecho). 

 
 
Además los días acompañaron en cuanto a que el tiempo fue soleado y el río era un espejo azul que reflejaba el color del cielo, siendo el puente de piedra una línea que lo dividía, según se veía desde el medio del pontón. aunque como decía, la sensación de cruzar el agua al ras del río es especial. En la inauguración del pontón los Voluntarios de Aragón desfilaron sobre el mismo lanzando salvas de honor e hicieron un recorrido instructivo en el arrabal, dando grata información sobre el arrabal durante la guerra contra los franceses: el tío Jorge, el tío Lucas y todos los ciudadanos anónimos que lucharon hasta la llegada de la liberación. seria el arrabal la que quedaría incomunicada tras la explosión del puente. tras el recorrido este finalizó en el peirón conmemorativo de la liberación de Zaragoza, con cuadros en cerámica de la época. ahí se dieron las últimas salvas de honor. 

 
 

Y tras las salvas, mientras los voluntarios de Aragón se colocaban junto al peirón para hacerse fotos fui a buscar un lugar, entre tanta gente, donde poder ver la recreación de la explosión del puente de piedra. La zona no estaba mal (había muchísima gente y era difícil encontrar un lugar) pero tenía una buena perspectiva del puente y de como los fuegos artificiales representaron la voladura del puente durante la huida de los franceses, creo que la fotografía de la entrada refleja lo bien que se recreó ese momento. par ello se tuvo que cortar el puente y mientras esperábamos algunos se hacían fotos con los recreacionistas, que casualmente unos cuantos se colocaron junto a mi para ver la recreación de la voladura del puente. y como la ignorancia nos llena a todos luego unos iban comentando que eso son eran trajes de la época, que si lo eran si alguien se molesta en ver los cuadros de Goya, pero como me pasa a mi en mis viajes, el desconocimiento nos hace muy osados y comparamos y decimos cosas de las que luego estamos equivocados. 

 

Muchas veces lo habréis visto en mis entradas, y alguna vez hasta me han escrito todo indignados por mi falta de conocimientos, pero nunca he pretendido ser la persona que más conoce del mundo y por eso de los sitios de los que viajo son mis impresiones y crónicas, nunca una guía histórica del lugar, pues no tengo esos conocimientos, y para eso siempre hay otras paginas web donde poder encontrar información historia (y hasta guías en las bibliotecas si preferís el papel). Pero dejando esto a un lado, volviendo con la recreación, fue un día completísimo y aunque hubo muchísima gente fue también muy interesante y unos interesantes actos por el bicentenario de la liberación de Zaragoza. Como nota final el peirón al día siguiente estaba cubierto hasta su inauguración oficial que fue algunos días más tarde.

 


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Viaje al BICENTENARIO DE LA LIBERACIÓN Y PONTÓN DE ZARAGOZA- ESPAÑA



Todos los que me conocen saben que no soy muy dada a los videos por mi pulso, pero aquí hay unos cuantos del Bicentenario de La Liberación de Zaragoza.
Había mucha gente desde el Puente de Piedra y por todo el Paseo de la Ribera esperando por ver el desfile, la confusión la creó el periódico, que ponía que el desfile iba de la arboleda Macanaz hasta Sobrarbe 10, y la policía, que cortó el tráfico justo en la intersección de Sobrarbe con el Paseo de la Ribera, lo que hizo que mucha gente se quedará por ahí esperando verlo pasar cuando el recorrido era otro. Y hasta pasadas las diez y media de la noche no se llegó al peirón junto al Puente de Piedra.







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Kuala Lumpur - Malasia

Kuala Lumpur

Al pasar el control del aeropuerto de Langkawi (primero se pasa el escáner de las maletas, luego puedes ir a los mostradores de facturación) vi que las mujeres con burka pasaban el control tal cual con el burka puesto y si no pitaba, pues no pasaba nada. Está claro que eso lo pueden hacer en Malasia que es un país musulmán, que intenten ir a algún sitio de Europa o Estados Unidos así y ya veras, que hasta las chaquetas hay que quitarse. Llegue con retraso, para no variar, a Kuala Lumpur. Desde el vuelo desde Barcelona (ese incluido) ningún vuelo había llegado a su hora, el único vuelo puntal fue el de Zurich-Barcelona, lógico siendo suizos. En Kuala Lumpur me alojé en el mismo hotel que el día de mi llegada, así que dejé los bártulos y salí a acercarme andando hasta las Torres Petronas, que todavía no había podido visitar (el tour se lo saltaba). Como hacía mucho calor después de ver la entrada, entré a las torres dado que parte de ellas son un gran centro comercial, donde se estaba fresquito, así atravesé las torres y llegué a la parte trasera, no tan bonita en cuanto a las torres pero que daba a un parque con un lago muy agradable. Había mucha gente disfrutando del sitio. Me dispuse a recorrer el parque, tiene todo tipo de arboles, puentes y figuras muy modernas, edificios de arquitectura curios y una fuente que parecía una piscina pro la cantidad de niños en bañador jugando en ella, a la vuelta el lago principal que da a las torres tenia las fuentes en movimiento haciendo diferentes formas y dibujos, después me dirigí de nuevo hacia el hotel para ver si podía ver la torre Menara. No me molesté en mirar si se podía subir, aparte de que hay que pagar por subir a un lugar menos alto que la torre Menara, hay que hacer fila a primer hora porque las entrada están muy restringidas y a eso de las 11 de la mañana ya se han agotado las de todo el día. Saliendo por la puerta contraria a la que daba a las Petronas el hotel estaba a pocos pasos de la colina donde está la torre menara. Lo primero fue cruzar, en Malasia no hay semáforos en verde para los peatones y si quieres cruzar, es un peligro para los viandantes, hay que hacerlo a la aventura, miras si viene alguna coche por esas grandes avenidas y cruzas corriendo, la primera vez cuesta, el resto de veces ya cruzas por cualquier lado, porque de nada sirve un semáforo de paso de cebra si hay que cruzar en función de si hay coche cerca o no, así que al final cruzaba con comodidad, luego cuando cambié de país en Tokyo después de cruzar así una vez me di cuenta que tenía que cambiar el chip, ya estaba en un país civilizado. Volviendo al monte, el paso hacia el monorail me confundió un poco, así que me fui en dirección contraria y cuando vi la cantidad de arboles gigantes caídos sobre la carretera empecé a sospechar que ese no era el camino, así que di media vuelta. Lo bueno es que con ese giro encontré la estación de metro, que es muy útil para llegar a chinatown, central market, y las cuevas batu, pero eso sería el ultimo día. Dando la vuelta regresé pro donde había ido y di la vuelta al monte, que no terminaba nunc ala montañita, al final encontré la torre menara, tiene subida gratis en autobús, así te ahorras el subir andando hasta allá arriba, yo buscaba haber subido por un camino por el bosque que rodea la torre y que había leído en internet pero no lo encontré. A la bajada de la torre Menara, que haría andando (subir puedo subir en furgoneta pero bajar puedo hacerlo andando, no necesito coger la furgoneta, aunque la hay para los que quieran bajar la montaña en coche), encontré el motivo del por qué no lo había visto, había un cartel indicando que estaba cerrado debido a que por las lluvias el camino estaba cortado pro las caídas de los arboles. No es un parquecito sino toda una selva en la montaña en la que se sitúa la torre, andando se pueden ver los altos y frondosos árboles y el sonido de los animales, es curioso ver tanta naturaleza en estado puro rodeada de rascacielos. En la torre Menara hay un museo tradicional pero cuando llegué ya era muy tarde y estaba todo cerrado y vacio así que solo me quedó comprar las entradas para subir hasta lo alto de la torre, desde ahí las vistas son mayores que desde las petronas dado que tiene más altura que esta. Además del aliciente de que desde aquí puedes ver las petronas desde otro punto de vista, no sobre el suelo. Se ve la mezcla de verde salvaje con los rascacielos y grises de los edificios y la polución, con luces resulta también un contraste extraño. Ya de noche salí de la torre menara y me acerqué a las torres Petronas, por un lado para hacer lo que cientos de turistas hacían a mi lado, fotografiarlas iluminadas aprovechando que no llovía como los primeros días en Kuala Lumpur (que eso no eran simples lluvias sino cortinas de agua que no dejan ver más allá de un palmo) y para entrar al centro comercial a cenar algo. Las torres son bonitas por el día pero por la noche se iluminan como si fueran de plata.
Al día siguiente me fui a Taman Negara pero al otro tenía toda la mañana libre y un poquito de tarde libre en Kuala Lumpur antes de marchar al aeropuerto para coger el vuelo a Tokyo. Así que lo primero fue marchar hacia las cuevas batu. Llegar por tu cuenta utilizando el trasporte público es muy fácil así que no hizo falta gastar en un taxi. Cogí el metro y me dirigí hasta la estación Sentral. Aquí hay metro y tren y la estación es grande pero es muy fácil encontrar el tren que va a las Cuevas Batu, la taquilla está al lado de la entrada las vías, y sobre la entrada hay un gran cartel con las horas a las que sale el tren destino Cuevas Batu, la parada de la cuevas es la ultima del tren, a decir verdad la estación acaba justo en las mismas cuevas, no hay que cruzar ni andar nada para llegar a ellas. El billete costó 1 ringing la ida, a la vuelta me costó 1.5 rinings. Ya había leído en internet que la vuelta, aunque el trayecto es el mismo, era un poco más cara, pero el precio en realidad era irrisorio al cambio. El trayecto hasta las Cuevas dura bastante pero es entretenido ver la ciudad desde el tren, o los carteles de prohibición de los vagones (hay un cartel con un hombre y una mujer junto y escrito prohibido comportamiento indecente, ¿qué considerarán ellos indecente?), y vagones “only woman” con dibujitos de lo que está permitido en el vagón de mujeres (mujer con mujer, mujer sola, mujer con niño, mujer con niña). Las cuevas meren una visita, hay una serie de templos alrededor de las cuevas con muchos monos correteando en busca de comida, tiendas que venden cocos para las ofrendas hindús, y unas cuevas museo (a estas hay que pagar, a los templos y las cuevas batu no) donde se ven animales varios (como sabréis no me van mucho los animales así que pasé de pagar por ver bichos en la cueva). Así me acerqué a la entrada de las cuevas que está precedida por una altísima estatua dorada de Muruga. El conductor que me llevó del aeropuerto a mi hotel de Kuala Lumpur al llegar de Langkawi (a la ida era con el tour) me dijo que esta es la estatus del dios Muruga más grande del mundo, y me quiso vender el ir hasta ahí con él, que me esperaba y eso, pero como ya sabía que me iba a costar menos ir en trasporte público y que además era sencillísimo moverse en el tren pasé de su ofrecimiento. Junto a la estatua comienzan las doscientos y pico escaleras hasta la entrada a la Cueva Batu. Subí con tranquilidad observando cómo los monos iban al acecho de algún turista desprevenido y le roban sus botellas de plástico. La entrada a la cueva, como decía, es gratis y vale mucho la pena, la gruta con sus formas es interesante y además a su alrededor hay varias figuras, como haciendo un belén por las grutas, y varios templos hindús donde poder disfrutar de sus ceremonia. Pro la cueva puedes pasear con calzado pero si entras al templo que sea hay que descalzarse. Me pareció muy curioso como daban la vuelta completa alrededor del templo rezando, como si fuera una especie de trámite (dar tres vueltas a la pata coja o algo así). También había varios gallos sueltos por ahí (sí, gallos, no me preguntéis que hacen los gallos ahí…). Al salir vi a varios monos rompiendo las botellas de plástico de agua y de naranja que había robado a algún turista desprevenido y bebiendo el líquido que el agujero que hacían en el plástico iba dejando en el suelo. Hasta se peleaban por la botella, y por la forma de golpearla para hacer el agujero más grande, pase con cuidado y lo más alejada posible de ellos, porque no tenían pinta de ser nada majos. Frente a la estatua vi a un grupo de musulmanas pidiendo hacerse una foto junto a unos turistas australianos muy blanquitos ellos, mientras me reía del espectáculo me preguntaron otros a mí que si me podían hace una foto, bueno, lo mismo me paso en Japón, Corea y China, así que no me importó posar para la foto. Las chicas musulmanas miraban mi piel blanquita, y eso que ya me había puesto roja como un tomate por el sol abrasador del país. Después de pasar unas cuantas horas por ahí compre el billete de vuelta y aproveche para acercarme a la torre menara, a ver si tenía suerte y veía el lugar tradicional abierto. Si que estaba abierto, con los diferentes tipos de casa malaya según zona del país para visitar, tenderetes con comida típica, souvenir, lo que me faltó es poder ver algún baile tradicional que a veces hacen, no hubo suerte. Comí ahí y ya agotada me acerqué al hotel para recoger la maleta y descansar un rato antes de salir hacia el aeropuerto destino Tokyo.

Visita: Mayo 2013

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Taman Negara - Malasia

Taman Negara

Usualmente los tours eran todos de tres días pasando noche en Taman Negara pero como a mí no me quedaban días cogí uno de los escasos, pero también existentes, tours de un día. Por la noche en Kuala Lumpur el conductor que me iba a llevar a Taman Negara me avisó que cogiera un recambio de ropa. No entendí el por qué hasta que lo viví. Lo habitual son tres días en la selva de Taman Negara porque por un lado está muy alejada de Kuala Lumpur, así que si sales desde ahí tienes tres horas de carretera por delante y si tienes que volver en el día ya son seis. Aun así madrugando bastante da tiempo de sobra para hacer muchas cosas en Taman Negara. Luego hay varias excursiones: treking por la selva de noche, treking por la selva de día, camino a los miradores, canopy walk, visita a los orang asli, navegar por los rapidos (y menos el treking nocturno yo lo hacía todo, o seo tenía contratado). Yo tenía muchas ganas de viajar a Taman Negara, pese a haber estado en otra selva malaya, porqueTamana Negara es la selva más antigua del mundo y tiene el canopy walk más largo del mundo. El canopy walk que puedes encontrar por toda Malasia pero que en Taman Negara es la atracción principal. Esta actividad consiste en un paseo por los árboles de un bosque o selva, mediante puentes colgantes, tirolesas, escalerillas en su mayoría vinculados con plataformas dentro o alrededor de los árboles. Fueron pensados originalmente como el acceso a las regiones superiores de los bosques antiguos de científicos que realizaban investigaciones. Es una sensación increíble, sobre todo los de Malasia, que se mueven de forma tambaleante y te sientes como si estuvieras viviendo entre arboles. Por desgracia este fue el único día de todos los días que pasé en Malasia que amaneció lloviendo y no paró hasta bastante entrada la tarde. El caso es que llegué a Taman Negar ay mientras esperaba al guía contratado tuve que pagar por un permiso de fotografías en Taman Negara. También hay que pagar un permiso de acceso presentando el pasaporte, pero esos trámites ya lo habían gestionado al contratar el tour (en Bellum, que fui con el circuito, también pidieron fotocopia del pasaporte para tramitar el permiso de acceso a la selva). Luego, cuando guardaba el papelito en el bolsillo de mi pantalón, a mano por si me lo pedían llegó el guía y descubrí que era la única en el tour, por lo que pude ver a lo largo del día no había mucho turista ese día, no sé si pro el día o por la época. Comenzamos bajando al rio y subiendo a una barca de madera con motor al fondo, yo me sentaba donde el guía me decía para equilibrar el peso dado que él iba al final para manejar la barca. Cuando empezamos a navegar por el río, dejando atrás el puerto y las casas y la selva apareció entre nubes a mi alrededores, con esas riberas de frondosos y altos árboles, rocas y pequeñas calas como de arena fue algo mágico, y me recordó a cuando de pequeña vi la ruta Quedzal y a los chicos atravesando en barcas el rio de no sé qué selva sudamericana y me pregunté cómo sería eso. Y ahora yo estaba navegando en la barquita por entre la selva más antigua del mundo, solo el paseo en barca ya vale la pena el viaje hasta ahí. El guía después de navegar un trayecto en el que íbamos completamente solos y no se veía más que naturaleza, ni casas ni gente, ni otras barcas, paró junto a una escaleras que bajan directamente al rio, ató la barca de madera y subimos hacia el canopy walk (había carteles indicativos). La pena es que cuando llegamos el canopy walk estaba cerrado, había un cartelito avisando que debido a las lluvias y pro seguridad de los turistas el canopy walk permanecería cerrado todo el día. No sabéis la desilusión que sentí al leer el cartel, yo quería pasar horas experimentando el canopy walk que probé en Langkawi pero en la selva, en la más antigua del mundo. Pero no se puede hacer nada así que el guía me preguntó si quería subir hasta un mirador, bukit algo, que tenía unas vistas de la selva y de las montañas de Malasia al fondo, así que dado que no podía hacer el canopy walk haría el treking hasta el mirador. Solo eran un kilómetro y pico, el problema es que eran todo cuesta arriba, así que se hace bastante largo el subir y subir las empinadas escaleras, por lo que tuve que hacer varios descansos, afortunadamente lleva agua, porque ahí no hay ningún lugar donde obtenerla. Y pasar todo el día sin agua en la selva, con el calor y el ejercicio puede ser mortal, porque aunque no se veía el cielo por la altura y frondosidad de los árboles y estaba nublado el calor de Malasia es sofocante. Por el camino el guía me dijo que le preguntara lo que quisiera de la selva, pero no se me ocurrieron muchas cosas para preguntar. El guía me explicó, cuando vimos varias lianas que me paré a fotografiar, que las lianas son parásitos de los otros árboles, que estas se retuercen sobre los arboles para robarles el agua de la lluvia que los ayuda a vivir. También vi un tronco lleno de cortes, el guía me comentó que las tribus de la selva, los orang asli con machetes hacían esos cortes para extraer el caucho y usarlo y venderlo para vivir. Había toda una variedad de arboles en la selva. Y finalmente llegamos al mirador y no se veía más que las copas de los arboles formando una gran extensión verde de la selva. Tras descansar un rato el guía me comentó que si quería podíamos ir al bukit Terisek, otro mirador, este no tan empinado y cuyo camino estaba marcado pero sin escalones ni paseos de madera (lo que hacía parecer a la selva más artificial que mi paseo por Bellum). El guía comentó que las escaleras y paseos de madera eran para proteger la selva dado que la cantidad de turistas que pasan por ahí erosionan demasiado la tierra y de esa forma se evitaba una erosión anticipada de la selva. Este camino era más profundo y, a parte de las lianas, estaba cubierto por la niebla, lo que lo hacía más especial. Afortunadamente me gustó el paseo porque cuando llegamos a Bukit Terisek las nubes lo cubría todo y no había vistas de montañas ni de nada, otra desilusión, bueno, el guía decía que tenía muy mala suerte. Tras esto regresamos por el mismo camino que habíamos tomado a la ida y bajamos hasta la barca para navegar hasta el restaurante flotante donde comeríamos. En la comida también vendían tours, había una pareja de turistas franceses que debían alojarse ahí, que les parecía caro los precios de los tours, así que se fueron a preguntar a otra casa flotante de estas que hay por esta zona. A mi por internet no me pareció caro. Tras la comida me puse la capa de agua porque empezaba a llover con fuerza y el guía me preguntó si no quería guardar la mochila en una bolsa de plástico, le dije que no hacía falta, bajo la capa de agua no se mojaba. El guía se echó a reír, y supe por qué cuando navegando en la barca por el río nos acercamos hacia los primeros rápidos y una gran cantidad de agua de rio saltó sobre mí. Y así fue todo el camino, navegando por los rápidos hasta que en uno saltó más cantidad de agua y me mojó la cámara, con la que estaba haciendo fotos, a mi entera, y llenó agua la barca donde estaba sentada, la capa de agua me protegía pero no protegía el suelo de madera de la barca donde estaba sentada (en esta barca te sientas en el suelo) y con medio dedo de agua permanente me mojé un poquito. La mochila, como no iba apoyada en el suelo, se salvó, pero yo y mi cámara no, de ahí que el guía riera cuando le dije que no hacía falta. En verdad la bolsa de plástico hubiera sido necesaria para mí y no para la mochila. Y he aquí el por qué era necesario un cambio de ropa según el chofer, porque tras la excursión por los rápidos acababas mas mojado que seco. Aun así el trayecto me gustó aun más que el trayecto navegando por la mañana. Finalmente nos acercamos a uno de los pueblos organ asli que había en la ribera, aparcamos en la arena y subirnos hasta las cabañas del pueblo para visitarlo. Los orang asli son muy tímidos, estos aun mas que los otros que había visot y todos se escondieron al verme, solo uno, el encargado de los turistas, supongo, se acercó para explicar como encendían fuego y como cazaban soplando por una especia de alargada caña de madera. Hizo una prueba de su puntería y me invitó a probar, pero la primera vez me acerque al blanco, la segunda vez me pasé de largo de forma estrepitosa. El guía me invitó a que recorriera el pueblo y estuviéramos ahí un rato y le hiciera todas las preguntas que quisiera, como llovía con ganas pero yo ya estaba mojada paseé un rato por el pueblo, y los únicos que se mostraban eran los niños. Niños con aspecto africanos dijo el guía. Hasta los animales, unos pájaros muy raros que no eran gallos pero tenían un colorido como los gallos, se escondían bajo el suelo de las casas. El guía me comentó que los orang asli son muy diferentes entre sí y que cuanto más profundo en la selva viven, menos contacto con la vida moderna tienen. Beben el agua del río, están acostumbrados a ella aunque no sea potable para nosotros. Y son tímidos antes desconocidos. Son un pueblo nómada. Cada vez que muere alguien cuelgan su cuerpo de lo alto de un árbol, no lo entierran, y abandonan el lugar y se van a vivir a otro sitio. Tras la visita de los oragn asli tomamos la barca, que seguía con agua en el fondo, y regresamos a la entrada de Taman Negara. Nada más terminar el circuito me metí en un baño para cambiarme de ropa, porque por la capa la parte de arriba aun estaba seca pero el resto estaba empapado. Y por desgracia la cámara, al mojarse, se me rompió: hacia fotos borrosas y la pantalla tenia rayas blancas. No había podido tener vistas ni canopy walk pero aun así me gustó mucho Taman Negara, y es una selva recomendable que visitar, y lo mejor, no vi ni un solo animal, y eso incluye las sanguijuelas, que no hubo ninguna pese a la lluvia.

Visita: Mayo 2013

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Diario 2013 MALASIA: Taman Negara
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