De Stavanger a Bergen - Noruega

Camino de Stavanger a Bergen

Al día siguiente amaneció soleado, cumpliendo las previsiones meteorológicas que daban sol y nublado, el nublado lo tendríamos por la tarde. Lo cierto es que todos los días se cumplieron las previsiones, y pese a las nubes tuvimos muy buen tiempo, con una temperatura fabulosa. Comenzamos la mañana de autobús, dado que recorreríamos el camino de Stavanger a Bergen, donde llegaríamos a la hora de comer. Para no hacerlo tan pesado el camino de Stavanger a Bergen fue salteado con varias paradas y dos ferrys que tuvimos que coger para poder pasar de costa a costa. Cuando fuimos a coger el primer ferry llegamos justo para verlo marchar así que tuvimos que esperar una media hora para coger el siguiente y cruzar el fiordo de Bonka. El día era soleado y alrededores estaban las praderas de color verde y las ovejas blancas pastando. En los ferry teníamos que descender del autobús por obligación, por lo que pese a que tienen cabina interior siempre salíamos al exterior para disfrutar de las vistas el mar de los fiordos que cruzamos estaba super tranquilo y el agua de un color azul igual al cielo. Es curioso cómo viven los países ricos, aunque hay que pagar billete nos dijo el guía que si nos preguntaba el revisor dijéramos que ya habíamos pagado y si había algún problema que le señaláramos a él y lo cierto es que casi nunca nos preguntaron y cuando lo hicieron con solo decir “ya pagado” fue suficiente, ni siquiera tuvimos que enseñar el billete. Además de cruzar dos veces por barcos, también fuimos atravesando varios túneles submarinos, escavados bajo el mar para no estropear el paisaje (según el guía los noruegos son muy dados a cuidar la naturaleza tal y como está). En estos túneles no se ve nada más que la roca escavada, pero excepto uno la mayoría no eran muy largos. A parte del camino en ferry el trayecto por carretera nos brindó una serie de paisajes hermosos, con verdes colinas y praderas, tranquilas vacas y ovejas, pintorescas casitas y granjas de colores, todas perfectamente ordenadas y en su lugar, como si de una postal se tratara, y espectaculares lagos y fiordos con agua cristalina que parecían espejos reflectantes. Lo cierto es que el paisaje de esta zona me recordó mucho al de Escocia, con esos verdes, azules y grises. Un camino para disfrutar de las vistas.

Visita: Septiembre 2016

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Preikestolen - Noruega

Preikestolen

Stavanger se puede llegar a ver en medio día el resto del día se puede ocupar o bien haciendo una excursión al Preikestolen sobre el fiordo de Lyse o bien hacer un crucero por el propio fiordo de Lysse, cualquier de las dos opciones son válidas y recomendables. Para viajar a Noruega pude encontrar tres opciones: circuito, crucero o coche propio. Como no conduzco la opción del coche no era válida, pero por lo que pudimos comprobar a menos que estés acostumbrado a desvíos y buscarte la vida en carretera la del coche propio si no conoces Noruega, tampoco es recomendable, dado que nos encontramos en más de dos ocasiones con carreteras cortadas por desprendimientos de tierra y desvíos interminables. La opción del crucero es bastante buena, vimos algunos (aunque dicen que en verano son muchos) y los fiordos tienen unas vistas increíbles, pero lo cierto es que para mí me resultan muy aburrido así que prefiero el viaje en circuito con autobús, y fue un acierto, no solo por los paisajes que disfrutamos sino porque tuvimos la suerte de tener un buen guía, el problema o la ventaja de un circuito es el guía, y esta vez tuvimos un gran guía. Avisó al grupo de que la subida al Preikestolen no es para que la haga cualquiera, antiguas lesiones, no hacer ejercicio diario, etc, pueden pasar factura porque tiene picos de subida intensos y las piedras, aunque están bien colocadas, es fácil poner mal un pie y acabar mal, no todo el mundo le escuchó lo que teniendo en cuenta el día era una mala decisión. Para todo el día pronosticaban lluvias y ciertamente llovió con ganas. Conociéndonos ni mis amigas ni yo somos de cruceros, así que elegimos subir el Preikestolen. Salimos de Stavanger en ferry para cruzar el fiordo al otro lado de la costa, donde nos dirigimos a la base del Preikestolen. El trayecto en ferry fue corto pero con bonitas vistas. La subida debería costar una hora aunque a mí me costó dos horas, aunque el guía nos dio cinco horas (y avisó que no corriéramos, que el autobús no se iba sin nadie). Me costó mucho más de lo habitual porque aun con niebla y lluvia fui disfrutando del paisaje y haciendo muchas fotografías. Con tanta gente subiendo es muy difícil perderse, pero el camino está marcado con una "T" de color rojo. Tuvimos mucha suerte porque cuando llegamos arriba del todo se veía todo el fiordo, los cruceros que iban por él, las montañas, los valles y las casitas. La altura y el corte de la roca del Preikestolen (llamado el púlpito por su forma) es impresionante (la subida vale la pena), aunque la gente no tiene ningún cuidado y se pone a saltar en la misma orilla, aunque la caída es tremenda. Tras las fotografías de rigor nos sentamos a comer disfrutando de las vistas pero los nubarrones que nos habían estado planeando decidieron empezar a descargar, así que terminamos de comer y comenzamos la bajada. Toda la hora de bajada la pasamos bajo la lluvia, me recordó al camino de Santiago o a la bajada del Waynapichu en Perú, donde también nos pasó lo mismo, fue llegar arriba, ver las vistas y ponerse a llover. El guía nos había avisado el día anterior que daban lluvias y que los que fuéramos al Preikestolen lleváramos una muda de ropa para cambiarnos. Así que aunque llegamos a la base empapados de agua nos pudimos cambiar y poner ropa seca en los baños que había ahí. Los que hicieron el crucero vinieron contentos de ver cascadas y dar de beber a cabras. 

Visita: Septiembre 2016

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Stavanger - Noruega

Stavanger

Empezamos el viaje con retraso. Aunque a mis amigas les pilla más lejos decidimos salir de Barcelona, no solo por el precio, sino porque de ahí salían vuelos directos a Stavanger, y si hay que evitar una escala, vale la pena cambiar el lugar de salida. Por desgracia hubo un retraso de cuatro horas. En el aeropuerto la gente preguntaba si el vuelo iba a salir o se cancelaría, a lo que el chico de información no podía decir nada, yo pregunté el motivo del retraso, porque no es lo mismo que se retrase porque hay un fallo mecánico que porque ha salido con retraso de su destino. En nuestro caso salió con retraso, por lo que llegó a Barcelona con retraso. Debido a eso en vez de llegar por la tarde a Stavanger y tener toda la tarde, llegamos a eso de las ocho de la tarde, y teniendo en cuenta que nuestro hotel estaba en las afueras llegamos para ver la ciudad de noche, por fortuna para nosotras porque nos gustó mucho más Stavanger de noche que de día. Y aún fuimos más afortunadas porque los que hacían escala en Londres llegaron pasadas las doce de la noche. Aunque el guía nos indicó perfectamente como coger el autobús para llegar del hotel al centro de la ciudad estuvimos a punto de coger el bus en dirección contraria, afortunadamente preguntamos a una chica que estaba en la parada y nos dijo que la parada correcta era la de enfrente. Así que volvimos a cruzar la carretera y a comprar el billete de autobús. En la parada había una máquina para comprar los billetes con tarjeta de crédito, en Noruega casi todo se paga con tarjeta de crédito, aunque sea solo un chicle en un kiosko (en España no sería viable, pero alguna ventaja tiene ser un país rico como lo es Noruega). El guía nos comentó que era más barato comprar el billete de autobús con tarjeta que con dinero, y lo pudimos comprobar porque a la vuelta no había máquina, por lo que tuvimos que pagar al conductor, y vimos que era casi cinco euros más caro. Nos bajamos del autobús frente al lago que bordea la catedral, caminamos alrededor del lago Breiavatnet disfrutando de las casitas de madera que hay a su alrededor, hasta llegar a la catedral, tenuemente iluminada. La ciudad no estaba excesivamente iluminada, pero si lo suficiente para llenar de colores la noche. Además la plaza frente a la catedral y el puerto tenía farolas con luces en forma de hojas de árboles, una idea muy original que daba un tono otoñal al lugar. Paseamos alrededor del puerto, tanto a un lado como al otro había bonitas casas de madera de colores y de tono blanco, con amplias ventanas de estilo portuario donde encontramos bares llenos de gente y el museo marítimo. En el muelle también pudimos ver un barco de la cruz roja antiguo (según nos comentó el guía los noruegos tiene afición a la restauración). El día había sido soleado por lo que el cielo había quedado de un azul claro salpicado de nubes, lo que nos dejó imágenes preciosas del lugar, al día siguiente, cuando realizamos la visita de la ciudad de día, esta nos defraudó un poco, tal vez porque el día era de un gris plomizo cubierto de nubes. Ya de día subimos a la Torre Valbergtarnet para disfrutar de las vista desde arriba y luego bajamos a los antiguos almacenes portuarios. En Stavanger, aparte del museo marítimo y de callejear viendo las casitas de madera, también se puede visitar el museo del petróleo. Noruega fue la provincia pobre de Suecia y un país pobre con gran emigración hasta que descubrieron petróleo en el mar del Norte, y ahora son los suecos los que emigran a Noruega.

Visita: Septiembre 2016

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Transporte al Aeropuerto de Estocolmo

El tren rápido Arlanda Express une el aeropuerto con la Estación Central de Estocolmo.

La duración del trayecto es de 20 minutos con hasta 6 salidas por hora.

El precio es de 280 SEK (unos 30 euros) para los adultos mayores de 26 años por trayecto.
Por 530 SEK (unos 56 €) se hace el mismo trayecto ida y vuelta.

Se puede comprar el billete hasta con tres días de antelación.

Las oficinas de venta y las máquinas de venta de color amarillo se encuentran en el aeropuerto y en la Estación de tren de Estocolmo.

Se puede pagar con tarjeta de crédito. Si compras el billete en el tren, te cobrarán recargo.

Próximo viaje

Tengo que actualizar la entrada de información de buses por la Isla de Elba, dado que ahora ya tienen bus turístico por la isla.
pero mientras me pongo a actualizar el blog, noticias, ¡ya queda menos para nuevos destinos!
en Septiembre si nada lo impide viajaremos hacia Noruega y Suecia.
¡Ya queda menos!

Presentación

Curriculum Viajero - Presentación