Paseo en lancha por Langkawi - Malasia

Una de las actividades más recomendadas en la isla de Langkawi, Malasia, es sin duda el paseo en lancha por los manglares. En realidad es recomendable todo el tour por los manglares (incluidas las paradas) pero el paseo en lancha por esta zona tuvo varios alicientes que no he encontrado en otros paseos en el mismo medio de locomoción.

Por un lado está el poder adentrarse en los manglares por el agua y tener en las orillas, al alcance de tu mano, la vegetación de los manglares con su fauna. Pasas tan cerca que sientes que de verdad está descubriendo la zona, y no un paseo para turistas. Pasas por cuevas naturales solo iluminadas por la luz del sol al final del túnel, y te acercas tanto al manglar que los monos saltan dentro de la lancha para buscar agua que beber. Aunque no me gustan “los bichos” salí encantada de esta actividad.


Además de esta experiencia tan cercana a la naturaleza luego sales al mar abierto donde ponen la lancha a todo motor y vas saltando sobre las olas mientras el viento y el agua golpea tu rostro y disfrutas del claro color verde azulado del mar y los paisajes de las formaciones rocosas que parecen surgir de en medio del mar, hasta se distingue la costa de Tailandia en un buen día (hay que resaltar que en esta zona se rodaron escenas de películas que en teoría están ambientadas en Tailandia, como “Ana y el Rey” o “La playa”).  A veces paran la lancha para que te puedas bañar en una de las playas pero el día que hice esta actividad el mar estaba un poco picado así que no pudimos acercarnos.



Paseo en Motonieve en Inari - Finlandia

En la Laponia Finlandesa en invierno tienes una diversidad de actividades que realizar que suplen la ausencia de monumentos que ver durante el día (y cuando llegan la noche están las auroras boreales). Una de estas actividades es el conducir/montar una moto nieve y recorrer la zona en ella para disfrutar de los paisajes nevados que ofrece Laponia.


No se requiere de ningún permiso especial para conducir estas motos. En la tienda te dejan todo el equipo necesario, porque aparte de la ropa de abrigo que llevas tienes que ponerte el mono, las botas, los guantes, la braga y el casco para montar en este vehículo, porque si ya hace frío estando de pie (estuvimos a menos 30 grados), montar en una moto nieve hace que el frío helado te golpee con más fuerza. Aunque vas tan bien equipado que ni lo notas, yo soy una persona friolera y no lo noté.


Es un actividad divertida que hay que probar al menos una vez. Si a uno le gusta la velocidad y poder correr sobre el hielo: esta es su actividad. Si la velocidad tampoco es que sea su mayor disfrute solo con las vistas el paseo ya vale la pena. Uno va mucho más deprisa que con esquís o con raquetas por lo que recorres más distancia y tienes la oportunidad de ver más paisajes y hasta fauna. Nosotros tuvimos la suerte de ver ciervos entre los árboles que rodeaba el lago, y pasamos cerca de la isla sagrada de los samis. además, paramos en una de las casitas de madera junto al lago para calentarnos y beber té caliente en los tazones típicos de madera del lugar.


Canopy en Taman Negara - Malasia

Crónica de lo que pudo ser y no fue. Yo quería ir a la selva más antigua del mundo: Taman Negara. Y dado que allí tienen el puente colgante más largo del mundo, disfrutar del canopy (paseo por los puentes colgantes entre las ramas de los árboles). LA¡a actividad por si sola ya es llamativa y atrayente, pero si además le sumas poder ver la selva más antigua del mundo desde lo alto de los árboles, entonces ya no hay duda.


El problema es que el día anterior llovió muchísimo, y aunque el día que estuve por Tamán Negara no llovió en ningún momento, los puentes colgantes (canopy) estaban cerrados. Es una verdadera pena porque haciendo trekking puedes ver la estructura de los puentes y las casetas para subir a ellos y te imaginas que si la vista de la selva por el suelo es pura naturaleza selvática, desde lo alto de los árboles aún sería mejor. Esto se queda pendiente, algún día me quitaré la espinita de no haber podido hacer canopy en la selva más antigua del mundo.


Paseo en dromedario por Douz - Tunez

Una de las actividades que se ofrecía en Tunez, al igual que en otros países del norte de África, era dar un paseo montado en dromedario. Sin duda los dromedarios de Túnez cuando estaban agachados parecían menos grandes y más fáciles de montar que cuando estaban de pie, dado que entonces parecían animales enormes.

Recuerdo que lo más difícil era no resbalarse y caerse del dromedario, una vez conseguido esta es una actividad que uno no se puede perder, dado que es una experiencia única el poder ir en unos de los transportes históricos más habituales de la zona. Además el lugar daba todo el contexto para imaginarse estar en cualquier otra época, con dunas y más dunas de desierto, pequeños oasis de palmeras y algún minarete a lo lejos.


Tal vez fuera por el paisaje, mucho más desértico que el que recorrí en Egipto, pero este paseo me gustó mucho más que otros. También he de decir que conté con muy buena compañía, y eso ayuda mucho a disfrutar del momento. Digamos que entre la compañía, el paisaje de tono árabe evocador, y la experiencia de no caerse del enorme animal mientras vas en caravana por entre las dunas del desierto, hacen de esta actividad una muy recomendable.



Subir al Waynapichu - Peru

Sin duda alguna subir a algunos sitios se puede llegar a considerar una actividad, y más si además te hacen firmar un montón de documentos eximiendo de toda responsabilidad ante cualquier accidente o fallecimiento. Esto es lo que tuvimos que pasar cuando contratamos un tour por Cuzco y alrededores y decidimos subir al WaynaPichu.


Antes de hacer la subida me había leído varios blog al respecto y más o menos todos decían que era una hora de subida y otra de bajada, y que hay dos turnos. Nosotras cogimos el primer turno y nos lo tomamos con calma, no hacía falta correr porque teníamos tiempo, y con nuestra forma física hay que ir a su propio ritmo, despacio pero sin pausa, porque si vas muy deprisa al principio y no estás acostumbrado al final puede que no llegues. La subida principalmente estaba llena de piedras en forma de escaleras y mucha gente subiendo.



La subida se hace por un lado y la bajada por otro así que las vistas que se tienen son diferentes. Cuanto más te acercas a la cima es cuando más edificaciones aparecen (junto con sus pequeñas escaleritas) pero al final el llegar arriba tiene su recompensa, en una pequeña explanada donde descansar hay unas vistas increíbles de la ciudadela de MachuPichu y del camino inca. Sin duda es algo impresionante y el subir hasta arriba fue una de las mejores decisiones que hicimos. 


Pero aquí no había terminado la actividad, todavía quedaba subir a la cima, para llegar a ella hay que cruzar un túnel en la roca, oscuro y estrecho donde tuvimos que ir agachadas y con la mochila por delante porque no cabíamos, y finalmente encuentras luz y unas escaleras que te llevan a una cima llena de gente y un guarda controlando el pico.


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