Parque Nacional de Kenting - Taiwan

Parque Nacional de Kenting

De Hengchun salimos hacia el parque nacional de Kenting, por la carretera tenemos a un lado las montañas y al otro la playa de fina arena, en vez de piedra como en Hualien. La entrada del parque está subiendo una montaña, y cuando entramos al parque estábamos prácticamente solos pero cuando salimos el parking estaba ocupado con varios autobuses, y a decir vedad al salir del parque nos encontramos con un grupo grande de estudiantes que se dedicaron a saludarnos al pasar. Aun así me dio la impresión que hay más turismo en el norte que en el sur, y si bien es un paisaje distinto a mí me resulta igual de interesante o más, tal vez porque no estoy tan acostumbrada. Al igual que en otros sitios en el parque hay dos tipos de caminos; la carretera asfaltada y los caminos de tierra entre los árboles. Como en otros parques según la ruta cogimos un camino u otro, sobre todo haciendo caso de las señales de peligro por avispas y serpientes venenosas. Lo primero de los que te das cuenta al entrar al parque es la variedad y diversidad de especies naturales. No se puede concretar en un estilo sino que tiene árboles que serían más tropicales, pero también otros más mediterráneos. Hay tantos paisajes diferentes. En la entrada te dan un folleto con un mapa así que nada más entrar podemos organizar lo que queremos visitar. Debido a que no hacemos noche en Kenting sino que tenemos que volver a Kaohsiung, no tenemos tanto tiempo como quisiéramos así que toca organizarse y decidimos tomar los caminos que nos lleven a las dos grutas que tiene el parque, porque preciosamente las grutas de ese tipo no son habituales en Taiwán. Mientras caminamos por la ruta roja del plano nos encontramos con un paisaje más verde y con árboles llenos de frutos y flores, pero luego entramos en un paisaje completamente diferente, el sol y el cielo azul que nos acompañaba se oculta bajo la frondosidad de los árboles y el camino se torna de un tono más gris y marrón. Esta parte del parque es diferente a la que hemos podido ver en otros parques porque lo que ocupa el camino son rocas porosas de tono grisáceo, estas rocas tan curiosas se deben a que este suelo estaba bajo el mar hace millones de años, y aquí se acumulan fósiles de algas, mariscos y corales que son lo que le dan ese paisaje a este rincón del parque. En ocasiones nos parece que estemos caminando entre enormes piedras pómez, debido a la porosidad de las rocas y del suelo, por otro lado los árboles que pueden vivir en este suelo marino son muy específicos, por eso cambiamos de vegetación y nos encontramos con muchas lianas que estrangulan a los árboles y las raíces que se van moviendo y alargando en busca de lugares de donde alimentarse. A través de este paisaje llegamos a una pequeña explanada donde hay una torre artificial, desde lo alto de la torre se puede disfrutar de la vista del lugar: la costa, el mar, el verdor del parque en su vegetación y un pico que sobresale, y que nos comentó el guía que era el símbolo del parque de Kenting. El solo se refleja en el agua y nos da una vista de postal del lugar. Al lado de la torre hay una de las grutas a las que vamos, esta gruta se llama “cueva del Dragón”, es una cueva de estalactitas de erosión creada por el agua subterránea que tiene este lugar, este tipo de cuevas, aunque para nosotros no son raras, para Taiwán es una rareza. Y es cierto que de todos los lugares naturales es el único donde las hemos encontrado. La cueva del dragón tiene un corto recorrido, es alta y estrecha por lo que es de sentido único, aunque al salir de la cueva hay dos caminos uno para seguir el recorrido, y otro para volver a donde estabas antes. Así que puedes repetir trayecto si quieres. Nosotras continuamos el recorrido entre rocas porosas hasta la siguiente gruta que es mucho más grande. Pero cuando llegamos ahí hay una valla con un cartel que indica que el acceso a la gruta ha sido cortado debido a que está inundada por el agua subterránea. Con mucha pena hicimos fotografías al cartel con las explicaciones sobre la formación de la gruta y las fotografías de la misma y seguimos el camino por el parque. Siguiendo llegamos a un mirador con escaleras desde donde se tiene una vista del parque, el mar y la famosa roca representativa del lugar. Seguimos por este camino y nos encontramos con una figura de piedra de un aborigen, el guía nos indica que este lugar solía ser un pueblo llamado "Sheding", que pertenecía a la gente de Paiwan desde hace cientos de años. Luego se convirtió en un jardín de plantas tropicales en el período de ocupación de Japón y finalmente se estableció el parque para preservar la vida y los paisajes naturales. El camino que tomamos es un jardín tropical llenos de árboles y carteles sobre ellos. Por este camino también llegamos a uno de estos árboles que tienen las raíces por la zona superior y son tan delgadas, los vio bastante por la selva de Malasia pero jamás me quedo con el nombre pero no es el tipo de árbol que te puedes encontrar en España. Mientras nos entretenemos mirando sus curiosas raíces oíamos un ruido a nuestras espaldas, volvemos la vista y sobre las ramas de unos árboles hay unos monos mirándonos en silencio. Cuando se dan cuenta que nos hemos dado cuenta que nos están observando empiezan a correr de rama en rama y van pasando de un árbol a otro hasta alejarse hasta cuatro monos. Afortunadamente son fauna libre que hay pro el parque y no se acercan a los humanos, no me gustan los monos salvajes y prefiero que nos observen de lejos a que se acercaran. El guía nos comenta que aquí se suelen ver monos y águilas. Las águilas no las llegamos a ver. Tras dejar atrás esa parte del parque llegamos a un invernadero con una gran variedad de cactus, donde según me dijo mi amiga hay arañas enormes, pero yo no las vi, creo que ya tuve bastante de arañas gigantes. Al lado del invernadero hay un estanque con su diversa flora, es como están en un jardín botánico dado que pasamos de un tipo de planta a otra. No muy lejos llegamos a un lugar lleno de pequeñas palmeras en el suelo, el guía nos comenta que esa es una planta prehistórica y lo cierto es que me recuerdan a una planta prehistórica que vi en Malasia, aquí no hay cartel explicativo como en Malasia pero sí que tiene la misma forma, y es que no lo he olvidado porque me pareció muy curioso cómo es que se conserva una planta sin evolucionar tantos millones de años después. El camino continúa recorriendo más plantas y árboles distintos y llegamos al centro de visitantes que está completamente vacío. Como decía, me da que no hay mucho turista por la zona. En el centro de visitantes nos regalan, a cada una, una fotografía del parque que venden como postales. Nos tomamos algo y seguimos el camino hasta la salida del parque porque no tenemos más tiempo para seguir. En el camino de regreso es cuando nos encontramos con el grupo de estudiantes que van de visita y a los que les llamamos más la atención que las plantas. El regreso en coche desde Kenting hasta Kaohsiung lo hacemos sin parar, aunque tenemos que pedir al guía que baje el aire acondicionado. Esto no lo he comentado pero es algo muy curioso, cuando llegamos a Taipéi nos parecían raros los taiwaneses, los veíamos vistiendo gorros y jersey de lana y abrigos de inviernos, y en la calle hacia una temperatura minina de 21 grados y máxima de veinticinco par a arriba, pero no era para ir tan abrigado, hasta los niños nos daban pena verlos tan abrigados, pero eso fue antes de descubrir que en todos los lugares con aire acondicionado (tiendas, centros comerciales, hoteles, metro, estación de tren, tren, aeropuerto, etc) ponen el aire acondicionado altísimo. Tan alto que yo tuve que usar el polar solo para los interiores, y una de mis amigas tuvo que sacar el plumas, que por la calle llevarlo encima era una molestia pero es que luego nos congelábamos cuando entrabamos al metro durante mucho tiempo, o incluso una vez en el 7-11 casi salí en el mismo momento que entré porque era como entrar en un congelador. Y debe ser algo típico de ellos porque cuando fuimos en coche con un guía estadounidense el aire acondicionado era normal, de ponerse una chaqueta, cuando nos tocaban guías taiwaneses tocaba sacar la chaqueta, el polar, el pañuelo, y no saque el abrigo porque no me lo llevé. No entendimos esos extremos.

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Hengchun - Taiwan

Hengchun

Si tuviéramos más tiempo una opción a tener en cuenta es bajar en autobús a Kenting (no hay tren) y así disfrutar de sus playas y su parque natural, pero a mis amigas no les va la playa por lo que Kenting hubiera quedado fuera, pero aunque no pudiera ver las que dicen son las fabulosas playas del sur, sí quería ver el parque natural de Kenting. Pero ¿Cómo verlo sin bajar en autobús hasta ahí? Pues la opción la encontré en un tour que recoge en Kaohsiung y te lleva hasta Kenting. El tour, al igual que el autobús de ruta, para en Hengchun. Aquí tenemos nuestra primera visita, el Templo Checheng Fuan, que es el templo que rinde culto a Tu Di Gong (que significa Dios de la Tierra, o Dios con Virtud y Fortuna) más grande de Taiwan. Tiene doscientos años de antigüedad y es un edificio del estilo del templo real del norte de China. Este templo fue construido para aliviar el dolor y actuar como apoyo para los pioneros de China continental. La estatua del dios es del estado de Chuan en China. Por fuera puede parecer igual que otro templo de este estilo pero por dentro me recuerda a una iglesia, nada más entrar te encuentras con un altar con diferentes pisos que cuentan historias o tienen figuras, al igual que los altoares de las iglesias tienen sus apartados con los santos. También dentro del templo encontramos objetos que no hemos visto en otros templos. En la zona superior podemos ver con más detalle la parte superior del “altar”, y resulta curioso porque en los otros templos cuando subes tienes el altar de otro dios o dioses, pero aquí es simplemente un hueco para observar el altar principal desde arriba. Un poco más adentro encontramos una mesa y zona para rezar. Hay que comentar que otra de las cosas que tiene este templo son las vistas que tiene, desde uno de los balcones de la zona superior se puede ver toda la montaña que rodea la ciudad, donde destacan las figuras de varios templos, y por el otro balcón se puede ver la costa y las playas, así como el mercado de frutas que hay en la parte inferior y trasera de templo. Bajando por el ascensor del templo llegamos al mercado. De aquí nos vamos a la ciudad antigua de Hengchun. Cerca del final de la dinastía Qing, el canciller Shen Bao-zhen fue asignado aquí. Construyó la primera ciudad castillo de Taiwán para derrotar a los enemigos que venían del mar. Ahora es uno de los sitios históricos de segundo grado y la única ciudad castillo de Taiwán que conserva todas sus puertas en pie. Algunas partes de la muralla del castillo también se mantienen adecuadamente y se puede caminar sobre ellas. Nosotras nos dirigimos a una de las puertas que permite subir y pasear por las murallas de la ciudad. La muralla así como la puerta está hecha de ladrillo rojo, hay escaleras para subir hasta la parte superior y se ve todo alrededor. Como había dicho ya, cuando más al sur más calor hace y aquí, cercanos a la punta sur de la isla de Taiwán el sol pica con fuerza. Las tres tenemos que taparnos, ya sea con paraguas o con pañuelos sobre los sombreros porque la piel quema bajo el sol. Alrededor de la muralla hay varios árboles por lo que, si no fuera por el calor, sería un paseo agradable. Cuesta imaginar cómo lo hacían en esa época porque debía haber gente en las murallas vigilando ante posibles ataques. De aquí nos dirigimos a otra de las puertas, tanto la oeste, este, norte y sur se pueden ver en pie, pero solo podemos andar por dos de ellas. Por esta otra puerta la parte de la muralla tiene una rampa en vez de escaleras, el guía nos comenta que era para subir ahí con los caballos. Desde aquí nos asomamos a las almenas de la puerta que hoy es acceso de carretera a la ciudad, y de las murallas. Junto a la muralla hay un parque con árboles que dan sombra para protegerse del calor. De cualquier manera somos las únicas personas tanto aquí como en la otra puerta. Es en Hengchun donde nos quedamos a comer, sus casas son todas de una o dos plantas y el guía nos lleva a comer a un sitio de los que veo en las series asiáticas donde cocinan al lado del comedor para que lo puedas ver, y donde hacen un sabroso pulpo a la brasa. De aquí nos acercamos a ver otra de las puertas, la más grande. Al contrario de las otras esta puerta tiene techo y no tiene murallas, y además se encuentra en ¡una rotonda!. Después de casi dos semanas en Taiwán es prácticamente la primera rotonda que vemos. Esta es una de las cosas que más nos sorprendieron en Taiwán, y es que ellos no tienen apenas rotondas sino que se cruzan en las intersecciones sin accidentes ni pitadas. Nosotras nos entreteníamos viendo el tráfico de Taiwán sin las rotondas pero ellos se pueden volver locos si llegan a España (donde parece que no sabemos vivir sin una rotonda).

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Kaohsiung - Taiwan

Kaohsiung

Tomamos el tren normal de Tainan a Kaohsiung y dejamos las maletas en el hotel antes de empezar la vista a la ciudad. El hotel, como todos los demás, estaba cerca de la estación de forma que no nos costó nada volver a la estación y coger el metro hasta la estación de tren de alta velocidad, y desde ahí caminamos unos minutos para llegar al Lago de Loto. Desde el lado más cercano a la estación se encuentra el templo de Confucio. Al entrar te piden que escribas tu nombre, de dónde vienes y cuantas personáis sois. Fuimos las primeras en escribir en nuestro alfabeto y cuando miró de donde éramos el hombre puso cara de sorpresa, ya sabíamos que no hay mucho turismo español por ahí. Dentro del templo había una pareja haciéndose fotografías vestidos con trajes chinos pero aparte de ellos no había mucha más gente, luego irían apareciendo más turistas; occidentales y orientales, pero por ahora teníamos el templo para nosotras solas. El lugar tiene una amplia plaza con un edificio central, que es el más decorado, y visto desde el exterior es mucho más grande que otros templos de Confucio que habíamos visitado. En los edificios que rodean al templo central podemos encontrar una exposición tipo museo como ya pasó con el Templo de Confucio en Tainan, solo que aquí hay menos objetos y mucha más información escrita. Salimos del templo y aunque era pronto el sol ya empezaba a pegar fuerte, caminamos atravesando la puerta donde había una docena de perros tumbados bajo la sombra del arco (lo que dado del calor que iba haciendo tan poco era tan raro) y continuando recto llegamos al puente y el muro con las inscripciones de Confucio. Desde aquí llegamos a ver el templo de Wenchang, que está tapado por los árboles, y luego queríamos dar un rodeo al estanque pero nos encontramos con que había obras. Así que tuvimos que salir del jardín que rodea el lago a una calle que estaba llena de comerciantes, lo que viene siendo el rastro de toda la vida. Pasando a través del mercado conseguimos llegar al pabellón del Ártico que adora al dios Xuanwu. La estatua es de setenta y dos metros de altura y es uno de los edificios más altos del lago. Se llega a través de un puente adornado con pequeñas estatuas, todas decoradas con esos lazos rojos que les ponen y que no conseguimos saber por qué. Al fondo está la estatua gigante de Xuantian, el emperador del cielo oscuro. Arrepentido de sus pecados, se arrancó el estómago y el intestino y los tiró al río. El estómago se convirtió en una tortuga y el intestino en una serpiente que se dedicaron a hacer el mal. Por eso se le representa sentado sobre una gran roca sujetando la espada Qixing de las Siete Estrellas y pisando a la tortuga y a la serpiente. Se puede entrar al interior de Xuantian, aquí tenemos escaleras por las que subir y en un lateral vemos la figura de una tortuga y una serpiente, representando los símbolos del mal de Xuantian. Antes de entrar nos quedamos mirando a unos orientales que estaban jugando a una de las muchas máquinas que hay en todos los templos y que parecen gustarles tanto. En esta se dedicaban a tirar monedas a la cara de unas esculturas y cuando acertaban, éstas se ponían a tocar los tambores que llevaban. No sé si ya lo había comentado antes, pero cuanto más bajamos hacia el sur, más calor hace. De aquí nos fuimos al Pabellón de la Primavera y el Otoño que son Pagodas pertenecientes al Templo Ciming. Son dos torres separadas por la figura de un enorme dragón, sobre el que cabalga Guanyin, la diosa de la Misericordia, vestida de blanco y acompañada de dos niños. Aquí se entra a través de la boca del Dragón, subiendo unas escaleras que simulan ser su lengua, por dentro los pasillos están decorados con la historia y la vida del dios, y acabas saliendo por la cola del Dragón, a la salida se pueden ver las tortugas vivas que tienen en el estanque. A partir de aquí el paseo alrededor del lago está lleno de flores de loto, aves y vistas de postal. Las Pagodas del templo Ciji están situadas dentro del lago. Son uno de los principales atractivos. Para llegar a ellas hay que atravesar un puente sobre el lago en zig-zag. La Pagoda de la izquierda tiene un enorme Dragón y la de la derecha un Tigre. Es muy importante entrar por la boca del Dragón y salir por la del Tigre para tener suerte y librarnos de los malos espíritus, por lo que se aseguran al poner varios carteles que te “obliguen” a entrar correctamente. Dentro del dragón, como el otro, hay que recorrer un pasillo con relieves que te cuentan una historia. Al final del pasillo nos encontramos con una mesa y una señora que nos pide un donativo. Después de pasar por el interior del Dragón se llega a su pagoda que tiene 7 plantas. Para subir hay unas escaleras de caracol. Yo solo subo un par de pisos mientras mis amigas se niegan a seguir subiendo escaleras con el calor que hace. La Pagoda del Dragón se comunica con la Pagoda del Tigre a través de un puente, lo único bueno de subir los pisos de las pagodas es que tienes una mejor vista de las figuras que decoran las susodichas pagodas. Al final del recorrido se sale por la boca del tigre que, como los otros pasajes, está lleno de relieves de colores. Tras la visita a la pagoda del tigre y el dragón hay una panadería cuyo olor nos llegaba desde el templo así que nos acercamos a por dulce para comerlo a la sombra de los arboles junto a lago. Cuando terminamos de comer cogemos un taxi de esos que los turistas que llegaban al lago iban dejando libre y señalándole el nombre en chino del consulado británico nos dirigimos hacia allí. Cuando llegamos el taxista nos dejó en un lado de la montaña que tenía una gran escalera. Empezamos a sospechar que los taxistas tenían gran interés porque subiéramos muchas escaleras porque igual que el de Jiufen, nos señaló las escaleras como si tuviéramos que subirlas. Resulta que la antigua Residencia Consular Británica se encuentra en lo alto del monte Gushan, y aunque ofrece unas buenas vistas de la ciudad como ya íbamos a subir al rascacielos Sky Tower 88 no necesitábamos subir hasta el monte a por vistas. Andamos por el paseo marítimo que hay por esta zona y que tiene vistas a la isla cijin y a su faro de forma que rodeamos el monte Gushan y cuando vimos el precio de la entrada al Consulado decidimos no entrar, no nos valía la pena. Normalmente las entradas a los sitios son muy baratas, pero esta no lo era y tampoco nos iba a compensar. Nos dirigimos a coger el ferry que va a la isla Cijin. El billete del ferry se puede pagar pasando la easy card, que es lo que nosotras hicimos a la ida y a la vuelta. Subimos a la parte superior del ferry, para disfrutar de las vistas y el frescor del aire de mar. El paseo es muy corto pero agradable. Cuando llegamos y salimos del ferry nos dirigimos hacia la derecha para ir hasta el faro de la isla pero mis amigas con el calor que están pasando han decidido ponerse en plan relax y no quieren subir escaleras. Como no me apetece subir y dejarlas tiradas damos la vuelta y acabamos en la calle principal que cruza la isla de un lado a otro, esta calle está llena de tiendas, principalmente de comida: mariscos, ranas, y demás bichos desconocidos, pero también hay otro tipo de tiendas. La calle termina en la playa de fina arena y que estaba curiosamente vacía, aunque el paseo marítimo de la playa estaba lleno de gente paseando y montando en bicicleta. Acabamos en un chiringuito de la playa tomando algo para que mis amigas descansen a la sombra. Por la isla vemos muchos de los turistas montados en bicicletas que alquilan nada más bajar del ferry. Antes de que se haga tarde volvemos sobre nuestros pasos para coger el ferry y luego caminar hasta la parada de metro que nos llevará hasta el Rascacielos Sky Tower 85. Al contrario que con el Taipei 101 esta vez conseguimos subir antes de que anochezca, pero no es algo muy difícil si tenemos en cuenta que éramos las únicas turistas en el mirador. Cuando subimos nos encontramos con que estábamos nosotras y los dependientes de la tienda, así que dimos tranquilamente la vuelta al mirador, y nos sentamos frente al mar para ver el atardecer. Cuando bajamos del mirador volvemos al metro para ir a lo que va a ser nuestra última parada, en Kaohsiung hay más sitios que ver pero por ahora hemos visto suficiente teniendo en cuenta que acabamos de llegar en el mismo día. Nuestra visita final es la parada de metro llamada “The dome of light”, que una cúpula hecha con cristales de colores que cuenta la historia del universo, y desde diferentes ángulos una misma imagen en realidad son dos o tres imágenes diferentes. Estuvimos dando vueltas y vueltas intentado ver todas las imágenes que representa. Tras ello volvimos a la estación central para salir a cenar algo y donde nos encontramos con toda la gente que no habíamos visto haciendo turismo.

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Alrededores de Beimen - Taiwan

Beimen

Nos marchamos a visitar el templo de Nankunshen y, aunque después de tanto templo ya estamos un poco perdidas, este es el templo más grande que visitamos. Hace más de 300 años el Templo Nankunshen se construyó en Tainan durante la dinastía Ming, pero se trasladó a su ubicación actual en Beimen debido a una inundación. Cuando llegamos al templo estaban recogiendo una especie de carrozas, el guía nos comentó que era para una celebración, pero debían haber terminado porque estaban metiéndolas en los camiones como si fueran pasos de semana santa que se guardan tras las procesiones (por hacer una comparativa con algo con lo que estamos más familiarizadas). Ya había leído que en este tiemplo es normal ver costumbres tradicionales de la religión taiwanesa que ejecutan frente a la puerta del templo, lastima no haber llegado antes. De lo que se puede ver, por ejemplo, es que Qi Ye y Ba Ye (las deidades subordinadas Séptimo Señor y Octavo Señor) aparecen cuando los petardos explotan y hacen enormes sonidos. Los jitongs, que están armados con poderes milagrosos cuando las deidades descienden sobre ellos, se lastiman con armas para probar el poder de las deidades. Las multitudes que llevan a un palanquín (como los que estaban guardando) escoltan a una deidad hacia el templo. Los creyentes se alinean para cruzar sobre un pozo de fuego. Incluso en los intervalos entre estas actividades se visten con trajes brillantes y usan un maquillaje aterrador. Pero ya que no pudimos verlo volvemos al templo. El edificio se puede ver desde el arco antiguo chino de cinco puertas y seis postes. Y en un lateral vemos que hay un mercado y un 7-11 dentro del propio templo, el guía nos dice que es tan grande y vienen tanto fieles que fue necesario tener estas necesidades cerca. También hay baños por lo que te puedes pasar todo el día dentro del templo sin salir. Además alrededor del templo hay un gran jardín, es decir, puedes hacer una excursión de un día al templo. Este templo adora a cinco señores reales. Al entrar nos quedamos observando a unos fieles que están lanzando piedras, aquí nos hacen apartarnos a un lado porque no dejamos ver a los adivinos lo que están diciendo las piedras, y así ellos no pueden descifrar lo que el dios quiere responder a la pregunta que le hace el fiel. Aquí el guía nos explicó que si tienes una pregunta importante que hacer al dios usas unos los palitos que caen al suelo tras un movimiento aleatorio, y que tienen un número escrito para poder leer la respuesta, y que cuando se lanzan las piedras también es para obtener respuesta a la pregunta y que según como caen es si, no, o no hay respuesta (la explicación fue más detallada pero estaba más entretenida viéndolos que prestando atención al guía (que por cierto todos los tours eran en inglés porque en español pocos y los que había eran mega caros). Es el primer templo en el que vemos a los adivinos en acción, y parece que al que pregunta no le gusta la respuesta del dios porque sigue tirando las piedras. Nosotras nos marchamos y le dejamos con sus piedras y seguimos recorriendo el templo que tiene varios edificios. Caminamos por el templo delantero Daitian Fu y llegamos a la última parte del Salón Principal de Lingxiao, aquí se ve a los leones guardianes perfectamente alineados. Cornisas en varios colores y elaborados techos, así como magníficos murales en relieve. Entrando en el pasillo hay una figura que parece un fénix dorado y en el otro lado otra que parce un dragón, y en medio una tabla hecha de oro puro. Para construir la tabla, el templo gastó el fondo que había recaudado en los últimos cien años, más las donaciones de algunos creyentes. A decir verdad toda la sala refulge de dorado que casi hace daño a los ojos. Saliendo por un lateral se encuentra el Jardín de Dakun un jardín paisajístico de estilo Jiangnan que tardó varios años en construirse. Pasando al lado del estanque aparecen más templetes y muros donde se cuentan historias del Templo Nankunshen y una introducción a las vidas de los ciudadanos de Tainan. Si te paras a mirar cada detalle que tiene en los techos o en las paredes el templo puedes pasarte fácilmente todo un día. Como el templo va creciendo en una de las salas podemos ver en los techos a figuras más actuales a lo que estamos acostumbradas (como un deportista de béisbol). Del templo salimos en dirección a nuestra última parada antes de que anochezca: las salinas de Jingzijiao. Los campos de sal ubicados en Beimen fueron fundados hace más de trescientos años antes de que se cerraran debido a los elevados costes laborales, actualmente obtener la sal de la manera manual en la que se trabaja en estos campos es económicamente insostenible, pero decidieron abrir estos campos al público de manera que uno puede experimentar cómo se recogía la sal, así como paneles explicativos del proceso que siguen en la salina. El agua de mar atrapada en los campos de sal se evapora por el sol, y luego los agricultores recolectaban los granos de sal cristalizados. Hay varias particiones para dividir el agua de mar de la sal. En las salinas hay una torre a la que subir y desde donde se pueden ver las particiones de la salina. En la zona en la que te puedes mover es la última fase, cuando se puede recolectar la sal cristalizada. Hay varias zonas donde están trabajando y no se puede entrar, pero hay una zona grande para que niños y mayores entren y rastrillen ellos mismos la sal, o la carguen en las carretillas. No hay mejor manera de comprobar el duro trabajo y manual que implica la recolección de sal de esta forma. En los limpios campos de sal de forma cuadrada se puede ver un montón de sal blanca cristalizada entre una delgada capa de agua de mar, esto hace que los montículos de sal apilada de manera triangular se reflejen formando rombos. Además cerca hay un templo por lo que desde el fondo de los campos se puede ver el reflejo del templo en las salinas, y se llena de fotógrafos cuando se acerca la puesta de sol porque el reflejo toma unos colores más bonitos con el resplandor anaranjado del sol al anochece. Al regreso pudimos ver la cantidad de motos que circulan, y es que según nos comentó el guía, era la hora de salir del trabajo y regresar a casa. Nosotras ya sabíamos que eran muchas porque las habíamos sorteado en cruces y aceras pero lo que vimos en la carretera era un mar de motos y teniendo en cuenta que aquí conducen de una forma especial, tuvimos un entretenimiento en el camino de Beimen a Tainan.

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Tainan - Taiwan

Tainan

Nos despedimos de Taichung y cogemos un tren dirección Tainan donde nos alojaremos por dos noches. Tainan fue la antigua capital de Taiwán así que tiene muchos rincones históricos que recorrer y a su alrededor hay también lugares interesantes que visitar por lo que al final decido dividir la estancia en un día por libre y otro día con tour. Tainan ciudad en sí tiene muchos lugares que recorrer que si no estuvieran lejos se podrían ver con más rapidez de la que vamos a tener, el problema principal de la ciudad es que el transporte se reduce al automóvil o a pie, y las distancias son considerables. Ya que Tainan era grande, hay que tener en cuenta que fue antigua capital del país, cogimos un hotel cercano a la estación de tren para que no tuviéramos que desplazarnos con maletas, la cosa es que cuando habíamos cruzado (el hotel estaba frente a la estación) de repente empezaron a aparecer coches de bomberos que paraban justo enfrente del hotel, así que nos quedamos en la acera con las maletas mirándolo todo como si estuviéramos viendo una película. Al principio no sabíamos que pasaba ¿justo se había incendiado el hotel donde nos íbamos a alojar? Y mientras seguían llegando camiones de bomberos, junto a nosotras aparcaron dos de donde bajaron unos bomberos que empezaron a ponerse el mono y cargarse con cuerdas, una mujer al lado nuestro nos dijo algo en chino, con lo que nos quedamos igual, pero de ahí no nos movimos, luego vi como uno de ellos iba haciéndoles fotografías así que supusimos que era un simulacro de incendio. Pese a ello nos quedamos ahí hasta que finalmente volvieron, se cambiaron y se marcharon. Menuda primera aventura en Tainan. Tras marcharse los bomberos terminamos de cruzar la calle y entramos al hotel, eran antes de las tres pero solo queríamos dejar las maletas para salir a recorrer la ciudad. El trayecto programado lo haríamos a pie, excepto la última parte, que buscaríamos cómo ir (bus turístico, bus normal, taxi…). De la estación de tren caminamos hacia el templo de Confucio, tuvimos un camino largo y hacía calor, y eso que apenas eran las nueve de la mañana. Es cierto que cuanto más hacia abajo nos movíamos dentro de la isla, más calor húmedo hacía. Lo que era normal teniendo en cuenta que estábamos más cerca del Trópico. Afortunadamente las calles están cubiertas así que nos mantuvimos dentro de las aceras para evitar el intenso calor. Conseguimos descubrir cuál era el templo de Confucio por los turistas, aquí, al ser Tainan la ciudad más antigua del país y tener tanta historia, encontramos muchos turistas, tanto occidentales como orientales. Ya no éramos bichos raros. El templo de Confucio no fue solo un lugar para adorar al maestro más famoso de la historia china, en el pasado, era una escuela para niños. También fue el lugar donde se llevó a cabo el examen imperial, en el que los intelectuales intentaron obtener puestos oficiales. Este es el primer templo y escuela de Confucio en Taiwan. Según una colección de sus dichos, Confucio mantuvo una actitud negativa hacia la existencia de fantasmas y deidades. Por lo tanto, en lo que respecta a la arquitectura, la puerta de entrada en el templo de Confucio no tiene los retratos de los Dioses de la Puerta en ella para mostrar el respeto por Confucio. Además, las puertas con 108 clavos (símbolos de las 108 estrellas en el cielo) demuestran que Confucio tiene un estatus tan alto como la deidad principal. Además, no hay pareados publicados en los dos lados de la puerta. La pena es que la mayor parte del templo estaba en obras y no se podía ver, aun así pagamos la entrada (sí, Tainan es un sitio antiguo y turístico, así que se paga entrada en todos los sitios) y entramos a visitarlo. Y nos topamos con estudiantes que iban ahí de visita. Dentro el templo tiene varias salas con objetos antiguos mostrados como en un museo. Y también varias fotografías de los actos de celebración que hacen, así como los trajes de cada tipo que llevan con un cartel en inglés explicándolo. También vimos a unos niños con los palos de plumas que vimos en varios templos por Taiwan. Cuando salimos fuera nos entretuvimos bastante mirando cómo hacían deporte los escolares, nos parecía muy curioso porque resulta que pegado al templo de Confucio había una pista de atletismo con un pequeño paseo tipo parque, y ahí había varios grupos de escolares de distintas edades con banderas, así que estuvimos intentando dilucidar qué era lo que hacían. Tras el templo de Confucio nos acercamos al templo de las cinco concubinas. El lugar es un recinto muy grande, un parque rodeado de un muro, y dentro hay un montículo y un pequeño templo. A mis amigas les sorprendió que el templo fuera tan pequeño, aunque teniendo en cuenta que es dedicado a cinco mujeres, concubinas además, tampoco es tan extraño. La historia es que cuando el último miembro de la realeza de la dinastía Ming se dio cuenta de que la derrota estaba a la vuelta de la esquina, prefirió ahorcarse antes que sucumbir ante los conquistadores de la dinastía Qing. En un extremo acto de lealtad, las cinco concubinas del príncipe también se ahorcaron en el hall principal del Templo. En dicho parque también hay un templete en memoria de dos eunucos que también se suicidaron tras la muerte del príncipe. En todos los rincones hay carteles en inglés explicando los sitios. Después de visitar este lugar volvimos sobre nuestros pasos, en el camino de vuelta vimos una pequeña puerta china y unos turistas haciendo fotos así que cruzamos y nos acercamos a la zona, aquí había un pequeño templo y callecitas con tiendas para comer. Hay varias calles dedicadas a la comida aquí en Tainan, nosotras paramos en una de las terrazas que están en plana acerca para tomar algo y reponernos del calor de Tainan. Y luego continuamos camino a la Torre Chihkan. Aquí tienes la opción de pagar la entrada normal o coger la entrada que permite visitar cinco de los sitios históricos, y que sale más barata que coger las entradas de una en una. Nada más entrar estaba en una gran plaza con jardines y muchos turistas, occidentales y grupos de estudiantes chinos y japoneses. El lugar también se llama Fort Providentia y a la hora de seguir los carteles hay que tener claro los diversos nombres. Ese último nombre vino de los holandeses en 1653. Vamos por el lado izquierdo que está estanque y la sombra de los árboles, hay dos edificios de dos plantas que se pueden visitar. El primer edificio tiene una exposición sobre la Torre y Koxinga. Arriba del todo hay unas maquetas de barcos y unas buenas vistas del reciento y del otro edificio, para poder ver mejor los detalles. Luego bajamos y esperamos para subir al segundo edificio, en este tiempo habían llegado varios grupos de estudiantes japoneses y para subir a la segunda planta de los edificios había un contador en las escaleras que te decía cuanta gente había, y un cartel con el límite, así que tuvimos que esperar para poder subir. Arriba hay un dios con un pincel, resulta que debe ser el dios de los exámenes, de ahí tanto estudiante. Del segundo edificio vimos los restos de los cimientos de la antigua torre de la época holandesa, de ladrillo rojo, y luego nos dirigimos al jardín principal donde hay una escultura con Koxinga como vencedor sobre un occidental, entendemos que representa a los holandeses. De aquí vamos al templo que hay frente a la torre, al igual que el de Confucio este templo estaba también en obras, y parecía pequeño pero cuando entramos había varias salas por ver y resultó ser más grande los que nos esperábamos. Cada templo que visitábamos era diferente, es muy curioso no solo en el aspecto sino también cuando ves a la gente ir a rezar al templo, aquí nos paramos a ver cómo unos cuantos se dedicaban a quemar papelitos amarillos en el fuego, al día siguiente teníamos visita con guía a un templo y aprovecharíamos para preguntarle dado que no sabemos nada sobre qué significa esto, aunque si vimos muchas chimeneas y todos los templos tenía una. Y una vez salimos a del templo nos dedicamos a ver cómo llegamos al Fuerte de Anping. Como decía al inicio, las distancias aquí son amplias, y no sabíamos dónde coger los buses, por lo que paramos un taxi y le enseñamos la fotografía del fuerte. El taxi nos dejó frente a Yanping Old Street y ahí entramos al Fuerte. Este lugar es la fortaleza más antigua de Taiwan, dentro hay un edificio con una exposición sobre la historia del fuerte y de Tainan y una heladería y luego hay un muro antiguo que es la sección del muro exterior de la fortaleza junto a un árbol de esos que tienen largas raíces. Y al otro lado hay un baluarte de ladrillos rojos, con la figura de, suponemos, Koxinga y varios cañones de diferente época y estilo. Arriba del todo hay una torre blanca moderna, que desentona bastante con el lugar, pero cuando subimos hay una placa que indica que se construyó en los años sesenta, y en España en esa época también se hacían monstruosidades. Subimos la torre (solo hay escaleras para subir) y arriba está prohibido beber y comer (¡prohibido beber agua después de esa subida de escaleras!) . Pero vale la pena subir la torre porque tiene unas vistas impresionantes de Tainan, desde aquí se ve lo grande que es la ciudad. De aquí nos dirigimos al Castillo del Oro Eterno. A las seis de la tarde cerraban así que ya no es que se fuera a hacer de noche a las seis, es que no podríamos visitar el lugar sino llegábamos pronto, por eso también pasamos por el puerto sin entretenernos mucho y llegamos a tiempo para visitar el castillo del Oro eterno. La puerta y el muro del castillo del Oro Eterno están bordeados por un canal de agua, en realidad al entrar por la puerta podemos ver que el castillo es en realidad una antigua ciudadela europea; con forma pentagonal, con sus fosos y cañones. Dimos un paseo por la ciudadela, y pese a que estaba atardeciendo había algo de gente paseando, aquí también había cañones y sillas donde sentarse bajo los árboles a disfrutar de las vistas exteriores. El foso interior no tiene nada, y no se podía pasar. Cuando salimos ya estaba anocheciendo así que en taquilla pedimos un taxi, no entendían inglés pero taxi se entiende y con la amabilidad y simpatía taiwanesa la mujer me hizo una señal de “espera” llamo por teléfono y luego me escribió algo en un papel, me lo dio y señaló hacia la calle. Así que supuse que decía que esperara ahí al taxi y el papel descubrí que era la matricula del taxi que venía a buscarnos. Después de todo el día andando estábamos cansadas y le dimos la dirección en chino del hotel. Al día siguiente teníamos una excursión con guía por Tainan y alrededores. Primero marchamos al canal “Sicao Green Tunnel” pero hemos madrugado tanto que somos casi las primeras en llegar, así que vemos por fuera el gran templo que hay junto al canal. Este canal se construyó hace más de 200 años y hay una gran balsa que lo recorre, pero hay que esperar a que haya veinte personas para que salga. Una vez hay gente suficiente para hacer el recorrido nos enseñan un video de seguridad y nos dan los chalecos salvavidas y los sombreros. Los sombreros parecerán inútiles pero no lo son dado que la balsa pasa tan cerca de los árboles de los manglares que fácilmente te puedes dar con la cabeza con sus ramas, y además hay muchos animales pequeños que pueden caer en nuestras cabezas. Así que todos llevamos los sombreros. El bote comienza un recorrido por el canal rodeado de un bosque de manglares. Reconozco que tras malasia tengo debilidad por los manglares, pero en este, pese a ir tan cerca de las ramas no conseguimos ver muchos animales, algún ave y un par de cangrejos, pero poco más. En cualquier caso el paseo tiene un hermoso paisaje porque las ramas de los árboles se unen formando un arco y entre el color del agua y el color de las hojas verdes de los arboles el canal parece un túnel de color verde, de ahí el nombre. Luego con la entrada puedes visitar el museo que hay ahí mismo, que tiene varios fósiles y esqueletos de animales que han ido encontrando en Tainan, incluidos los esqueletos de dos ballenas, la madre y el hijo que quedaron varados en la playa de Tainan y murieron antes de que pudieran devolverlas al mar. Aquí descubrimos lo que es el chubasquero antiguo taiwanés que vimos en el hotel de Jiufen. De aquí marchamos a la Casa Sio. En los días en que la sal era controlada por el gobierno japonés cerca de Anping Old Street había una casa de madera que servía de oficina para almacenar, vender e inspeccionar la sal. Su nombre chino Xiyou Chuzhangsuo se deriva del japonés. "Xiyou" se pronuncia como "sio", que significa sal en japonés. La sal en esa época era muy valiosa y por tanto controlada. Cuando llegamos nos encontramos con una casa de madera de estilo japonés, junto a un árbol lleno de tablitas de madera con deseos. En la entrada de la casa hay una fuente de agua, y tres objetos. El primero con sal para limpiarse las manos. Luego uno con agua y un cazo, y el siguiente vacía para que echemos el agua sobre las manos y lavarnos la sal. La casa conserva también una bicicleta antigua, aunque como el lugar es pequeño se visita enseguida. Dentro de la casa encontramos todo tipo de objetos relacionados con la sal: una escultura hecha de sal basada en la lechuga y el bicho de jade famoso del museo de Taipei, y una variedad de sal colorida que representa los 366 días del año, aunque las fechas están en chino y el guía tuvo que ayudarnos ea encontrar la sal de nuestro día y mes de nacimiento. También hay sales de baño, jabón de sal, helados con sal, todo tipo de cosas hechas con sal. Una de las mujeres estaba emocionada porque no suelen tener turistas españoles. Un lugar para llevarse un souvenir original y con historia. De aquí nos acercamos a la Anping tree house. En este lugar visitamos tres edificios. El primero de todos es una casa dedicada a la escritura china de alguien que nos explicó el guía pero que ya no recuerdo, en el lugar hay un pincel con agua y cemento para que la gente practique su escritura sin gastar papel. La siguiente casa es una mansión blanca de dos plantas y balconada. Después de la derrota de China en la Segunda Guerra del Opio de 1867, el gobierno de Qing tuvo que abrir el puerto de Anping a los extranjeros, y el comerciante escocés James Tait fue uno de los primeros en establecer una casa de comerciantes en Anping. Tait & Company fue la casa comercial más grande de su tiempo, principalmente dedicada a la exportación de azúcar granulada y alcanfor de Taiwán. Durante la era colonial japonesa, el comercio de alcanfor y opio se convirtió en un negocio del gobierno, lo que dejó a estos comerciantes extranjeros sin otra opción que abandonar Taiwán, incluida la Tait & Company. En 1911, el edificio de Tait & Company se convirtió en una oficina y almacén para la Japan Salt Company. Después de la Segunda Guerra Mundial, se convirtió en las oficinas de las salinas de Tainan. En el interior de la casa grande hay una explicación de la historia del lugar, objetos y láminas sobre la compañía. También hay salas con muebles originales, un reloj, una mesa con sus complementos, un escritorio y otros objetos más. También hay varias monedas, incluidas unas españolas. Y en uno de los pasillos hay un plano de Taiwán, aquí el guía nos dice que Tainan antiguamente se llamaba Taiwán y que cuando llegaron los extranjeros y desembarcaron en Tainan y preguntaron cómo se llamaba ese lugar, dijeron Taiwán. Y Taiwán se convirtió en el nombre de la isla y la ciudad acabó cambiando su nombre a Tainan. Se entiende que esta fuera la primera ciudad del país y capital del mismo, pero como nos indica el guía con el tiempo el norte se ha ido desarrollando y el sur se ha ido empobreciendo. El otro edificio es el antiguo almacén de Tait &Company, donde antes de que los productos se cargaran en los barcos, se almacenaban en lo que ahora se llama la Casa del árbol de Anping. De las tres casas, esta es la que más turistas atrae y es que este almacén fue abandonado y los árboles se hicieron dueños del mismo, entrando por el techo, las ventanas, las puertas. Debido a la fuerza de las ramas el techo ya no existe, y hay paredes interiores que tampoco se conservan y solo están los aceros que marcan la estructura del almacén. Las ramas de los árboles crean formas tales como corazones, raíces con la forma de la pared, y otras que han crecido de tal forma que han creado barrotes a una de las puertas y hay una sala en la que ya no es posible entrar. Han construido escaleras de madera y metal y plataformas de observación, lo que permite a los visitantes serpentear a través de los árboles y ver el almacén desde las ramas. Además de esta visita también hay una plataforma sobre el puerto del canal por donde llevaban las mercancías y desde aquí se ve parte de la ciudad y el canal. Una vez salimos de la casa árbol nos acercamos andando a Anping Old Street que está llena de casas tradicionales, casas de ladrillo bajo y mansiones occidentales. Construidas con tierra y tallos, estas casas de tierra apisonada son frescas en verano y cálidas en invierno, lo cual era muy común en la época en que una gran parte de la población se dedicaba a la agricultura. Aquí hay muchos sitios donde parar a comer antes de salir de la ciudad de Tainan. Sobre todo platos de gambas o camarones, que son típicos de Tainan.

Visita: Noviembre 2018


Información para viajar: Round Taiwan Round

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