Ir al contenido principal

Hengchun - Taiwan

Hengchun

Si tuviéramos más tiempo una opción a tener en cuenta es bajar en autobús a Kenting (no hay tren) y así disfrutar de sus playas y su parque natural, pero a mis amigas no les va la playa por lo que Kenting hubiera quedado fuera, pero aunque no pudiera ver las que dicen son las fabulosas playas del sur, sí quería ver el parque natural de Kenting. Pero ¿Cómo verlo sin bajar en autobús hasta ahí? Pues la opción la encontré en un tour que recoge en Kaohsiung y te lleva hasta Kenting. El tour, al igual que el autobús de ruta, para en Hengchun. Aquí tenemos nuestra primera visita, el Templo Checheng Fuan, que es el templo que rinde culto a Tu Di Gong (que significa Dios de la Tierra, o Dios con Virtud y Fortuna) más grande de Taiwan. Tiene doscientos años de antigüedad y es un edificio del estilo del templo real del norte de China. Este templo fue construido para aliviar el dolor y actuar como apoyo para los pioneros de China continental. La estatua del dios es del estado de Chuan en China. Por fuera puede parecer igual que otro templo de este estilo pero por dentro me recuerda a una iglesia, nada más entrar te encuentras con un altar con diferentes pisos que cuentan historias o tienen figuras, al igual que los altoares de las iglesias tienen sus apartados con los santos. También dentro del templo encontramos objetos que no hemos visto en otros templos. En la zona superior podemos ver con más detalle la parte superior del “altar”, y resulta curioso porque en los otros templos cuando subes tienes el altar de otro dios o dioses, pero aquí es simplemente un hueco para observar el altar principal desde arriba. Un poco más adentro encontramos una mesa y zona para rezar. Hay que comentar que otra de las cosas que tiene este templo son las vistas que tiene, desde uno de los balcones de la zona superior se puede ver toda la montaña que rodea la ciudad, donde destacan las figuras de varios templos, y por el otro balcón se puede ver la costa y las playas, así como el mercado de frutas que hay en la parte inferior y trasera de templo. Bajando por el ascensor del templo llegamos al mercado. De aquí nos vamos a la ciudad antigua de Hengchun. Cerca del final de la dinastía Qing, el canciller Shen Bao-zhen fue asignado aquí. Construyó la primera ciudad castillo de Taiwán para derrotar a los enemigos que venían del mar. Ahora es uno de los sitios históricos de segundo grado y la única ciudad castillo de Taiwán que conserva todas sus puertas en pie. Algunas partes de la muralla del castillo también se mantienen adecuadamente y se puede caminar sobre ellas. Nosotras nos dirigimos a una de las puertas que permite subir y pasear por las murallas de la ciudad. La muralla así como la puerta está hecha de ladrillo rojo, hay escaleras para subir hasta la parte superior y se ve todo alrededor. Como había dicho ya, cuando más al sur más calor hace y aquí, cercanos a la punta sur de la isla de Taiwán el sol pica con fuerza. Las tres tenemos que taparnos, ya sea con paraguas o con pañuelos sobre los sombreros porque la piel quema bajo el sol. Alrededor de la muralla hay varios árboles por lo que, si no fuera por el calor, sería un paseo agradable. Cuesta imaginar cómo lo hacían en esa época porque debía haber gente en las murallas vigilando ante posibles ataques. De aquí nos dirigimos a otra de las puertas, tanto la oeste, este, norte y sur se pueden ver en pie, pero solo podemos andar por dos de ellas. Por esta otra puerta la parte de la muralla tiene una rampa en vez de escaleras, el guía nos comenta que era para subir ahí con los caballos. Desde aquí nos asomamos a las almenas de la puerta que hoy es acceso de carretera a la ciudad, y de las murallas. Junto a la muralla hay un parque con árboles que dan sombra para protegerse del calor. De cualquier manera somos las únicas personas tanto aquí como en la otra puerta. Es en Hengchun donde nos quedamos a comer, sus casas son todas de una o dos plantas y el guía nos lleva a comer a un sitio de los que veo en las series asiáticas donde cocinan al lado del comedor para que lo puedas ver, y donde hacen un sabroso pulpo a la brasa. De aquí nos acercamos a ver otra de las puertas, la más grande. Al contrario de las otras esta puerta tiene techo y no tiene murallas, y además se encuentra en ¡una rotonda!. Después de casi dos semanas en Taiwán es prácticamente la primera rotonda que vemos. Esta es una de las cosas que más nos sorprendieron en Taiwán, y es que ellos no tienen apenas rotondas sino que se cruzan en las intersecciones sin accidentes ni pitadas. Nosotras nos entreteníamos viendo el tráfico de Taiwán sin las rotondas pero ellos se pueden volver locos si llegan a España (donde parece que no sabemos vivir sin una rotonda).

Visita: Noviembre 2018


Información para viajar: Round Taiwan Round


Comentarios

Entradas populares de este blog