Diario 2013: Italia - Palermo - dia 3

De Monreale partimos hacia Palermo para poder ver el palacio normando y la capilla platina, que al ser semana santa cierra antes. La entrada 11 euros. Lo que viene siendo habitual. El palacio de los normandos funciona actualmente como la sede de la asamblea Regional Siciliana y se encuentra junto a la puerta de Carlo V de Alemania I de España. Con el techo de la torre de baldosado de colores y el escudo del águila es claramente visible desde dentro del palacio. Dentro del palacio se puede ver los apartamentos reales y la capilla palatina. Lo más resaltable es la capilla Palatina, una obra donde confluyen las paredes y techos bizantinas, las paredes y suelos de mármol con mosaicos de corte árabes, y el escudo con las franjas de la corona de Aragón, mezcla con figuras barrocas. Toda una confluencia de artesanía bizantina y árabe de formas brillantes en un reducido espacio. Sin duda una visita imprescindible al visitar la ciudad de Palermo. 

 
 
 
 

Aparte de estas visitas de interior, el plació normando solo cabe destacar como muestra de la mezcla de culturas y artes que tuvo la ciudad, donde las paredes pasan del barroco al árabe o al gótico sin ningún orden ni sentido. Tras la visita del palacio y saliendo justo a la hora de cierre nos acercamos a la catedral de Palermo. La catedral es sorprendente e interesante de ver por fuera dado que pro dentro es de una completa austeridad, bastante oscura, donde lo único resaltable es la línea zodiacal que atraviesa el mármol del suelo. Nunca había visto en una catedral una línea con los signos del zodiaco cruzando el altar y siguiendo la dirección del sol. La catedral se construyó sobre una antigua mezquita y se nota en algunos rincones el estilo árabe, que adornado con palmeras parece una mezquita en tierras africanas, pero por otro lado tenemos pórticos y arcos de estilo gótico y normando, entremezclado con textos en árabe. A la que añadimos figuras de blanco mármol de apóstoles varios. 
 
 
 
 

Lo mejor de la catedral de Palermo es su exterior y rodearla para descubrir todos sus detalles. La catedral se encuentra en una amplia plaza que se extiende delante de ella, que permite contemplarla con algo más de horizonte y perspectiva que las estrechas calles que dominan el Palermo antiguo. Tras la visita de la catedral montabas al autobús para una visita rápida de la ciudad pasando por el teatro Polyteama, la plaza Pretoria y su fuente de la vergüenza, con sus más de treinta figuras desnudas (ninfas, dioses, Triones..) de mármol blanco situada frente a un convento.. Y así llegamos a la plaza de las cuatro esquinas, Quattro Canti, con un santo en cada esquina, donde seguimos visitando la ciudad y entre callejuelas vemos los famosos mercados de Palermo, en la intersección que forma el corso Vittorio Emanuelle y la Via Roma que me recordaron a los mercados tunecinos. 

 
 
 

Y ya anocheciendo llegamos el hotel para cenar. En la cena nos pusieron de postre cassata, que es un pastel de dos capas de bizcocho relleno de ricota dulce y cubierto con una capa de royal icing verde y blanco, que no me gustó nada. Luego, muchísima gente y ambiente en la calle cuando tras cenar, aprovechando la buena situación del hotel, salí a pasear un rato. La pena es que como terminamos las visitas tan tarde no pude ver ni la iglesia de la Martorana ni las catacumbas de los capuchinos, lugares que según las guías son interesantes de ver.

 
 
 
 

Diario 2013: Italia - Monreale - dia 3

De Agrigento salimos con destino Monreale, el día de hoy íbamos contrarreloj porque aparte de Montreale había que visitar Palermo, aunque, como ya contaré, Palermo no lo pude ve entero. Para ir a Monreale tuvimos que entrar en el caos de Palermo, donde conducen tan mal como en el peor sitio de Italia que se pueda ocurrir. Desde Palermo sé que en el bus 389 también se puede ir a esta población, que está en lo alto de una montaña. Monreale es pequeñita pero muy visitada debido a su catedral, de las más hermosas catedrales bizantinas de Sicilia. 

 
 
 

Comimos en Monreale en una terraza, el pueblo es tan pequeño que no hay demasiados sitios para comer, y casi todos los turistas nos íbamos encontrando de calle en calle, buscando donde comer. La catedral por fuera no tiene nada de espectacular pero por dentro es impactante. Es la iglesia más grande que hay con mosaicos bizantinos. La comparaban en su época con Santa Sofía, pero tras la invasión turca y conversión de la basílica de santa Sofía en mezquita, esta perdió sus muchos mosaicos (yo que la he visto doy fe de ello). La catedral de Monreale es una autentica obra bizantina, donde es fácil sentirse transportado en el tiempo y vislumbrar la época dorado de los bizantinos. Del suelo al techo todo está cubierto de mosaicos que representan el Viejo Testamento, y dos naves laterales en las que podemos ver imágenes de la vida de Cristo. El suelo es una mezcla de mármoles de estilo árabe, y el techo todo cubierto de detalles labrados y pintados, que contrasta que las paredes, así como las columnas de estilo dórico. Pese a la mezcla de estilos, la magnificencia de los mosaicos te trasporta a un tiempo en que el imperio bizantino dominaba media Europa. 

 
 
 
 

Saliendo de la catedral a mano izquierda se encuentra la entrada al claustro, que cuesta 6€. Lo más destacable del claustro son las columnas que alternan teselas incrustadas con otras esculpidas, donde lo más llamativo son las incrustadas. Luego hay un rinconcito del claustro que tiene aspecto de estilo árabe, con una fuente en forma de palmera, lo que no deja de resultar curioso, aunque a mi parecer no vale los 6 euros. Y esto todo de Motreale, aparte de las vistas desde lo alto de la montaña. Pero lo imprescindible, la catedral, símbolo del esplendor del Imperio Bizantino.
 
 
 
 

Presentación

Curriculum Viajero - Presentación