Tras la comida y la visita al Palacio Real fui a descansar y refugiarme del calor porque el día anterior, aunque caluroso habíamos tenido la suerte que estuviera nublado, pero en el siguiente día el sol brillaba en un cielo despejado y a la hora de la siesta era infernal estar en la calle, con razón desde quien me recogió en el aeropuerto como la del B&B se quejaban de lo caluroso del día, no están acostumbrados a esos calores. Tras dejar que el sol bajara un poco salí para seguir mi visita de la ciudad, me acerqué esta vez a la Puerta Palatina que era una de las puertas de acceso de la antigua ciudad romana y que se encuentra bien conservada y rodeada de un jardincillo, de ahí me acerque a la catedral de Turín y entre para verla por dentro, aquí es donde se guarda la Sabana Santa y se nota el número de feligreses que entran para rezar delante de los cristales que protegen donde se guarda. La catedral está unida al palacio real, pero como esta zona ya estaba vista me dirigí haci
Destinos errantes: Berbe en movimiento (viajes, escapadas, visitas, recreaciones, etc.)