Diario 2014: Italia - Baile en la Plaza Laugier de Portoferraio - dia 2

Tras la cena nos pusimos en camino hacia la Plaza Laugier, que como el pueblo está todo en cuesta la plaza en cuestión está sobre un edificio. En la plaza ya estaba el grupo de baile el Atelier de dance di Firenze mostrando al público algunos de los bailes de la época napoleónica o regencia si lo llamamos al estilo inglés. Así como también había un par de recreadores de Elba. Dejamos todos los bártulos (sí que iban cargados en aquella época) y nos pusimos a bailar, no baile todos los bailes, por una parte por descansar, por otra porque no todos me los sabía bien y, aunque Donal Francis siempre hacia una presentación del baile antes de poner la música para así recordar los pasos (realmente era muy buen maestro porque con el día anterior ya se nos habían quedado algunos pasos y además había estructurado muy bien el orden de los bailes), aún había algún que otro baile complicado. 

 

El primero en teoría es fácil y cada cinco pasos se perdían las parejas (había que cambiar de pareja y siempre se quedaba gente colgada sin pareja, lo que siendo pares es algo difícil, pero pasaba mucho). Y finalmente porque iba sola y es muy difícil encontrar pareja con la que bailar. Aún así baile unos cuantos bailes, estuve sentada viendo bailar, entre al edificio (que ahora no recuerdo bien que era aparte de biblioteca, que tenía un parte muy español con arcos blancos y un pozo en el centro, bebí mucha agua (el único defecto de la isla, el calor que pasé, si no hubiera hecho tanto calor hubiera visto más cosas seguro). 

 
 

Y al finalizar el baile marchamos hacia la playa La Viste, de noche no se ve nada por lo que si quieres matarte de camino (cuesta arriba y luego cuesta abajo) lo mejor e ir de noche ahí. Dio la casualidad que había una despedida de soltera así que el bar estaba lleno de gente y la novia se quería tomar fotos que nosotras. Y la playa estaba desierta, hubo algunos valientes que se metieron al mar, el agua tenía buena pinta pero las playas de piedras te dejan los pies destrozados, yo no conseguí estar más de un segundo sin calzado en la playa. Así que así di por terminado el día (no sé qué hora de la madrugada serían y además había que subir la cuesta desde la playa hasta casi lo más alto del pueblo para luego bajar otra vez).

 
 
 

Diario 2014: Italia - Cena en la Enoteca della Fortaleza de Portoferraio - dia 2

Tras salir del teatro, y todos con ropa de la época napoleónica, nos dirigimos hacia la Enoteca della Fortaleza, localizada en las murallas Medici. Aquí aprendí que si se quiere comer hay que dejar las fotos y las contemplaciones para el final. Lo que pasó es que tras recorrer el camino a pie desde el teatro hasta la enoteca la terraza ofrecía unas vistas tan bonitas que no pude evitar quedarme contemplando las vistas y haciendo fotos, por supuesto. Claro que debido a esto la gente entró, hizo fila y arrasó con la comida. Cuando entramos dentro yo no tenía ni hambre pero estaba deshidratada (no sé si había comentado que hacía mucho calor y mucha humedad, y añadido a las capas de ropa de época era una combinación letal). 

 
 

Pero como había que hacer fila aunque no se quisiera coger nada de lo que había ahí (no era como un buffet que pasas de lo que no quieres y vas directamente a lo que te interesa) pues aún tuve que hacer una larga fila hasta conseguir una botella de agua y que nos bebimos entera. No pedimos que nos llenara un vaso, no, pedimos la botella entera. Pese a el tema de la comida, que ni la catamos (unos trocitos de pan comí yo), el lugar era perfecto.

 

La Enoteca estaba construida dentro de las murallas, y en la parte de la entrada se estaba fresquito (no así al final donde había hecho una cristalera, que si bien tenia vistas al mar se cargaba el frescor de la roca). Luego en el jardín de entrada a las murallas era donde mejor se estaba, faltaron sitios para sentarse pero éramos muchos, aún así, una bebida fresquita junto a las murallas con la vista del pueblo, las montañas y el mar mientras anochecía valían la pena. 

 
 

Diario 2014: Italia - Teatro dei Vigilanti en Portoferraio - dia 2

Este era el primer evento de este tipo al que iba, pero me he enamorado, porque combina dos cosas que me gustan; viajar y conocer la historia y los lugares de a dónde voy y la recreación histórica (aunque en ocasiones nos tomamos un poco de libertad). Había estado mirando y para esa época al teatro se iba con mantilla, no solo en España también en Francia, pero que sorpresa cuando era la única con mantilla, pero al menos las otras españolas también resaltaban, dos con trajes más vivos que el blanco y los pasteles, porque en 1814 empezaban a entrar con fuerza otros colores, y otra con una chaqueta goyesca, así que perfecto. 

 

Nos empezamos a congregar en plaza del teatro que tiene una vista maravillosa de Portoferraio desde lo alto, y luego fuimos entrando y saludando a Margarita, la responsable de todos los eventos. Lo cierto es que la velada en el teatro dei vigilante en Portoferraio me encantó. No solo pude ver el teatro por dentro, que es mucho más encantador que por fuera, que parece poca cosa y muy moderno, sino que disfrute del teatro, la soprano y el arpa que la acompañaba. Además aprendí mucho sobre cómo era el teatro en esa época, que se hacía en los palcos, lo que estaba mal visto, lo que no (y la recreación de algunos actos bien vistos como beber alcohol en el palco – y el susodicho palco se llenó de visitantes a por alcohol - entre otras). 

 
 

También se dejó claro que al teatro se iba mucho para ver y ser visto (no cambiamos con el tiempo). Y además de todo esto ver el teatro con todos vestidos de época napoleónica, y con la recreadora de Paolina Bonaparte en el palco de honor, le daba un toque completamente distinto. Además tuve la fortuna de acompañar a Charo de Cuaderno de costura 2.0 y Eva, que iban tan bien vestidas de 1814 que les dieron un palco para ellas, y yo me acoplé. Disfruté del espectáculo, una agradable velada en el teatro (con pequeños actos de teatro compaginados con música con arpa y canto).

 

Diario 2014: Italia - Portoferraio - dia 2

Al día siguiente me marché de Portoferraio a Porto Azurro y luego regrese para ver alguno de los museos que pillé cerrados el día anterior, pero poquita cosa dado que no tenía tiempo de sobra, tenía que cambiarme para una velada en el teatro la cena y que como ya diré, la ropa de 1810 no estaba hecha para que se la pusiera una persona sola.



Diario 2014: Italia - Porto Azurro - dia 2

El calor empieza pronto en la Isla de Elba, pero a primera hora apenas hay gente en la calle, dado que la noche, que es más fresca, invita a disfrutar de la isla. Al siguiente día tenía muchas opciones, dado que hay muchos lugares que visitar en la isla. Lástima que el calor y el tiempo no me dieran para ver todo lo previsto. Para pasar la mañana al final me decidí por visitar Porto Azurro. Esta población era una ciudad española, y tiene una ermita llamada de Montserrat, con una virgen negra. Después de desayunar, bastante más tarde lo habitual (tenía que recuperarme del día anterior, que menudo viajecito) salí con dirección a la estación de autobuses, que está pasado el puerto marítimo de Portoferraio. Compré un billete de ida y vuelta a Porto Azurro y esperé a la hora, en la que puntualmente llegó el autobús. 


 

En teoría cogiéndolo a las 10 de la mañana (el anterior era a las nueve y no llegué a tiempo) a las 10.45 llega a Porto Azurro, y así fué. El autobús de ida paraba en Capoliveri lo que significa que, aparte de las vistas de la costa que se obtienen en el trayecto de autobús, también se tienen las vistas del pueblo, en lo alto de la montaña, y luego la bajada desde la montaña hasta la costa para llegar a Porto Azurro. Es recomendable coger el autobús que para en Capoliveri, porque aunque tarde más el recorrido te permite disfrutar de unas magnificas vistas de la isla que sin parada en ese lugar no se obtienen. 

 

Porto Azurro tiene playas también de piedras pero con un poquito más de arena, así que estas estaban abarrotadas de gente. El autobús te deja en el centro del pueblo, asi que dí un paseo por el centro del pueblo, con rincones bonitos de flores y banderas con las tres abejas, la iglesia, con sus vigas de madera, sus puertas decoradas y sus libros de cantos. Bastantes tiendas con joyas minerales y corales. Aquí compre un collar y complementos de coral rojo, tan típico de 1814 y de la zona del Mediterráneo. 

 

Y el puerto marítimo que te lleva a la montaña cuyo camino sube hasta la ermita de Montserrat, dado el horario que llevaba cuando alcancé el camino no tenía tiempo suficiente para subir hasta la ermita si quería volver a Portoferraio con tiempo para cambiarme de ropa (por la tarde comenzaba con el primer evento) así que subí una parte, lo suficiente para disfrutar de las vistas de un fuerte al otro lado de la costa de la isla (no sé qué población es) y los veleros y calas tan típicos del Mediterráneo, tan usuales en las postales.


    

El pueblo con más lugares para visitar es Portoferraio, pero aunque más pequeñito Porto Azurro es muy bonito con sus calas y sus paisajes. Tras comer junto al mar, y así descansar del calor (no había sudado tanto desde Malasia), cogí el bus de regreso (puntual en su hora). Este no pasó por Capoliveri, por lo que llegué antes a Portoferraio, perfecto para comprar mucha agua (estaba a un paso de deshidratarme) y tener tiempo para cambiarme de ropa, que como ya diré, la ropa de 1810 no estaba hecha para que se la pusiera una persona sola.

  

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