Ninh Binh - Vietnam

Ninh Bihn 

Como queríamos aprovechar al máximo y habíamos visto que las vistas desde la Cueva Mua valían mucho la pena pedimos al guía justar el tour e incluir la cueva Mua, para ello la tarde del día 5 en la que solo era trayecto a Ninh Binh sería visita a Hoa Lu y alojamiento en Ninh Binh tras la visita. Asi que después de comer marchamos hacia la zona de Ninh Binh y entramos en la carretera a Hoa Lu. Esta carretera es estrecha por donde pasan motos, bicicletas, coches, y todavía no sé cómo puede entrar tanto tráfico por esa carretera, pero hay que reconocer que Ninh Binh vale mucho la pena. Su paisaje es distinto, pero igualmente hermoso. Las imágenes de sus montañas de roca caliza entre verdes campos de arroz le han valido el sobrenombre de “la Ha Long terrestre”. Si te gustan las montañas rodeadas de agua entonces la zona de Ninh Binh es tu destino. Fue por esta carretera donde vimos muchas motos con familias, con los niños dormidos en el medio, desde bebes a niños mas mayores. Según nos contó un guía como por los impuestos es tan caro comprar coches tienen una ley flexible, se pueden ir cuatro personas en una moto si son dos adultos y dos niños (y de eso en esta carretera vivimos unas cuantas motos de cuatro con los dos niños en medio) y tres adultos si es para una emergencia. Ya estaba atardeciendo cuando llegamos a Hoa Lu, la entrada al lugar cierra a las cinco, pero una vez estás dentro no te echan y por tanto lo urgente es entrar antes de que cierren el acceso. Si nos vas tan apurado como nosotras antes de entrar puedes pararte a disfrutar del paisaje en el puente que conecta una zona de tierra con la de la entrada al lugar. Como decía el paisaje de esta zona son montañas y ríos, por lo que es lógico que haya puentes y barcas, y Hoa Lu se encuentra escondida entre los picos de las montañas. Hoa Lu era la antigua capital de Vietnam hasta el año 1010, cuando fue trasladada a Thang Long-Hanoi, está rodeada por el río Hoang Long y los picos de Trang An, y se convirtió en el centro político y económico hasta el traslado de la corte a Hanoi. Fue reconstruida tomando de base los templos y patios originales. Para acceder a la visita cruzar el puente que atraviesa el río y te lleva a la gran puerta de acceso. Tras la puerta de acceso hay grandes patios con amplias carreteras y todo el recinto se encuentra amurallado. Lo primero que encontramos es un cartel con dibujos explicando la historia del lugar. La monarquía vietnamita, como se creó el país sin gobierno chino, y por supuesto la historia de los templos que se pueden ver ahí, los del rey Dinh Tien Hoang (924 - 979) ascendió al trono en 968 como fundador del primer estado feudal autónomo, Dai Co Viet y el rey Le Dai Hanh (941-1005). También en las amplias calles encontraras vietnamitas montados en buyes de agua para que pagues por la fotografía. Entramos ya dentro del Vietnam turístico (nada que ver con Mai Chau que había turismo pero en menor medida) y por tanto allá donde se les ocurra que hay negocio ahí lo montaran. Lo bueno es que aquí no te agobian como en los países como Egipto, Túnez, etc. Eso es lo que mas me molesta, quien quiera que pague y se haga las fotos y quien no quiera que lo dejen tranquilo, bastante estrés tengo en el trabajo como para tener en las vacaciones, así que al menos en Vietnam dices no y ya te dejan en paz. Y eso teniendo en cuenta que noviembre cuando fuimos nosotras no es un mes donde haya muchísimo turismo en comparación con otras épocas. El guía nos dijo que en agosto hay sitios de vietnam que tienen más españoles que vietnamitas. Una locura. Tras enterarnos de la historia de estos reyes nos dirigimos a cruzar la puerta de acceso a la zona del templo del rey Dinh. El templo está rodeado de una hermosa vegetación en un ambiente tranquilo, con pequeños estanques. Al pasar por un antiguo biombo, se encuentra la puerta principal con árboles centenarios en ambos lados. El santuario se caracteriza por tener una que combina caracteres chinos y tallados en madera y piedra. Frente al templo, el gran patio es el lugar de las ceremonias reales. Mientras paseas por el patio, puedes admirar al dragón y al "nghe" (animal mítico inspirado en el perro), tallados en un bloque de piedra, animales sagrados que simbolizan majestad y nobleza. Aquí el guía nos comentó que tienen cuatro animales sagrados de los cuales solo uno es real, y cada uno simboliza algo; Fénix, Dragón, Nghe, y Tortuga. Cuando entras en el templo te encuentras con columnas lacadas y oraciones paralelas, y una mesa labrada en madera, y en la sala principal se encuentra la estatua del rey Dinh, protegida tras unos barrotes. Este rey gobernó el país durante solo doce años, pero fue el primer rey de Vietnam y por tanto importante en la historia del país. Salimos del recinto amurallado del templo y nos dirigimos al templo dedicado al rey Le. El lugar también, como el otro templo, tiene estanques (agua), arboles (madera), rocas (piedra). En la primera puerta hay un antiguo balancín labrado de madera y en la ultima puerta de acceso al templo en los laterales hay estelas sobre la tortuga, el animal que representa la longevidad. El templo tiene el mismo estilo tradicional que su predecesor, el templo del rey Le está dedicado a la adoración del rey; su quinto hijo, el rey Le Long Dinh y la emperatriz Duong Van Nga. Las esculturas también están guardadas tras unos barrotes, pero se pueden ver desde la distancia, el rey Le Dai Hanh hizo historia por su gloriosa hazaña en la lucha contra los invasores Tong en 981 y Chiem en 982, la emperatriz del rey anterior entrego las llaves al general que se convirtió en el nuevo rey tras las victorias contras los invasores y como agradecimiento se casó con ella. Por eso aquí se ve a la emperatriz, su hijo y su segundo esposo y no está con el primer esposo, ya que aquí tiene más importancia (se casó con un rey, hizo un rey, se caso de nuevo con un rey y tuvo un hijo que fue rey). El guía con comentó eso, pero también dijo que algunos vietnamitas piensan que está con el rey Le porque traiciono a su al otro rey cuando entrego las llaves del rey a Le. Al salir del templo Le nos acercamos a ver una zona verde llana y con el fondo las montañas típicas de la zona, y el guía nos comentó que podíamos visitar otro edificio. Este está mas escondido y suelen abrirlo pocas veces porque no quedan más que los cimientos, pero hay creado un edificio nuevo alrededor donde además hay puesto los elementos de decoración que encontraron en esa excavación, mas que por los cimientos nos gustó por ver en detalle los elementos originales como las tejas o las monedas que se encontraron ahí. Cuando salimos ya estaba anocheciendo, pero ya solo quedaba coger el coche e irnos a nuestro hotel en Ninh Bihn. Nuestro hotel tenía la piscina y el restaurante en el techo y una espectacular vista desde ahí de las montañas y los campos de Ninh Bihn. Pero en realidad una de las mejores vistas de Ninh Binh es la que se puede obtener desde la cueva Mua. Salimos hacia ahí y volvimos a pasar por la carretera que tanto nos gustó el día anterior, con los ríos y las montañas a los lados. No llegamos muy pronto por lo que la subida iba a ser con el sol, pero tampoco fuimos al medio día o la tarde, donde posiblemente hace un calor horrible. Hicimos la cola para comprar las entradas y pasar al complejo turístico que se ha montado alrededor de la cueva, lleno de atracciones para hacerse fotografías y disfrutar el rato. Según el guía la cueva originalmente no se llamaba Mua pero como el río que discurre por alrededor de la cueva hace que la cueva parezca que danza tomo ese nombre. Como decía el recinto es todo un completo turístico con un parque con lago, un puentecito con guirnaldas, figuras de caballos, una cascada, columpios, etc. Tras ir pasando de largo de todos esos lugares nos acercamos directamente a las escaleras, según el guía lo normal es tardara una hora ya que paras mucho a hacer fotografías (y ya te confirmo que hay bastante gente subiendo y bajando las escaleras). En el inicio de las escaleras nos encontramos con la figura de un dragón de barandilla, pero luego ya desaparece para dejarnos solo escalones y gente. No es una subida difícil y vimos familias con niños haciéndola y también vietnamitas con sus trajes regionales y fotógrafos, subiendo con chanclas y vestidos largos e incluso de abrigo (recordemos que hace calor – nosotras vamos en manga corta-). Aun así, ellos parecen estar acostumbrados, aunque yo estaría asada de calor o me hubiera tropezado con el vestido o las chanclas. Los escalones más desiguales son los que te acercan a las dos cimas. Una vez subidos unos cuantos escalones te encuentras con una bifurcación. La derecha conduce a una de las pagodas en un estrecho rocoso, es la primera cima que tomamos, arriba del todo casi no se puede pasar, es muy estrecho y hay mucha gente, sobre todo nos encontramos con unas chicas vietnamitas (no me sé su etnia) que llevan su traje típico y posan en tacones en lo alto de la roca mientras un fotógrafo las va dirigiendo para posar. Como la cima está tan transitada no llegamos a la torre que corona la cima, aunque estamos en el mismo nivel, y me dedico a disfrutar de las vistas desde lo alto mientras espero a mi amiga que sube a su ritmo. Uno de los rincones tiene unas vistas de las montañas espectacular y por otro lado el lago lleno de lotos. En esta época no florecen y solo se ven sus hojas, pero asún asi es una vista preciosa. El camino por el lago de lotos forma el dibujo de un loto y solo se puede percibir desde ahí arriba. Finalmente bajamos y volvemos a subir para tomar la bifurcación de la izquierda. Aquí los escalones se hacen más grandes, y eso es algo que no solo notamos al subirlos sino al bajarlos y ver como los padres indican a sus hijos que se sienten y se dejen caer que ellos vigilan no rueden porque es imposible que sean capaces de bajar solos por ahí. La subida de este lado nos acompaña con varios vietnamitas de diferentes etnis, todos con trajes distintos, reconocemos algunos de la feria de Mai Chau y otros no. Los más impactantes son los de pieles, porque entre el esfuerzo y el calor deben estar asados dentro de los trajes. En la curva de la subida está otra de las mejores vistas, las montañas karkasicas de la zona de Ninh Bihn y el río. Subiendo un poco más se llega a un pequeño templete para disfrutar de las vistas desde ahí. Sin duda uno de los miradores más impresionantes donde poder ver la ciudad de Tam Coc, Trang An y Ninh Binh. Luego hay una subida pro piedras a lo que es el Bodhisattva Avalokitesvara, un enorme dragón enclavado entre las rocas. Pero como el lugar es estrecho y hay mucha gente es difícil hacerse la fotografía con el dragón, que además no aporta mucho porque lo que vale la pena son las vistas desde ahí. Después de las dos subidas bajamos las escaleras y visitamos la cueva, a pie de las escaleras de inicio se encuentra la cueva que da nombre al lugar, donde ver la imagen de un tigre y poco más. Antes de salir del reciento de la cueva Mua nos acercamos al bonito estanque repleto de flores de loto y otras plantas acuáticas. Los lotos no están en flor, pero también aquí nos encontramos con más vietnamitas en trajes típicos. Creo que casi hemos visto los trajes de todas las etnias de Vietnam. El guía nos comentó que hay 12 etnias, pero que la gran mayoría de ellas viven en el norte de Vietnam. Tras salir de la cueva Mua nos dirigimos a nuestro próximo destino: Tam Coc. A Tam Coc lo llaman "el Halong Bay de interior o de río" y está incluido en Patrimonio de la Humanidad. Según nos comentó el guía la zona de Nihn Bihn tiene muchas cuevas y ahora mismo para el turismo hay varios recorridos en bote pero que los recorridos originales son dos, uno de esos dos es Tam Coc. Lo tienes todo organizado para ir colocándote en bote y salir sin apenas esperar, casi tienes que correr para ponerte el chaleco salvavidas. El recorrido vale la pena, ya que a los lados disfrutas de las montañas kársticas de la zona y además en los laterales tienen plantados nenúfares para adornar el paseo. Al inicio te sigue una barca para hacerte fotos, nosotras dijimos que no y seguimos admirando el paisaje y paso de nosotras a la siguiente barca. Tenia claro que no iba a hacer negocio con nosotras. Una se sentaba delante y la otra en medio de la barca y como no somos pareja pues no necesitábamos pedir fotografías juntas. Al poco de iniciar el camino la barquera se puso a remar con los pies, como el resto de barcas, esto les permite tener las manos libres para hacer de todo, sobre todo ofrecerse a hacerte fotos y venderte cosas. En el recorrido se atraviesan tres cuevas, la primera que llega es la cueva Hang Ca y la más grande de las tres. La verdad es que incluso nos cruzábamos en su interior con otras barcas. Como en el interior la luz entra bastante se pueden ver estalactitas y vegetación silvestre. Al salir nos encontramos con la preciosa vista de las montañas y el río Ngo Dong y una de las paradas junto a la orilla para quien haga recorridos en bicicleta. En seguida llega la segunda cueva Hang Giua. Aquí vimos muchas más estalactitas. Es un poco más pequeña. Salimos y tenemos de nuevo el paisaje de las montañas y el río y nos acercamos a la última cueva, la cueva Hang Cuoi. Es la más pequeña de las 3 con 45 metros de longitud (bien marcado antes de entrar en una tablilla) y bastante baja por lo que tuvimos que agachar la cabeza. Te sorprenden al final con unos cuantos botes de gente de la zona con fruta y otras mercancías, pero estaban de descanso o habían vendido mucho o ya las barqueras les hizo alguna señal de que con nosotras no iban a sacar anda porque ni nos miraron (afortunadamente). Y aquí la barca da la vuelta para regresar al embarcadero. Para el regreso pasamos de nuevo por dos de las tres cuevas, ya que una de ellas está como dividida y cuando sales ves a tu derecha la cueva por donde has entrado antes y las barquitas entrar. El paseo es precioso y vale la pena por el precioso paisaje. Antes de llegar al embarcadero escuchamos a la barquera pedir propina (después de habernos intentado vender unos tapetes a los que ni miramos), pero ya estaba preparada para pagarle. Ya había leído que en Tam Coc todos los barqueros piden propina y que mejor darle algo, lo que sea, así que iba preparada. Tras pagar la “obligada” propina (cualquier no le da nada cuando ni has llegado todavía al embarcadero) nos llevo al embarcadero y de ahí marcamos a la pagoda Bich Dong. La Pagoda Bich Dong, construida en el siglo XV y posteriormente renovada se encuentra ubicada en la ladera de la montaña y está compuesta por tres niveles. Cuando llegamos el lugar estaba lleno de autobuses de turistas y su entrada, que tan tranquila y pacifica se daba en algunos blog de viajes, estaba tan llena de gente como la plaza del Pilar durante las fiestas. Lo primero que vamos a encontrar en nuestra visita será un puente de piedra sobre un estanque de loto el cual deberemos atravesar hasta llegar a la bonita entrada que, una vez la atravesemos y sigamos el camino, nos llevará hasta la Pagoda Ha. Es esta entrada y puente donde, debido a la estrechez, mas lento se movía uno. Esta primera pagoda consta de 5 habitaciones con pilares de madera y piedra y la cual está dedicada a Buda. Tras la Pagoda Ha subiremos una escalera de piedra que nos llevará a la Pagoda Trung dedicada a la diosa Kwan Yin con grabados en la ladera. Es la más bonita por dentro ya que está incrustada en la misma montaña. Cuando vas entrando en la cueva puedes ver el templo desde las pequeñas ventanas, haciendo un recorrido 360 grados a la pagoda. Tras atravesar la cueva, que en algunos lugares no está muy iluminada, motivo por el cual es fácil tropezarse y también no ver, como me paso a mí, la campana que hay dentro (la vi, pero a la vuelta). Y por último tras atravesar una cueva llegaremos a la Pagoda Thuong que adora a Bodhisattva y se encuentra en la cima de la montaña desde donde hay unas vistas maravillosas del entorno. Cuando llego un gran grupo empezamos a bajar de la tercera pagoda a la segunda y nos encontramos a una mujer mayor con bastón subiendo las escaleras, como hablaba con el hombre que la ayudaba escuchamos que, por supuesto, eran españoles. La mujer tenia 87 años, y ahí estaba subiendo escaleras de piedra hasta una pagoda. Tras volver a pasar por el mismo camino (en la segunda pagoda encontramos a otro grupo grande de españoles) salimos directos a ir a comer cabra, algo típico en la zona de Ninh Binh y tras una comida tardía (ya serían las tres de la tarde, pero aunque en Vietnam comen pronto si es por vender se adaptan a los horarios extranjeros). Tras la comida dimos por acabado el día. La verdad es que, aunque habíamos pensado la noche anterior salir por Ninh Binh un vistazo a la ciudad de noche nos quitó el interés. Seguimos el viaje por Ninh Bihn, este día nos toco un guía que ya empezó mal. Nos llamaba “clientas especiales” porque ya habíamos estado en Tam Coc y ahora volvíamos par ver Trang An. Lo cierto es que en internet unos viajeros decían que les gustaba mucho Tam Coc, otros que les gustaba Trang An y como no tenía forma de decidirme cuál visitar pensé que si tenía días de sobra lo dedicaríamos para aprovechar y ver los dos lugares, y decidir si nos gusta uno mas que el otro o los dos por igual. El guía en cambio pensaba que habiendo visto uno el otro no era necesario, pero tampoco es que fuera un gran guía. Nuestra primera parada del día era la pagoda de Bai Dinh. El guía no nos explico mucho, pero nos vendió que si queríamos comprar la entrada aparte a la torre, dijimos que si porque como no sabíamos que había en la pagoda pues nos dejamos llevar. La entrada básica es la que da acceso al transporte en coche eléctrico (un vehículo estilo carrito de golf) desde la entrada del complejo hasta el complejo en sí y viceversa, además de permitirnos el transporte dentro del complejo utilizando el mismo tipo de vehículo. La segunda entrada por persona que permite subir a la Pagoda Bai Dinh (la torre) además de dar acceso a los coches eléctricos. Y luego está la tercera entrada, la más cara. El complejo del templo de Bai Dinh se compone de una serie de edificios construidos, en su mayoría, durante la década de los 2000 (sigue habiendo obras en el complejo). La mayoría de los edificios han sido construidos con el dinero recaudado por las entradas y donaciones, que debe ser bastante porque vimos que no paraban de construir. Una de las pocas cosas que dijo el guía es que él era budista y que esa pagoda era de cobro y que los budistas no iban ahí. Fuimos pasando por grandes espacios, estanques y templos con estatuas doradas de Buda cada vez más grandes. El guía no nos contó nada ni sobre una campana gigante que pasamos (en internet he visto que …), ni sobre los templos, ni sobre la historia de los Budas (oí algo a una guía en español dentro de unos templos, a la que me acerqué sigilosamente para escucharla mientras hacia fotografías). Sin apenas información sobre el lugar nos llevo dando vueltas al recinto (estaba claro que no sabía donde tenía que ir) y dejando de lado el entrar a uno de los últimos templos nos llevo por pasillos donde se paraba en unas fotografías de personajes famosos visitando la pagoda (y que a nosotras unas fotos no nos aportaban nada). También pasamos por corredor más largo de Asia de casi 3km y que está lleno de pequeñas esculturas de Buda con un nombre, cuanto más alto más han pagado para que tenga su nombre. Dejamos atrás unas escaleras que, como descubrirnos desde lo alto de la pagoda, te llevan a la escultura de un Buda gigante (según internet la estatua de Buda de bronce más grande del mundo), y nos dirigimos a la torre o pagoda para entrar. Dimos varios rodeos hasta encontrar la entrada ya que, como decía, tenía un guía que no sabía ni donde estaba. Al entrar hay que ponerse unos tapetes en los zapatos para no estropear el suelo de mármol y subir con ellos unas escaleras de mármol sin barandilla (no quiero pensar la de caídas que pudo haber habido ahí, el mármol resbala, más con unos plásticos en los pies, y sin donde agarrarte). Y tras esas escaleras llegas a una planta con ascensor. Esto es algo típico en Vietnam que no acabo de entender. En todos los hoteles nos encontrábamos escaleras para llegar a la planta donde estaba el ascensor, así que en todos los hoteles había maleteros que por una propina te subían o bajaban las maletas. Que hubiera escaleras y luego una planta mas alta con ascensor igual seria entendible si hay inundaciones, pero es que en Ninh Bihn el hotel tenía escaleras para bajar una planta y ahí coger el ascensor. Como esta pagoda no podía ser distinta pues nos encontramos escaleras para llegar a la planta con el ascensor. (reconozco que nos fuimos sin descubrir porque todos los edificios tenían siempre escaleras hasta la planta del ascensor). El ascensor te sube hasta la penúltima planta y aunque la terracilla es muy estrecha las vistas de ahí son espectaculares, se ve todo el completo y sus alrededores, que conociendo el paisaje de Ninh Bihn era espectacular. Sin duda vale pagar la entrada que te permite subir. En el interior de la planta el guía nos hizo subir más escaleras (que obsesión por tanta escalera) para ver la escultura de Buda que hay en el interior de la pagoda, que sin duda es también impresionante como el resto del recinto. Al salir de la torre nos mandó el guía a la salida, bajando a pie las cuestas que antes habíamos subido en escaleras y este guía desastroso se perdió. Si, así fue. Nosotras no nos perdimos, se perdió él. Estaba hablando por teléfono y nosotras preguntábamos y siempre era, recto hacia abajo, así que nosotras seguimos recto hacia abajo. Había una pareja que giro a la derecha para ver otro templo lateral y su estanque, pero nosotras seguimos recto a la salida como nos había dicho. Pues llegamos a la salida (con su típica tienda) y empezamos a mirar a nuestro alrededor y no estaba el guía por ninguna parte. Le dije a mi amiga que se quedara ahí en la puerta y yo entre a la tienda a buscarlo, incluso salí de la tienda donde los coches eléctricos y nada. Así que al final retomé el camino y finalmente lo vi detrás de unos turistas saliendo del lateral del estanque. Este guía se había perdido siguiendo a otros turistas, estamos mas que seguras, porque sino no tiene sentido que apareciera por donde apareció. Bajando hacia mi amiga, sentado en la puerta de la tienda, el guía se me iba a la izquierda y le sigo para decirle que por ahí no cuando dice, es por aquí, señalando recto y yo em callé porque para qué decir nada. Cuando salimos de la pagoda nos dirigimos a comer muy cerca del embarcadero de Trang An. Durante todo el camino el guía solo quería vendernos un bote privado y no nos explico nada. Eso sí, nosotras no aceptamos ningún bote privado, bastante tuvimos con la broma de la pagoda. Tras volver a comer cabra (dijo un guía que en vietnam te pueden dar perro por cabra, porque su carne se parece mucho) nos dirigimos a Trans An. El guía nos llevo corriendo (no entiendo la prisa) y luego se volvió loco porque la barca si no es privada es para cuatro personas y nosotras éramos dos, pero es que había una cola larga de turistas, no iba a ser complicado conseguir otros dos (otra cosa es la chica que nos preguntó que cuantos éramos porque eran tres y les faltaba una persona). En Trang An hay tres rutas, desde la más corta hasta la más larga. Si vas en privado tienes paradas para bajarte en templos del recorrido, si no vas en privado no, pero como lo que nos interesaba era el recorrido y no los templos y pagodas (ya teníamos de sobra y los que nos quedaban) pues para qué pagar más por un privado. No sabría decir que recorrido hicimos (si el primero, el seguro o el tercero) porque teníamos un guía qué, pro supuesto, no nos dijo nada. Pero vamos, cuando valoré el tour fui muy sincera, he hecho viajes con tours o solo por mi cuenta, mi amigo me dijo “Taiwan muy bonito peor mejor con guía que te explica”, así que no tuve en reparos en contestar que no cogía un tour con guía para que le guía no contara nada (y no comente lo de perderse porque para qué más), y al final nos devolvieron una parte del precio del tour. Pero volviendo a Trang An. Si me preguntas que es más bonito me pasa como los otros blogeros de viajes, no sabría elegir un lugar. Mi amiga Trang An le apreció más auténtico, pero le gustaron los dos. En la barca que cogimos iba una pareja de estadounidenses, la mujer no había mas que hacerse fotografías en poses geniales quitándose el chaleco salvavidas para lucir mejor, pero atención porque nos dijo que no sabía nadar. Entre la mujer de 87 años, esta americana que no sabía nadar y se quitaba el chaleco y luego los ciegos que no sé perdían ni una (ya os contare), qué valiente es la gente, o qué insensata, no sabría decantarme por cual opción escoger. Aquí no reman con los pies sino con las manos y a los laterales tienes remos para ayudar al barquero a remar (cosa que recordando como nos fue remando en el kayak en el pasado dejamos en manos de los estadunidenses). En el recorrido enseguida entramos en la primera cueva muy pequeña y corta que nos dio acceso a un paisaje espectacular de altas montañas rodeadas del río. Aquí las montañas son mucho más altas que en Tam Coc y más frondosas de vegetación, tal vez pro eso mi amiga pensaba que era más auténtico. Enseguida llegamos a la segunda cueva, algo más larga y grande, con iluminación en su interior para poder ver mientras nos movíamos por el túnel excavado en la roca. Y de la cueva salimos al increíble paisaje, más montañas y agua rodeándonos. Llegamos lentamente hasta una zona grande como un lago con un templete con una campaña en el medio, a donde solo te puedes acercar en barca, a la vuelta el barquero te acerca al lugar para que puedas hacerte fotos con la campana sobre el agua, pero a la ida pasas de largo camino a la tercera cueva. La tercera cueva tiene más estalactitas y hay que tener cuidado con la cabeza. Y la salida de nuevo nos lleva a un hermoso paisaje de grandes y frondosas montañas. El recorrido lo hicimos en silencio disfrutando del ruido de los remos en el agua y de la increíble vegetación que rodea el lugar. Un recorrido muy recomendable y sin nadie molestándote para hacerte fotos o venderte nada. Cuando llegamos al embarcadero por supuesto no vemos al guía. Un viaje tan precioso, con un paisaje tan espectacular y un guía tan desastroso. Había leído en un blog de viajes que aquí los barqueros tienen prohibido pedir propina, pero eso no es cierto, ahí estaba el barquero, en cuanto nos dejó en el embarcadero, esperando su propina. Tras salir de la barca buscamos al guía que ya dio por terminado su trabajo (como si hubiera hecho mucho) y nos llevaron a Hanoi. Ese mismo día por la noche nos venían a recoger para irnos a Sapa.

Visita: Noviembre 2023

Mis imágenes: Tam Coc

Información para viajar: Pendiente

Mai Chau - Vietnam

Mai Chau

El segundo día en Vietnam nos dirigimos a Mai Chau. Aunque es una zona a solo 150 kilómetros de Hanoi nos cuesta unas cuatro horas conseguir llegar a nuestro destino. a primera hora salimos de Hanoi hacia Hoa Binh. Como salimos de la ciudad en vez de entrar no nos cuesta tanto como cuando entramos ya que es hora punta de entrada a trabajar y no de salida. Cientos de motos inundan la carretera en el lado contrario al que nosotras vamos. El motivo principal por el que cuesta tanto llegar es porque la carretera que te lleva hasta ahí es una carretera de montaña llena de curvas, y si quieres ir sin accidentes el transito se toma con calma. siendo tantas horas de trayecto (principalmente por el tipo de carretera) tuvimos varias paradas a lo largo del camino. La primera parada fue una parada técnica, más para el chofer y su desayuno que para nosotras, que no teníamos necesidad, en cambio la segunda parada es una parada "obligatoria" para disfrutar del paisaje. Mai Chau no es un sitio muy visitado por los turistas españoles por lo que en los blog viajeros extranjeros encontré más información sobre el lugar que en los blog españoles, y en la lista de las mejores cosas que hacer en Mai Chau aparecía ver Thung Khe Pass, un famoso sitio de Mai Chau para disfrutar de las vistas. El paso se encuentra a una altitud de unos mil metros sobre el nivel del mar y atraviesa acantilados de montaña con una curva perfecta de lo que es una montaña blanca. El guía nos dijo que la montaña tenía nombre relacionado con el color blanquecino de su roca. Los autobuses a Mai Chau también paran aquí por un tiempo y por supuesto nuestro tour también hacia parada aquí. La vista del lugar es espectacular, desde lo alto de la montaña ver el valle verde y todas las otras montañas de verdes y azules. El mejor mirador de este calle y montañas son las casas construidas con bambú y chapas de aluminio. Da un poco de miedo si te paras a pensar sobre el lugar en el que estas parado, pero la vista que hay desde ahí te evita mirar sobre lo que estas. Estos lugares están forrados con alfombras y tienen hamacas para que los pasajeros se tumben y consuman, ahí mismo, en el frente cada puesto tiene las plantas y los animales preparados para darte una comida en tu parada. Y con eso me refiero a que tienen cangrejos, caracolas, pollos vivos en espera de que tu los elijas para el almuerzo, aunque también tienen huevos cocidos, maíz asado, caña de azúcar, arroz pegajoso "com lam". El guía nos dijo que es normal parar, elegir un pollo, que te lo maten y te lo hagan ahí mismo. El guía solo se pidió una mazorca de maíz (tienen hornos de leña en el lugar) ya que todavía era muy pronto para parar a comer. Tras la parada continuamos el viaje a Mai Chau y tenemos la tercera parada, es en el mirador de una montaña sobre la ciudad de Mai Chau. Los vietnamitas en cualquier lugar y de cualquier forma se preparan un negocio, aquí nos encontramos con un bar con un mirador al pueblo de Mai Chau. La vista también es increíble: el pueblo con sus campos de arroz y sus casas, todo rodeado de inmensas montañas verdes. Y después de disfrutar de las vistas la última parada es ir a comer (en Vietnam comen sobre las 12). El lugar es idílico también, una casa típica de Mai chau (de madera sobre pilotes) y rodeada de campos de arroz y verdes montañas, nos encontramos hasta un telar de la familia, que teje ropa y demás artesanía textil muy típica de esa zona. Después de comer nos acercan al alojamiento en Mai Chau. Hay muchos alojamientos (hoteles, camping, homestay, etc), nosotros elegimos el alojamiento que maneja la cueva Mo Luong. Había leído en un blog en inglés que esta cueva se puede visitar en ocasiones y que la regenta el hotel Mai Chau Longe, para los no huéspedes tiene un precio y para los huéspedes la visita es gratuita. Antes de partir pregunte el horario para poder si podías visitarla, afortunadamente de 14-15 el guía estaba disponible para hacer la visita. Hay que protegerse la cabeza con un casco para evitar las posibles piedras que puedan caer. Este lugar sirvió como base para el ejército vietnamita durante las guerras contra Francia y Estados Unidos. Era un lugar de reunión y un lugar de almacenamiento de armas y explosivos. La primera cueva parece un gran salón, hay estalactitas y luces en el techo y en lo alto se pueden ver murciélagos. Después de visitar la primera cueva, puedes subir las escaleras hasta una segunda cueva, la entrada es bastante baja y estrecha una vez pasados los escalones de hormigón. Sin embargo, al pasar la entrada, te encuentras con una cueva mucho más bonita, ya que en las dos caras de la pared se pueden encontrar estalactitas de varias formas y complementan todo el conjunto sin apenas rincón liso (como pasaba en la primera cueva). La tercera cueva es inaccesible porque es apenas un agujero que se inunda en ocasiones. Tras visitar la cueva nos marchamos a pasear por el pueblo, el camino y las casas estaban adornados por banderas; con la estrella y con el yugo y la hoz. Nos comentó el guía que había una feria y por eso había adornado las calles y las casas del pueblo. Paseando por el pueblo nos saludó una chica en español, ya que nos había oído hablar entre nosotras. Fue la única española que encontramos ahí ya que como había dicho antes este lugar no es muy visitado por los turistas españoles. La chica nos comentó que se alojaba en Mai Chau porque un español le había dicho que ahí no había turismo español (que pena que se encontró con nosotras). Es cierto que debido al turismo los lugares cambian y si quieres evadirte un lugar donde no escuches tu idioma es lo mejor. A nosotras eso nos daba igual, simplemente habíamos visto que Mai Chau se veía un lugar bonito para descubrir (efectivamente no nos decepcionó). Paseando por la zona pudimos disfrutar de los campos de arroz, las verdes montañas y las casas construidas sobre pilotes que son típicas de ahí. En Mai Chau viven muchas minorías étnicas; los Thai viven en estas casas tan características, estas casas son casas bastante grandes con tejados de palma y suelos pulidos de lamas de bambú. Pudimos ver como la mayoría se han adaptado a los nuevos tiempos, la parte de arriba sigue siendo los dormitorios y la de abajo aparte de comedor, también se convierten en tiendas de productos textiles y tradicionales. Los farolillos que adornan las casas también son distintos a los de otros rincones que hemos visitado. Aunque la época en la que fuimos es, en teoría, una época en la que no recomiendan visita Mai Chau ya que estamos en tiempo de recogida del arroz, a nosotras el paisaje de los campos de arroz nos encantó. También pudimos ver patos corriendo por entre los campos de arroz. Todo el lugar es una postal por la que pasear con tranquilidad. Antes de anochecer regresamos al hotel para darnos un baño en la piscina (el hotel está junto al lago y alquilaban kayaks pero tras México somos conscientes de nuestras capacidades y el kayak no es una de ellas). Por la noche preguntamos como ir al famoso evento, todos nos indicaban la dirección, pero nadie explicaba que era el evento en cuestión. Cuando uno no sabe lo que busca es bastante difícil encontrarlo. Hay que tener en cuenta que como es un pueblo de montaña no tiene alumbrado, pero yo iba preparada con una linterna así que salimos de camino a las casas en busca del famoso evento. Encontramos una especie de carpa con un atril y micrófono, pero no había nadie así que pensamos que era ahí y que, o bien no había empezado o bien había acabado. Por lo que al final regresamos al hotel para cenar e irnos a dormir. De camino al hotel vimos los coches con matrícula azul por lo que efectivamente evento había, aunque no conseguimos encontrarlo, el guía nos dijo que el color de las matrículas era para identificar el tipo de coche: coche de servicio (ganar dinero), coche particular, coche de las autoridades. Al día siguiente descubriríamos donde estaba ubicado el famoso evento, pero ni de lejos hubiéramos sido capaces de encontrarlo el día anterior. Buscando en internet descubrimos que el evento era: the Community-Based Tourism Village Festival, del 17 al 19 de noviembre. Una feria de turismo que el día que nos marchábamos tenia un espectáculo de danzas tradicionales. Pero aunque eso nos lo perdimos tuvimos otro tipo de suerte. Al día siguiente en Mai Chau empezamos acercándonos al mercado local del poblado Muong. Muy parecido a los mercados que vi en China. Lo de la carne me da mucho asco, pero es como es, teniendo en cuenta que comen perro y todo lo que se mueva pues tampoco nos vamos a poner exquisitos. Tras ver el mercado salimos del pueblo para empezar un recorrido por la zona, al hacerlo pasamos por un cementerio local. Aquí el guía nos explicó lo que es tradición (independientemente de la religión) para que viéramos la diferencias entre las tumbas. Hay dos tipos de tumbas, la primera es cuando ha fallecido la persona, la segunda tumba es cuando ya han pasado (no recuerdo exactamente) cierto tiempo y cogen el cuerpo y le limpian toda la carne y restos hasta solo dejar los huesos (esto lo hacen los familiares de los fallecidos) y entierran los huesos en otra caja, está la definitiva y más elevado. Es una tradición que quieren abolir porque es muy poco higiénica. Seguimos caminando por entre las casas de pilotes de madera y los campos de arroz por las zonas de las tribus locales como las aldeas de Chieng Sai y Na Phin. Este recorrido suele hacerse en bicicleta, pero como yo no sé montar en bicicleta pedimos que se hiciera andando. Por el camino el guía también nos comentó el proceso de “casamiento”, demasiado largo para acordarme con eso de la tradición. En nuestro paseo llegamos a la feria, el guía nos pregunto si queríamos entrar, como nadie nos había dicho de que iba el famoso evento (ya no digo la feria) pues dijimos que lo que quisiera. Al final entramos y descubrimos el escenario donde estaban practicando bailes, una exposición fotográfica de la zona y casitas de diversas zonas de Vietnam, como una feria de turismo cada caseta exponía sus productos estrellas: comida, agua, frutas, ropa. Así pudimos ver todo tipo de comidas y trajes típicos, en cada zona es diferente según la etnia mayoritaria. Nos encantaron todos los colores y tipos de trajes que vimos en la feria, también la curiosidad de las comidas, los telares, el como hacer hilo con gusanos de seda, etc al final fue una suerte haber coincido con esa feria y poder llenarnos una vista que de forma habitual no lo hubiéramos visto. También había algodón de azúcar pero decidí pasar de la experiencia, por algo perdí 4 kilos en mi viaje, la vista echaba ya para atrás mucha comida.  Después del paseo marchamos a comer y nos alejamos de Mai Chau a nuestro próximo destino en Ninh Binh.

Visita: Noviembre 2023

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Hanoi - Vietnam

Hanoi

Y por fin llegamos a Vietnam. Parece que el viaje está gafado desde el 2020, el año de la pandemia en el que teníamos previsto hacerlo, y siguiendo esa rutina de todas las largas colas de Inmigración cogimos la más lenta con diferencia: una hora entera haciendo cola hasta conseguir entrar al país. Cuando conseguimos pasar de inmigración nuestras maletas estaban ya fuera de la cinta y casi no salían nada de maletas del avión, hasta que las vimos estuvimos a punto de pensar que se habían perdido. Al parecer alguien las había sacado pensando que era suyas y luego al ver que no eran las dejo en el suelo. Nosotras estábamos más de 15 días en Vietnam, cuando cogimos los vuelos en abril era obligatorio el visado para más de 15 días de estancia, pero en agosto salió que el gobierno vietnamitita autorizaba a los españoles a estar 45 días en el país sin necesidad de visado. como tardamos tanto gracias a la interminable cola de inmigración la recogida que teníamos encargada no aparecía por ningún lado, afortunadamente en el aeropuerto hay wifi gratis y pudimos contactarlo para que viniera a recogernos. Finalmente, después de no sabemos cuántas horas de viaje, transito, viaje, fila de inmigración, sufrimiento esperando las maletas pensando que estaban ya perdida, y esperando a que nos volvieran a venir a recoger, llegamos al hotel en Hanoi. Como todavía era muy pronto no nos daban la habitación y como teníamos muchas ganas de este viaje, en vez de hacer como el resto de viajeros con los que nos topamos, incluidos los españoles detrás nuestro en la cola de inmigración y que escuchamos programaban quedarse en la piscina del hotel hasta que le dieran la habitación, decidimos salir a ver la ciudad. Al final salimos del hotel a las 9 de la mañana y regresamos a recoger las maletas y entrar en la habitación a las 9 de la noche. Todos con los que nos toparon les pareció sorprendente, pero habíamos perdido casi dos días, había que sacar partido al viaje. De nuestro hotel teníamos 25 minutos andando hasta el lago, y lo que es la zona más turística, pero en el camino ese tiempo nos permitía descubrir cómo sobrevivir a Vietnam, porque teníamos claro que dado el tráfico de Hanoi debíamos aprender a sobrevivir a él. Mi amiga fue la que más de adaptó porque en vez de esperar a que se pusieran los semáforos en verde ya se lanzaba a cruzarlos en rojos. En Hanoi los pasos de cebra y los semáforos son solo una sugerencia, si esperas que te vayan a parar ya puedes pegarte años esperando. lo que tienes que hacer es mirar el tráfico y decidir cuándo pasar, cruzar a paso continuo sin pararte ni correr, van lo suficientemente lento como para parar o desviarse y no pasa nada. Aunque paran al ras tuyo, y la verdad es que para tanto caos pocos accidentes vimos. Si vimos alguno en el resto del viaje por carretera y si muchas ambulancias que no tienen por donde pasar, pero por la ciudad nada. Y la verdad es que incluso cuando piensas que no te vas a acostumbrar y que no vas a poder cruzar siempre encuentras un momento para lanzarte a la carretera, aunque realmente caminas pro la carretera porque en Hanoi las aceras solo existen para las tiendas y de aparcamiento de motos, así que hay que andar por la carretera, aunque eso ya lo habíamos vivido en Taiwán, tampoco era algo nuevo. Al poco de empezar a caminar pasamos por el Mercado cubierto de Dong Xuan, ya en el Old Quarter, es el más grande de Hanoi y construido por los franceses en 1889. Los puestos aquí venden de todo, excepto alimentos y es un completo caos, y por supuesto hay que regatear. Esto es una de las cosas que peor llevamos porque ni mi amiga ni yo sabemos regatear, yo pregunto precio si me cuadra bien sino me cuadra me voy, pero en este viaje nos pasaba que nos íbamos y nos empezaban a rebajar el precio, así que no teníamos que sufrir mucho con el regateo. En cualquier caso, como las compras nos van poco, pasamos de largo y solo nos detenemos para ver la escultura junto al mercado, y no somos capaces de entender nada de a qué es esa escultura. Seguimos andando por la carretera mientras empiezan a molestarnos los ciclos push, ya hemos entrado en el barrio antiguo y los ciclos push buscan turistas como nosotros para venderles un paseo, pero nosotras tenemos otros planes. Queremos llegar al templo Bach Ma y casi se nos pasa, pero está identificado por la bandera de colores. El templo de Bach Ma es parte de los cuatro templos que protegen la ciudad los espíritus maliciosos. Una vez que entras al templo por sus viejas puertas de madera hay un amplio patio antes de llegar al interior del templo que está muy decorado, está tan lleno de cosas que se nos puede pasar los detalles. A la derecha se puede ver un palanquín funerario, y en el centro la estatua del legendario caballo blanco que habría guiado al emperador al sitio propicio para la construcción de la ciudadela. Alrededor del caballo hay otras figuras, ofrendas, lámparas. Lo más llamativo es el caballo blanco. El templo es pequeño así que en seguida estamos fuera de camino a la casa colonial Ma May. De camino a la casa nos encontramos con otro templo con muchas lámparas en el patio de forma redondeada con imágenes en las mismas. Dentro del templo lo más resaltable es su artesanado de madera, con gran detalle donde se nota la antigüedad de los mimos. Al salir en el patio hay textos explicativos al respecto. Aunque solo eran los techos nos ha gustado más que el otro templo. Seguimos caminando descubriendo la vida en moto de los habitantes de Hanoi hasta una antigua casa dentro del área, que según leímos, es el área de las 36 calles, que ahora son muchas más pero antes eran 36 calles de diferentes artesanos (herreros, pescadores, carpinteros, etc). La casa se construyó a fines del siglo XIX, momento en que la calle Ma May era una calle comercial y por ello la casa se dedicó al comercio. La casa fue habitada por varias generaciones de comerciantes: tendero, funcionario, sastre, etc. El edificio ha sido reformado y reconvertido a su estado original. En su estado original la casa consta de un patio interior y un piso superior. En la planta baja esta la entrada con una salita con una mesa, sillas y armario de mármol, un patio abierto, y luego la parte de atrás otra sala con el horno de la cocina. Subiendo las escaleras llegamos al piso superior, primero hay una sala con un altar dedicado a los dioses protectores del hogar, y una sala con una gran cama y objetos que reflejan el Jing y el jang. Después hay una pequeña terraza donde asomarse al patio abierto y un camino hasta otra sala. Desde arriba se pueden ver las tejas típicas vietnamitas, muy curiosas. Mientras estábamos en la casa una pareja iba con un guía en español, durante todo nuestro viaje solo hubo un lugar donde no escuchamos español, el país estaba plagado de españoles, aunque según uno de los guías noviembre no era un mes de muchos españoles ya que en agosto hay lugares de Vietnam con más españoles que vietnamitas. Al parecer diciembre es el mes donde no hay apenas turismo español. Cuando terminamos de ver la casa continuamos el camino hasta el lago Hoan Kieam. Se encuentra en el Old Quarter y tiene una gran extensión, así como una divertida rotonda que, siendo nuestro primer día en Hanoi y sin haber dormido apenas en los vuelos, decidimos sortear y cruzar a lo seguro, si es que existe alguna forma de cruzar así en Hanoi. El lago se llama el Lago de la Espada Recuperada y proviene de una leyenda: En el siglo XV los dioses enviaron una espada al rey de Vietnam para defenderse de los chinos y, una vez cumplida la misión, una tortuga dorada gigante recuperó el arma y se sumergió en las profundidades del lago. En un extremo del lago un puente rojo conecta con una pequeña isla donde se ubica el Templo de la Montaña de Jade. La entrada es menos de un euro, pero es un templo con apenas nada de interés, al inicio del viaje quería cruzar el puente, no tanto por ver el templo al otro lado sino porque ese puente fue la primera imagen de Vietnam que tuve, en una serie coreana hace ya muchísimos años (ni había Instagram en ese entonces). Pero la verdad es que el cansancio ya nos hacía mella y como el día estaba muy gris preferimos descansar y comer algo un rato junto al lago. No aguantamos mucho porque no sabemos eso de estarnos quietas mucho rato comiendo, así que revisamos donde estaba el teatro de marionetas de agua, cerca del lago había visto que hay dos, reservamos la entrada con un tour gastronómico (raro en nosotras, pero en todos los sitios dicen que es lo que hay que ver en Hanoi) y fue todo un acierto. Los días que volvimos a Hanoi coincidimos con otros españoles en el tour que en Hanoi intentaron coger los tickets en el día y estaban todas las entradas vendidas hasta las nueve de la noche. O bien lo reservas por internet o los compras a primera hora en taquilla porque se agotan enseguida. Por sus gustos igual les daba igual no verlas, pero por nuestros gustos nos hubiera dado mucha pena no haberlas visto y hubiéramos cogido las de las 9 de la noche que en Vietnam es como decir las 11 de la noche. Pero siguiendo con nuestro día nos dirigimos hacia la calle donde estaba una de las agencias donde ese mismo día habíamos cogido el tour, como íbamos con tiempo de sobra pasamos de largo y giramos a la izquierda para encontrarnos con la famosa calle del tren siendo cortada por la policía. Decenas de turistas se apelotonaban al lado de cada barrera y decidimos esperar con ellos suponiendo que esa expectación era porque iba a pasar el tren. Justamente al poco rato oímos la bocina del tren a lo lejos y una mujer embadurno con un pincel la barra con algo pringoso que alejaba a cualquier de la idea de apoyarse en la barra. Con esa táctica se aseguraban que ningún turista se apoyará y sacará alguna parte de su cuerpo fuera y sucediera algún accidente. El tren llegó, pasó y en cuanto termino de pasar se abrieron las barreras dejando pasar a un sinfín de motocicletas. Eso era un auténtico caos que, para ellos en cambio, era lo ordenado y normal. Tras ver pasar el tren volvimos hacia la agencia donde teníamos un tour por Hanoi, ahí nos ofrecieron alquilar traje vietnamita para el tour por 7 euros y aunque no tuvieron talla para mi amiga sí que había para mí, así que me alquile el traje. Luego el sombrero vietnamita estaba incluido con el tour por lo que salimos a recorrer Hanoi con guía. Había dos tipos de tours, en moto y en coche, pero el de coche era recomendado según el peso y bueno, nos tocó hacerlo en coche. Nos dejamos el puente Long Bien por falta de tiempo ya que habíamos reservado las entradas de las marionetas a las 4.30 de la tarde (de haberlo sabido hubiéramos reservado más tarde pero el problema es que en coche se avanza mucho más lento que en moto), pero fue un buen tour, muy recomendable para ver Hanoi de una forma diferente. Comenzamos el tour yendo a la catedral de San José, es una catedral católica de estilo neogótico y con inspiración en la catedral de Notre Dame de París, pero hay que recordar que Vietnam fue colonia francesa y se nota en varios de sus edificios ese colonialismo. Aunque en internet pone que por la tarde está abierta para la visita cuando fuimos estaba cerrada pero como le dijimos a la guía no nos importaba mucho, hemos visto bastantes iglesias y nos apetecía ver más rincones de Hanoi. Después de la catedral nos llevaron a la calle del tren, pero a un extremo donde no hay barreras y se puede entrar y pasear por las vías decidiendo en qué cafetería parar a tomarte algo. Este lugar se hizo famoso por Instagram y lugar típico que visitar, aunque solo sea ver una estrecha calle ocupada por vías de tren, por las que éste circula a escasos centímetros de los edificios que la delimitan. Dada su fama se han abierto varios cafés y restaurantes para que los turistas consuman mientras esperan ver pasar el tren a su lado o simplemente disfrutan del curioso lugar. Tras el postureo típico de Instagram marchamos hacia la Pagoda de Tran Quoc, junto al lago Truc Bach, que tiene vistas de la ciudad. Dentro del templo hay plantado un árbol Bodhi que regaló la India que, según cuenta la leyenda, este árbol es descendiente del árbol dónde cuentan que Buda llegó a la iluminación, tal y como nos comentó la guía mi amiga dio vuelta al árbol rezando pidiendo un deseo. De ahí fuimos al complejo del Mausoleo de Ho Chi Minh, de camino hacia allí vemos la casa presidencial de color amarillo, nos comenta la guía que los antiguos edificios imperiales están pintados de amarillo. El complejo alberga el Palacio Presidencial, un museo, una pagoda y el Mausoleo: un gran edificio de mármol en cuyo interior se conserva y exhibe el cuerpo embalsamado de Ho Chi Minh. El acceso a todo el recinto es gratuito, pero debes pasar controles policiales, como por la tarde la visita a al mausoleo está cerrada y los controles son más relajados y la fila es corta. Este lugar lo íbamos a visitar en el siguiente día en Hanoi así que no quería gastar mucho tiempo, pero nuestra guía era una loca de las fotografías y estuvimos bastante tiempo, pero al final fue un acierto porque al día siguiente que visitamos el lugar estaba lleno de grupos turísticos vietnamitas y era un agobio moverse, incluso la cola de entrada fue horrible. En la zona del mausoleo se encuentra también la pagoda del Pilar único. La que existe es una reconstrucción de la original que se construyó por el regalo de tener un hijo, en lo alto de la pagoda si subes las escaleras puedes ver una figura de Buda mujer con muchos brazos y, en teoría (nosotras no lo vimos) ojos en las manos. En vietnam tienen un budismo mezcla con hinduismo, así que tienen budas con varios brazos como los dioses hindús, y también tienes la dama buda. De aquí marchamos hacia el final de la Calle de las Esteras en el Old Quarter de Hanoi para ver la última puerta y los restos de la muralla original de la Ciudadela de Hanoi que se conservan y que daban acceso, en la época medieval, a la antigua Ciudad Imperial de Hanoi. La puerta tiene grandes símbolos chinos, es cuando Vietnam estaba en manos de los chinos. Al parecer Vietnam ha ido pasando de manos en manos, y no les dejaban tener autonomía. Aún a día de hoy se nota la tensión con sus vecinos chinos. En la visita de la ciudadela tuvimos que acortarla y dirigirnos corriendo al teatro de las marionetas de agua para ver este espectáculo típico de Hanoi que, según mi opinión, vale la pena verlo y no perderse algo que no vas a descubrir en otros lugares del mundo. Este teatro de marionetas en el agua es tradicional de la zona Norte de Vietnam y por tanto Hanoi es el mejor lugar para encontrarlas. El escenario es grande y está inundado de agua. En los laterales y elevado sobre el escenario nos encontramos con músicos, cantantes y oradores que cantan y ponen diálogos a las escenas que se ven en el escenario. Aquí se pueden ver los instrumentos tradicionales vietnamitas, escuchar canciones tradicionales, y aunque uno no se entera de nada cuando hablan en vietnamita se entiende que son cuentos de la vida diaria de hace años en Vietnam. Es un espectáculo de cerca de una hora muy entretenido, aunque hace mucho frio dentro del teatro. Pese a ello mi amiga se durmió un rato, estaba demasiado cansada de un día de viaje sin apenas dormir, en mi caso yo estaba muy interesada en ver las marionetas e intentar descubrir qué historia contaban. Al final de la función salen los titiriteros, con el agua hasta la cintura y uno se pregunta cómo pueden haber movido esas marionetas. Una vez salimos de la función nos espera nuestro guía del tour gastronómico por el Old Quarter (Barrio Antiguo), el barrio es un laberinto de calles estrechas repletas de hoteles, tiendas tradicionales y modernas, restaurantes, puestos de comida, agencias de viaje y cafeterías por las que cruzan miles de personas, motos, bicicletas y vendedores ambulantes. Así que si queremos experimentar la famosa gastronomía que todos recomienda mejor hacerlo con un guía. Primero dejamos el traje típico (Ao Dao) y marchamos a probar la comida vietnamita callejera, aunque la realidad es que probamos más bien poco (al menos yo) porque no me gustan las mezclas, las salsas y también me daba mucho asco los lugares donde lo cocinaba. Y es que el streetfood tiene otro nivel en este país ya hay tantos puestos de comida en la calle que resulta difícil distinguir donde termina uno y empieza otro, sirviendo comida durante todo el día, a precios más que económicos (aunque viendo cómo se cocina y conservan los alimentos). Al inicio del tour aun probamos el Pho y un bocadillo que se hacía en un carrito y que tenía una larga fila de gente esperando ser servida. Pero lo que me fue imposible fueron unos rollos de pollo con pasta de arroz que hacían en unas ollas oxidadas y que echaba la mujer cogiéndolo de un cubo, y el postre. El postre primero a uno le salió un bicho cuando fue a tomarlo, al segundo le salió un pelo, así que ni lo probamos por no tentar a la suerte del tercero. Si que probamos el café con huevo, típico de Hanoi. No sabía mal, pero preferimos el café de coco, que también lo probamos. Después de esto el guía nos ayudó a coger un taxi para llegar al hotel y caer muertas en la cama. El siguiente día en Hanoi fue la salida en tren hacia Sapa, como íbamos en tour tengo que decir que estaban muy bien organizados, y aunque el tren va lento y se mueve mucho es muy cómodo y limpio. Ya hablare más sobre ello en la entrada a Sapa mientras solo comentar que con la salida del tren pasamos por el puente Long Bien (el que nos faltó ir) y por la calle del tren, y pudimos ver todos los establecimientos, las casas y la gente bebiendo y cenando, y así hicimos el ciclo entero de verlo pasar por fuera y verlo pasar por dentro. Al siguiente día completo en Hanoi nos esperaba un tour con muchas gentes (grupo de 30 personas) con gente que pensaba que viajaban solos y pasaban de las explicaciones del guía (¿para qué entonces coger un tour?), un grupo de tres parejas que estaban todo el día buscando cerveza (lo mismo, para eso vete a un resort de todo incluido, no a Vietnam), una pareja de ciegos acompañados de dos personas mayores que solo veían formas, etc. En fin, que es un grupo que cuando lo cuentas parece de chiste, el caso es que fue una suerte haber visto alguno de los sitios antes, porque menudo día. Primero visitamos la cárcel de Hoa Lo, ya la habíamos visto de noche regresando de uno de los tours, pero no la habíamos visitado por dentro. Queda muy poco de la prisión, pero lo más interesante es la explicación del guía. La carcel fue construida por el gobierno colonial francés, convirtiéndolo en una de las cárceles más grandes de toda Indochina. Esta cárcel sirvió durante la época francesa para albergar principalmente a presos políticos que no simpatizaban con el gobierno colonial francés o apoyaban eran directa o indirectamente partidarios de la independencia de Vietnam. Posteriormente bajo control vietnamita siguió con su rutina de encarcelar estadounidenses capturados (en su mayoría pilotos de aviones) durante la guerra de Vietnam. Aquí el guía vietnamita indica que ellos trataron a los estadunidenses muy bien y que era el Hotel Hilton para ellos mientras que los franceses los torturaron y mataron, y para ello en la cárcel se muestra una guillotina llevada a Vietnam por los franceses. También se pueden ver algunas salas de la prisión y unos restos de alcantarillado por donde los vietnamitas escaparon en una de las fugas en época francesa. Tras la interesante visita a la prisión nos dirigimos al mausoleo de Ho chi Minh, como comentaba el primer día ya habíamos estado, pero por la tarde no se puede entrar al mausoleo donde esta la momia de Ho chi Minh pero por la mañana si, como había parte del grupo que quería ver la momia pues nos tocó ir todos. El guía comentó que suele haber mucha fila para verlo pero que teníamos suerte y no había demasiada (solo nos costó una media hora o así, pero es cierto que la fila iba rápido, solo que daba mucho rodeo. De camino desde el autobús hasta la fila el guía fue deprisa y perdimos a los ciegos, asique tuvimos que esperar, mientras esperábamos vimos a unos asiáticos (¿vietnamitas, tal vez?) que iban de fila de a uno, luego descubrimos el por qué, cuando llegó el guía con los ciegos y las que veían solo formas fuimos a hacer fila y resultó que empezaron los guardias a gritarnos que de a uno, que teníamos que hacer filas de uno. De ahí que los otros fueran ya preparados. Los bolsos en la mano. Y antes de bajar del autobús nos recomendar dejar todo lo prescindible porque son muy rigurosos con lo que puedes pasar dentro. Comparado con la tarde el control de seguridad fue mucho más estricto. Una vez pasado el control volvimos a juntarnos y mientras hacías la fila ponían carteles de prohibido fotografías, en cambio por la tarde pudimos hacerlas sin problema. Una vez vas a entrar al edificio donde está la momia de Ho Chi Minh tienes que volver a ponerte de a uno, yo estaba detrás de los ciegos y una vez dentro del edificio les obligaron a quitarse y guardar las gafas de sol. Una vez dentro del edificio hay que subir unas escaleras y pasar de uno muy deprisa y en silencio con las manos pegadas al cuerpo. Había mujeres llorando al pasar junto al cuerpo, para mi es como ver una estatua ya que no significa nada. A la salida los guardias que había salieron de su pose para ayudar a los ciegos a bajar las escaleras, cuando el de abajo subió a relevar al otro guardia el guardia volvió a su puesto corriendo. Y así fueron turnándose para ayudarlos a bajar las escaleras. Una vez fuera nos dejaron tiempo libre junto a la pagoda del pilar único, como nosotras ya habíamos estado nos acercamos al templo que hay al lado para verlo, curiosamente tiene un cerezo en flor dentro del templo, y un cartel con los diferentes karmas existentes. De aquí nos marchamos al templo de la literatura. El interior está distribuido en hasta cinco patios o pabellones a los cuales se va accediendo a través de diferentes puertas. Nada más entrar te encontrarás en un primer patio rodeado de jardines, lo más destacable de este patio es sin duda la gran puerta (Đại Trung Môn) que da acceso al siguiente, coronada por carpas Koi. El tejado a base de ladrillos de color rojo, está sujeto por robustos pilares de madera que conforman tres puertas diferentes. Aquí pudimos encontrarnos con un grupo de estudiantes con su bonete de graduación, muy apropiado para la historia del lugar. En el segundo patio encontramos una puerta rodeada de bonitos jardines, y nada más atravesar la puerta podremos ver un enorme estanque de agua ocupando la mayor parte del tercer patio, a cuyos lados encontraremos las famosas 82 estelas de piedra montadas sobre tortugas, en las cuales están escritos los nombres de 1304 estudiantes que consiguieron superar los exámenes. Aquí se encuentra una estela con el nombre de la primera mujer estudiante que entró, engañando a todos haciéndose pasar por un hombre. Y de aquí llegamos a una de las principales secciones del templo de la literatura. En este patio está el altar dónde se adora a Confucio, así como a sus cuatro estudiantes más sobresalientes, aunque antes de llegar al altar tiene una gran escultura de las garzas y las tortugas. Las tortugas, pro cierto, tienen la cabeza articulada y se mueven hacia los lados.Por último, llegaremos al patio final, compuesto por dos plantas. En la parte de arriba encontramos altares con las figuras de tres emperadores y en la planta baja podemos ver un altar dedicado a Chu Van An, considerado uno de los mejores y más respetados profesores de todo Vietnam. A ambos lados del patio existen un par de pabellones pequeños donde puedes encontrar una campana a un lado y un tambor de grandes proporciones al otro lado. De aquí nos acercamos al lago Thay y la Pagoda de Tran Quoc, como ya estuvimos no nos preocupo mucho el estar poco tiempo ahí. De ahí , de camino al lago de Hoan Kiem, pasamos junto al mural de cerámica de 6,5 km de largo que se extiende por más de 5 calles y que se realizó para conmemorar el 1000 aniversario del Thang Long, Ciudadela Imperial que dio origen a la ciudad de Hanoi. Lo cierto es que pasamos varias veces por el mural pero es un lugar que debido al tráfico es difícil acercarse a pie. Me recordó a el mural de Trujillo y para mí lo único resaltable es que ostenta el titulo del mural más largo del mundo, pro lo demás no le vi ningún atractivo. Una vez llegamos al casco antiguo hicimos un recorrido en ciclo-push. Estos recorridos se nos habían ofrecido el primer día y la verdad es que si no fuera porque estaba incluido en el tour no lo hubiera hecho. Cierto que cuando monté pro primera vez en China me gustó, pero recorría los hutong de Pekin y le daba otro encanto a la visita, pero el old quarter (casco antiguo) de Hanói no tiene nada especial ni encantador por lo que el paseo es más que prescindible, eso sí, la aventura de vivir el tráfico de Hanoi desde dentro no tiene precio. Como alargaras la mano te golpeabas con las motos o los coches, ahí no hay distancia de seguridad. Tras el recorrido en ciclo push nos acercamos al Note Café donde relajarnos y tomar un café con una deliciosa tarta de queso (algunos dejaron su nota en el lugar) mientras esperábamos ver el lago iluminado, pero al final nos dirigimos hacia la calle del tren para tomar algo mientras veíamos pasar al tren del otro lado, ya que desde el tren lo vimos al ir a Sapa. Es cierto que ya habíamos estado en la calle del tren, pero no de noche, fuimos a uno de los bares que hay y pedimos algo para tomar mientras esperábamos a que nos avisaran que venía el tren. Lo tienen muy bien organizado, aunque tomando en cuenta que su sustento depende de los turistas es normal que se preocupen por la seguridad de uno. Cuando va a llegar el tren las personas de los comercios salen para avisarte para que te recojas y no estes en las vías, además te aleccionan para meter las manos o el cuerpo pegado a la pared y evitar accidentes al pasar el tren tan cerca de ti. Mientras tuvimos ahí vimos pasar tres trenes y una pareja del grupillo que habíamos hecho se entretuvo y cuando se acercaba a la localización nuestro les tocó el tren y no lo sabían, pero una mujer les grito y les empujo, literalmente, contra la pared ya que intentó que entraran en su casa, pero ellos no quisieron no entendiéndola, luego tras el empujón contra la pared se dieron cuenta de lo cerca que llegó a pasar el tren junto a ellos. Después de tres trenes nocturnos ya era hora de ir a cenar y luego volver al hotel. Además, ahí hay que cenar pronto, como nos dijo un guía para adecuarnos a los horarios de Vietnam tenemos que sumar dos horas. Las seis de la mañana es como las ocho de la mañana en España y las nueve de la noche es como las once de la noche en España. De esta forma no te despistas y acabas encontrando las cocinas cerradas.

Visita: Noviembre 2023

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La Rambla de Barrachina - España

La Rambla de Barrachina

Salimos en dirección Teruel, ya que unos 6 kilómetros de ahí se encuentra un lugar que me recordó mucho a los paisajes en Arizona y el Gran Cañón. Ya hacía un tiempo que había visto fotografías y siendo como estaba en Aragón parecía delito no acercarse, el problema es que como no conduzco dependo de otros, pero al final salió un tour por el lugar, ya que aunque no es muy grande hay una ruta circular de 11 kilómetros que se puede hacer andando o en bicicleta. Y aunque tenía otros planes las casualidades del destino hicieran que al final me escapara a visitar este lugar tan "americano". Tras conducir por un camino de tierra llegamos hasta una explanada con un árbol, una casa y un coche aparcado que se iba. Así que dejamos el coche ahí desde donde ya se veían las paredes rocosas de color anaranjado y forma cortante y seguimos el camino de tierra para acércanos más al cañón. No hay señalizaciones ni turismo por lo que estábamos solos y sin conocer el camino. Lo bueno del lugar es que una vez estas ahí es pequeño y por tanto tanto por un lado como por el otro estas rodeado de desfiladeros con esas formaciones rojizas que te hacen recordar a Monument Valley o el Gran Cañón. Mientras se pase entre los desfiladeros de tonos anaranjados rojizos y amarillos hay que tener cuidado con las gritas que se han formado por la erosión del agua y del viento y que son auténticos socavones que hay que vigilar para no caerse dentro mientras se mira arriba las paredes de piedra que nos rodean. pasear entre sus desfiladeros será una experiencia inolvidable. Mientras andamos acabamos entrando en uno de esos huecos que han formado como un camino casi natural que deja paredes areniscas de tono rojizo que me recuerdan tanto a Arizona y esos paseos por el interior del cañón con sus tonos anaranjados y rojizos. Por desgracia ese inviable camino no tenía salida y tuvimos que volver sobre nuestros pasos, un poco desilusionados de no poder seguir disfrutando de ese recorrido, buscamos el camino circular que era el pensado pero no hubo suerte. Andando por uno de los caminos nos encontramos con un cartel de propiedad privada, así que ese no va a ser el camino circular, volvemos sobre nuestros pasos y encontramos otro camino pero rodeado de arboles que nos da la impresión que no parece el camino para recorrido en bicicleta como apunta el recorrido circular, así que giramos y volvemos atrás y acabamos regresando a nuestro punto de partida. Hay otro camino hacia la izquierda, pero viendo que no atinábamos y que al final las ramblas de Barrachina estaban vistas decidimos tomar rumbo hacia otra zona cercana donde hacer otra ruta. Otro vez hay que encontrar el camino circular, por ahora nos llevamos un buen recorrido disfrutando del paisaje, que es muy pequeño en comparación con el Gran Cañón, pero que tiene rincones muy parecidos sin necesidad de irte tan lejos. Un lugar recomendable que visitar si estas cerca de Teruel.

Visita: Mayo 2023 

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Feria Modernista L'Arboç -España

X Feria modernista de L'Arboç

Uno de los motivos por los que vale la pena visitar L'Arboç durante su feria modernista no son los puestos de la calle con productos tradicionales, los espectáculos a la gente vestida de época, sino también porque se abren a las visitas lugares que de forma habituales solo podríamos ver por fuera, perdiéndonos los detalles del interior. La X Feria nos ofrece una visita guiada a través de los edificios modernistas de la población. Empezamos en el Hospital de San Antonio, que actualmente es una residencia de ancianos. El exterior es claramente llamativo ya que parece una iglesia con sus torres y pórticos, de estilo modernista. Una vez entramos con el guía nos encontramos con el claustro central de forma cuadrada formado por dos pisos con columnas y arcos de ladrillo y cerámica siguiendo la moda de la época y en el centro un pozo. Y en un lateral se tiene acceso a la capilla, de altas columnas y vidrieras y murales en las paredes, y cuya puerta da al patio exterior con un piso de columnas y arcos. El siguiente edificio que visitamos es Palacio Gener i Batet, por fuera también es llamativo, con sus torres, muro y altura se dejan ver por su gran tamaño. la visita nos permite entrar para ver su interior, que normalmente no es visible a los turistas ya que ahora es un colegio. El patio de recreo eran los jardines y dan a una escalera que sube al patio que da al frente del edificio, que ahora tiene una piscina a sus pies, como una gran mansión. En su interior quedan escaleras, suelos, una pequeño patio con una fuente muy Gaudi de la época pero el resto son clases, excepto el aula magna que es un salón con paredes y techo espectaculares. Vamos a descansar para comer y después de comer visita Cal Pons, que como casa privada suele estar cerrada a las visitas. Antes de ello pasamos por la calle Mayor con la rectoría, el ayuntamiento, la casa solariega del abad Escarré y las fachadas de estilo modernista con las casas porticadas de la plaza, asi como el Museo de encaje de bolillos acoge una completa colección de piezas hechas con encaje de bolillos, artesanía que en Arbós tiene una larga tradición. Cal Pons es una residencia privada, que raramente se puede visitar su interior pero que su fachada con torres de tipo castillo medieval llama la atención. Por eso también se conoce como La Torre del Bell – Esguard. La bautizaron con el nombre de la Torre Bell Esguard, cuyo nombre, se halla grabado en lo alto de su torre, en memoria de su propietario. Es una casa pequeña pero se halla rodeada por una valla de pequeñas almenas y un gran jardín con lago, pequeños edificios y paseos. La casa consta de sótano y piso noble, también tiene un pozo y en su interior está decorada con objetos antiguos, y las ventanas todas enmarcadas en madera. El elemento más destacado de todo el conjunto es la torre circular, haciendo de mirador, con una barandilla de piedra sostenida por ménsulas, conformado por un cono de escamas vidriadas rematada con una veleta y vistas a La Guiraldilla. La casa está unida por una pequeña galería a la que se accede mediante una escalera y que en su patio interior tiene un pozo. La galería tiene unas vistas espectaculares de La guiraldilla y la naturaleza. La propiedad tiene un gran parque natural que rodea el castillo, con su lago y cerca de este la caseta de música toda ella hecha piedra natural y guijarros. A la derecha nos encontramos con una torre circular que tiene una pequeña puerta y a la izquierda de la iglesia, una pequeña habitación de madera inclinada y con un pórtico de cuatro columnas. De la caseta de piedra se encuentran los setos altos con una pequeña salida al huerto por donde terminaremos la visita y saldremos para dirigirnos a La Giraldilla, que vale la pena verla todas las veces que se visite. La Guiraldilla es una replica de La Giralda de Sevilla y la entrada a su patio de los leones da cuenta de lo inspirado que está todo el lugar en el palacio sevillano. Un poco recargado para nuestros gusto y lleno de coloridas vidrieras y muebles de madera.

Visita: Abril 2023  

Mis imágenes: DestinosErrantesBlog

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