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San Cristobal de las Casas - Mexico

San Cristóbal de las Casas

Recuerdo que en Monte Alban conocí a una pareja de españoles que estaban trabajando en México y aprovechaban apara hacer turismo y me dijeron que San Cristóbal les encantó. Lo cierto es que yo no vi el encanto de la zona, pero cada uno se lleva una impresión diferente de casa sitio. Siendo sincera el lugar donde menos a gusto me encontré fue en Chiapas y entre sus gentes. En el trabajo saben que todos mis ahorros son para mis viajes y siempre me preguntan a donde es el próximo viaje. Cuando les dije que México todos me dijeron que tuviera mucho cuidado, y he ido a muchos sitios y además hasta sola y por mi cuenta y nunca he tenido una reacción como la que tuve con este a México, todo el mundo me decía que tuviera cuidado porque éramos españolas. Incluso a la vuelta la pregunta que todo el mundo me hizo fue qué cómo me trataron en México. Y lo cierto es que la gente es muy maja, pero donde no me sentí nada cómoda fue en Chiapas. Y cuando ibas por las calles de San Cristóbal y te rodeaban las mujeres y los niños para venderte cosas y casi se te echaban directamente encima, con piojos y todo. Y qué decir estar tomando un chocolate puro en una de las chocolaterías de San Cristóbal y ver a los niños ejercer de limpiabotas, en el resto de los estados, incluso en los pueblos mayas, vía los niños de camino de la escuela, en Chiapas no vi a ninguno, los que vi o estaban con sus madres desparasitándoles los piojos, o vendiendo objetos a los turistas, o limpiando botas y zapatos. Puedo entender que quieran conservar su cultura indígena, pero me da pena cómo se ve su vida desde los ojos de un turista cualquiera. El San Cristóbal nocturno es mucho más animado que el diurno. Cuando llegamos era de noche así que salimos del hotel, una antigua casa española con un patio y solo dos plantas con balcones, al zócalo. En los portales y las calles adyacentes a la plaza principal había cafeterías con había música en directo, toda música de cantautores, sobre todo de Sabina. En la Plaza Principal hay un quiosco de inicios del siglo XX donde una banda tocaba música. Los árboles de la plaza estaban adornados de luces navideñas y había mucha gente paseando y bailando. Junto a la plaza principal está la catedral donde había más gente, y vendedores de algodón de azúcar entre otras cosas. Aquí me decidí a probar el algodón de azúcar. No podía irme de México sin hacerlo añadir el país a mi colección de países donde he comido algodón de azúcar. Frente a la plaza principal se encuentra el palacio del Gobierno, que estaba todo vallado y cubierto de pinturas. Había una exposición de pinturas de Chiapas para que la gente la visitara de forma gratuita. Al día siguiente visitamos el mercado indígena de la ciudad acompañados por el guía que nos avisó de no hacer fotos (estos recorridos no me atraen mucho pues ya sabéis que la comida y yo no somos amigos, aunque me recordó a los mercados en Pekín, con las carnes al aire y sin refrigerar). Del mercado llegamos al templo y ex convento de Santo Domingo de Guzmán. Este es uno de los edificios más bellamente decorados de la ciudad por su fachada de estilo barroco salomónico y los detalles de sus figuras, por dentro destacan sus retablos. De aquí nos dirigimos hacia el Templo del Carmen, que fue víctima de un incendio y ahora se aprecia su sencilla fachada, la peculiar forma de L y el Arco–Torre del Carmen, que era el campanario. De aquí nos dirigimos a comer y entramos en el primer sitio que nos convenció, un lugar con música de cantautores y frases de ellos. Aquí disfrutamos de unos enormes platos. Un plato de comida suyo es como dos en España. Lo más gracioso es que nos pusieron un plato con aceite y semillas de hinojo y trozos de pan y como no sabíamos para que era tuvimos que preguntar al camarero. Al parecer es un entremés para untar hasta que llega la comida. Completamente llenas por una abundante y sabrosa comida caminamos hacia el mirador con más escaleras de la ciudad, el mirador de la iglesia de san Cristóbal. Lo mejor del mirador es la vista desde la subida, que permite ver todas las iglesias y las casas del pueblo, con todos los coloridos que la distinguen. La iglesia de San Cristóbal no la vimos por dentro pero tras un leve descanso comenzamos el descenso y de aquí fuimos caminando hasta la plaza principal para entrar en la catedral de San Cristóbal, que habíamos visto muchas veces por fuera, pero no por dentro, aunque es una iglesia de lo más normal, lo que después de ver tantas iglesias curiosas no nos llamó la atención. La catedral está dedicada al patrón de la ciudad San Cristóbal, de las Casas es el apellido del fraile Bartolomé de las Casas que defendió los derechos de los indígenas tras los actos de terror del conquistador Diego de Mazariegos. Atrás de la catedral se encuentra el Templo de San Nicolás, uno de los primeros de la ciudad, que en un principio fue de uso único para los indígenas. De aquí cogimos la calle que nos llevaba al otro mirador y su iglesia, en este mirador hay menos subida, o por lo menos una menor subida de escaleras. Aquí si visitamos su iglesia por dentro, donde pudimos ver a sus cristos y vírgenes vestidos con coloridas telas rosas y verde azuladas. No dejamos de asombrarnos ante lo diferentes que eran las iglesias de México. En la ciudad hay varios museos pero como era lunes estaban cerrados.

Visita: Noviembre 2015

Mis imágenes: Dentro del Álbum Mexico

Información para viajar: Pendiente

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