Helicoptero sobre el Glaciar Briksdal

Este es el vuelo en helicóptero más aburrido de todos los que he hecho. Este helicóptero es más ancho que los he montado y caben cuatro personas en cada línea, pero el aburrimiento viene por el piloto, sin duda alguna.


Al menos las vistas compensan la actividad del vuelo. Pasamos por el lago y vamos subiendo para estar paralelos a las montañas que muestran el glaciar Jostedal en su esplendor. El Jostedalsbreen tiene muchos brazos accesorios como el Nigardsbreen y Tunsbergdalsbreen, en Jostedal; el Briksdalsbreen, en Olden; el Bøyabreen, en Fjærland; el Kjenndalsbreen, en Loen; y el Austerdalsbreen.


Desde el helicóptero vemos varios de estos brazos y no solo el Briksdal, así como caen las lenguas de hielo a los largo de la montaña hasta el lago, y cómo brillan de blanco y azul la parte superior de los glaciares, es una de las cosas más bonitas del viaje porque tras toda la montaña verde y marrón descubres un fondo de  hielo azul y blanco que cubre los techos de las montañas.


Espectáculo nocturno de los supertree de los jardines de la bahía - Singapur




JARDINES DE LA BAHÍA DE SINGAPUR

SINGAPUR - SINGAPUR

En tren de vapor por España

En Azpeitia se encuentra el museo del ferrocarril, un lugar muy recomendable para visitar. Con la entrada te dan un ticket duro de los “de antes” y que hay que guardar para montar en el tren a vapor que hace un paseo de cinco kilómetros, y que es todo un viaje al pasado. 



Subimos a los vagones y fuimos pasando por diversos vagones hasta encontrar unos asientos de madera libres, y esperamos ansioso el comienzo del viaje. No están numerados así que te puedes sentar donde encuentres hueco.


El silbato del tren pita y comienza el recorrido, vemos pasar por la ventana los árboles y las montañas verdes, el precioso paisaje del país vasco, y abrimos las ventanas para sentir el aire correr y ver como entramos en un túnel. 


Sin apenas darnos cuenta llegamos a la estación donde el tren para y el revisor nos informa que van a proceder a cambiar la locomotora, colocándose esta en la parte frontal. La mayor parte de los pasajeros bajamos para presenciar este evento y ver cómo cabalga sobre los raíles de hierro la locomotora solitaria, sin vagones y echando humo mientras suena el silbato.


El revisor pasa para marcar los billetes del tren y atravesamos un túnel. Atravesar un túnel fuera de los vagones en un tren de vapor te ahoga con el humo del vapor que inunda el túnel, hay que experimentarlo para poder llegar a pensar en algo tan lógico como esto. 

Una interesante actividad para entretener en un viaje en el tiempo a pequeños y mayores.


Paseo en barco de vapor por Holanda

La excursión más aburrida que he tenido ha sido la de ir en barco de vapor por Holanda. Lo cierto es que al inicio tenía su encanto, más si lo imaginamos vestidos de época recorriendo el lugar como entonces pero, siendo sincera, al final es demasiado largo y monótono.

El puerto se encuentra justo al lado de la estación de tren y el vapor esperando presenta otra postal en el tiempo. Por lo que llegar hasta en tren tiene su aliciente. Lo que sí es cierto es que el viaje es algo más aburrido que el tren. Ambos transportes, al ser a vapor, van algo lento. Tanto en el tren como en el barco se puede visitar o bien la cabina donde están manejando, pero una vez hecho solo queda pasar el tiempo viendo la costa y los veleros que navegan por el lago, que antes fue mar. 


Las mejores vistas de todo el viaje es al principio, con la iglesia de Medemblik resaltando, el molino y el tren a vapor. Y también cuando se acerca el final y nos adentramos hacia el puerto de Enkhuizen, donde se ven lo alto de sus edificios antiguos, sus casitas junto al puerto y sus veleros. Así que entre medio del trayecto, cuando uno se aburre y con el frío del lago se puede pasar el rato dentro de la cafetería.

Es decir, lo mismo da ir en barco de vapor que tomar algo en una cafetería. Por lo que no recomendaría esta actividad.



Paseo en barca de bambu por el río Shennong


El río Shennong es un afluente del río Yangtsé, por lo que al hacer un crucero por el Yangtse esta es una de las excursiones que te ofrecen y que no debería perderse. Al comienzo de la excursión, te llevan en un Ferry hasta donde te esperan los barqueros y sus barcas, en la entrada del Shennong. 


La excursión en sí consiste en pasear en barca por el Shennong, el viaje se hace en balsas de bambú puesto que el río se estrecha y no es muy profundo en diversas zonas, lo que no permite el paso de otro tipo de embarcaciones. Aunque podría pensarse que ir en barba de bambú por un río es algo aburrido en este caso el recorrido se hace corto porque el paisaje va cambiando a cada momento. 


Durante un tramo del recorrido se ven las altas montañas que en comparación con las pequeñas barcas de bambú y sus navegantes te hace sentir realmente pequeño. Aunque al hacer este recurrido se pueden ver que el nivel del río se ha reducido varios metros. Esto se realiza durante la temporada de lluvia en el verano para controlar las inundaciones en la zona. 



Cuando puede parecer que te cansas de ver las altas montañas te encuentras con una variedad de fauna que rodea el camino del río: monos, serpientes (sobre todo serpientes), etc. Y también vas observando otros aspectos, en este caso de la flora: cuevas kársticas, cascadas, manantiales, etc. 




Cuando uno puede sentirse cansando de la flora y la fauna ya hemos llegado a un rincón más seco, donde entran en funcionamiento los arrastradores. En las aguas bajas los arrastradores se bajan de las balsas y tiran de ellas con cuerdas, hasta el momento de dar la vuelta para poder cambiar la dirección Durante el siglo XX era frecuente que hombres desnudos tiraran de los barcos pero la modernización y el desarrollo de nuevas infraestructuras puso fin a esta profesión. Ahora lo hacen en un corto trayecto, cantando, para vender los discos de sus canciones a los turistas. 



Y además de esta atracción, durante el paseo podemos ver los “ataúdes colgantes”, tallados en troncos de árboles y situados en las laderas de los acantilados. Estos constituían antiguos cementerios pertenecientes a la tribu Bai, aunque se pueden ver más en otra excursión "Ataúdes colgantes de la dinastia Bo".



En la Infinity pool de Singapur

Dos veces he tenido el placer de disfrutar de este lugar, para los que tienen miedo a las alturas toda una aventura. Y la verdad, es que no me canso de ir allí y eso que a mí las piscinas no me van mucho, no recuerdo haber disfrutado de una desde mi niñez, excepto esta, claro. Estoy enamorada de las vistas de esta piscina.


La infinity pool (piscina infinita) del hotel Marina Bay Sands se encuentra en lo alto de las tres torres que tiene el hotel. Las torres del hotel tienen casi 200 metros de altura y en la parte más alta se encuentra la piscina de 146 metros de largo que si no te acercas al borde parece que el agua cae directamente a la ciudad. 





El acceso a la piscina solo es para clientes (al mirador observador se puede acceder sin ser clientes pero no puedes bañarte en esta piscina). Contrario a lo que uno pueda pensar alojarse aquí no es tan caro si te lo preparas de antemano. La primera vez encontré una habitación por el mismo precio que en España y luego en la piscina por lo que escuché en español no fui la única, cinco años más tarde no conseguí una oferta así pero si que tenía pensado volver y hacer que mis amigas disfrutaran del lujo de esa piscina, a ellas les gustan las piscinas y las vistas desde esta son espectaculares, así que aunque salió un poco máscara lo que hicimos fue equilibrar presupuesto, dos días dormimos en un alojamiento super barato en Taiwan, y el dinero ahorrado lo gastamos en la noche en el Marina Bay Sands. Si no encuentras una mega oferta como yo la primera vez todo es cuestión de equilibrar costes. 





La piscina se encuentra en el piso 57, la primera vez se accedía con una pulserita que te daban en recepción, lo que era un poco molesto porque si te la quitabas ya no tenías acceso, la segunda vez que fui el acceso es pro unos tornos vigilados por el que hay que pasar la llave de tu habitación, así hay más control y también comodidad para el que va. 





Sin duda lo mejor de la piscina son sus increíbles vistas, siempre la visito por la tarde, asi que el atardecer se ve increíble desde el agua y en las alturas, la última vez soplaba algo de brisa y el agua se movía como si fuera a caerse toda la piscina fuera del edificio, mientras que la primera vez estaba tranquila y lista. La piscina cubre muy poquito, no dejan nadar ni salpicas, suele haber mucha gente (al menos por la tarde) pero el lugar es espectacular, las vistas desde el relax del agua son increíbles y una sensación única, no es lo mismo que estar en el mirador sentado en el suelo de madera o de pie, para nada se puede comparar. 





La piscina cierra a las once de la noche, por lo que bañarse y ver la piscina de noches es también otro punto a su favor, los colores que dan la luminosidad de la ciudad al lugar le otorga un toque irreal, entre futurista y místico. La bahía de Singapur de noche es impresionante, pero las vistas desde el agua de la piscina es algo irreal. Una vista diferente y muy recomendable.




Presentación

Curriculum Viajero - Presentación