Una de las actividades que se ofrecían en Matalascañas era un paseo a caballo pro las dunas. Era mi primera vez a caballo y lo que mejor recuerdo es lo difícil que se me hizo montar. Una vez subida a los lomos del caballo seguir las instrucciones del manejo de las riendas era fácil.
Si tengo que recomendar algo es sin duda este paseo, es realmente algo que disfruté mucho, sobre todo cuando el caballo se pone al galope y notas el viento en la cara mientras atraviesas las dunas con el océano a un lado. Además tuve la suerte de que mi caballo estaba un poco loco y mordía a la gente, pero como yo lo montaba a mí no me mordió.
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