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Ataúdes colgantes en China

Una de las partes más interesante de mi viaje a China fue ver los ataúdes colgantes.

Los ataúdes se colocaban en las grietas, cuevas naturales y artificiales o en los salientes de la roca. Aunque los que resultan más espectaculares son los que eran colocados sobre el vacío apoyados sobre postes de madera que se fijaban en agujeros que previamente se habían hecho en las paredes de la roca. 

En mi recorrido en barco por el río Yangtse desde Badong pude ver ataúdes colocados sobre vigas de madera entre los huecos de la pared rocosa, a bastante altura. Mientras que otros se veían más cercanos al agua colocados sobre estructuras de madera sobre la roca.

En las fotos se ven los huecos de las paredes desde el barco que nos llevaba, y luego un zoom para ver los ataúdes apoyados sobre vigas de madera en esos mismos huecos. Dos imágenes que reflejan el extraño ritual de enterramiento de esta desaparecida etnia china.

Vista desde el barco de los huecos de la piedra y los ataúdes.
Detalle de cerca de los ataúdes colgantes
Los Bo dejaron numerosas pinturas murales en las paredes de sus precipicios en las que se muestra a personas bailando, montando a caballo o realizando acrobacias, así como escenas de su vida diaria y sus batallas. Sin embargo, no dejaron ningún escrito o documento. Por lo que todavía no se sabe cómo y por qué los Bo colocaron los ataúdes de madera hasta semejantes alturas. 

Hay varias leyendas chinas que atribuyen a los Bo la capacidad de volar, algunos historiadores indican que estas leyendas estarán basadas en el método de poleas pro el cual los Bo debían colocar los ataúdes a esas alturas en las montañas.


Detalle de ataúd en el hueco de la pared.
En la casa museo que visitamos se pueden ver algunas de las pinturas y explicaciones de las diversas teorías que tienen los arqueólogos sobre esta etnia desaparecida.

También es posible ver uno de estos ataúdes de madera, donde dentro se cubría el cuerpo con un lino, y a sus pies dejaban varias joyas. En uno de los cuadros explicativos indicaban que también encontraban ataúdes con dos o tres cuerpos, por lo que suponían que era un enterramiento familiar.

Una cosa muy curiosa es que estando en el museo los visitantes asiáticos (eramos solo seis occidentales) metían dinero en las rendijas de la vitrina de cristal para que cayera sobre el ataúd. Supongo que tendrá su explicación pero ya de por sí los ataúdes colgantes son algo muy misterioso donde todo lo que cuentan son teorías.

Cuando viajé en mayo del 2009 no había mucho occidental (4 españoles-contándome- y 2 australianos) el resto eran asiáticos, pero espero que con el tiempo, al igual que pasó con Corea del Sur, haya aumentado la visita de estos lugares, que no por ser menos conocidos son menos interesantes.

Ataúd en el museo

El roscón de Reyes

El roscón de Reyes se puede encontrar de la misma forma y reglao en España y en Nueva Orleans (EE.UU.)

El Roscón de Reyes, en España se celebra el 6 de enero, el día de los Reyes Magos.

Una leyenda dice que el origen se remonta los tiempos de la Antigua Roma, concretamente a las Saturnales o fiestas de los esclavos, celebradas durante el mes de diciembre en honor del dios Saturno. Se ocultaba un haba en cualquier lugar de la vivienda y se concedía como premio la libertad al esclavo que consiguiera encontrarla. En el siglo III esta costumbre se popularizó para los niños, de tal manera que aquel que encontrara el habla dentro de una torta se convertía en rey por un día.

Otra cuenta que todo comenzó un día de la Epifanía, en el que el cocinero de la Corte de Luis XV de Francia quiso obsequiar a su monarca con algo sorprendente, así que introdujo en un roscón una joya de diamante que pretendía regalarle. Al rey le encantó la idea y éste la extendió entre la aristocracia de toda Europa, eso sí, con una moneda en su interior como premio. Al llegar a España, allá por el siglo XVIII, se generalizó de tal manera que el pueblo comenzó a fabricar sus propios roscones con regalo, siendo Madrid y Sevilla las ciudades más importantes en adoptarlo y perfeccionarlo. Los reposteros catalanes recuperaron la idea de esconder también un haba, que significa la regeneración y el resurgir de la vida, y ya en el siglo XIX la moneda se sustituye por una figurita, tal y como lo conocemos en nuestros días.

La tradición indica que hoy en día debe haber dos figuras una "haba seca y dura" y una figurita." Si es el haba lo encontrado el Roscón pagarás; más si ello es la figura, coronado y Rey serás"


La torre de Hércules

Por España también hay muchas leyendas diferentes.

Existía en las tierras un gigante llamado Gerión que tenía aterrorizados a todos sus habitantes. Acude en ayuda de estos Hércules, hijo del Dios Zeus, que se enfrenta al gigante durante tres largos días. Tras una dura lucha, Hércules vence y mata a Gerión, le corta la cabeza y sobre ella manda construir una torre conmemorando su victoria, la Torre de Hercules.

Se dice que el rey Hispán, sobrino de Hércules, de gran sabiduría, hizo colocar en lo alto de la torre (de Hercules) un gran espejo mágico. con él, la población vigilaba la llegada de naves amigas o enemigas.

Las conchas de Santiago

Uno de los viajes por España desde hace siglos es el Camino de Santiago.

Después de que Santiago fuese degollado, sus discípulos recogieron su cuerpo y lo pusieron encima de una barca de piedra.

Navegando llegaron a las costas de Galicia a un lugar donde había una fiesta por el casamiento del hijo del señor.

Había gran alegría y entre otros festejos se abordaban (ir galopando mientras se arroja la lanza y se vuelve a recoger sin que caiga al suelo).

Uno de los que abordaban era el novio que de repente vio como su caballo se dirigía al mar y se hundía bajo las aguas.
Todos vieron el prodigio y como al llegar a la barca caballo y caballero salieron sin daño de las aguas.

Al volver a tierra y pisar la playa, todos vieron que tenía los vestidos y el sombrero cubiertos de vieiras y a partir de entonces todos los que peregrinan a Santiago llevan en sus ropajes la concha venera.

Los hermanos Ayar

Visita obligada para quien vaya a Perú, es la ciudad de Cuzco.

Sobre la montaña Pacaritambo aparecieron los hermanos Ayar, después del gran diluvio que había devastado todo.
De la montaña llamada "Tampu Tocco" partieron cuatro hombres y cuatro mujeres jóvenes, hermanas y esposas de ellos a la vez.
Eran Ayar Manco y su mujer Mama Ocllo; Ayar Cachi y Mama Cora; Ayar Uchu y Mama Rahua y finalmente, Ayar Auca y su esposa Mama Huaco.
Viendo el estado de las tierras y la pobreza de la gente, los cuatro hombres decidieron buscar un lugar más fértil y próspero para instalarse. Llevaron con ellos a los miembros de diez Ayllus (organización inca que agrupaba diez familias) y se dirigieron hacia el sudeste.
Pero un primer altercado se produjo entre Ayar Cachi, un hombre fuerte y valiente, y los demás. Sus hermanos lo celaban y quisieron matarlo. Con ese plan, le ordenaron volver a las cavernas de Pacarina (se llama así, en quechua, al lugar de los orígenes) a buscar semillas y agua.
Ayar Cachi entró en la caverna de Capac Tocco (ventana principal de la montaña "Tampu Tocco") y el sirviente que lo acompañaba cerró con una gran piedra la puerta de entrada... Ayar Cachi jamás pudo salir de allí.
Los siete hermanos y hermanas restantes, seguidos de los ayllus, prosiguieron su camino y llegaron al monte Huanacauri, donde descubrieron un gran ídolo de piedra con el mismo nombre. Llenos de respeto y de temor frente a este ídolo, entraron al lugar donde se lo adoraba.
Ayar Uchu saltó sobre la espalda de la estatua y quedó enseguida petrificado, haciendo parte en delante de la escultura.
Aconsejó a sus hermanos de seguir el viaje y les pidió que se celebre en su memoria la ceremonia del Huarachico, o "iniciación de los jóvenes".
En el curso del viaje Ayar Auca fue también convertido en estatua de piedra, en la Pampa del Sol. Ayar Manco, acompañado por sus cuatro hermanas, llegó a Cuzco donde encontró buenas tierras; su bastón se hundió con facilidad pero no pudo retirarlo sin esfuerzos, lo cual era una buena señal. Entusiasmados conr el lugar decidieron quedarse allí.
Ayar Manco fundó entonces una ciudad, en nombre del creador Viracocha y en nombre del Sol. Esta ciudad fue Cuzco (ombligo, en quechua), la capital del Tahuantinsuyo (imperio de las cuatro provincias).

Los dragones del señor Ye

Es fácil que viajando por China se vean dragones en cualquier rincón. 

Al Señor Ye le gustaban tanto los dragones, que los tenía pintados o tallados por toda la casa. Cuando el verdadero Dragón de los Cielos se enteró, voló a tierra y metió su cabeza por la puerta de la casa del señor Ye y su cola por las ventanas. Cuando el Señor Ye lo vio, huyó asustado, casi se volvió loco. Esto nos enseña que el señor Ye en realidad no amaba tanto a los dragones, sino que sólo le gustaba aquello que se le parecía, pero en ningún caso el auténtico Dragón. Muchas veces pudiera pasarnos a nosotros lo mismo que al señor Ye.

El lago Titicaca

El lago Titicaca en Perú conserva diferentes culturas y leyendas en su extensión.

Hace mucho tiempo, el lago Titicaca era un valle fértil poblado de hombres que vivían felices y tranquilos. Nada les faltaba; la tierra era rica y les procuraba todo lo que necesitaban. Sobre esta tierra no se conocía ni la muerte, ni el odio, ni la ambición. Los Apus, los dioses de las montañas, protegían a los seres humanos. No les prohibieron más que una sola cosa: nadie debía subir a la cima de las montañas donde ardía el Fuego Sagrado. Durante largo tiempo, los hombres no pensaron en infringir esta orden de los dioses. Pero el diablo, espíritu maligno condenado a vivir en la oscuridad, no soportaba ver a los hombres vivir tan tranquilamente en el valle.Él se ingenió para dividir a los hombres sembrando la discordia. Les pidió probar su coraje yendo a buscar el Fuego Sagrado a la cima de las montañas. Entonces un buen día, al alba, los hombres comenzaron a escalar la cima de las montañas, pero a medio camino fueron sorprendidos por los Apus. Éstos comprendieron que los hombres habían desobedecido y decidieron exterminarlos. Miles de pumas salieron de las cavernas y se devoraron a los hombres que suplicaban al diablo por ayuda. Pero éste permanecía insensible a sus súplicas. Viendo eso, Inti, el dios del Sol, se puso a llorar. Sus lágrimas eran tan abundantes que en cuarenta días inundaron el valle.
Un hombre y una mujer solamente llegaron a salvarse sobre una barca de junco. Cuando el sol brilló de nuevo, el hombre y la mujer no creían a sus ojos: bajo el cielo azul y puro, estaban en medio de un lago inmenso. En medio de esas aguas flotaban los pumas que estaban ahogados y transformados en estatuas de piedra. Llamaron entonces al lago Titicaca, el lago de los pumas de piedra.

El Monte Sant Michael

Uno de los lugares más visitados en Francia es el Monte de Saint-Michael.

Cuentan que el Demonio, que había adquirido cuerpo de dragón marino, aterrorizaba a las pobres gentes del lugar allá por el siglo VIII. Desde el cielo, y compadeciéndose de los pobres mortales, el arcángel San Miguel, líder de los ejércitos celestiales, fue enviado junto a sus tropas para acabar con tan terrible amenaza.Así pues, se dirigió San Miguel hasta el monte Tombe y allí comenzó la cruenta batalla que llegó a ser terriblemente feroz. Finalmente, San Miguel y sus tropas se alzaron con la victoria al cortar aquel la cabeza del maléfico dragón con su espada divina. Cuentan que el Obispo de Avranches, San Auberto, presenció la violenta contienda y que, en noches sucesivas, recibió en sueños mensajes enviados por el propio arcángel. En ellos le pedía que construyera un monumento en conmemoración de la victoria del bien sobre las fuerzas oscuras, en el mismo lugar en el que aquella había tenido lugar. Y en año 709 se fundó la abadía de Saint-Michel..


Fotografía de mi viaje

El salto de Roldan

Con el bus turístico de la Hoya de Huesca (España) se puede visitar El salto de Roldán.

Parece ser que Roldán se encontraba en huida de Saraqusta, cuya conquista había fracasado, cabalgando raudo hacia su Francia natal. La persecución estaba siendo ardua y agotadora, y el noble galo se veía amenazado por varios flancos. El acoso provocó que el caballero buscara una salida ascendiendo por la peña de Amán, que termina en un cortado cuya foz recorre el río Flumen. Roldán tiró con fuerza de las riendas, deteniendo el corcel justo al borde del precipicio. Los perseguidores, seguros de haber dado caza a su presa, hicieron cabriolas con sus caballos y dieron mandobles al aire antes de acercarse al héroe francés. Éste, para sorpresa de aquellos que le acorralaban, picó las espuelas y se lanzó al vacío. Ante los ojos de sus perseguidores, el corcel dio un salto tan prodigioso que, en lugar de precipitarse al fondo del cortado, consiguió llegar al otro extremo, estampando sus huellas, todavía visibles según algunos, sobre la peña de San Miguel. La leyenda dice que, debido a tal esfuerzo, el caballo murió en el acto, y Roldán tuvo que proseguir su camino a pie. Parece ser que no llegó muy lejos, pues se cuenta que cayó en Ordesa, si bien su mítica espada, Durendal, poderosa tal que Tizona o Excalibur, consiguió llegar a Francia al ser lanzada con rabia por el caballero, abriendo la que todavía se conoce como brecha de Roldán y que permitió al galo ver su tierra por última vez en su estertor de muerte.

También se cuenta que, en el salto inverosímil sobre el cortado del Flumen, el caballo, tal vez por miedo, hizo caer sus excrementos al río. Éstos fueron transportados al Isuela, que los llevó al Cinca, pasando al Segre, al Ebro y, por fin, al mar, que los arrastró hasta el norte de África. Allí, en la costa donde se depositaron, nacieron tres hermosas flores de tres colores distintos: una blanca, otra negra y morada la última. Una yegua que por allí pasaba no pudo resistirse a comerlas, lo que provocó que poco tiempo después diera a luz tres potrillos, cada uno del color de una de las flores, y que al crecer fueron tan veloces como el viento del Sáhara.

Edimburgo oscuro


En Edimburgo también hay leyendas, así como en el resto de Escocia.

Existe otra ciudad debajo de Edimburgo. Pasadizos e incluso alojamientos… Se trata de calles medievales, en las que se crearon tabernas o casas, y que principalmente tenían carácter defensivo. Sin embargo la claustrofobia, y cuestiones de sanidad, hicieron que la vida “volviera” a la superficie, y esta pequeña ciudad bajo el suelo fuera abandonada en el S. XIX. Se cuenta que decenas de enfermos a causa de una gran plaga fueron abandonados en dicho lugar, en 1645, para morir, evitando el contagio a la gente sana. La leyenda asegura que alguna noche hay quien ha podido ser testigo de cómo unos seres vestidos de negro vagabundean por esta calle de la ciudad subterránea. No son las únicas vivencias paranormales bajo la ciudad de Edimburgo…Muchos aseguran que extraños ruidos como toses o lamentos, pueden escucharse casi diariamente, además de la percepción de fuertes olores.

Sedna, la diosa del mar

Miguel, el guía de Greenland Adventure, nos contó una serie de leyendas inuits cuando estuve en Groenlandia. Esta es la leyenda inuit por excelencia.

Según la leyenda, Sedna era una bella niña inuit que vivía con su padre, era la más hermosa de la isla y venían cazadores de distintos lugares para casarse con ella. Una y otra vez rechazó a los cazadores que llegaban a su campamento deseando casarse con ella porque nadie tenía tanto valor que ofrecer por ella.

Al poco tiempo, un cazador se acercó al campamento. El hombre estaba elegantemente vestido con pieles y parecía ser un muy buen partido, a pesar de que su rostro estaba oculto. El padre de Sedna, después de que el cazador le asegurará que tenía una casa cuyas paredes estaban cubiertas de pieles, y montañas de alimentos, le entregó como esposa a su hija Sedna. Y una vez casados el cazador tomo a Sedna a bordo de un kayak  y viajaron hacia su nuevo hogar.

A mitad de camino, cuando ya estaban lejos de la costa el cazador se convirtió en una gaviota, y cuando llegaron a su destino, este era un pequeño islote, no había ninguna choza, ninguna tienda, sólo rocas desnudas y un acantilado. Sedna vivió en un agujero con unos pocos mechones de pelo y unas plumas esparcidas por la roca dura y fría, que era la casa de su esposo la gaviota. La única comida que tenía para comer era pescado que traía su marido, después de un día de vuelo en busca de alimentos.

Sedna era muy infeliz y miserable. Lloró y lloró y llamó a su padre por su nombre. A través de los aullantes vientos del ártico, su padre oyó los gritos de su hija. Se sentía culpable por lo que había hecho y sabía que ella estaba triste. Entonces decidió que era hora de rescatar a su hija. Cargó su kayak y remó durante días a través de las gélidas aguas del Ártico a la casa de Sedna. Cuando llegó, Sedna  rápidamente subió a su kayak y remaron poniendo distancia con la isla.

Después de muchas horas de viaje una tormenta comenzó a formarse. La calma del océano Ártico pronto se convirtió en un vendaval que lanzaba al pequeño kayak de un lado a otro, acercándolo a los remolinos de agua. El padre de Sedna estaba muy asustado y empezó a lanzar peso por la borda, liberando al kayak, hasta que no quedo nada más que él y Sedna. Como la tormenta no amainaba e iban a hundirse irremediablemente, el padre de Sedna agarró a su hija y la lanzó por la borda al océano.

Sedna se agarró con sus manos al borde del kayak y gritó pidiendo ayuda a su padre, y luchó pero su cuerpo empezó a entumecerse en las heladas aguas del Ártico. Su padre, aterrorizado por la fuerte tormenta, sólo pensaba en sí mismo comenzó a golpear los dedos de Sedna. Sedna gritó a su padre pidiendo que se detenga pero fue en vano. Sus dedos congelados se rompieron y cayeron al océano.  Los dedos de Sedna, mientras se hundían hasta el fondo, se convirtieron en focas. Sedna se agarró al kayak de su padre con las falanges de los dedos que todavía tenía pero su padre nuevamente empezó a golpearle las manos. Una vez más, las manos de Sedna, congeladas por el mar ártico se quebraron. Los muñones comenzaron a deslizarse hacia el fondo del mar, y esta vez se convirtieron en ballenas y otros mamíferos grandes.

Sedna no pudo luchar más y empezó a hundirse. entonces la tormenta amainó y Sedna, atormentada y furiosa de rabia por lo que le había sucedido, no murió sino que llegó hasta la costa viva. ahí su padre, arrepentido delo que había hecho le pido una y otra vez perdón pero Sedna no pudo perdonarlo y cuando murió Sedna se hundió en el fondo del mar y se convirtió en la diosa del mar. Las focas y las ballenas se sientan con ella en el fondo del océano. Su cólera y furia contra el hombre es la fuerza de los mares y las tormentas violentas. Los cazadores le tiene un gran respeto.

Dicen que cuando hay una gran tormenta el chaman de la tribu debe hacer un viaje espiritual y nadar hacia ella para peinar y desenredar su largo pelo negro. Con esto, Sedna se tranquiliza y suelta a sus mamíferos para permitirles a los inuit comer de la abundancia del mar.

El craneo del Papa Luna

Resulta que siempre se había dicho que el busto de San Valero, patrón de Zaragoza, era un retrato de Benedicto XIII, el Papa Luna (que fue quien pagó los tres bustos que se conservan en la Seo de Zaragoza, además de uno de Santa Engracia que no se conserva). No había confirmación, pero ahora la hay, y todo gracias a que su cráneo se conserva. 
En realidad se conservaba todo el cuerpo momificado en la capilla de su palacio de Illueca (se llevó allí unos años después de que muriera en Peñíscola), pero en el siglo XVI a un sacerdote italiano que pasaba por allí no le debió gustar aquello, la emprendió a palos con la momia y la dejó hecha una pena. Parece ser que tiempo después, en época de la Guerra de Sucesión, los franceses tiraron el cuerpo al río y sólo se salvó la calavera, que rescataron unos labradores.
Por cosas de matrimonios la calavera pasó a estar en la capilla del palacio de los condes de Argillo en Sabiñán, y así, con el palacio en ruinas, llegamos al 7 de abril del 2000. Ese día se cumple la profecía que San Vicente Ferrer había hecho quinientos y pico años antes: “Para castigo de la soberbia del Papa Luna, con su cabeza algún día jugarán los niños a modo de pelota“. ¡¡¡Qué clarividencia!!! Efectivamente, dos hermanos de Sabiñán la robaron ese día para pedir un rescate de un millón de pesetas. ¿Queréis leer el primer anónimo que mandaron? Pues abrochaos el cinturón, que la cosa lo merece:
HOLA SIQUEREIS LA CABEZA DEL PAPA LUNA REBELAR LAS FOTOS Y LAS BEREIS. YO ME PONDRE EN CONTACTO CON BOSOTROS. ME LLAMO JESUS ANTONIO EL COLECCIONISTA
Las criaturas, aparte de haber jurado odio eterno a la ortografía, compraron el carrete de fotos en una tienda del pueblo y sellaron la carta en la Oficina de Correos de Sabiñán (donde preguntaron si era posible enviar un sobre sin remite, los angelicos). Vamos, que fueron dejando todo un reguero de pistas.  ¿Queréis leer el segundo anónimo?
OLA SEÑOR JAVIER COMO USTED YA SABRA TENGO EN MI PODER EL CRANEO ASI QUE ESIJO UN MIYON DE PESETAS.
Aún hubo otro anónimo, en el que se muestran de lo más picajosos.
NO YAME A LA POLICIA NI TAMPOCO A ANTENA 3 YA QUE ESTOS SE HAN BURLADO DE MI FORMA DE ESCRIVIR
Sin palabras. Tras una cita con el alcalde en la arboleda de Macanaz de Zaragoza (a la que no acudieron), otro anónimo en el que decía que estaban practicando ritos satánicos con la cabeza… el culebrón acabó, cinco meses después de que empezara, con la recuperación del cráneo, su declaración como Bien de Interés Cultural y un estudio que dio como resultado que sí, que era de un anciano de época del Papa Luna y que todo hacía pensar que pudiera ser él. ¿Sabéis cuál fue la prueba definitiva? Pues que los rasgos de aquel cráneo coincidían casi exactamente con los del busto-relicario de San Valero. ¿Casi? Pues sí, porque el Papa se había mandado retocar la nariz en el retrato (por lo visto la tenía muy aguileña y al hombre no le gustaba). Pura coquetería pontificia, vamos.
En fin, que si queréis saber todos los detalles lo mejor que podéis hacer es pinchar aquí para leer el blog de Antonio Tausiet, o leer ”Papa Luna. El rescate de un Pontífice olvidado“, escrito por Jesús Pastor y Octavio Rani, guardias civiles que participaron en el rescate.
El texto integro pertenece a Gozarte.

Isis y Osiris

Egipto , otro país lleno de misterio, historia o leyenda.

Nut, diosa del cielo, era la mujer de Ra. Sin embargo, era amada por Geb a cuyo amor correspondía. Cuando Ra descubrió la infidelidad de su esposa, se puso iracundo y la maldijo, diciendo que su hijo no nacería en ningún mes ni en ningún año. La maldición del poderoso Ra no podía ser ignorada, debido a que Ra era el jefe de todos los dioses. Angustiada, Nut apeló al dios Thoth (el Hennes griego), quien también la amaba. Thoth sabía que la maldición de Ra debía cumplirse, pero encontró una vía de salida al problema mediante una estratagema muy hábil. Acudió a Silene, la diosa de la Luna, cuya luz rivalizaba con la del Sol mismo, y le retó a un juego de mesa. Las apuestas por ambos lados eran altas, pero Suene apostó un poco de su luz, la decimo séptima parte de cada una de sus iluminaciones, y perdió. De aquí procede que su luz mengua y disminuye en ciertos períodos, de tal forma que ya no es rival del Sol. De la luz que le había arrebatado a la diosa de la Luna, Toth creó cinco días que añadió al año (que en esos tiempos constaba de trescientos sesenta días), de tal manera que no pertenecían ni al año anterior, ni al año siguiente, ni a ningún mes. Nut tuvo a sus cinco hijos durante esos días. Osiris nació el primer día, Horus el segundo día, Set el tercer día, Isis el cuarto y Neftis el quinto. En el momento del nacimiento de Osiris, se oyó en todo el mundo una voz alta que decía: «Ha nacido el señor de toda la Tierra!» Una tradición un tanto diferente relata que cierto hombre llamado Pamiles, que llevaba agua del templo de Ra en Tebas, oyó una voz que le ordenaba proclamar el nacimiento del «buen y gran rey Osiris», lo cual hizo en seguida.
Con el transcurso del tiempo se cumplieron las profecías respecto a Osiris, y se convirtió en un rey grande y sabio. La tierra de Egipto floreció bajo su dominio como jamás lo había hecho antes. Como muchos otros «dioses-héroes». se propuso la tarea de civilizar a su gente, quienes a su llegada se cncontraban en un estado muy bárbaro, practicando el canibalismo y otras costumbres salvajes. Les impuso unos códigos, les enseñó las artes de la labranza y les enseñó los ritos correctos para venerar a los dioses. Y cuando logró establecer la ley y el orden en Egipto se marchó a tierras lejanas para continuar con su obra civilizadora. Era tan gentil y bueno, y tan agradables eran sus métodos de inculcar el conocimiento en las mentes de los bárbaros, que éstos veneraban la mismísima tierra que pisaba.
Sin embargo, tenía un cruel enemigo, su hermano Set. Durante 1a ausencia de Osiris su esposa Isis gobernó el país tan bien que las malvadas maquinaciones de Set para tomar parte en su gobierno no pudieron madurar. Pero cuando el rey regresó, Set maquinó un plan, para librarse de su hermano. A fin de cumplir su plan se alió con Aso, la reina de Etiopía, y otros setenta y dos conspiradores. Luego, después de medir secretamente el cuerpo del rey, mandó hacer un maravilloso cofre, ricamente adornado, donde pudiera caber el cuerpo de Osiris. Hecho esto, invitó a los conspiradores y a su hermano el rey a un gran banquete. La reina a menudo había advertido a Osiris de que tuviera cuidado con Set, pero, exento de maldad, el rey no la percibía en los demás y, así, acudió al banquete.
Cuando el banquete hubo terminado, Set hizo traer el precioso cofre al salón y dijo, fingiendo bromear, que debería pertenecerle a quien cupiera en él. Uno tras otro los huéspedes se tumbaron en el cofre, pero ninguno cupo; hasta que le llegó el turno a Osiris. Inconsciente de la traición, el rey se tumbó en el gran cofre. En cuestión de segundos los conspiradores habían claveteado la tapa derramando plomo candente sobre ella para cerrar cualquier apertura. Luego abandonaron el cofre a su suerte en el Nilo, en la desembocadura del Tanaitic. Algunos dicen que estos acontecimientos tuvieron lugar en el vigésimo octavo año de su vida; otros dicen que fue en el vigésimo octavo de su reinado.
Cuando Isis recibió las noticias se afligió y se cortó una mecha de pelo y se vistió de luto. Consciente de que los muertos no pueden reposar hasta que sus cuerpos no hayan sido enterrados con los ritos funerarios, emprendió la búsqueda del cuerpo de su marido. Durante largo tiempo su búsqueda fue inútil, a pesar dc que le preguntara a todo hombre y mujer si habían visto el cofre ricamente adornado. Con el tiempo, se le ocurrió preguntar a unos niños que jugaban en las orillas del Nilo, y éstos pudieron decirle que Set y sus cómplices habían traído el cofre hasta la desembocadura del Nilo. A partir de ese momento, los egipcios consideraron que los niños eran poseedores de alguna facultad especial de adivinación.
Poco a poco, mediante los poderes demoníacos, la reina obtuvo información más exacta, que le informaban de que el cofre había sido abandonado en Byblos, y las olas lo habían arrojado en un arbusto tamarisco, que milagrosamente se había convertido en un árbol magnifico, y había encerrado el cofre de Osiris en su tronco. El rey de ese país, Melcarthus, se maravilló por la altura y la belleza del árbol, y lo hizo talar, utilizando su tronco como pilar para sujetar el techo de su palacio. Por tanto, el cofre que contenía el cuerpo de Osiris estaba oculto dentro de esta columna. Isis acudió apresuradamente a Byblos, donde se sentó al lado de una fuente. No dirigió la palabra a ninguna persona que cruzara en su camino, a excepción de las doncellas de la reina, y a éstas se dirigió con gracia, trenzando su pelo y perfumándolas con su aliento, más fragrante que el aroma de las flores. Cuando las doncellas regresaron al palacio la reina les preguntó a qué se debía que su pelo y sus ropas estuvieran tan deliciosamente perfumadas, y éstas le contaron el encuentro con la bella forastera. La reina Astarte, o Athenais, hizo que la trajeran al palacio, la acogió con los brazos abiertos y la designó enfermera de uno de los jóvenes príncipes.
Isis aumentó al niño dándole su dedo para chupar. Todas las noches, cuando todo el mundo se había acostado, ponía grandes troncos en el fuego y echaba al niño entre ellos, y luego, convñtiéndose en una golondrina, emitía unos tristes lamentos por su marido muerto. Las doncellas de la reina informaron a su señora de los rumores de estas extrañas prácticas, y ésta se propuso descubrir si había alguna verdad en ellos. Entonces se escondió en la gran sala, y cuando llegó la noche, efectivamente, Isis cerró las puertas y amontonó troncos en el fuego, echando al niño entre la madera ardiente. La reina se avalanzó con un grito y rescató al niño de las llamas. La diosa la reprobó, declarando que mediante su acción había privado al niño de la inmortalidad. Luego Isis reveló su identidad a la horrorizada Athenais y le contó su historia, pidiéndole que le diera el pilar que sujetaba el techo. Cuando le fue otorgada su petición, abrió el árbol, sacó el cofre que contenía el cuerpo de Osiris y se lamentó con tanta fuerza que uno de los jóvenes príncipes murió de terror. Luego se llevó el cofre a Egipto por mar. Durante mucho tiempo, el árbol que contenía el cuerpo del dios se preservó y veneró en Byblos.
Cuando llegó a Egipto, Isis abrió el cofre y lloró triste y amargamente sobre los restos de su esposo real. Pero ahora se acordó de su hijo, Horus el Niño, a quien había dejado en Buto, y, ocultando el cofre en un lugar secreto, emprendió la búsqueda de su hijo. Mientras tanto, Set, que cazaba a la luz de la Luna, descubrió el cofre ricamente adornado y en su ira desgarró el cádaver en catorce trozos, que esparció por todo el país.
Cuando descubrió este último ultraje sobre el cuerpo del dios, Isis tomó un barco hecho con juncos de papiro y emprendió nuevamente la búsqueda de los restos de su esposo. Después de esto, los cocodrilos no quisieron acercarse a un barco de papiro, probablemente porque pensaban que llevaba a bordo a la diosa, que no había abandonado su búsqueda. Cuando Isis encontraba una parte del cádaver, ésta la enterraba y construía un sepulcro para demarcar su posición. Ésta es la razón de que haya tantas tumbas de Osiris en Egipto
Para esta época, Horus ya era un adulto y Osiris, regresando de Duat (el más allá), donde gobernaba como rey de los muertos, le animó a vengar las injusticias impuestas a sus padres. Inmediatamente después, Horus luchó con Set, intercambiándose victorias entre uno y otro. En una ocasión, Set cayó cautivo de su enemigo y quedó bajo la custodia de Isis, pero, para gran sorpresa e indignación de su hijo, ésta le dejó libre. Horus estaba tan iracundo que arrancó la corona de la cabeza de su madre. Sin embargo, Thoth le dio un casco con forma de cabeza de vaca. Otra versión relata que Horus decapitó a su madre y que Thoth, hacedor de magias, volvió a pegarle la cabeza en forma de la de una vaca. Se dice que Horus y Set siguen luchando, aunque ninguno de los dos consigue salir victorioso. Cuando Horus venza a su enemigo, Osiris regresará a la tierra y volverá a gobernar Egipto

Seis meses de luz y oscuridad en el artico


Miguel, el guía de Greenland Adventure, nos contó una serie de leyendas inuits mientras estuve en Groenlandia.

Los inuits vivían en perpetua oscuridad, en tierras cubiertas de hielo y frio, estos inuits pasaban mucho mucho frío, tanto que decidieron pedir al cuervo, su ave sagrada, que les ayudara y les trajera algo de calor. El cuervo viajó por mucho tiempo hasta llegar a otras tierras, a una casa donde una familia se calentaba al calor de un fuego. El cuervo cogió una de las brasas de ese fuego con su pico y la llevo de regreso con los inuits. Pero como el trayecto era muy largo la brasa se fue haciendo cada vez más y más pequeña, por lo que cuando el cuervo llegó a donde estaban los inuits la brasa estaba ya por la mitad. Es por eso que en Groenlandia los inuits tienen 6 meses de día y 6 meses de noche, porque la brasa que trajo el cuervo solo estaba a la mitad y solo les dio calor para la mitad del año.

Luego, por otro lado, en internet también se cuenta esta otra leyenda, donde también es el cuervo el origen de los 6 meses de luz y de oscuridad que viven los inuits en las tierras árticas.

Al principio solo había una extensa oscuridad y silencio. Surge un pequeño cuervo que, por donde pasa, da lugar a la vida. Algo brillante llama su atención y escarba el suelo para hacerse con un poco de mica. De ahí surge el cielo. El hombre de una vaina de guisante. La mujer es moldeada a partir de la mezcla de hierba y barro. El cuervo enseña a construir armas para cazar, pero advierte a los jóvenes humanos que no lo hagan mucho. Sin embargo, la codicia conduce a los humanos a desobedecer. Enfadado, el cuervo los castiga ocultando el sol y dejando a los seres humanos en tinieblas. Con todo, se apiada de vez en cuando de ellos y les muestra el sol. Así es como los inuits viven 6 meses de día y 6 meses de noche.

El Dorado

Es fácil que viajando a Sudamérica, ya sea Perú o México, nos llegue la historia del dorado de boca de algún guía.

El rey de Guatavita cayó profundamente enamorado de una bonita mujer joven de la tribu vecina.
La esposó y tuvieron una hija.
Pero el rey se consagró mucho a su función, dejándose ir al libertinaje, engañando y olvidando a su esposa. Ésta, sintiéndose abandonada se desesperaba.
Sin embargo, los dos esposos amaban profundamente a su hija.
Un día, en una gran fiesta, la reina se enamoró de un bello y joven guerrero. Enamorados uno del otro, comenzaron a exhibirse mofándose de la vigilancia del rey.
Estos encuentros ilegítimos terminaron por ser conocidos por aquel que no tardó en sorprenderles.
El guerrero fue hecho prisionero y sometido a terribles torturas, hasta que se le quitó el corazón antes de empalarlo.
Esa misma noche se organizó una gran fiesta en honor de la soberana.
En el curso de la comida se le ofreció un plato refinado, el corazón de un animal salvaje. La reina lo miró con desconfianza, después se dio cuenta con horror que estaba ahí un pedazo de su amante.
De repente, el ambiente festivo dejó lugar a un gran silencio cuando resonó el grito de terror de la reina. El tinte pálido como una muerta y el corazón magullado, fue a buscar a su hija antes de hundirse precipitadamente en las tinieblas. Sin reflexionar un solo instante, se tiró en la laguna sagrada de Guatavita.
Los sacerdotes se apresuraron a transmitir la noticia al monarca ebrio que, loco de dolor, corrió a la laguna comprendiendo cuánto amaba a esta mujer y cómo ella lo había hecho feliz antes.
El corazón lleno de llanto, ordenó a los sacerdotes recuperar el cuerpo de su esposa. Éstos revelaron que la reina vivía feliz en una casa submarina con una serpiente que estaba enamorada de ella.
Angustiado, el rey reclamó que le trajeran al menos a su hija. Los sacerdotes la trajeron y pudieron constatar que ella no tenía más los ojos. Entonces el padre decidió devolverla a su madre.
El rey inconsolable perdonó a su esposa prometiéndole ofrendas para que ella tuviese en el más allá la dicha que había conocido tan brevemente a su lado.
Los sacerdotes, los intermediarios entre los hombres y la diosa de las aguas (la antigua reina), vivían en el borde de la laguna esperando su próxima aparición, una noche de luna llena.
Los chibchas hicieron de la laguna de Guatavita (formando un círculo casi perfecto) un lugar de culto donde se le hacía ofrendas de figuras de oro y esmeraldas a la diosa tutelar. Ella, en forma de serpiente, surgía de las aguas para recordar al pueblo la promesa de tesoros que se le había hecho. Las ofrendas se hicieron más y más numerosas a fin de calmar el dolor del rey.
Pero la ceremonia tuvo luego otro objetivo. Era un acto político-religioso que se realizaba para la consagración de un nuevo Zipa (rey de Bacatá, actual Bogotá).
Los días que precedían a la ceremonia, el rey y su pueblo comenzaban un período de ayuno y abstinencia. Durante este período confeccionaban máscaras y ricas vestimentas, arreglaban sus instrumentos de música y preparaban los mets de la chicha (alcohol de maíz) para el gran día.
Los pueblos vecinos se unían a la fiesta y todos, por un tiempo, olvidaban sus penas y sus llantos. Después venía el momento tan esperado.
Antes de que despuntara el alba, todo estaba listo para comenzar la procesión hacia la laguna sagrada al son de tambores y flautas. La multitud, engalanada de bellos atavíos y sus joyas entonaba canciones. Después seguía el cortejo real escoltado por los guerreros portando arco, flechas y lanzas.
A algunos metros de la laguna, el rey descendía de su palanquín y se dirigía hacia la barca real, marchando sobre las capas que ubicaban bajo sus pies los guerreros y los cortesanos. Sobre la barca recubierta de capas y de flores no tomaban lugar más que los miembros más meritorios de la corte, dejando libre la plaza central para el monarca. Tan pronto como se ubicaba al centro de la barca el rey dejaba caer su capa roja mostrando a todos su cuerpo recubierto de polvos de oro.
La barca real se alejaba lentamente mientras que la multitud, la espalda vuelta a la laguna, o la cabeza baja hacia el suelo para no ofender, hacía oír sus plegarias y cánticos. En medio de la laguna, el Zipa apuntaba su mirada hacia el oriente, esperando el sol. Cuando el cielo se teñía de rojo, el rey murmuraba plegarias. Y al momento cuando el sol surgía y bañaba de luz la barca real, el monarca levaba los brazos al cielo lanzando un grito de alegría repetido enseguida por toda la multitud.
Pronunciando aún unas plegarias, el Zipa tiraba al fondo de la laguna las admirables esmeraldas y los objetos de oro, después se sumergía él mismo en las aguas sagradas. Resurgía purificado y la barca regresaba a la ribera mientras que la multitud permanecía cabeza baja o de espaldas a la laguna.
El rey marchaba de nuevo sobre las capas hasta su palanquín que lo llevaba hasta su morada. Una vez el ritual y la consagración del Zipa acabados, comenzaba la fiesta que terminaba en la ebriedad.

El castillo de Edimburgo


El castillo de Edimburgo, Escocia, esta lleno de pasadizos secretos, sótanos, y túneles, incluyendo uno que se cree que sirve para conectar con el Palacio de Hollyrood.
La leyenda cuenta que se le dio orden a un soldado de explorar si uno de los túneles comunicaba directamente con Hollyrood, pero se perdió y quedó allí para siempre, aun hoy hay quien se queda inmóvil de miedo al escuchar entre las frías paredes una triste canción, la canción que entonaba aquel soldado.

El dios Viracocha

Visitando Perú descubrimos varias culturas y leyendas, como la del dios Viracocha.

Viracocha o Wiracocha es un dios pan andino.Un día Viracocha emergió del Lago Titiqaqa junto a algunos ayudantes y castigó a los primeros hombres por ciertos desvaríos y los convirtió en piedras. Quiso Viracocha mejorar su obra y dividió el cosmos en tres partes: Hanan Pacha (“mundo de arriba”), Kay Pacha (mundo de aquí) y Uqu Pacha (“mundo de adentro”). En el Hanan Pacha creó el sol, la luna, las estrellas y los demás seres celestiales; ordenando sus funciones y recorridos. Para habitar el Kay Pacha creó una nueva generación de hombres y mujeres modelando rocas y piedras que cobraron vida para fundar los diferentes pueblos y reinos. Estos nuevos fundadores salieron del Uqu Pacha (profundidades de la Tierra) a través de las pacarinas: cuevas, lagos y manantiales. Luego de ordenar las funciones de pueblos, plantas, animales, ríos y todos los seres del mundo, Viracocha y sus acompañantes se dirigieron hacia el mar y se fueron caminando sobre sus espumas.

La niebla


Miguel, el guia de Greenland Adventure, nos contó una serie de leyendas inuits mientras estuve en Groenlandia.

Existían en la tierra dos razas, los inuits y los tuniq. Estos tuniqs eran muchos más grandes que los inuits, como gigantes pero a su vez eran muy muy tontos.

Un día, un cazador fue a pescar pero no consiguió nada en todo el día. El cazador miró en todas direcciones, pero no vio ninguna presa. Finalmente, vio a un hombre en la lejanía, y a medida que se acercaba a él, la figura se volvía más grande; se trataba de un Tuniq. Viendo al gigante, el cazador comprendió que su vida estaba en peligro, y para evitar una muerte segura, el cazador se tumbó en el suelo y se hizo el muerto.

El gigante alcanzó pronto al cazador y pensando que estaba muerto lo cogió para comérselo. como eran muy tontos no se aseguró de si estaba muerto y como no tenía hambre en ese momento y el inuit estaba muerto pensó que lo mejor era llevárselo a casa.

A lo largo del camino, a medida que el gigante andaba de vuelta a casa, el inteligente cazador iba sujetando y agarrando piedras, de manera que, sin darse cuenta, el gigante estaba arrastrando una gran cantidad de peso y, cuando llegó a su casa, estaba exhausto. como el inuit pesaba mucho lo dejo en el suelo de su casa y se echo una siesta, al fin y al cabo el inuit estaba muerto y no podía escapar, podía comérselo cuando se levantara de la siesta.

El gigante se quedó dormido y el cazador se levantó y comenzó a  huir. siguiendo sus propios pasos hacia atrás. Pero la esposa del gigante, que estaba juntando madera para cocinar al cazador, lo vio intentando escapar y comenzó a perseguirlo.

El inuit se encontró con  un río y como era pequeño y ágil caminó hacia atrás tomó impulso y de un salto a travesó el río. La esposa del gigante se detuvo al ver aquel río ante ella y entonces miró al inuit y le preguntó: "¿Cómo pudiste atravesar este río?".
El cazador inuit respondió: "Me bebí el agua y luego cuando crucé devolví el agua a su lugar"

Así la mujer del gigante comenzó a beber y beber más agua. Cuanto más bebía, más se hinchaba y más crecía, pero ella seguía bebiendo agua, porque el río no se agotaba. Bebió y bebió hasta que explotó con todo el agua dentro. Con el viento las gotitas de agua fueron esparcidas por el aire y así es cómo se formó la niebla.

El arco Iris


Miguel, el guía de Greenland Adventure, nos contó una serie de leyendas inuits mientras estuve en Groenlandia.

Un cazador en el ártico se perdió en medio de una tormenta, se hizo un agujero en el hielo e intento subsistir con lo que tenía, al final se aventuró a salir a la tormenta y camino entre los hielos en busca de alimento, finalmente, a lo lejos encontró un iglú con un pequeño inuit dentro. El cazador le preguntó al inuit si podía quedarse, el inuit le dio alojamiento, el cazador agotado se quedó dormido, durmió pro mucho tiempo y cuando despertó el pequeño inuit estaba en una esquina del iglú tallando una figura, el cazador le preguntó que qué era lo que tallaba y el pequeño inuit le contestó que era una figura para luchar contra la tormenta. El cazador, todavía cansado, volvió a quedarse dormido por otro tiempo muy largo. Cuando el cazador despertó encontró al pequeño inuit tallando otra figura más grande. El cazador le preguntó por qué hacía eso y el inuit le contestó que la tormenta era muy fuerte y que tenía que hacer una figura más grande para luchar contra esta. El cazador volvió a dormirse, cuando despertó encontró al pequeño inuit acariciando a la figura suavemente. El cazador le preguntó al inuit al respecto y el inuit le contestó: escucha, la tormenta ya ha terminado. La figura ha ganado pero la tormenta ha sido tan fuete y la lucha entre la figura y la tormenta tan grande que mira que ha ocurrido. El inuit señaló fuera del iglú y el cazador vio el arco iris sobre el paisaje de nieve y hielo. Y así es como los inuits explican el origen del arco iris, el resultado de una lucha contra la tormenta.

La campana de Huesca


Visitando lugares de España como Huesca nos encontraba con esta historia.

El rey Aragonés Ramiro II, por su condición de monje, fue muy mal recibido por la nobleza de Aragón. No era ni respetado ni obedecido.
Consultando el caso con el Abad del monasterio al que había pertenecido, éste se limitó a bajar al jardín y cortar las flores más altas. Al emisario le dio este escueto mensaje: “Id y contad a vuestro rey lo que habéis visto”.
Ramiro II entendió la lección.
Reunió a los principales nobles de su reino para presenciar la fundición de una campana, cuyos sones serían escuchados en todo el mundo. Según iban llegando los nobles, mandaba cortarles las cabezas y colocarlas en forma de rueda. Tan extraño y macabro corro sería coronado por la cabeza del principal cabecilla, a manera de badajo. Formaban una campana, la campana de Huesca.
Los ecos de este escarmiento se oyeron en todo el mundo

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