El día que teníamos libre era el día que volvíamos a España, pero nuestro vuelo salía a las diez de la noche así que teníamos tiempo suficiente para aburrirnos. Lo primero que teníamos programado era una visita guiada al interior del Capitolio Nacional. La entrada está resguardada por seis gigantescas columnas dóricas en lo alto de una escalinata. A ambos lados de lo más alto de la escalera se muestran esculturas de bronce, una masculina y otra femenina, obra del italiano Angelo Zanelli. En el interior del capitolio, en una de sus salas, se ven las obras de prueba regaladas por el gobierno italiano expuestas junto con un vídeo de cómo se diseñó la obra arquitectónica. Arriba de las escaleras, las puertas de entrada están diseñadas con imágenes de la historia de Cuba: desde el asalto a los indios por parte de los españoles hasta la última construcción del edificio. A las diez abrieron las puertas y comenzamos la visita que se dividió en grupos, a nosotras nos tocó con un grupo francés.
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