Es un pequeño pueblecito costero, muy turístico pero encantador. No hay que dejar de verlo. Es un pueblecito de montaña a la orilla del mar, con puerto marítimo, largas cuestas de casitas blancas con puertas de colores, es un encanto perderse por las calles del pueblo buscando las puertas más hermosas. Las vistas desde arriba son también maravillosas, y hay un café con balcones escalonados desde donde tomar un té con menta y disfrutar de las vistas. Me recordó a la canción de Aute, Haffa Café...Aquí tuve la mala suerte de que no había cargado la noche anterior la cámara y cuando de Túnez nos acercamos a Sidi Bu Said ya tenía poca batería, y al final la batería de la cámara murió y no pude hacer todas las fotografías que este pueblo encantador merecía.
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