Camino al Faro de San Isidro - Chile

Camino al Faro de San Isidro

La excursión es de solo medio día lo que nos viene perfecto para tener la tarde libre y ver Punta Arenas. El día amanece soleado pero frío, aunque sin el aire del día anterior no hace un frío que te hiela los huesos. A las ocho de la mañana nos recogen para ir hacia el sur (unos 70 km) por la Ruta 9 hasta llegar a Punta Árbol. Llegando a Punta Árbol nos encontramos con un camping y muchos coches, y aquí junto al cartel de “Cabo Froward, hito geográfico donde comienza el continente americano señalizado por la cruz de los mares” nos encontramos con un zorro, según nos dice el guía ya está casi domesticados por lo que se acercan de forma habitual a los humanos. Tras dejar atrás al zorrito y al cartel que marca el punto más austral del continente americano comenzamos la caminata hasta el Faro San Isidro. El sendero tiene una distancia de unos 5,5 km y se camina a lo largo de una playa de guijarros del Estrecho de Magallanes, por lo que las vistas del paseo son muy bonitas debido al buen día que hace. Lo único hay que tener buena forma física porque un paseo de 5 km en llano es sencillo, un camino por playa de guijarros donde te hundes en cada paso y tienes que hacer más esfuerzo para andar supone más esfuerzo físico. Es un paseo apto para todos, pero según el ritmo puedes acabar muy cansado. En nuestro caso el ritmo del guía era rápido, se ve que los guías de Chile están muy acostumbrados a recorrer estos caminos agrestes y ya no paran ni a disfrutar de las vistas, cada vez que paraba para hacer una fotografía tenía que correr tras el guía. También me paso en la isla de Pascua, parece que solo me dedicaba a correr tras los guías. Como decía el recorrido comienza caminando con el estrecho a la izquierda y sus aguas cristalinas y a la derecha el bosque magallánico con sus arboles retorcidos por el viento. Si se tiene la suerte de tener un día despejado como nosotras se pueden ver las montañas de las islas que se encuentran disgregadas por el estrecho. Y durante todo el camino por la costa se ven troncos de arboles secos que ha traído la marea, todos están retorcidos y parecen esculturas modernas. Llegamos a un riachuelo que según el guía el día anterior con un salto se cruzaba, pero ahora hay tanta agua que es imposible saltarlo o no mojarse en el proceso de cruzarlo. El agua tiene el color marrón oscuro que vimos en el pasado en Escocia. Hay algunos troncos grandes caídos tras la cascada, pero no resultan fiables para cruzar, así que el guía se mete dentro del bosque magallánico y caminando entre la maleza (podría jurar que no hay camino claro) llegamos a una zona con cuerdas atadas de un lado a otro de un árbol y que permiten cruzar los troncos de los arboles sin resbalarse al permitirte apoyar en ellas. Así que con la vigilancia y ayuda del guía cruzamos el riachuelo a través de los árboles. Tras cruzar el riachuelo el guía nos lleva de regreso al camino de la playa para seguir el recorrido con más comodidad, en el trayecto ya podemos ver una de los montes altos debido a lo despejado que está, aunque me es imposible recordad que nombre tiene el monte. Por esta parte del camino el guía nos va enseñando la distinta flora característica del bosque, vimos varios frutos y flores de árboles y también una especie hongo que crece en los arboles que en el pasado las tribus que vivían en esta zona se comían, nos lo da a probar, pero como sabéis yo no soy muy de alimentos fuera de mi zona de confort, el guía dice que no sabe a nada, pero cuando no hay nada más es lo que se usaba para alimentarse. Por el camino vemos diferentes aves que nos identifica el guía, también rocas laminadas y cada vez más vemos más montañas de islas. Según nos comenta el guía el faro es el ultimo punto de la masa continental, pero todo lo demás que vemos, muchas montañas nevadas al fondo, son las montañas de las diferentes islas que hay en el continente americano. Mi amiga para a tomarse las pastillas, que tienen una hora determinada, y con la parada la otra chica que iba en el grupo distingue algo al fondo, el guía se fija y nos indica que es una ballena, miramos y vemos el chorro del agua expulsarse fuertemente hacia arriba, lo seguimos con la vista y vemos a la ballena saltar en el agua, luego por mi parte ya la pierdo de vista. Y así llegamos a ver el hotel de San Isidro junto a la playa y un cartel sobre el faro histórico de San Isidro. Entramos dentro del boque y cuando salimos nos encontramos con una vista de postal, el faro sobre un montículo de césped, una playa de agua azul, y un camino de flores amarillas con un pequeño muelle de madera derruido. El paisaje vale la pena, es un lugar idílico excepto por el aire frio. Mientras estamos observando una barra de madera tallada que se encuentra junto al muelle derruido se nos acerca un zorrito buscando que le demos comida, aunque hay un cartel bien claro que dice que está prohibido dar comida a los animales de la zona dado que son animales salvajes algunos visitantes deben de alimentarlo porque cuando uno se agacha se acerca como si fuera un perro tras la comida. El guía comenta que los zorros de ahí están medio domesticados y en vez de buscar su comida en cuanto ven humanos se acercan para pedir comida, mi amiga pone la mano y el guía rápidamente la aparta ya que el zorro va a ir directo a por comida y no estamos precisamente en una zona cómoda para tener una mordedura de zorro. Seguimos por el camino de flores amarillas para ir al montículo y subir al faro. Finalmente llegamos al Faro de San Isidro, desde donde tendremos una vista panorámica del Estrecho de Magallanes, la Isla Dawson, la Cordillera Darwin y la Península de Brunswick en su máximo esplendor. Aquí vemos como llegan al faro más personas en una lancha y es que hay otros tours que hacen el recorrido por otro lado en lancha y llegan también al faro. El faro está cerrado y el guía nos comenta que están preparando un museo, en el exterior hay una cabeza de ballena y en el interior se pueden ver el resto de huesos de una ballena. El ultimo faro del continente americano tiene unas vistas increíbles y volvemos a ver ballenas en el estrecho. Como ahí arriba hace frio pro el viento bajamos a la playa para refugiarnos del viento y parar a comer, mientras estamos ahí se nos acerca un zorro que se tumba en la playa de piedras con cara de pena para que le demos algo de comer. Tras comer retomamos el camino de regreso. El guía de este tour fue uno de los mejores porque sabía de todo, nos ayudaba, e iba bien preparado. A la vuelta nos encontramos con que hay mucha gente que va camino al faro, familias, parejas con sus perritos, todo tipo de gente, por lo que el lugar, que parecía vacío está ahora muy frecuentado. La vuelta, al no parar a hacer fotografías y como la marea ha permitido que el riachuelo se pueda cruzar con apenas estirar la pierna, resulta que la hacemos mucho más rápido que la ida. Así que enseguida regresamos en coche a Punta Arenas para visitarla antes de ir al aeropuerto.

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Tierra de Fuego - Chile

Tierra de Fuego Chilena

Después de una excursión muy recomendable por las torres del Paine cogimos otra excursión a la Tierra de Fuego chilena. Tierra de fuego está repartida entre Chile y Argentina. Ya a la llegada a Punta Arenas el taxista nos indicó que la zona es muy segura y que prácticamente la mayoría de la población es militar ya que Argentina intentó invadir la zona y Chile decidió marcar bases militares para proteger la soberanía. Y es que esta zona, antes de la apertura del canal de Panamá, era muy interesante como punto estratégico y económico al ser el estrecho de Magallanes el único acceso entre ambos océanos (Atlántico y Pacifico). Debido a estos conflictos a la hora de hablar sobre Tierra de Fuego, que es la isla más grande de Sudamérica, decidieron llegar a un acuerdo y quedarse una parte Chile y otra Argentina y no entrar en más conflictos militares. Para este tour primero vamos a coger un ferry que nos llevará a Tierra de fuego (siempre a la parte chilena, aunque a veces cuando vamos por la carretera pasamos pegados a la frontera argentina), este primer ferry dura dos horas y media de trayecto y como hoy hace viento el frío va en aumento y permanecemos dentro de la cabina saliendo solo un par de veces para hacer unas cuantas fotografías. El ferry desembarca en Porvenir, y aunque el tour incluye un paseo por la ciudad la reserva de los pingüinos nos ha dado una hora de acceso muy ajustada. Había estado mirando hacer la visita a Isla Magdalena y sus pingüinos, pero el precio era caro y el tiempo solo era medio día, y como ya estábamos poquitos días en Punta Arenas queríamos aprovechar hasta el último segundo en ver los puntos más importantes de la zona. En cuanto a Tierra de fuego aquí se encuentra la reserva del Pingüino Rey por lo que no solo vemos la isla, sino que veremos también pingüinos. El problema es que la reserva recibe varios tours y visitantes y para no estresar a los pingüinos organiza las visitas y esta vez nos a tocado a una hora por la que vamos a llegar muy justo (y aquí el tour no tiene nada que ver, lo organiza la reserva), así que una vez bajamos del ferry tenemos media hora para comer, y como el guía quiere enseñarnos Porvenir ha avisado al parque que llegaremos media hora más tarde. Así que nada más bajar del ferry comemos en uno de los lugares de Porvenir, aquí hay mucho cordero porque prácticamente lo único que hay son guanacos y ovejas traídas de Escocia porque aguantan el clima frío y riguroso de esta zona. Fuera de la casita donde comemos hace mucho viento, pero los lugareños, con la amabilidad chilena que les caracteriza, nos comentan que suele ir a 300km por hora a veces y que lo que sopla hoy no es nada. Cuando salimos de comer entra otro grupo y el guía nos lleva donde está el cartel de la ciudad Porvenir con dos figuras que representan el engaño, algo característico de las tribus originarias de esa zona, donde las mujeres hacían creer a los hombres mediante engaños que eran mensajeras del poder divino y así gobernaron a los hombres hasta que estos se enteraron del engaño y acabaron con las mujeres más viejas de la tribu. Desde el cartel se pude ver la calle que lleva a la iglesia católica que es la más antigua de la ciudad y las pequeñas casitas de colores que la rodean. Aunque el guía dice que las casas son típicas de Croacia porque la mayoría de inmigrantes que colonizaron la ciudad venían de ahí, a mis las casitas de Porvenir me recuerdan a las casitas de los pueblos de la costa de Estonia, que también están acostumbrados a este tiempo más que los croatas. Después de aquí nos paran en la plaza de Armas de Porvenir donde aparte de las vistas y una escultura no hay mucho más para ver. Y luego ya nos dirigimos hacia la reserva del Pingüino Rey, a través de una larga carretera de piedras durante todo el camino. La vida en la Patagonia chilena debe ser muy dura. Llegamos a la reserva y tras pagar la entrada nos encaminamos al observatorio donde podemos ver un montón de pingüinos rey y sus crías. Aquí tenemos que hacer unos de todas las capas, guantes y gorros que tenemos porque el aire viene muy fuerte y completamente helador, tal vez sin aire no notaríamos tanto frio, pero no hay suerte. Tras disfrutar una hora entera de los pingüinos nos marchamos hacia el ferry de vuelta para descubrir una cola de automóviles y caminos, por lo que dice la radio que pone el conductor por el fuerte viento el ferry está suspendido, y al parecer lleva así desde las doce de la mañana, hay gente que ya ha perdido los vuelos que tenía que coger, nosotros llegamos sobre las cinco de la tarde y según el guía sobre las siete o siete y media seguramente el viento se levante y podamos salir, mientras no hay internet, apenas una pequeña tienda y por fortuna si hay baños. Y así esperando en la nada junto al estrecho de magallanes estuvimos unas cuantas horas y en cuanto el ferry fue reanudado pudimos entrar en el primer ferry, por este camino el trayecto solo lleva media hora dado que hemos dado todo un rodeo a tierra de fuego y no hemos vuelto por donde hemos entrado, sino que estamos saliendo por Punta Delgada. Nuestra próxima parada es en la estancia San Gregorio. De camino al ferry paramos para ver la estancia más antigua de tierra de fuego desde fuera, pero sin bajar el autobús. Una estancia es como llaman a las haciendas de por aquí. La estancia San Gregorio data del siglo XIX y fue una de las principales productoras de lana en la región. Uno de los aspectos más destacados de la Estancia San Gregorio es su arquitectura, la cual refleja la influencia de la época en la que fue construida. Los edificios están construidos con materiales locales y técnicas tradicionales, desde la casa principal hasta las caballerizas y las zonas de almacenamiento. Aquí es donde apare de trabajar la lana también se organizaban las reuniones sociales, cine, bailes y demás entretenimientos. Como salimos tan tarde de tierra de fuego tenemos una vista del anochecer desde la playa de la estancia. Y una vez visitada partimos de regreso a Punta Arenas llegando sobre las once y media de la noche, pero quitando los imprevistos climatológicos todo fue perfecto.

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Parque Torres del Paine - Chile

Parque Torres del Paine 

De madrugada, a las cinco de la mañana, nos recogen para ir al Parque Torres del Paine, para visitar el parque es mejor alojarse en Puerto Natales, porque es el lugar de donde salen varios tours para ver glaciares y la flora y fauna que representan la Patagonia, pero Puerto Natales es mucho más caro y se salía de nuestro presupuesto. Así que lo que nos podía permitir era un tour de un día de Punta Arenas al parque, que son 3 horas en coche de ida y 3 horas de vuelta, de ahí el tener que madrugar. Cuando salimos de Punta Arenas el camino hasta Puerto Natales consiste en solo carretera llana y vegetación verde a los lados con grandes montañas azules al fondo, pero sobre todo llama la atención como durante tantos kilómetros no hay nada a tu alrededor mas que naturaleza. Si cogéis un coche de alquiler hay que estar muy seguros de no quedarse tirado porque es como viajar por un desierto, casi no vimos coches, y muchos menos granjas o personas, y los únicos animales que se ven son los guanacos, que están en rebaños, aunque también hay llamas y vicuñas traídas de otros países. El guía comenta que de forma natural se han mezclado guanacos y vicuñas y que el resultado es feísimo. Por todo el camino vemos varios grupos de los guanacos, pero el conductor para poco tiempo, según el guía viven en estado salvaje en contra de las llamas que son domésticas. El guía también nos comenta que en el parque de Torres del Paine también hay pumas, aunque son más difíciles de ver porque viven en estado salvaje y solo si haces algún día de treking por el parque puedes verlas. En nuestro caso como solo vamos y volvemos en el día no hay tiempo para treking. Teniendo en cuenta que la Patagonia chilena era un extra al viaje previsto no nos quejamos y lo guardamos para un viaje futuro por Chile o, como hacen algunos otros, desde Argentina. De camino al parque paramos en Puerto Natales, las vistas del lago y de las montañas nevadas al fondo es impresionante, me recuerda a nuestro viaje por Noruega porque, además, aunque hace viento hay nubes y al fondo algunas dejan un hermoso arco iris. Seguimos el camino hasta llegar a la cueva del Milodon. Para entrar hay que haber comprado la entrada a la cueva ya que en chile las entradas a los parques se pueden comprar por antelación por internet (recomendable ya que hay cupos y puedes quedarte sin entrar al parque por no sacar la entrada para el día o días que vayas). En la pagina de parques nacionales de Chile vienen todos los lugares a los que hay que comprar entrada. Nosotras tenemos la entrada a la Cueva del Milodón y la entrada al Parque Torres del Paine sacadas con antelación. La entrada permite el acceso a 4 cuevas, pero nosotros con el tour solo visitaremos la cueva grande ya que nos falta tiempo, pero si os quedáis en Puerto Natales podéis aprovechar y verlo todo. Estas cuevas se formaron durante el deshielo de los glaciares y se llama cueva del milodon porque en ella encontraron huesos y pieles de este animal prehistórico que no se ha encontrado en ningún otro lugar. Nos enamoramos de las vistas de las montañas en el camino hacia la cueva, la cueva grande tiene un sendero para darle la vuelta por dentro y también una figura de Milodón para tomarse fotos. Esta cueva fue descubierta por Hermann Eberhard cuando exploraba las tierras entregadas en concesión para colonizar la Provincia de Última Esperanza y lo único especial es el origen del Milodón. Se cree que todas las cuevas se formaron por la erosión del lago glaciar que se ubicaba en la zona hace unos 20.000 años. Y sirvieron de refugio para animales como el tigre dientes de sable, el caballo o el milodón, y también para los humanos que poblaban la Patagonia. De aquí vamos a la siguiente parada que es el Mirador Torres del Paine de la Laguna Amarga, un lugar desde donde se pueden ver perfectamente las Torres los días despejados y que, en este momento, únicamente podemos ver las bases porque están completamente cubiertas por las nubes. Son tres cuernos de piedra y no se ve nada, pero, aunque no vimos las torres disfrutamos de la vista, y como dijo el guía, lo más bonito del parque no son las torres. El lugar tiene unas vistas espectaculares de las montañas de color azul y la nieve blanca en sus picos, y abajo el verde del césped y la laguna de un color azul verdoso increíble, el guía nos comenta que la laguna tiene ese nombre y ese color porque el agua es tan acida que no hay vida en él. Cierto que no se ven las torres, pero como dice el guía, el tiempo es imprevisible en la Patagonia e igual de aquí a la entrada del parque tenemos suerte de que se despeje y llegar a verlas. Tras la parada en la laguna amarga nos dirigimos a la cascada de las torres del Paine. Esta es otra parada panorámica que vale mucho la pena. Desde este mirador tienes acceso a una vista de una gran cascada y de fondo se encuentran las montañas del parque. Aquí puedes ver las marcas de erosión del agua en las rocas y el agua de color blanquecino que baja de los picos. De aquí nos dirigimos a la entrada del parque para usar los baños mas que para otra cosa ya que todos del tour tenemos ya comprada la entrada al parque y nos vitamos las colas para intentar hacerlo en el sitio. Aquí vamos a ver el parque desde la furgoneta parando en los miradores más típicos del parque, de forma que en lo que se puede hacer en el poco tiempo que tenemos veremos diferentes puntos del parque que según nos enseña el guía en un plano es enorme y tomaría varios días verlo entero. Una vez dentro oficialmente del parque hacemos una parada en un mirador junto a un lago azul con algunas algas verdes con otra perspectiva de las montañas que es el Lago Nordenskjöld en honor al explorador que recorrió el lugar. Sé que paramos en la Laguna Azul y el Lago Pehoe, pero hacemos tantas paradas en lagos y lagunas que no sabría decir cual es cual, todas con vistas hermosas, este parque vale mucho la pena y más aún la madrugada. Después de varios miradores espectaculares paramos a comer en un rincón junto a un lago, protegidos del viento frío, con baños y un restaurante para quién quisiera comer en caliente. El lago tenía un color gris por lo que creo que es el Lago Grey, y es muy curioso como refleja el gris de sus sedimentos. Luego continuamos a uno de los muchos hoteles que tiene el parque para ver el lago desde el que salen las embarcaciones que visitan de cerca el glaciar Grey. Como decía, al ser un tour desde Punta Arenas no pudimos acercarnos más pro falta de tiempo, pero vimos muchísimo del parque para tan poco tiempo. Si me toca la lotería iremos a disfrutar de la Patagonia chilena con más tiempo. En alguna parte del camino pasamos por un lago y una granja que es famosa porque Gabriela Mistral (la escritora chilena que gano un premio novel) estuvo ahí invitada por su amigo de correspondencia y escribió uno de sus poemas inspirado en el lugar. Otra de las cosas interesante que comentó el guía mientras nos maravillábamos en todas las paradas de las vistas que tiene este parque es sobre Lady Florence Dixie la primera turista británica que tuvo el parque, ya que pago a un guía para visitarlo, recorrió a caballo los remotos paisajes de la Patagonia austral, pasando por pampas, bosques y cordilleras, transformándose en una pionera en el turismo de la zona que hoy conocemos como Torres del Paine y “A través de la Patagonia” es el libro donde habla sobre la belleza de este lugar. Tras la última parada panorámica tomamos el camino de regreso a Punta Arenas. Al final del día valía la pena el palizón y la madrugada.

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Punta Arenas - Chile

Punta Arenas

Tras hacer noche en Santiago de chile salimos camino al aeropuerto para coger un vuelo domestico a Punta Arenas, como la huelga seguía en pie decidimos ir antes por si acaso nos encontrábamos con las mismas inmensas filas que el primer día de huelga del aeropuerto. Esta vez no encontramos tanta fila para el control del aeropuerto así que comimos-almorzamos antes de facturar, luego facturamos y fuimos a pasar las filas del control para cuando llegamos a las puertas B (las puertas A están más cerca que las B, pro si alguna vez vais justos de tiempo en un vuelo domestico de chile saliendo de Santiago sabed que las puertas B están alejadas, y no es como en Madrid que te avisa cuanto tiempo tienes de distancia hasta la puerta, por lo que lo aviso por aquí para quien me lea). Después de estar en la puerta de embarque anunciaron que como el vuelo anterior llegaba con retraso saldríamos con retraso y que debido a que estaba lleno que el equipo de mano se iba a facturar. Lo del retraso nos perseguía y creo que se debía al tema de las huelgas. Como teníamos tiempo libre vimos que había una pequeña exposición con paneles informativos sobre la persona que daba nombre al aeropuerto de Santiago de Chile, muy interesante cómo se había desarrollado la aviación comercial en Chile. Finalmente conseguimos coger el vuelo a Punta Arenas cuando todavía no se había hecho muy tarde por lo que disfrutamos de unas vistas impresionantes de la cordillera de los Andes todo el camino hasta llegar a Punta Arenas. El taxista iba con su mujer y los dos fueron muy amables y agradable, como todos los chilenos con los que nos encontramos. Cuando comentamos el retraso del vuelo nos dijeron que habíamos tenido suerte porque el otro día se cancelaron todos los vuelos debido al viento. Al parecer en esta zona del estrecho de Magallanes hay vientos muy fuertes, no como en Zaragoza sino mucho más fuertes como para suspender vuelos o navegación. Parecido a lo que viví en Groenlandia un día. En el camino el taxista nos mostró donde hay dos replicas de madera de dos barcos representando a los que llegaron al Estrecho de Magallanes y Punta Arenas, como las carabelas que hay en Palos de la Frontera. Pero como estaban muy lejos solo si teníamos tiempo de llamar un taxi iríamos hasta ahí. Lo que si cuando nos dejo en nuestro hotel nos señalo los restaurantes, el mercado, el casino y otros lugares cercanos. Como todavía no había anochecido aprovechamos para salir del hotel e ir al otro lado del Casino, donde está el mercado, para ver el muelle, donde hay un reloj y una escultura de una cola de ballena, y caminamos por la zona hasta un rincón donde el muelle se abría y podías acercarte a la playa de piedras para toar el estrecho de Magallanes y ver el atardecer sobre las casitas de Punta Arenas. Regresamos al hotel porque al día siguiente nos recogían a las cinco de la mañana para ir al Parque de Torres del Paine, al recogernos al día siguiente todavía estaban las luces encendidas y las antiguas mansiones iluminadas de la plaza de Armas de Punta Arenas se veían hermosas por la luz de los colores de sus vidrieras que de día no se perciben igual. Por razones que ya contaré no volvimos a tener tiempo libre en Punta Arenas hasta el día que nos marchábamos. El día que nos íbamos de Punta Arenas hicimos un treking al Faro de San Isidro y cuando volvimos nos dedicamos a hacer turismo por la ciudad de Punta Arenas, nos dirigimos a la Plaza de Armas, para ver todas las casas señoriales que hay a su alrededor. De aquí nos dirigimos al cementerio, desde que llegamos a Punta Arenas todo el mundo nos dice que tenemos que visitar el cementerio que es muy bonito, así que ahí que vamos, entramos por un lateral por lo que pasamos por tumbas famosas sin darnos cuenta, las más llamativas están junto a la puerta principal, cuando salimos pro la puerta principal vemos el plano de tumbas famosas y decidimos volver a entrar por el lateral para ver una de ellas que vimos de pasada pero dejamos de lado la del indio desconocido porque pilla un poco lejos y estamos destrozadas del treking como para andar para ver una escultura. Del cementerio volvimos a la plaza de Armas para subir a uno de los dos miradores de la ciudad, estábamos muy cansadas, pero había que aprovechar el día despejado así que subimos la cuesta y luego las escaleras para ser recompensadas con unas vistas de la ciudad, el estrecho y las montañas impresionantes. Tras disfrutar un rato de las vistas bajamos al muelle para pasear por la costanera o paseo marítimo para ver el antiguo muelle de madera con las vías de hierro que conservan de recuerdo histórico, las esculturas, las letras de la ciudad, y todos los demás monumentos que había y la gente paseando con tranquilidad, pese al aire frío que ya hacía por la zona. Cansadas nos vamos a buscar un lugar donde cenar antes de ir al hotel a por las maletas y esperar al taxi que nos lleve al aeropuerto para volver a Santiago de chile, a nuestro último día y de regreso a casa. En la vuelta nos toco el mismo taxi que a la ida y la mujer nos dijo que aquí no cerraban las puertas porque no había el peligro que había en Valparaíso de donde era ella.

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Cajón del Maipo - Chile

Cajón del Maipo

Nos recogieron a las seis de la mañana porque hay muchos hoteles en los que el tour recogía gente y están muy repartidos por la ciudad, y Santiago de Chile es muy grande. Pero lo cierto es que incluso si uno va por su cuenta recomiendan madrugar, porque, aunque no está lejos, conseguir salir del tráfico de la ciudad dicen en todos los sitios que cuesta mucho tiempo, y nosotras lo vivimos a la vuelta del tour y es completamente cierto. Hay varios tours en la zona del Cajón del Maipo pero como solo teníamos programado un día libre tuve que elegir, normalmente el embalse de Yeso y las termas naturales son los lugares más visitados, pero yo me aburro rápido de las termas y el embalse solo es una vista y el resto es más “comercial”, por lo que al final cogí el tour de treking por el cajón del Maipo y el valle de la Engorda. El Volcán San José o Volcán San José de Maipo es un volcán de la cordillera de los Andes Centrales, aunque pro su morfología es fácil confundirlo con una montaña. De camino a la zona de San José del Maipo nos enseñaron un tren antiguo que se usaba para la minería y que hoy en día se utiliza para el turismo, y cerca de San José comenzamos entrar en una carretera más pedregosa con muchos camiones. Resulta que esta zona se sigue usando para minería por lo que un día entre semana tiene mucho trayecto de camiones que van y vienen. El efecto de la minería deja su marca en las montañas que aparecen por el camino que empezamos a recorrer. Las montañas con sus riachuelos y cascadas me recuerdan mucho al Pirineo, con sus aguas limpias y blanquecinas, sus formaciones y su verde ya que aquí ahora es primavera. Seguimos en la carretera hasta una zona donde había coches y camiones aparcados. Del grupo éramos las únicas que no hablaban inglés, pero en esta excusión la guía es porque sabe el camino por estas montañas no tanto por la información. La mayoría del grupo no debe hacer treking ya que la guía explicó como usar los bastones, también comentó antes de iniciar que primero había una subida dura pero que una vez llegado al valle el camino era ya más llano. Comenzamos la subida y no se ve nada de camino, comenta la guía que como hace poco terminó el invierno no ha debido venir mucha gente, mientras subimos intentando vadear rocas disfrutamos de las impresionantes vistas que se tienen desde ahí, por un lado, montañas de colores; rojas, marrones, amarillas, azuladas, por el otro lado los picos de los volcanes llenos de nieve y más abajo las cascadas de los ríos con vacas y todavía nieve blanca sin huellas. Y cuanto más subíamos en lo alto de los picos la guía nos avisa y avistamos cóndores volando. Están un poco lejos pero cuando volvamos de regreso al bajar uno pasará al lado nuestro, muy cerca, para verlo impresionantemente grande con sus alas extendidas. Impresionante verlos volar a esa velocidad con lo grandes que se ven. Una vez llegamos arriba se ve el valle de la engorda, que se llama así porque se usaba para traer a los animales a engordar. El valle es una mezcla de una zona de valle verde con riachuelos de agua blanca y limpia y zonas de valle desértico y lleno de rocas grandes y sueltas por doquier. Una parte parece un valle desértico y la otra parte un valle pirinaico. En un lateral hay unas vallas y preguntamos que es y nos indica la guía que es una central hidroeléctrica, al parecer en Chile el agua es privada, así que los dueños de esos ríos decidieron sacar provecho del agua que pasa por ahí, por eso hay trozos donde nos encontramos con mangueras que se llevan el agua. Caminamos por el valle cruzando riachuelos hasta llegar a la base de la montaña para parar a comer, pro el camino disfrutamos de las vistas de las montañas nevadas, y los caballos que pastan libres en las zonas verdes del valle. En la parada para comer nos dan bocadillos y cuando le pregunta una del grupo en inglés que qué lleva el bocadillo la guía le dice que lleva jamón español y queso, lo abro y miro y es así, un generoso bocadillo de jamón serrano y queso. Tras descansar cerca de un rincón con nieve virgen y comer el bocadillo regresamos recorriendo el valle por otro camino, donde es más sencillo cruzar los riachuelos y, sobre todo, más fácil el bajar la montaña. En el camino la guía busca un sapo que es típico de la zona, pero no hay suerte, en cambio, como había dicho antes, en la bajada pudimos disfrutar de la vista de un cóndor volando de cerca. Después de la caminata nos llevan a otro rincón del cajón del Maipo donde nos ofrecen una merienda a base de frutos secos, embutido, zumo y vino. Desde aquí se ve otro valle verde y los picos de las montañas y volcanes nevados al fondo, a demás nos rodean un grupo de ovejas pastando. Y después de aquí volvemos a Santiago de Chile donde descubrimos los atascos de un día de entre semana. Por el camino pasamos cerca de la casita de madera que han convertido en una tienda de chocolates para turistas, hay tour que la incluyen pero yo cogí el que solo era hacer treking de 8 km por la naturaleza del cajón del maipo. Es una pena no tener más días para hacer más recorridos por esta zona. Es como el Pirineo, parece que hay muchos lugares que ver.

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