Punta Arenas
Tras hacer noche en Santiago de chile salimos camino al aeropuerto para coger un vuelo domestico a Punta Arenas, como la huelga seguía en pie decidimos ir antes por si acaso nos encontrábamos con las mismas inmensas filas que el primer día de huelga del aeropuerto. Esta vez no encontramos tanta fila para el control del aeropuerto así que comimos-almorzamos antes de facturar, luego facturamos y fuimos a pasar las filas del control para cuando llegamos a las puertas B (las puertas A están más cerca que las B, pro si alguna vez vais justos de tiempo en un vuelo domestico de chile saliendo de Santiago sabed que las puertas B están alejadas, y no es como en Madrid que te avisa cuanto tiempo tienes de distancia hasta la puerta, por lo que lo aviso por aquí para quien me lea). Después de estar en la puerta de embarque anunciaron que como el vuelo anterior llegaba con retraso saldríamos con retraso y que debido a que estaba lleno que el equipo de mano se iba a facturar. Lo del retraso nos perseguía y creo que se debía al tema de las huelgas. Como teníamos tiempo libre vimos que había una pequeña exposición con paneles informativos sobre la persona que daba nombre al aeropuerto de Santiago de Chile, muy interesante cómo se había desarrollado la aviación comercial en Chile. Finalmente conseguimos coger el vuelo a Punta Arenas cuando todavía no se había hecho muy tarde por lo que disfrutamos de unas vistas impresionantes de la cordillera de los Andes todo el camino hasta llegar a Punta Arenas. El taxista iba con su mujer y los dos fueron muy amables y agradable, como todos los chilenos con los que nos encontramos. Cuando comentamos el retraso del vuelo nos dijeron que habíamos tenido suerte porque el otro día se cancelaron todos los vuelos debido al viento. Al parecer en esta zona del estrecho de Magallanes hay vientos muy fuertes, no como en Zaragoza sino mucho más fuertes como para suspender vuelos o navegación. Parecido a lo que viví en Groenlandia un día. En el camino el taxista nos mostró donde hay dos replicas de madera de dos barcos representando a los que llegaron al Estrecho de Magallanes y Punta Arenas, como las carabelas que hay en Palos de la Frontera. Pero como estaban muy lejos solo si teníamos tiempo de llamar un taxi iríamos hasta ahí. Lo que si cuando nos dejo en nuestro hotel nos señalo los restaurantes, el mercado, el casino y otros lugares cercanos. Como todavía no había anochecido aprovechamos para salir del hotel e ir al otro lado del Casino, donde está el mercado, para ver el muelle, donde hay un reloj y una escultura de una cola de ballena, y caminamos por la zona hasta un rincón donde el muelle se abría y podías acercarte a la playa de piedras para toar el estrecho de Magallanes y ver el atardecer sobre las casitas de Punta Arenas. Regresamos al hotel porque al día siguiente nos recogían a las cinco de la mañana para ir al Parque de Torres del Paine, al recogernos al día siguiente todavía estaban las luces encendidas y las antiguas mansiones iluminadas de la plaza de Armas de Punta Arenas se veían hermosas por la luz de los colores de sus vidrieras que de día no se perciben igual. Por razones que ya contaré no volvimos a tener tiempo libre en Punta Arenas hasta el día que nos marchábamos. El día que nos íbamos de Punta Arenas hicimos un treking al Faro de San Isidro y cuando volvimos nos dedicamos a hacer turismo por la ciudad de Punta Arenas, nos dirigimos a la Plaza de Armas, para ver todas las casas señoriales que hay a su alrededor. De aquí nos dirigimos al cementerio, desde que llegamos a Punta Arenas todo el mundo nos dice que tenemos que visitar el cementerio que es muy bonito, así que ahí que vamos, entramos por un lateral por lo que pasamos por tumbas famosas sin darnos cuenta, las más llamativas están junto a la puerta principal, cuando salimos pro la puerta principal vemos el plano de tumbas famosas y decidimos volver a entrar por el lateral para ver una de ellas que vimos de pasada pero dejamos de lado la del indio desconocido porque pilla un poco lejos y estamos destrozadas del treking como para andar para ver una escultura. Del cementerio volvimos a la plaza de Armas para subir a uno de los dos miradores de la ciudad, estábamos muy cansadas, pero había que aprovechar el día despejado así que subimos la cuesta y luego las escaleras para ser recompensadas con unas vistas de la ciudad, el estrecho y las montañas impresionantes. Tras disfrutar un rato de las vistas bajamos al muelle para pasear por la costanera o paseo marítimo para ver el antiguo muelle de madera con las vías de hierro que conservan de recuerdo histórico, las esculturas, las letras de la ciudad, y todos los demás monumentos que había y la gente paseando con tranquilidad, pese al aire frío que ya hacía por la zona. Cansadas nos vamos a buscar un lugar donde cenar antes de ir al hotel a por las maletas y esperar al taxi que nos lleve al aeropuerto para volver a Santiago de chile, a nuestro último día y de regreso a casa. En la vuelta nos toco el mismo taxi que a la ida y la mujer nos dijo que aquí no cerraban las puertas porque no había el peligro que había en Valparaíso de donde era ella.
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