Kuala Lumpur - Malasia

Kuala Lumpur

Al pasar el control del aeropuerto de Langkawi (primero se pasa el escáner de las maletas, luego puedes ir a los mostradores de facturación) vi que las mujeres con burka pasaban el control tal cual con el burka puesto y si no pitaba, pues no pasaba nada. Está claro que eso lo pueden hacer en Malasia que es un país musulmán, que intenten ir a algún sitio de Europa o Estados Unidos así y ya veras, que hasta las chaquetas hay que quitarse. Llegue con retraso, para no variar, a Kuala Lumpur. Desde el vuelo desde Barcelona (ese incluido) ningún vuelo había llegado a su hora, el único vuelo puntal fue el de Zurich-Barcelona, lógico siendo suizos. En Kuala Lumpur me alojé en el mismo hotel que el día de mi llegada, así que dejé los bártulos y salí a acercarme andando hasta las Torres Petronas, que todavía no había podido visitar (el tour se lo saltaba). Como hacía mucho calor después de ver la entrada, entré a las torres dado que parte de ellas son un gran centro comercial, donde se estaba fresquito, así atravesé las torres y llegué a la parte trasera, no tan bonita en cuanto a las torres pero que daba a un parque con un lago muy agradable. Había mucha gente disfrutando del sitio. Me dispuse a recorrer el parque, tiene todo tipo de arboles, puentes y figuras muy modernas, edificios de arquitectura curios y una fuente que parecía una piscina pro la cantidad de niños en bañador jugando en ella, a la vuelta el lago principal que da a las torres tenia las fuentes en movimiento haciendo diferentes formas y dibujos, después me dirigí de nuevo hacia el hotel para ver si podía ver la torre Menara. No me molesté en mirar si se podía subir, aparte de que hay que pagar por subir a un lugar menos alto que la torre Menara, hay que hacer fila a primer hora porque las entrada están muy restringidas y a eso de las 11 de la mañana ya se han agotado las de todo el día. Saliendo por la puerta contraria a la que daba a las Petronas el hotel estaba a pocos pasos de la colina donde está la torre menara. Lo primero fue cruzar, en Malasia no hay semáforos en verde para los peatones y si quieres cruzar, es un peligro para los viandantes, hay que hacerlo a la aventura, miras si viene alguna coche por esas grandes avenidas y cruzas corriendo, la primera vez cuesta, el resto de veces ya cruzas por cualquier lado, porque de nada sirve un semáforo de paso de cebra si hay que cruzar en función de si hay coche cerca o no, así que al final cruzaba con comodidad, luego cuando cambié de país en Tokyo después de cruzar así una vez me di cuenta que tenía que cambiar el chip, ya estaba en un país civilizado. Volviendo al monte, el paso hacia el monorail me confundió un poco, así que me fui en dirección contraria y cuando vi la cantidad de arboles gigantes caídos sobre la carretera empecé a sospechar que ese no era el camino, así que di media vuelta. Lo bueno es que con ese giro encontré la estación de metro, que es muy útil para llegar a chinatown, central market, y las cuevas batu, pero eso sería el ultimo día. Dando la vuelta regresé pro donde había ido y di la vuelta al monte, que no terminaba nunc ala montañita, al final encontré la torre menara, tiene subida gratis en autobús, así te ahorras el subir andando hasta allá arriba, yo buscaba haber subido por un camino por el bosque que rodea la torre y que había leído en internet pero no lo encontré. A la bajada de la torre Menara, que haría andando (subir puedo subir en furgoneta pero bajar puedo hacerlo andando, no necesito coger la furgoneta, aunque la hay para los que quieran bajar la montaña en coche), encontré el motivo del por qué no lo había visto, había un cartel indicando que estaba cerrado debido a que por las lluvias el camino estaba cortado pro las caídas de los arboles. No es un parquecito sino toda una selva en la montaña en la que se sitúa la torre, andando se pueden ver los altos y frondosos árboles y el sonido de los animales, es curioso ver tanta naturaleza en estado puro rodeada de rascacielos. En la torre Menara hay un museo tradicional pero cuando llegué ya era muy tarde y estaba todo cerrado y vacio así que solo me quedó comprar las entradas para subir hasta lo alto de la torre, desde ahí las vistas son mayores que desde las petronas dado que tiene más altura que esta. Además del aliciente de que desde aquí puedes ver las petronas desde otro punto de vista, no sobre el suelo. Se ve la mezcla de verde salvaje con los rascacielos y grises de los edificios y la polución, con luces resulta también un contraste extraño. Ya de noche salí de la torre menara y me acerqué a las torres Petronas, por un lado para hacer lo que cientos de turistas hacían a mi lado, fotografiarlas iluminadas aprovechando que no llovía como los primeros días en Kuala Lumpur (que eso no eran simples lluvias sino cortinas de agua que no dejan ver más allá de un palmo) y para entrar al centro comercial a cenar algo. Las torres son bonitas por el día pero por la noche se iluminan como si fueran de plata.
Al día siguiente me fui a Taman Negara pero al otro tenía toda la mañana libre y un poquito de tarde libre en Kuala Lumpur antes de marchar al aeropuerto para coger el vuelo a Tokyo. Así que lo primero fue marchar hacia las cuevas batu. Llegar por tu cuenta utilizando el trasporte público es muy fácil así que no hizo falta gastar en un taxi. Cogí el metro y me dirigí hasta la estación Sentral. Aquí hay metro y tren y la estación es grande pero es muy fácil encontrar el tren que va a las Cuevas Batu, la taquilla está al lado de la entrada las vías, y sobre la entrada hay un gran cartel con las horas a las que sale el tren destino Cuevas Batu, la parada de la cuevas es la ultima del tren, a decir verdad la estación acaba justo en las mismas cuevas, no hay que cruzar ni andar nada para llegar a ellas. El billete costó 1 ringing la ida, a la vuelta me costó 1.5 rinings. Ya había leído en internet que la vuelta, aunque el trayecto es el mismo, era un poco más cara, pero el precio en realidad era irrisorio al cambio. El trayecto hasta las Cuevas dura bastante pero es entretenido ver la ciudad desde el tren, o los carteles de prohibición de los vagones (hay un cartel con un hombre y una mujer junto y escrito prohibido comportamiento indecente, ¿qué considerarán ellos indecente?), y vagones “only woman” con dibujitos de lo que está permitido en el vagón de mujeres (mujer con mujer, mujer sola, mujer con niño, mujer con niña). Las cuevas meren una visita, hay una serie de templos alrededor de las cuevas con muchos monos correteando en busca de comida, tiendas que venden cocos para las ofrendas hindús, y unas cuevas museo (a estas hay que pagar, a los templos y las cuevas batu no) donde se ven animales varios (como sabréis no me van mucho los animales así que pasé de pagar por ver bichos en la cueva). Así me acerqué a la entrada de las cuevas que está precedida por una altísima estatua dorada de Muruga. El conductor que me llevó del aeropuerto a mi hotel de Kuala Lumpur al llegar de Langkawi (a la ida era con el tour) me dijo que esta es la estatus del dios Muruga más grande del mundo, y me quiso vender el ir hasta ahí con él, que me esperaba y eso, pero como ya sabía que me iba a costar menos ir en trasporte público y que además era sencillísimo moverse en el tren pasé de su ofrecimiento. Junto a la estatua comienzan las doscientos y pico escaleras hasta la entrada a la Cueva Batu. Subí con tranquilidad observando cómo los monos iban al acecho de algún turista desprevenido y le roban sus botellas de plástico. La entrada a la cueva, como decía, es gratis y vale mucho la pena, la gruta con sus formas es interesante y además a su alrededor hay varias figuras, como haciendo un belén por las grutas, y varios templos hindús donde poder disfrutar de sus ceremonia. Pro la cueva puedes pasear con calzado pero si entras al templo que sea hay que descalzarse. Me pareció muy curioso como daban la vuelta completa alrededor del templo rezando, como si fuera una especie de trámite (dar tres vueltas a la pata coja o algo así). También había varios gallos sueltos por ahí (sí, gallos, no me preguntéis que hacen los gallos ahí…). Al salir vi a varios monos rompiendo las botellas de plástico de agua y de naranja que había robado a algún turista desprevenido y bebiendo el líquido que el agujero que hacían en el plástico iba dejando en el suelo. Hasta se peleaban por la botella, y por la forma de golpearla para hacer el agujero más grande, pase con cuidado y lo más alejada posible de ellos, porque no tenían pinta de ser nada majos. Frente a la estatua vi a un grupo de musulmanas pidiendo hacerse una foto junto a unos turistas australianos muy blanquitos ellos, mientras me reía del espectáculo me preguntaron otros a mí que si me podían hace una foto, bueno, lo mismo me paso en Japón, Corea y China, así que no me importó posar para la foto. Las chicas musulmanas miraban mi piel blanquita, y eso que ya me había puesto roja como un tomate por el sol abrasador del país. Después de pasar unas cuantas horas por ahí compre el billete de vuelta y aproveche para acercarme a la torre menara, a ver si tenía suerte y veía el lugar tradicional abierto. Si que estaba abierto, con los diferentes tipos de casa malaya según zona del país para visitar, tenderetes con comida típica, souvenir, lo que me faltó es poder ver algún baile tradicional que a veces hacen, no hubo suerte. Comí ahí y ya agotada me acerqué al hotel para recoger la maleta y descansar un rato antes de salir hacia el aeropuerto destino Tokyo.

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Taman Negara - Malasia

Taman Negara

Usualmente los tours eran todos de tres días pasando noche en Taman Negara pero como a mí no me quedaban días cogí uno de los escasos, pero también existentes, tours de un día. Por la noche en Kuala Lumpur el conductor que me iba a llevar a Taman Negara me avisó que cogiera un recambio de ropa. No entendí el por qué hasta que lo viví. Lo habitual son tres días en la selva de Taman Negara porque por un lado está muy alejada de Kuala Lumpur, así que si sales desde ahí tienes tres horas de carretera por delante y si tienes que volver en el día ya son seis. Aun así madrugando bastante da tiempo de sobra para hacer muchas cosas en Taman Negara. Luego hay varias excursiones: treking por la selva de noche, treking por la selva de día, camino a los miradores, canopy walk, visita a los orang asli, navegar por los rapidos (y menos el treking nocturno yo lo hacía todo, o seo tenía contratado). Yo tenía muchas ganas de viajar a Taman Negara, pese a haber estado en otra selva malaya, porqueTamana Negara es la selva más antigua del mundo y tiene el canopy walk más largo del mundo. El canopy walk que puedes encontrar por toda Malasia pero que en Taman Negara es la atracción principal. Esta actividad consiste en un paseo por los árboles de un bosque o selva, mediante puentes colgantes, tirolesas, escalerillas en su mayoría vinculados con plataformas dentro o alrededor de los árboles. Fueron pensados originalmente como el acceso a las regiones superiores de los bosques antiguos de científicos que realizaban investigaciones. Es una sensación increíble, sobre todo los de Malasia, que se mueven de forma tambaleante y te sientes como si estuvieras viviendo entre arboles. Por desgracia este fue el único día de todos los días que pasé en Malasia que amaneció lloviendo y no paró hasta bastante entrada la tarde. El caso es que llegué a Taman Negar ay mientras esperaba al guía contratado tuve que pagar por un permiso de fotografías en Taman Negara. También hay que pagar un permiso de acceso presentando el pasaporte, pero esos trámites ya lo habían gestionado al contratar el tour (en Bellum, que fui con el circuito, también pidieron fotocopia del pasaporte para tramitar el permiso de acceso a la selva). Luego, cuando guardaba el papelito en el bolsillo de mi pantalón, a mano por si me lo pedían llegó el guía y descubrí que era la única en el tour, por lo que pude ver a lo largo del día no había mucho turista ese día, no sé si pro el día o por la época. Comenzamos bajando al rio y subiendo a una barca de madera con motor al fondo, yo me sentaba donde el guía me decía para equilibrar el peso dado que él iba al final para manejar la barca. Cuando empezamos a navegar por el río, dejando atrás el puerto y las casas y la selva apareció entre nubes a mi alrededores, con esas riberas de frondosos y altos árboles, rocas y pequeñas calas como de arena fue algo mágico, y me recordó a cuando de pequeña vi la ruta Quedzal y a los chicos atravesando en barcas el rio de no sé qué selva sudamericana y me pregunté cómo sería eso. Y ahora yo estaba navegando en la barquita por entre la selva más antigua del mundo, solo el paseo en barca ya vale la pena el viaje hasta ahí. El guía después de navegar un trayecto en el que íbamos completamente solos y no se veía más que naturaleza, ni casas ni gente, ni otras barcas, paró junto a una escaleras que bajan directamente al rio, ató la barca de madera y subimos hacia el canopy walk (había carteles indicativos). La pena es que cuando llegamos el canopy walk estaba cerrado, había un cartelito avisando que debido a las lluvias y pro seguridad de los turistas el canopy walk permanecería cerrado todo el día. No sabéis la desilusión que sentí al leer el cartel, yo quería pasar horas experimentando el canopy walk que probé en Langkawi pero en la selva, en la más antigua del mundo. Pero no se puede hacer nada así que el guía me preguntó si quería subir hasta un mirador, bukit algo, que tenía unas vistas de la selva y de las montañas de Malasia al fondo, así que dado que no podía hacer el canopy walk haría el treking hasta el mirador. Solo eran un kilómetro y pico, el problema es que eran todo cuesta arriba, así que se hace bastante largo el subir y subir las empinadas escaleras, por lo que tuve que hacer varios descansos, afortunadamente lleva agua, porque ahí no hay ningún lugar donde obtenerla. Y pasar todo el día sin agua en la selva, con el calor y el ejercicio puede ser mortal, porque aunque no se veía el cielo por la altura y frondosidad de los árboles y estaba nublado el calor de Malasia es sofocante. Por el camino el guía me dijo que le preguntara lo que quisiera de la selva, pero no se me ocurrieron muchas cosas para preguntar. El guía me explicó, cuando vimos varias lianas que me paré a fotografiar, que las lianas son parásitos de los otros árboles, que estas se retuercen sobre los arboles para robarles el agua de la lluvia que los ayuda a vivir. También vi un tronco lleno de cortes, el guía me comentó que las tribus de la selva, los orang asli con machetes hacían esos cortes para extraer el caucho y usarlo y venderlo para vivir. Había toda una variedad de arboles en la selva. Y finalmente llegamos al mirador y no se veía más que las copas de los arboles formando una gran extensión verde de la selva. Tras descansar un rato el guía me comentó que si quería podíamos ir al bukit Terisek, otro mirador, este no tan empinado y cuyo camino estaba marcado pero sin escalones ni paseos de madera (lo que hacía parecer a la selva más artificial que mi paseo por Bellum). El guía comentó que las escaleras y paseos de madera eran para proteger la selva dado que la cantidad de turistas que pasan por ahí erosionan demasiado la tierra y de esa forma se evitaba una erosión anticipada de la selva. Este camino era más profundo y, a parte de las lianas, estaba cubierto por la niebla, lo que lo hacía más especial. Afortunadamente me gustó el paseo porque cuando llegamos a Bukit Terisek las nubes lo cubría todo y no había vistas de montañas ni de nada, otra desilusión, bueno, el guía decía que tenía muy mala suerte. Tras esto regresamos por el mismo camino que habíamos tomado a la ida y bajamos hasta la barca para navegar hasta el restaurante flotante donde comeríamos. En la comida también vendían tours, había una pareja de turistas franceses que debían alojarse ahí, que les parecía caro los precios de los tours, así que se fueron a preguntar a otra casa flotante de estas que hay por esta zona. A mi por internet no me pareció caro. Tras la comida me puse la capa de agua porque empezaba a llover con fuerza y el guía me preguntó si no quería guardar la mochila en una bolsa de plástico, le dije que no hacía falta, bajo la capa de agua no se mojaba. El guía se echó a reír, y supe por qué cuando navegando en la barca por el río nos acercamos hacia los primeros rápidos y una gran cantidad de agua de rio saltó sobre mí. Y así fue todo el camino, navegando por los rápidos hasta que en uno saltó más cantidad de agua y me mojó la cámara, con la que estaba haciendo fotos, a mi entera, y llenó agua la barca donde estaba sentada, la capa de agua me protegía pero no protegía el suelo de madera de la barca donde estaba sentada (en esta barca te sientas en el suelo) y con medio dedo de agua permanente me mojé un poquito. La mochila, como no iba apoyada en el suelo, se salvó, pero yo y mi cámara no, de ahí que el guía riera cuando le dije que no hacía falta. En verdad la bolsa de plástico hubiera sido necesaria para mí y no para la mochila. Y he aquí el por qué era necesario un cambio de ropa según el chofer, porque tras la excursión por los rápidos acababas mas mojado que seco. Aun así el trayecto me gustó aun más que el trayecto navegando por la mañana. Finalmente nos acercamos a uno de los pueblos organ asli que había en la ribera, aparcamos en la arena y subirnos hasta las cabañas del pueblo para visitarlo. Los orang asli son muy tímidos, estos aun mas que los otros que había visot y todos se escondieron al verme, solo uno, el encargado de los turistas, supongo, se acercó para explicar como encendían fuego y como cazaban soplando por una especia de alargada caña de madera. Hizo una prueba de su puntería y me invitó a probar, pero la primera vez me acerque al blanco, la segunda vez me pasé de largo de forma estrepitosa. El guía me invitó a que recorriera el pueblo y estuviéramos ahí un rato y le hiciera todas las preguntas que quisiera, como llovía con ganas pero yo ya estaba mojada paseé un rato por el pueblo, y los únicos que se mostraban eran los niños. Niños con aspecto africanos dijo el guía. Hasta los animales, unos pájaros muy raros que no eran gallos pero tenían un colorido como los gallos, se escondían bajo el suelo de las casas. El guía me comentó que los orang asli son muy diferentes entre sí y que cuanto más profundo en la selva viven, menos contacto con la vida moderna tienen. Beben el agua del río, están acostumbrados a ella aunque no sea potable para nosotros. Y son tímidos antes desconocidos. Son un pueblo nómada. Cada vez que muere alguien cuelgan su cuerpo de lo alto de un árbol, no lo entierran, y abandonan el lugar y se van a vivir a otro sitio. Tras la visita de los oragn asli tomamos la barca, que seguía con agua en el fondo, y regresamos a la entrada de Taman Negara. Nada más terminar el circuito me metí en un baño para cambiarme de ropa, porque por la capa la parte de arriba aun estaba seca pero el resto estaba empapado. Y por desgracia la cámara, al mojarse, se me rompió: hacia fotos borrosas y la pantalla tenia rayas blancas. No había podido tener vistas ni canopy walk pero aun así me gustó mucho Taman Negara, y es una selva recomendable que visitar, y lo mejor, no vi ni un solo animal, y eso incluye las sanguijuelas, que no hubo ninguna pese a la lluvia.

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Diario 2013 MALASIA: Taman Negara
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Langkawi - Malasia

Langkawi 

Tenía pensado pasar tres días en la isla y disfrutar lo máximo posible, aunque no tenia forma de moverme libremente (en la isla de Langkawi no existen transportes públicos; hay que alquilar coche o moto, algo que lógicamente yo no hago, o coger un taxi, andar o contratar un tour) ya había hecho el cálculo de a que sitios podía gastar en taxi y cuales tendría que perder, pero el caso es que estuve menos tiempo en Langkawi. El motivo: problemas con el transporte. Como decía en mi otra entrada en Penang nos despedimos del grupo y cada uno siguió su destino, al punto de la mañana salí del hotel para dirigirme a Gerogetown a donde las entradas del ferry (junto al monumento conmemorativo de la Reina Victoria) y a medida que me acercaba veía un montón de gente alterada. Finalmente descubrí que el motivo es que el ferry (que el día anterior había estado funcionando perfectamente) había cerrado sus salidas en el día debido al mal estado del mar. Y a parte de devolverte el dinero no te daban muchas más soluciones. Imaginaos que faena el saber que no hay forma de llegar a Langkawi. No estaba dispuesta a pagar una noche más de hotel en Penang, cuando ya estaba aburrida del lugar y quería cambiar (dos días son suficientes si ya has visto templos chinos suficientes y no eres aficionado a tumbarte en la playa por horas o hacer deportes acuáticos) así que hubo que buscar otras alternativas para llegar a langkawi. Había dos formar, contratar un taxi o ir en bus hasta otro lugar más arriba de Penang (ahora no recuerdo el nombre, si lo encuentro en los papeles lo anoto) y de ahí coger un ferry a Langkawi, como la distancia del ferry era solo una hora (más cercano que desde Penang) no había problema de salidas (y a decir verdad estaban saliendo) o bien ir en avión, pero para esto habría que tener asientos libres. Finalmente, como no pintaba muy claro que cuando llegara a donde fuera todavía salieran los ferrys decidí optar por el vuelo y acercarme a la agencia firefly que tiene vuelos desde Penang a Langkawi y ver si había plazas. Había plazas así que cogí un billete de avión, y al comprarlo me pedían un número de teléfono de Malasia (no les servía el mío español pero que estaba operativo en Malasia) así que el conductor que me llevo, muy majo él, dio su número de teléfono. Luego me llevo al aeropuerto y no pareció nada caro el predio. El segundo problema para llegar pronto a Langkawi es que el vuelo se retraso cinco veces en la pantalla, al final pase unas cinco horas o así en el aeropuerto de Penang. En ese tiempo me dio tiempo de ver que en los aeropuertos tienen salas de oración (musulmán) para hombres y mujeres (separadas). El vuelo apenas me costó cuarenta euros al cambio pero era casi mas una avioneta que un avión y parte del equipaje quedó fuera, a mi no me perdieron ninguna maleta pero a varios pasajeros sí. El caso es que a lo que llegué al hotel en Langkawi, que estaba muy cerca del aeropuerto, ya era bastante tarde y apenas me dio tiempo de recorrer el complejo hotelero para encontrar la salida andando y poco más. Me explicaré con lo de encontrar la salida andando, el hotel son casitas malayas a lo largo de la costa y dentro de la montaña rodeada de monos danzando (los vi pasar de tejado en tejado con asiduidad), y tienes que llamar para que te vengan a recorrer en un carrito y llevarte y traerte a la recepción. Como no quería depender de ir siempre en carrito busque la forma de llegar sin perderme a la recepción – salida del hotel y a menos que estuviera muy agotada o fuera mi salida con la maleta no tenía pensado estar llamando y esperando a que un cochecito me llevara y me trajera a mi casita malaya. El caso es que entre llegar, registrarme, ir hasta la casita en el carrito dejando a otros clientes en sus casas, y demás a lo que salí era un poco tarde. Así que al día siguiente tenía que aprovechar al máximo la pérdida de un día entero. Me levante pronto y salí a recepción por el desayuno, pro el camino pude ver parte del complejo con la marea baja y de repente unos ruidos, y una familia de monos de todos los tamaños pasaron ante mí de un arbusto corriendo a trepar a un árbol. El último y más pequeño se cayó un par de veces intentado subir. No me gustan muchos los animales pero fue un momento interesante, solo yo y esa familia de monos paseando libremente. Cuando se escondieron retome mi camino y me encontré con otro par de monos jugando con la basura intentando sacar comida. Tras el desayuno me acerco a la playa del hotel, no hay nadie a estas horas y el agua trasparente resulta muy atractiva, justo detrás se ve la montaña y el teleférico. Dejo la playa tras recorrerla un poco y pienso si tomar un taxi hasta el cablecar o no, hay mucha fila en recepción así que empiezo a caminar y resulta que el hotel está pegado al oriental villaje, que es un pueblecito de tiendas donde tomar el teleférico, así que eso que me ahorro. El oriental village es básicamente un pueblo de tiendas con un lago artificial y vistas de la impresionante montaña. Me acerco a el teleférico y aunque no hay fila para sacar el billete si la hay para subir al teleférico. Los encargado te van colocando, por ejemplo, como yo iba sola me colaron porque tenían un grupo de australianos que tenían un hueco libre por lo que todas las cabinas suben llenas. Durante la subida disfruto de la vista de la cascada cercana, se ve impresionante desde el cielo, si se ve tan grande entre la vegetación como será cuando estés cerca de ella. Los australianos hablan un poco de fútbol (del suyo, no del nuestro) y una mujer muy maja intenta entablar conversación conmigo pero a los australianos no los entiendo muy bien. Cuando nos acercamos al final vemos el puente, casi cubierto por las nubes se ve impresionante también. Ya arriba se puede pasear por los miradores varios y disfrutar de comida o bebidas. Esto es importante porque las nubes se van alejando lo que es bueno porque dejan unas vistas impresionantes pero el calor empieza a ser bastante intenso a la altura de 700 metros sobre el nivel del mar. Una zona de los miradores tiene un cartel para que sepas que a las 7 de la tarde desde ahí se ve el atardecer, por otro lado otros miradores dan al puente, o a las vistas de la costa y de las islas repartidas alrededor de Langkawi. La vista ya vale la pena aunque el puente está cerrado por obras desde hace más de un año. Tras bajar paro a comer en el Oriental village y de ahí paso por un pequeño canopy walk, fue una alegría hacerlo porque me quedaría sin disfrutarlo (más adelante comento por qué). De aquí tomo un taxi a las cascadas, que de cerca no me llaman tanto la atención o puede ser que el calor me esté cansando mucho. Regreso en taxi al oriental village y tras ver la hora decido que vale la pena volver y ver la playa en serio y dejar la montaña. Regreso andando al complejo y uno de los conductores en cochecito se par ay me pregunta si voy a recepción y me dice que suba que me lleva, lo que se agradece. Tras llegar bajo a la playa y la recorro, y luego me marcho a descubrir el complejo, en ello descubro un mirador al mar increíble, con sillas que sería bueno usar para el amanecer, eso si consigo despertarme para ir hasta ahí. La marea esta alta y cubre los pilones de las casas malayas que están en el mar y los empleados del hotel van de un lado a otro en motos. Parece que he hecho poco pero todo el tiempo gastado en el cablecar es bastante. Al día siguiente tengo un tour contratado por internet para ver los manglares. Me llaman de recepción para decir que han pedido recogerme hora y media antes, no hay problema. Hay muchos tours por los manglares, tanto en la isla como pro internet, me costó elegir el mío pero salí encantada con el viaje. La pena es no haber podido tener el día que perdí para ver todo lo demás que tiene Langkawi para ofrecer. Sobre todo me peno porque al recogerme fui la segunda en ser recogida, una madre y su hija chinas iban antes, pero luego fuimos recogiendo a otros clientes a sus hoteles y luego el guía nos enseño el mapa y habíamos recorrido tres cuartas partes de la isla recogiendo a la gente, así que pude ver bastante de cada zona de la isla desde la furgoneta. Nos acercaron al muelle donde tomaríamos una lancha para comenzar el tour. Con el tour nos daban drinking wwater. Lo de drinking water no sé si lo eh contado antes pero es que ahí venden agua embotellada potable y agua mineral embotellada. Aquí el agua potable la solemos beber del grifo, ahí la venden, pero especificando que no es mineral pero si potable- drinking water-. Nuestra primera parada fue Cueva de los murciélagos, el tour estaba muy enfocado hacia los animales, pero aunque no me gustan los bichos no puedo evitar decir que fue muy interesante, pasamos alrededor de la roca, por debajo de la gruta que cuando hay marea alta se llena de agua del manglar y vimos arañas y demás insectos de cerca. En una zona donde por la marea baja se veían las raíces de los arboles, arriba en la roca había una especia de palmera que es un árbol prehistórico que todavía se conserva, camino a la cueva de los murciélagos vemos una serpiente verde entre las ramas de los arboles, se mueve como el viento que mueve las ramas y al principio me cuesta distinguirla de lo bien camuflada que está. Aquí nos explica que uno de los arboles que nos rodea del manglar lo llaman el árbol de los ciegos, coge una de las hojas y vemos el liquido blanco que lleva, si te lo tomas te da diarreas fuertes, y si lo pones en contacto con los ojos te quedas temporalmente ciego. Entramos a la cueva con grandes estalactitas para ver a los murciélagos, cientos de los vivos, y uno vimos que muerto. De aquí nos vamos en barca a una zona donde hay varios restaurantes flotantes donde podemos ver a los peces y mariscos del manglar que enseñan a los turistas en todos los restaurantes. De estas casitas flotantes solo un par son realmente piscifactorías, el resto son restaurante-piscifactorías para turistas. Vemos bastantes veleros extranjeros, el guía nos comenta que en esa zona aparcar (como se diga en lenguaje náutico) el barco es gratis. De aquí entramos en el manglar, solo nosotros, ninguna barca cerca, las raíces de los arboles alcance de mi mano, es un paisaje que me recordó a los pantanos de Luisiana y que me encantó, por lo diferente y especial que se sentía. Pasamos por un pasillo bajo la montaña, la cueva del cocodrilo, pasamos al río Kilim. Aquí encontramos una serie de monos en la costa del manglar, mirándonos, nos acercamos con la estrechez del río y los monos intentan subir a la barca y van tras la botella de agua del guía, que lleva por fuera de la mochila. El guía se va a popa y deja que los monos suban y les da de beber con su botella de agua. No es explica que en épocas de sequia los monos buscan el plástico porque saben que contienen liquido, dado que el agua del manglar no es potable para ellos. Mientras otros monos nos observan impasibles desde las raíces de los manglares. De aquí vamos a ver las águilas, pasan tan cerca de nosotros cuando bajan al río a pescar alimento que resulta increíble lo bien que se ven los colores y formas de sus alas. No soy amante de los animales pero pese a la cantidad de animales libres en su hábitat natural que vi, me encantó el tour, tal vez es más emocionante verlo así que verlo en cualquier otro lugar donde los controlan más. De aquí fuimos a comer a un restaurante flotante. Y tras la comida nos acercamos a una playa pero el mar se presentaba picado así que el guía nos dio la elección de salir al mar y volver por la costa del mar o por donde habíamos ido, por el manglar. Nos pusimos los chalecos salvavidas y salimos a mar abierto, el mar de Andaman, donde el bote se puso a máxima velocidad hasta llegar a nuestro destino. El cielo estaba despejado y por un lado se veía Tailandia, y por el otro la cosa de Langkawi: mar azul turquesa, rocas de frondoso verde con formas caprichosa, hermoso paisaje. El tour acaba aquí y nos llevan al embarcadero del que hemos salido y regresamos al hotel, a lo que llego el día casi a terminado, y al día siguiente a primera hora salgo hacia Kuala Lumpur.

Visita: Mayo 2013

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Diario Fotográfico 2013 MALASIA: Langkawi dia2
Diario fotográfico 2013 MALASIA: Langkawi dia 1

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Penang - Malasia

Penang

Atrás dejamos Bellum y marchamos camino a Penang, en carretera paramos en una zona en la que están trabajando el caucho, de fuerte olor. En Penang pasaría dos días, aquí el grupo se marcha a sus diferentes destinos y yo, al igual que la francesa, me quedo para al día siguiente coger el ferry destino Langkawi, donde ya estaré por libre hasta mi regreso a España. Penang es una isla rodeada de colinas, para llegar hay que cruzar un largo puente que la conecta al resto de la península. Grandes cantidades de agua alrededor del puente y la vista de rascacielos en la costa. Nuestra primera parada es para comer antes de acércanos al Templo chino Kek Lok Si. En lo alto de la colina se levanta el gran Templo de Kek Lok Si, dedicado al budismo. Aunque en la zona de aparcamiento había obras y maquinas excavadoras la vista desde lo alto de la colina con el templo era sorprendente: enorme y lleno de color. Subiendo varias escaleras nos protegemos del sol y nos rodeamos de puestos de souvenirs, como todo un bazar árabe, desde el suelo hasta lo alto de la colina en la misma entrada al templo tenemos puestos de souvenirs. Para quien le guste los bazares pasarse horas perdido comprando cosas o solo mirando. Y lo de perder no es un decir porque a la vuelta nos pasamos de largo la salida a el parking donde estaba el autobús y tuvimos que desandar el camino hasta encontrar la salida correcta. Antes de llegar al templo hay un pequeño lago con muchas tortugas a las que dan de comer, como símbolo de fortuna. En el templo hay una pagoda conocida como de los diez mil Budas, con una hilera de varios budas iguales. En el templo hay mezcla china, birmana y tailandesa en los diseños. Especialmente resulta interesante las letras con motivos chinos, los Farolillos y las cientos de cintas de colores, grabados en piedra con detallas historias retratadas, pinturas, y figuras enormes, rodean las salas del templo. Cuando llegamos estaban rezando en una de las salas en la que hay que pagar 3 ringins por entrar. La entrada vale la pena por los grabados de la sala, y lo curioso que es verlos rezar sentados frente a un libro orando todos a la vez como si estuvieran cantando a coro. Luego, situado en la parte superior del templo de Kek Lok Si, en la zona más alta del complejo, a la cual subes en un ascensor inclinado (pagando también, 4 rining), hay una enorme estatua de bronce de 37mt dedicada a Kuan Yin, el Buda de la Compasión y está rodeado por una imponente estructura con columnas decoradas. A su alrededor hay una gran zona verde con varios pequeños templos y estatuas. Tras Kek Lok Si nos acercamos hasta nuestro hotel, está bastante alejado, y para llegar pasamos una carretera junto a la costa llena de curvas, pero ente los arboles se pueden ver las rocas y las playas, de tono paradisiaco. Cuando llegamos por la noche estaban abriendo tenderetes en la calle, y es que en esa misma calle principal hacen el mercadillo nocturno, así que después de cenar, cuando ya habían montado todos los puestos dimos un paseo por lo que aquí se llamaría rastro. Es un buen lugar para regatear y llevarse batiks a mejor precio que en otros lugares (y yo que tenia encargados dos batiks doy fe que es donde mejor y más baratos pude encontrar). Al día siguiente nos acercamos a la ciudad de Gerogetown. Georgetown es el pueblo principal; plagado de edificios coloniales, templos, museos. Recorrimos todo lo que pudimos durante la mañana; City hall, town hall, Fort Corwallis, Torre del reloj en memoria de la reina victoria, la catedral de la asunción. Todo muy cercano. Justo al lado de la torre del reloj en homenaje a la reina Victoria se encuentra la tienda de tickets para coger el ferry de Penang a Langkawi, pero eso es al día siguiente, ya lo contaré. Tras visitar el centro nos acercamos a recorrer Little India, sus tiendas de comidas y sus templos. Y de ahí fuimos al lugar esencial a visitar en Penang: la casa del clan chino Leong San Tong Khoo (Khoo Kongsi). Es una casa de reunión que hacía las veces de templo. Te cobran entrada y puedes pasear cuanto quieras por dentro de la misma casa y por los edificios que forman parte del complejo. Es preciosa, paredes de oro con grabados chinos, los pilares y los acabados de madera fina,etc., el tejado debía ser aún más opulento y se quemó nada más acabar la construcción. Dicen que la familia entendió que era un castigo divino por haber sido tan ambiciosos, y la volvieron a construir más modesta. Luego, nos marchamos a ver dos templos chinos, uno frente a otro. El Dhammikarama es uno un templo poco visitado, pero definitivamente vale la pena. En la entrada impresiona una gran estatua dorada de Buda, situado en una sala ricamente decorada con paredes compuestas de estatuas en miniatura de Buda y un techo de madera tallada. De allí vamos a la sala de oración principal, donde se bendice a los devotos, y también al simple turista a cambio de una pequeña donación. Y una interminable fila de estatuas a continuación, un jardín con pagodas de los techos de oro y una fuente. Situado justo en frente de la Dhammikarama, el Wat Chaiyamangalaram es famoso por albergar dentro la enorme estatua de Buda situada 33 metros de longitud, totalmente revestidos de oro, que recuerda mucho al Buda de Wat Pho en Bangkok. El Buda reclinado representa su muerte, simboliza la paz y el logro de Nirwana. La habitación principal es muy grande y hay muchas deidades menores de los santuarios budistas, rodeado de un piso que representa las flores de loto, en la parte trasera del Buda inclinado están las cenizas de varios difuntos chinos y había una mujer ofreciendo alimentos y demás a su antepasado, algo muy curioso de ver. El exterior tiene grandes estatuas coloridas. La entrada al templo es gratuita y hay que ir descalzo. Mientras el resto del grupo partia hacia el aeropuerto, cogí un bus para el templo de Kek Lok Si yo marché a comer y después directa a ver las playas de Batu Ferringhi. La playa está formada por calitas que en gran mayoría son privadas de los hoteles. Me costó encontrar la entrada desde la carretera a la playa, nunca me había costado tanto encontrar como llegar al mar sabiendo que está tras unos edificios. El problema es que los hoteles y restaurantes a línea de playa cortan el acceso a la playa a sus clientes. La larga extensión de arena dorada está rodeada por pequeños bares, cafeterías y hoteles. El lugar hubiera tenía aspecto paradisiaco, con su arena, sus rocas y sus palmeras si no fuera por la cantidad de actividades acuáticas que invadía todo y la cantidad de gente que había. Muchas mujeres con burka negro de los pies a la cabeza bañándose con él en el agua, desde aquí hasta Langkawi vi muchísimas mujeres con burka, que al ser un país musulmán debería haber sido normal, pero con tanta mezcla de población, hasta llegar aquí no me percaté.

Visita: Mayo 2013

Mis imagenes: Album Facebook Malasia

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Que comprar:

Bicentenario de La Liberacion de Zaragoza

Programación del Bicentenario de La liberación de Zaragoza
Del viernes 5 al martes 9 de julio. Exposición permanente en Aragonia.

 Viernes 5 de julio
19:00h. Inauguración del pontón sobre el río Ebro.
20:30h. Pontón y escenario Macanaz. Exhibición del Dance del Rabal.
23:00h. Anfiteatro Náutico. Monólogos por la Beneficencia.

Sábado 6 de julio
09:30h. Salida Castillo de la Aljafería hasta el Pontón. Ruta fotográfica de la Liberación de Zaragoza.
11:00h. Homenaje a los Defensores de Zaragoza. Lanzamiento de claveles al río Ebro.
De 11:00h a 13:00h. Pontón abierto al público.
12:00h. Desde la Arboleda de Macanaz hasta el pontón. Ruta turística de la Liberación de Zaragoza.
De 18:00h a 21:00h. Pontón abierto al público.
19:30h. Arboleda de Macanaz. Cucañas y juegos populares.
21:30h. Desde Macanaz hasta la calle Sobrarbe nº 10. Acto recreacionista de la Liberación de Zaragoza.
23:00h. Espectáculo pirotécnico recreando la voladura del Puente de Piedra y el final de la ocupación francesa de Zaragoza en su 200 aniversario.
23:00h. Anfiteatro Náutico. Templanza Aragonesa. Jotas

Domingo 7 de julio
10:00h. Juslibol, junto al río Ebro. K 9-T. Prueba atletismo.
De 11:00h a 13:00h. Pontón abierto al público.
12:00h. Visitas guiadas al Centro de Interpretación de San Lázaro.
De 18:00h a 21:00h. Pontón abierto al público.
19:00h. Salón actos Club Náutico. Recital poético. “Romancero de Los Sitios de Zaragoza”.
20:00h. Pontón. Concierto banda de música. Asociación Musical de Borja

Lunes 8 de julio
De 11:00 a 13:00h y de 18:00h a 21:00h. Pontón abierto al público.
18:00h. Simulacro de salvamento y rescate acuático a cargo de los Bomberos de Zaragoza, si las condiciones del río lo permiten.
19:00h. Salón actos Club Náutico. Conferencia. “La Liberación de Zaragoza en la literatura europea” a cargo de Guillermo Fatás.
20:30h. C/ Sixto Celorrio junto Puente de Piedra. Inauguración del peirón conmemorativo de la voladura del Puente de Piedra y la caída del primitivo templo de Altabás. Rondalla Royo del Rabal.

Martes 9 de julio
De 11:00h a 13:00h. Pontón abierto al público.
12:00h. Toque de campanas de Altabás anunciando el aniversario de la Liberación de Zaragoza.
18:00h. Visita guiada al Centro de Interpretación de San Lázaro.
De 18:00h a 21:00h. Pontón abierto al público.
20:00h. Parque Macanaz, junto al fosal de Los Sitios. Solemne misa de campaña.
22:30h. Balcón de San Lázaro. Conmemoración de la voladura del puente de Piedra a cargo de la Cofradía de Tambores de la Eucaristía, Artilleros de Aragón y la Coordinadora de Entidades Ciudadanas.

Fotografia del Ponton de un familiar: M.J.G.I.(no usar sin su permiso:destinoserrantes@gmail.com).


NOTA: Ante la atracción masiva se han ampliado los horarios.

Presentación

Curriculum Viajero - Presentación