Camino de Santiago V: De Arzua a Pedrouzo - España

Camino de Santiago V: De Arzua a Pedrouzo

Salimos de Arzua camino a Pedrouzo y como es costumbre nada más salir y empezar el camino nos colocamos las capas de agua, que son como nuestra segunda piel desde que comenzamos el camino. Al poco de comenzar, y tras pasar un par de caminos embarrados y alguna cuesta, me percato que el día está muy soleado así que no solo me quito la capa de agua sino que me paro, justo antes de comenzar otra cuesta, para cambiarme de ropa. La temperatura que nos ha acompañado durante el camino ha sido muy agradable, con la lluvia no lo hemos notado pero se podría decir que hacía calor para ser noviembre y estar en el norte de España. Así que me cambio los pantalones que llevo por otros de treking que uso en verano, más la camiseta de manga corta. Por una vez hago uso de la mochila que llevo a cuestas todo el camino. Alguna vez tiene que haber alguna ventaja de llevar tanta cosa a cuestas, como un caracol, y esta vez hago provecho de ello. Tras dejar toda la ropa de invierno en la mochila continuo el camino (y la cuesta) y durante todo el día el sol nos acompañaría así que hoy luciríamos más que nunca la manga corta. Tal vez porque hace mejor día nos encontramos con muchos más peregrinos que en las etapas anteriores. Aunque ningún día han faltado los coreanos (no sabía que había tantos peregrinos coreanos en el Camino). El camino discurre por caminos cubiertos de castaños y eucaliptos, de vez en cuando los árboles dejan paso a las vistas, que son solo de prados verdes y cruzamos varios pueblos que parecen deshabitados (algunos tienen los bares y terrazas cerrados, por lo que entiendo que en época estival eso está abierto y lleno de peregrinos). Encontramos muchas setas, de todo tipo, forma y color. Alguna pequeña cuesta y asi hasta que casi ya estamos desesperados por encontrar un pueblo con gente, para poder descansar, ir al baño y comer algo. No es que no podamos hacerlo en el campo pero mejor si tenemos un bar. Tras pasar el pueblo abandonado por fin encontramos el primer bar del camino, aquí nos vamos encontrado el grupo, que hoy ha salido más separado que nunca, y que mañana seguirá así, cualquier diría que nos hemos enfadado dado que cada una va sola y a su ritmo, aquí por menos esperamos a todas en este bar, donde no hay ni un rincón en la pared sin escribir y donde cuelgan camisetas de todo tipo con las firmas de los peregrinos que han pasado por ahí y las han dejado de recuerdo. La adjunta al grupo en el camino saca su camiseta de Venezuela y todas firmamos en ella. Aquí nos regala una pulserita con la concha de Santiago de forma que las siete llevamos una igual. Así seguimos la carretera hasta entrar otra vez en caminos cubiertos por lo árboles y pasamos una placa en homenaje al peregrino Guillermo Watt que murió haciendo el camino. Salimos de los caminos de árboles para llegar a la carretera donde, después de pasar un molino de viento al estilo del viejo oeste, se alcanza la figura gigante de la mascota del Xacoveo: Peregrin (que ha ido apareciendo en alguna ocasión durante el camino). Aquí es donde se llega al cruce más peligroso de todas las etapas que hemos tenido. Seguimos el camino de nuevo bajo árboles hasta llegar a pasar por debajo de un túnel que deja a nuestra izquierda un arco donde en el centro, debió estar la figura de Santa Irene pero que ahora tienen una bota abandonada y rota. Un poco más adelante está la fuente y la ermita (que es privada). La fuente de Santa Irene tiene varias leyendas a su alrededor y la zona que rodea la ermita es donde cuenta la historia que en el 1808 las tropas napoleónicas, en su camino a Santiago, entraron y robaron en el lugar antes de ir a dormir al atrio de la iglesia parroquial de Arca, por desgracia la fuente como el resto están a manos del vandalismo. De aquí el camino sigue hasta Arca y de aquí no tarda en llegar hasta el pueblo de O Predouzo. En vez de cruzar la carretera y seguir el camino de Santiago (y llegar al centro del pueblo) sigo la indicación de la carretera a mis pies que me indica que tengo que desviarme a la izquierda y entrar al pueblo desde la carretera para poder llegar al albergue donde tengo planeado ir, este desvío permite llegar antes al destinos final dado que las liebres que estaban por delante mío llegan al albergue después de que yo ya haya llegado y elegido literas (en este albergue se elige el número de literas y te registran). Llegué a la vez que un grupo de brasileños, pero todavía no había llegado mucha gente por lo que había suficientes literas para elegir un bonito rincón donde estar las siete recogidas. El albergue tiene en su entrada donde están las mesas unos murales con varias imágenes con frases interesantes. Como de costumbre nos fuimos a comer tras descargar todo el equipaje. Hay muchos bares y restaurante en la calle del pueblo donde estaba el albergue así que solo tuvimos el problema de decidir cuál de todos. Al final comimos muy bien y nos reímos mucho con el camarero, que nos gastó alguna que otra broma. Tras comer fue el proceso de siempre, aproveché para preguntar al del albergue sobre la hora en la que la iglesia abría, hasta ahora todas las misas eran a las siete perro esperaba no tener que repetir lo de Arzúa. Fue una suerte que volviera a preguntar porque aquí la misa la hacían antes: a las seis de la tarde. Por lo que es cercana a esa hora cuando estaría la iglesia abierta. Así nos acercamos hacia la iglesia, bien señalizada con carteles y un cruceiro de camino, y mientras u hombre tocaba la campana hice fotos al lugar. No estaba haciendo fotos al hombre, no es la primera vez que veo tocar una campana para llamar a misa pero me resultó curioso que me diera la espalda, y cuando los brasileños o yo preguntamos por cuando abría la iglesia nos respondió de muy malos modos y nos dejó como estábamos; con la duda. Una pena pero desde Arzúa hasta el final del camino ya no encontré a la gente agradable y simpática que había estado viendo durante el resto del camino. Lo comenté con el grupo y no soy la única que se dio cuenta de esto. Esas cosas se sienten. La iglesia de Pedrouzo es muy bonita, es pequeña y poco decorada por fuera, parece hasta una ermita nueva, pero por dentro el altar es toda una enorme concha de Santiago dorada. Y el sello, el más grande que tuve del camino, estaba en una mesa justo al entrar a la iglesia. Cuando salimos de la iglesia un peregrino que llevaba mejor ritmo que nosotras (por los horarios de salida y llegada que llevaba), nos comentó que para el día siguiente daban más lluvias que el lunes. El lunes fue el día en el que empezamos el camino, ese en que llegamos con los pies formando charcos de agua dentro de las botas de goretex. También nos comentó que ese año, aparte de la compostelana también se podía recoger la cotolaya que es el diploma que te dan porque este año era el 800 aniversario de que San Francisco de Asís hiciera el camino de Santiago. Por nuestra parte le informé que no teníamos que madrugar más de lo habitual porque aunque no llegáramos a las doce cuando es la misa del peregrino, porque había otra misa de peregrino por la tarde (más exactamente a las siete de la tarde). Lo cierto es que me hizo dudar porque decía que no, pero al final yo tuve razón, lo que pasa es que esa misa no la anuncian en internet, aunque existe.

Visita: Noviembre 2014

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Cascadas de Hortas - España

Fervenza das Hortas 

El día anterior en Melide habíamos visto en la guía que en los alrededores de Arzua había tres sitios recomendables para visitar: una fábrica de miel, una presa y su transbordador y las cascadas de Hortas (Fervenza das Hortas es el nombre con el que las encontramos, luego deduciríamos que fervenza es cascada en gallego). Para ir decidimos visitar solo las cascadas y tras comer en Arzúa quedamos con los taxis para visitarlas. El taxista también nos sugirió llevarnos a los otros dos sitios pero como somos varias y cada una organiza sus finanzas nos quedamos solo con las cascadas. Como hicimos con el castillo de Pambre incluíamos en el precio el ir, el esperar hasta que hiciéramos nuestras fotos en plan japonés, y el volver. Tuvimos mucha suerte dado que aunque por la mañana nos había estado lloviendo por la tarde, aunque se levantó algo de viento, no cayó ni una gota de agua, por lo que tuvimos, como en el castillo, una magnifica suerte. Dejaron los taxis en la explanada donde está el cartel natural de la cascada y bajamos la pendientes hasta llegar debajo de la montaña donde escondida se encontraba la cascada. Los taxista muy amables nos acompañaron todo el camino hasta abajo, esperaron ahí, nos hicieron fotos grupales y luego subieron de vuelta con nosotras. Desde arriba había unas vistas magnificas de las montañas todas verdes y el cielo gris de fondo. La bajada es a través de la vegetación y en la zona donde hay escaleras ponen cuerdas para evitar la caída en pendiente al bajar no se nota mucho pero al subir se puede apreciar que hay bastante cuesta. Tras sortear mucha vegetación por fin se llega a ver la cascada. En reaidad se odría decir cascadas porque son dos saltos de agua, uno más abundante que el otro. El agua cae desde una altura suficiente para que se vea muy bonita, hay varios chorros de agua que caen que luego siguen su curso formando cascadas mucho más pequeñas y rápidos. Algunas locas del grupo de mojaron para llegar justo debajo de la cascada más grande. Otras seguimos a los taxistas que nos guiaron hasta el antiguo molino para ver las otras pequeñas cascadas que forma el río. Hay una leyenda sobre la cascada que a veces toma el nombre de Santa Maria por esta leyenda. Es un paisaje precioso y muy recomendado de visitar. Tras hacer todas las fotos posibles y esperar a que las que había ido justo debajo de la cascada regresaran volvimos para subir la cuesta hasta los taxis y volver a Arzúa. El lugar es muy recomendable y el taxista nos comentó que nunca había visto las cascadas con tanta agua. Normal, pensé yo, con la de agua que estaba cayéndonos era imposible que en otros momentos el río tuviera más agua. El precio de la excursión nos salió muy bien y además tuvimos al taxista Manuel (639311633) y su compañero haciendo de guía, sin que se lo pidiéramos. Lo cierto es que tanto en la vista de Pambre como en esta tuvimos mucha suerte con los taxis; que nos salieron bastante bien de precio (para este caso llamamos a unos tres o cuatro y nos quedamos con el presupuesto más barato para las siete) y además nos dieron varias explicaciones y consejos como si fueran guías, cuando no tienen por qué hacerlo.

Visita: Noviembre 2014

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Camino de Santiago IV: De Melide a Arzua - España

Camino de Santiago IV: De Melide a Arzua
El camino de Melide a Arzua fue el más duro que nos había tocado hasta ahora. Y agradecí haber dividido la etapa, porque una cosa es hacer más o menos kilómetros y otra hacerlos con cuestas. Aun así llegamos más o menos como en el resto de etapas por lo que tras comer hicimos la parte de turismo que habíamos estado mirando el día de antes en Melide. Salimos de Melide y llegamos hasta un pueblo con cruceiro y una iglesia grande y con pinta de ser románica, aquí nos hacemos una foto grupal y seguimos caminando. Pasamos por un par de casas, una con un bonito pozo de piedra y rodeada de verdes prados, muy idílica. Mientras voy quitándome ropa (salí demasiado abrigada) el camino sigue por los prados y los bosques de eucaliptos y poco a poco nos vamos alejando unas de otras. Pasamos junto a otro pueblo donde se encuentra un curioso tenderete sin vigilancia. Aquí hay frutas, agua, .. todo con un precio, unas horas y boli y una hucha donde dejar el dinero a cambio del alimento que cojas. Durante el camino y antes de llegar a otro puente y un bonito río, las liebres (que es como llamamos a las que van siempre primeras) se han pasado y han seguido caminando por un camino que no es el de Santiago (es por ir con prisas, si uno va andando tan deprisa es como si fuera a una competición de velocidad y no a disfrutar del camino). Afortunadamente una persona les avisa y regresan rápido al camino. Pero siguiendo en su ritmo pasamos junto a otro pueblo, donde hay una iglesia donde se puede sellar la credencial porque está abierta (increíble). Hay un cartel muy grande que pone stamps y credencial, para que se vea que ahí se puede sellar la credencial, pero las liebres pasan de largo, asi que las llamo por el movil para que regresen si quieren tener el sello de la iglesia (como el resto del grupo). Lo bueno es que la etapa era corta asi que los kilometros de más que hacen las liebres no lo notarán. En el Camino se siguen intercalando pronunciados descensos con violentos ascensos, y así seguimos subiendo y bajando. Tras pasar por un arroyo vuelven otra vez las pendientes, las subidas de esta etapa son matadoras. Hay un cartel que indica que el camino ha sido desviado por obras, y por el resto del camino, en subida, no se preocupan de dejar ninguna indicación que indique al peregrino que no se ha perdido y que va bien. Finalmente llegamos al punto donde las obras acaban y volvemos a tener nuestros mojones y nuestras flechas amarillas indicándonos si vamos bien o mal. Seguimos subiendo y bajando bajo la lluvia mientras pasamos otro puente y su río hasta arriba de agua, rodeado por verdes prados. Así, subiendo y bajando, llegamos a Ribadiso: un lugar muy bonito, con preciosas casas, flores, y vistas, solo que tiene unas horribles cuestas. En la guía pone algo de que la despedida a este pueblo es doblemente dolorosa, una por la belleza del lugar que se abandona y otra por las cuestas. Afortunadamente estas serían ya las últimas cuestas, aunque corta había sido una etapa matadora con tanta cuesta empinada. Y dejando atrás la cuesta pasamos una gasolinera, y según la guía ya queda poco para llegar a Arzúa, aquí me llamó mi amiga Leyre porque al sacar el móvil no debí de bloquearlo correctamente y según ella yo le había llamado. Aquí recibí malas noticias del trabajo pero se me olvidó todo hasta que regresé a casa. Es lo que tiene el camino, que te olvidas de otras preocupaciones. Y así entramos en Arzúa. Dejamos las cosas en el albergue, que se encontraba al inicio del pueblo, y comimos frente al albergue. Quedamos con el taxista para después de comer visitar las cascadas. Según la guía hay tres cosas interesantes que ver en los alrededores (fábrica de miel, presa con transbordador y cascadas), y como somos varias al final decidimos entre todas ver solo una: las cascadas. A la vuelta de ver las cascadas nos quedamos en el centro del pueblo donde anduvimos hasta un supermercado para procurarnos la cena y esperar hasta que la iglesia abriera para misa. Me cayeron muy mal los feligreses de Arzua porque nos “obligaron” a quedarnos toda la media hora del rosario, y luego la misa, para después decir, riéndose, que el sello lo sacan a la entrada cuando termina la misa. No fuimos las únicas que se quejaron del “engaño”, había otros peregrinos que comentaron que hasta ahí todas las iglesias del camino les daban mejor acogida que esta. En fin, todos podríamos habernos ido a sellar la credencial a un bar (te dan la compostelana igual) así que tampoco es que tuvieras que quedarte sino el que te engañen de esa forma y se te rían en la cara, eso es lo que a mí me cayó mal, por eso no guardo un buen recuerdo de Arzúa.
Visita: Noviembre 2014

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Camino de Santiago III: De Palas de Rei a Melide - España

Camino de Santiago III: De Palas de Rei a Melide

Después de ver el Castillo de Pambre regresamos a Palas de Rei donde retomamos el camino de Santiago. Usualmente la etapa es de Palas de Rei a Arzua pero como eran 30 kilómetros decidimos dividirla más o menos en dos, y nuestra nueva amiga se nos unió dado que por el tema de su rodilla no quería explotarla demasiado, el señor alemán con parkinson también la debió dividir ya que lo vimos terminar a la vez que nosotras. Así que la etapa de este día era Palas de Rei – Melide. Para no variar el tiempo fue sol y lluvia. Es decir, no dejábamos la capa de agua ni un momento, pero al final salió el sol y se mantuvo toda la tarde, y hasta pudimos lucir camisetas de manga corta en el mismo mes de noviembre. El camino deja Palas de Rei adentrándose por jardines y flechas hechas con flores. Aquí se pasa por varias corredeiras, que es como llaman en Galicia a los caminos rodeados de castaños. Durante un largo trecho del camino todo lo que vemos es hórreos y castaños. Aquí el camino está lleno de charcos y barro. Es lo que ocurre cuando el camino es de tierra y no ha dejado de llover en días. Pero pese a la lluvia y al barro andar por los caminos bajo los castaños es precioso si te gustan los paisajes naturales, sobre todo en otoño. La lluvia que caía nos daba cierto descanso y aunque no teníamos sol, el verde y marrón de los castaños hacía muy bonita la etapa. Hasta los charcos con barro reflejan los árboles una vez calmada la lluvia. Seguimos pasando hórreos y castaños (y mucho barro). Y a medida que andamos vemos que hemos cambiado de provincia porque en el nombre que tienen los mojones que indican el camino de Santiago aparece A Coruña: dejamos atrás Lugo y entramos en La Coruña. Así seguimos hasta Leboreiro, en este pueblo nos detenemos a disfrutar de las vistas del lugar dado que aparte de bonitas casitas de piedra tan típicas de ahí está su iglesia románica (que no podemos ver por dentro porque está cerrada) y enfrente hay un cabazo. Un cabazo es como una cesta con tapa de tienda de campaña hecha de madera que sirve para lo mismo que los hórreos y que es típica de esa zona de Galicia. Yo nunca había visto ninguna pero en este pueblo hay varias, aquí, mientras vemos la iglesia por fuera, nos encontramos con una mujer del lugar que no está nada contenta con los peregrinos. Seguimos andando, ahora ha vuelto a llover (había parado cuando estábamos viendo el pueblo). Como es costumbre cada una lleva su ritmo y al final nos encontramos todas en el puente de Furelos. El sol ha salido y la vista del puente de piedra de arcos sobre el río se llena de color: verde árboles, azul oscuro agua del río y azul el color del cielo. Tras disfrutar de varias fotos de este lugar de postal seguimos avanzando, parece que hemos llegado a la meta pero el pueblo es muy pequeño, con casitas de piedra y cruceiros, y Melide tiene pinta de ser un pueblo más grande (luego vería en la guía que es Furelos). Y así avanzamos algo más y por fin vemos varias casas más modernas y nos adentramos en un polígono industrial que es el comienzo de Melide por el camino de Santiago. Dejamos las cosas en el albergue y salimos para comer, no hay mucho peregrino así que tenemos donde elegir, pasamos por la famosa pulpería Ezequiel pero no hace falta parar ahí para comer pulpo. Todo el mundo me había dicho que había que comer pulp aquí, y como me gusta mucho el pulpo a la gallega cumplí con la tradición con mucho gusto. A la vuelta todo el mundo que me preguntaba qué tal mis vacaciones y oía lo del camino de Santiago me hacia la misma pregunta “¿comiste pulpo en Melide?. Así que cumplí gratamente con la tradición y no defraude a todos los peregrinos que me preguntaron, no puedo decir lo mismo del resto de mis compañeras. En Melide vimos por fuera la ermita, junto al cruceiro, y visitamos, a la hora de misa, la iglesia. Una mujer mayor muy maja (he de decir que hasta Arzua todo el mundo que nos encontramos en el camino fue majísimos, todos amabilísimos, muy buena gente) nos acompañó hasta la iglesia porque iba a misa y comprobó si podíamos pasar para sellar nuestra credencial. La iglesia de Melide por dentro es muy bonita, tiene una serie de arcos que no se pueden adivinar por su exterior, y también tiene unas increíbles pinturas en el techo de vivos colores. La mujer nos recomendó visitar el museo que hay junto a la iglesia (en la misma plaza del ayuntamiento) que es gratis. Así que tras sellar al credencial visitamos el museo, que tiene un poco de todo: ropas, objetos, pinturas… de todo un poco y de todas épocas sobre Galicia. Muy interesante. Cuando salimos ya era de noche y la luna brillaba entre las nubes, recuerdo que hice un foto que parecía sacada de una película de miedo (le faltaba el hombre lobo). Tras esto regresamos al albergue, el peor albergue de todos. De todos los sitios donde nos alojamos todos son recomendados excepto este, que fue realmente horroroso (¡y sin calefacción!), menos mal que ese día había salido el sol y teníamos los sacos de dormir y varias mantas. Lo único positivo es que tenía un ordenador con acceso a internet gratis que usamos para mirar qué visitar al día siguiente. Teniendo en cuenta el tiempo en el que hacíamos los kilómetros nos iba a sobrar tiempo para hacer turismo así que tomando tres lugares que no perderse recomendados en la guía (fábrica de miel, presa y transbordador, y cascadas) buscamos en internet cómo ir.

Visita: Noviembre 2014

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Castillo de Pambre - España

Castillo de Pambre

Como había comentado el Castillo de Pambre merecía entrada a parte. La siguiente etapa del camino de Santiago es más larga y dura pero dado que teníamos condiciones físicas muy diferentes decidimos desde un principio dividirla en dos, la cuestión era llegar al destino final, no hacía falta correr cuando teníamos días para poder dividirla. La cuestión es que si la dividíamos podíamos acabar muy pronto y no tener nada que hacer. Por eso busque lugares interesante que ver y cerca de Palas de Rei se encuentra el castillo de Pambre. En verano ponen autobuses para peregrinos y turistas puedan visitarlo (tienen visitas guiadas) pero como la temporada había terminado no había ningún tipo de autobús que nos llevara y como peregrinas que éramos no teníamos coche para ir hasta ahí (y andando eran demasiados kilómetros para hacerlos en mismo día que hacíamos un tramo del camino de Santiago) por todo ello decidí buscar en internet la forma de ir en taxi, éramos seis personas (al final fuimos siete) y por tanto el precio del taxi dividido no saldría muy caro. Encontré un teléfono para pedir presupuesto de taxi por wasap en el área de Melide y Palas de Rei (675625112). La mujer taxista fue muy maja, no solo nos dio el presupuesto de como saldría el ir desde Melide o Palas de Rei sino que también cuanto nos costaría la espera (lo que tardáramos en cada sitio hasta coger le taxi y volver) y aunque no tenía obligación nos avisó de que el castillo estaba en obras (en ninguna web oficial venia nada al respecto) y que por tanto no se podía entrar a verlo. Es una pena porque había leído buenos comentarios de la visita dado que este castillo es el mejor ejemplo de arquitectura militar medieval de Galicia y de planta cuadrada. Es uno de los tres castillos que quedaron en pie en Galicia tras las revueltas irmandiñas. Pese a que estuviera cerrado por obras nos decidimos a ir a ver el castillo por fuera. Tuvimos bastante suerte porque al ir hacía sol y el camino hasta el castillo se veía elevado sobre la colina verde y a la vuelta cayó la niebla y se veía cubierto por la niebla como un paisaje de misterio. Quedamos a las nueve con los dos taxis y al final fuimos siete personas porque aquí se nos unió la séptima mujer del grupo, tenía mal la rodilla e iba a dividir la etapa como nosotras, y animada por nosotras se apuntó a la visita. Cuando llegamos al castillo estaban los obreros trabajando y la verdad es que no solo es que estuviera en obras es que había grúa y maquinaria pesada por todos los lado por lo que el exterior no se podía disfrutar igual. Aun así la taxista nos recomendó bajar por un camino junto al castillo y que llevaba hasta el río Pambre. El camino acababa en un puentecillo y unas pequeñas cascadas dando al lugar un toque encantador. Bajamos (y subimos) la cuesta hasta el río Pambre y disfrutamos mucho del rincón que, como nos dijo la taxista, valía mucho la pena. Cuando terminamos cogimos el taxi de regreso a Palas de Rei. Hay que decir que aunque estuvimos media hora, los taxistas solo nos cobraron quince minutos de espera y no treinta (un detalle por su parte). Por lo que si vais por ahí y necesitáis un taxi es muy recomendable contactar con ella, es majísima.

Visita: Noviembre 2014

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