Castillo de Pambre
Mis imagenes: Pendientes
Información para viajar: Pendiente
Como había comentado el Castillo de Pambre merecía entrada a parte. La siguiente etapa del camino de Santiago es más larga y dura pero dado que teníamos condiciones físicas muy diferentes decidimos desde un principio dividirla en dos, la cuestión era llegar al destino final, no hacía falta correr cuando teníamos días para poder dividirla. La cuestión es que si la dividíamos podíamos acabar muy pronto y no tener nada que hacer. Por eso busque lugares interesante que ver y cerca de Palas de Rei se encuentra el castillo de Pambre. En verano ponen autobuses para peregrinos y turistas puedan visitarlo (tienen visitas guiadas) pero como la temporada había terminado no había ningún tipo de autobús que nos llevara y como peregrinas que éramos no teníamos coche para ir hasta ahí (y andando eran demasiados kilómetros para hacerlos en mismo día que hacíamos un tramo del camino de Santiago) por todo ello decidí buscar en internet la forma de ir en taxi, éramos seis personas (al final fuimos siete) y por tanto el precio del taxi dividido no saldría muy caro. Encontré un teléfono para pedir presupuesto de taxi por wasap en el área de Melide y Palas de Rei (675625112). La mujer taxista fue muy maja, no solo nos dio el presupuesto de como saldría el ir desde Melide o Palas de Rei sino que también cuanto nos costaría la espera (lo que tardáramos en cada sitio hasta coger le taxi y volver) y aunque no tenía obligación nos avisó de que el castillo estaba en obras (en ninguna web oficial venia nada al respecto) y que por tanto no se podía entrar a verlo. Es una pena porque había leído buenos comentarios de la visita dado que este castillo es el mejor ejemplo de arquitectura militar medieval de Galicia y de planta cuadrada. Es uno de los tres castillos que quedaron en pie en Galicia tras las revueltas irmandiñas. Pese a que estuviera cerrado por obras nos decidimos a ir a ver el castillo por fuera. Tuvimos bastante suerte porque al ir hacía sol y el camino hasta el castillo se veía elevado sobre la colina verde y a la vuelta cayó la niebla y se veía cubierto por la niebla como un paisaje de misterio. Quedamos a las nueve con los dos taxis y al final fuimos siete personas porque aquí se nos unió la séptima mujer del grupo, tenía mal la rodilla e iba a dividir la etapa como nosotras, y animada por nosotras se apuntó a la visita. Cuando llegamos al castillo estaban los obreros trabajando y la verdad es que no solo es que estuviera en obras es que había grúa y maquinaria pesada por todos los lado por lo que el exterior no se podía disfrutar igual. Aun así la taxista nos recomendó bajar por un camino junto al castillo y que llevaba hasta el río Pambre. El camino acababa en un puentecillo y unas pequeñas cascadas dando al lugar un toque encantador. Bajamos (y subimos) la cuesta hasta el río Pambre y disfrutamos mucho del rincón que, como nos dijo la taxista, valía mucho la pena. Cuando terminamos cogimos el taxi de regreso a Palas de Rei. Hay que decir que aunque estuvimos media hora, los taxistas solo nos cobraron quince minutos de espera y no treinta (un detalle por su parte). Por lo que si vais por ahí y necesitáis un taxi es muy recomendable contactar con ella, es majísima.
Visita: Noviembre 2014
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