Sitges - España


Sitges

El día amaneció despejado y con aspecto de pasar mucho calor, tras la comida regresaba a Zaragoza por lo que solo tenía la mañana para visitar algo, y dada la cantidad de gente en la Feria de Tarrasa y que dormía en Barcelona, decidí ir en cercanías a Sitges y visitarlo con calma, comer y regresar a Barcelona a tiempo para coger el tren de vuelta a Zaragoza. Viajar en cercanías en Cataluña es como viajar por el resto de Europa, no hace falta tener coche, son cómodos, frecuentes, y además algunos van por la costa por lo que tienes buenas vistas. Las tima que los viajes en tren solo estén financiados por algunas parte de España, siempre he comentado en mi blog que es una pena que por España no se pueda viajar como en otros países de Europa (en tren). Pero este no es el caso, y llegué a Sitges antes de que los turistas despertaran y decidieran invadir los paseos y las playas de Sitges, de forma que pude comenzar mi recorrido turístico como si tuviera el pueblo para mi sola. De la estación de tren andando se llega fácilmente al barrio de pescadores, calles empedradas, casas de paredes blancas y azules, y santos en las esquinas de las calles. Una de estas calles nos lleva a la casa de Agustí Ferrer y de aquí te topas directamente con el Palacio Mirabel, este palacio es ahora un museo. Cuando estuve la vez anterior, para el rally de Sitges, me quedé con el nombre para buscar información en internet y descubrir si merece la pena visitarlo por dentro, desgraciadamente no conseguí descubrir mucho al respecto por lo que, dado el precio elevado de la entrada, decidí postergarlo hasta el final del día. Si no tenía nada más que ver entraría, sino lo dejaría pasar. En la calle donde está el palacio habían comenzado a instalarse vendedores ambulantes y pintores callejeros, y es que el rincón está lleno de detalles arquitectónicos en puertas, ventanas, columnas, etc. Es un rincón tan encantador este que se encuentra entre los museos Ferrat y Maricel, todo debido a sus vistas idóneas a los capiteles y las gárgolas, y donde también se puede admirar un sarcófago romano, por lo que es normal que haya pintores. El rincón da a un mirador al mar con unas vistas de la costa y de Sitges que te muestra el enclave cerrado y difícil acceso para piratas, y es que de aquí se llega al cañón del Baluarte, un solitario cañón que apunta hacia el mar, a cada lado del cañón hay una inscripción, una en castellano y otra en catalán, pero no dicen lo mismo, no os confundáis, una es una leyenda sobre el cañón y el otro es la historia del cañón. Aquí tenemos la iglesia parroquial de San Bartolomé y Santa Tecla, donde se pueden contemplar las vistas desde la plaza del Baluarte sobre el Paseo de la Ribera, y la escalinata que baja desde la Punta hasta la plaza de la Fragata. Hay una figura representando a una sirena al final de la escalinata. De aquí se puede cruzar la plaza y continuar por el Paseo de la Ribera, a pie de la playa y si no apetece pasear junto a la playa se puede entrar por sus calles, dado que algunas de ellas dan a casas modernistas, algunas de las cuales se pueden visitar. Aun así, como acababa de empezar, di un rodeo a la plaza y subí las escaleras que llevan a la plaza y me metí por la calle que da lugar a otro recorrido encantador, el que da al Ayuntamiento. Desde la plaza del ayuntamiento, se puede dar una vuelta al edificio construido en el lugar dónde antiguamente se encontraba el castillo medieval. Se considera que es de un estilo gótico civil catalán por los detalles ornamentales de las ventanas y los escudos. Mirando de frente al ayuntamiento, si empezamos la vuelta por el lado derecho, nos encontramos primero con los jardines y estatua del Doctor Robert, y a continuación nos encontramos los edificios de la Rectoría, el Archivo Histórico, y la biblioteca Santiago Rusiñol. Saliendo de la biblioteca se puede visitar la Casa Bacardí, (lado izquierdo del ayuntamiento) situada en el edificio del mercado vell de Sitges. Es un edificio claramente modernista. Al lado izquierdo del mercado vell, sale una callecita estrecha llamada carrer d’en Bosc, que bordea el edificio por detrás y va a parar a la calle de la Davallada. En esta callecita se encuentra el palacio del Rey Moro (casa medieval) y al lado, la Pinacoteca de Sitges. Esta calle es una de las más antiguas de Sitges y constituye un antiguo camino de ronda que seguía el perfil de la muralla a la que se construyeron unas casas de piedra. Ya hemos dado todo un rodeo a Sitges centro así que vuelvo a parar al Palacio Mirabel, que da lugar a La Torreta o Baluarte Vidal i Quadres, otro mirador frente al mar, con bancos y una solitaria y enorme farola, dónde al atardecer se despliega un mercadillo ambulante de objetos y ropa artesanal. Este lugar da al paseo por marítimo de la Playa San Sebastián, zona peatonal que a estas horas ya está llena de gente tomando algo en las terrazas. Se puede bajar a la playa San Sebastián a jugar con la arena o disfrutar de un baño de sol y de mar, pero como no soy mucho de playa me dedico a recorrer el paseo, en esta zona se pueden ver algunas de las casas de los americanos que volvieron enriquecidos. Al final de la playa de San Sebastián se encuentra otro parque con columpios y una amplia plaza en frente de la Ermita San Sebastián, aquí ya hemos empezado a subir una cuesta, que se hace menos pesada si se va parando junto a los balcones del mirador y se echa un vistazo a Sitges y su costa. Se puede continuar la ruta paseando por el paseo que pasa bordeando la ermita de San Sebastián en frente del acantilado y el mar, dirección al Puerto de Aiguadolç, esta zona no está asfaltada y es camino de tierra pero igualmente vale la pena las vistas del lugar, aquí hay una pequeña cala donde ya hay también bañistas y que tiene vistas a otro rincón histórico de Sitges, aunque ahora apenas de distingue. Continuando este paseo junto al mar se acaba subiendo a unas casitas y restaurante blancos con unos miradores con vistas a Sitges y el palacio Mirabel, y si se continúa andando da a unas escaleras que bajan al puerto marítimo, donde encontré a varias personas paseando por el malecón donde se tienen vistas, no solo del palacio sino también de la iglesia y el baluarte. Una vez llegué al puerto me di la vuelta, en la zona del puerto ya había estado un tiempo cuando el Rally de Sitges, dado que es ahí donde se aparcan los coches de época. De regreso por el mismo camino me paré a leer uno de esos tablones informativos que se suelen pasar de largo porque uno está más ocupado con las vistas que con otras cosas. Aquí vi que había un saliente en las rocas hecho de cemento que era un nido de ametralladores de la guerra civil, me fijé bien en las fotografías antiguas que mostraba el poste para intentar descubrir donde estaba dado que ninguna de las dos veces que había recorrido ese paseo lo había llegado a ver. Con esto en mente regresé sobre mis pasos y cuando estaba cerca de la iglesia de San Sebastián con el zoom de la cámara pude distinguirlo, ahora por desgracia está lleno de pintadas y no se parece en nada a lo que se supone que es, nadie diría que es un resto de la guerra civil. Tras esto volví a la playa y al paseo marítimo de San Sebastián para parar a comer y descansar un rato y luego, como estaba algo cansada en vez de visitar más lugares, habiendo cumplido el cometido de ver todos sus rincones exteriores, tome el tren de Sitges a Barcelona, para luego tomar el de Barcelona a Zaragoza. Vale la pena la vista a Sitges.


Visita: Mayo 2019

Mis imágenes: España

Información para viajar: Pendiente

Feria Modernista de Tarrasa - España

Tarrasa Modernista

Tenía muchas ganas de ir a la Feria Modernista de Terrassa, no porque supusiera que iba a ver muchas cosas, porque quedando en un grupo grande es complicado ver cosas si no estás organizado de antemano y había muchísima gente para ello, las ganas era porque podía viajar, para tomar nota de lugares interesante para ver, y sobre todo porque podía pasar un buen rato con mis amigos recreadores de otros lugares. Durante la Feria Modernista de Tarrasa hay tantas actividades que es normal que haya tantísima gente visitándola, y a veces caminar por la ciudad era como caminar por Zaragoza en planas fiestas del Pilar; una misión imposible. Pero eso no quita que sea interesante pasarse por ahí en esas fechas, sobre todo para quien le interesen las actividades diferentes y lugares interesantes gratis o a buen precio. Nosotros primero nos acercamos al Ayuntamiento donde habíamos quedado pronto y así paramos a tomar algo, mientras esperábamos pude observar la fachada del ayuntamiento, que es bonita. Una vez estuvimos casi todos nos marchamos hacia la Masia Freisa, es un edificio muy singular que se distingue todos los que le rodean. Tiene una forma redondeada que te hace pensar en Gaudi. Es una estructura blanca llena de arcos y techos curvos, muy bonito por fuera. Aprovechando la Feria Modernista la visita guiada a la parte superior cuesta solo un euro. Como somos varios de fuera de Cataluña en vez de hacerla en catalán la hacen en castellano. Entramos por el lateral de la Masia y subimos por una estrecha escalera de caracol, esta es una escalera del servicio por lo que a los trajes burgueses que llevamos la mayoría no es nada cómodo. Una vez llegamos a la planta superior salimos de la pequeña escalera a una sala vacía con vistas al tejado, aquí tenemos ventanales y dos pequeños balcones que dan al exterior, con vistas al tejado curvo y a la torre. La guía nos da bastante interesante información sobre la Masía y el lugar durante su época de uso, luego ponen un vídeo y reconozco que desconecto y comienzo a mirar fuera, las vistas son muy buenas. Tras el vídeo nos dejan unos minutos de tiempo de fotografías y luego volvemos a bajar por las estrechas escaleras hasta salir de la masía. Una vez fuera volvemos a entrar pero por la puerta principal. Como decía al inicio hay mucha gente así que no se puede ver el lugar con calma, las salas laterales están cerradas y solo podemos ver las dos salas en el extremo de la masía. Una de las salas tiene una mesita, un par de sillas, ventanales grandes que dan al exterior y un antiguo gramófono. Al otro lado del pasillo hay otra sala pero no llegamos a verla porque entran comentando que hay una visita teatralizada en cinco minutos y tenemos que salir de ahí. Aquí una mujer alaba mi vestido y me pregunta si lo hice basado en el museo Textil de Tarrasa, la verdad es que está basado en un modelo de museo, pero no de Tarrasa, le comento que es que soy de fuera. Resulta que me había comentado que en Tarrasa permiten ver trajes del año que se solicité y así hay gente que va a la feria con reproducciones de los trajes que guarda el museo. Una maravilla y gran oportunidad para los amantes de la moda de época. La Masía está situada junto a un parque que conserva un pequeño templete y que, aprovechando la feria, está lleno de gente, pero apenas hemos salido de la masía nos arrastran corriendo, pensaba que había prisa por llegar a algún sitio pero al final solo nos dedicamos a pasear calle arriba y calle abajo entre un montón de gente (y no es el mejor momento para ir con un vestido con cola que la gente tiende a pisar e impide que pueda moverme). Pero una de las cosas buenas de andar sin sentido de arriba abajo es que se pueden ver todos los desfiles: el de las caravanas circenses, las huelguistas por los derechos de los trabajadores y por el voto de la mujer, o el coche fúnebre y su ataúd. En estos paseos de arriba y abajo entramos en una farmacia, su aspecto exterior me recordó a la que vi en Nueva Orleans, por dentro conserva un pequeño rincón modernista donde nos dejaron sentarnos y hacernos fotografías. Fueron realmente muy amables en esa Farmacia. Estoy gratamente sorprendida por la amabilidad de la gente en los lugares de Terrassa por donde pasamos. Finalmente, y debido a que teníamos reservada la comida en un restaurante con decoración modernista, volvimos sobre nuestros pasos y comenzamos a caminar hacia el lugar, estábamos muy cansados y solo habíamos visto la Masía Freixa. La comida estuvo bien, en el lugar nos dejaron hacer todas las fotografías que quisimos y finalmente caminamos de regreso para visitar la Casa Alegre. De camino hacia allí pasamos por una plaza donde Paco de la Asociación retrofuturista Nautilus y nuestro organizador del día, nos mostró como las chimeneas tenían forma de linternas antiguas. De aquí bajamos hasta la Casa Alegre, que al ser visita de puertas abiertas en plena feria modernista tenía fila para poder entrar, había que esperar a que saliera gente para poder entrar. La Casa Alegre conserva mobiliario en todas las habitaciones que visitamos, también conserva baños, cristaleras, pinturas, y en el jardín de la casa había un concierto de canto clásico. No pudimos ver mucho de la casa, entre tantas paradas fotográficas (ajenas, no propias aunque parezca extraño) el tiempo pasó demasiado rápido y no nos dio para ver la casa con tranquilidad dado que es bastante grande, lo mejor del lugar es que todas las salas están decoradas, la biblioteca, el despacho, el salón, la terraza, los baños, y hasta en algunas salas cuentan con exposiciones de museo. Sin duda otro día con más tranquilidad quiero ver con detalle la casa, además de que dentro hacía mucho calor y me dolían muchísimo los pies, con lo que el lugar no se aprecia igual. Aun así la vista desde las vidrieras del interior de la casa de la mujer vestida de rojo con traje de 1890 cantando en el patio de entrada de la casa es una imagen de película que si no vas durante la feria modernista no podrás disfrutar. Salimos pronto al jardín de la casa, donde nos encontramos con diferentes personas ataviadas de época como nosotros, y marchamos hacia el museo textil. Junto al museo vi que Tarrasa tiene un castillo, no sabía al respecto pero resulta que hay muchos lugares que visitar aquí. Cuando llegamos al museo estaba cerrado, así que nos dimos media vuelta y como estábamos agotados paramos en una cafetería que nos llamó la atención porque tenían cerveza de la Zaragozana 1900 y la la zarzaparrilla La Modernista, y con los sabores de otra época despedimos el día. Vimos muchas cosas y nos alagaron los trajes, cuando nos marchábamos nos preguntaron dónde comprar nuestros trajes, que no va a ser posible porque están hechos a mano, así que fue un día muy completo. Por cierto, no os sorprendáis si de repente he escrito Terrasssa y luego cambio a Tarrasa, a veces lo digo en catalán y a veces en castellano, un autentico lío. 

Visita: Mayo 2019


 Información para viajar: Pendiente

Próximo viaje a Italia

Volvemos a Italia de Recreación histórica. A una zona que no visitamos desde el 2005, lo que significa que tengo muchas ganas de volver a verla.

Fin de Semana Napoleónico en el golfo de Nápoles (1808 - 1815)

Jueves:
Visita del Napoles subterráneo.

Viernes:
Visita guiada al Palacio Sessa de Sir William y Emma Hamilton.Ataviados de 1810
Clases de Baile en la habitación del trono del Palacio Real de Caserta. Ataviados de 1810
Y visita del Museo seguida de cena en la Caserta's oldest trattoria. Ataviados de 1810
Visita al Parque Caserta y los alrededores de la ciudad. Ataviados de 1810

Sábado:
Visita al Palacio Real de Capodimonte y su parque. Ataviados de 1810
Baile del Gran Murat en el Palacio Real de Nápoles. Ataviados de 1810

Domingo:
Visita al Palacio Real Portici. Ataviados de 1810
Picnic en los Jardines botánicos. Ataviados de 1810
Visita a las ruinas de Pompeii y cena cerca. Ataviados de 1810

Tres días completos e intensos para disfrutar de mis dos aficiones: la recreación histórica y viajar.




Rally Sitges y Los locos Años 20 - España

Rally Sitges

Nunca había estado en Sitges así que era la excusa perfecta, mi amiga Leyre (la encargada de las fotografías en esta escapada) y yo cogimos el cercanías en Barcelona y llegamos pronto a Sitges. El pueblo es muy grande y al final no lo recorrimos entero, pero pudimos comprobar que hay bastantes rincones que visitar. Aprovechando que este fin de semana era el Rally de coches clásicos Barcelona-Sitges quedamos con la asociación retrofuturista Nautilus para recrear los años veinte. Desde la estación de cercanías fuimos caminando por el pueblo hasta rincones de calles empedradas y casas con torres y ventanas decoradas en piedra. Éramos casi treinta personas por lo que cuando entrabamos a una calle, cada uno vestido a los años 20 de paseo (de día que no de noche, que la gente tiende a pensar en los trajes de noche) parecía que hubiéramos viajado en el tiempo, y que la poquita gente que se nos cruzaba vestida de época actual era la gente rara. Sitges tiene rincones muy curiosos, no me lo esperaba, aunque tiene sus cuestas por lo que andar con tacones no es lo más recomendable si se va a estar todo el día paseando por el pueblo. En el barrio de los pescadores junto a las casitas blancas y protegidos del frío encontramos a un grupo de hombres de contrabando, peleas, robos, pero también encuentros casuales entre mujeres y niños, fotógrafos, locos, consejos de belleza entre mujeres, paseos familiares de domingo con los niños hasta llegar al paseo marítimo y la playa, que tiene como una pequeña muralla. Aquí hay un paseo de arena y tierra junto a la iglesia que con aire te cubre de polvo como si estuvieras en el desierto pero que en cambio tiene unas vistas espectaculares de la costa y el pueblo. Se levantó viento por lo que el oleaje se hizo más intenso y se fueron las nubes, así que me recordó a cuando estuve en Tarifa. Tras el paseo de tierra junto al mar, con sus subidas y bajas pero bonitas vistas, se llega al puerto marítimo donde estaban los coches del rally, que llegamos a ver justo cuando entraban y aparcaban en el lugar. Una vez aparcaron pudimos caminar entre ellos, aunque había muchísima gente que no solo los tocaba sino que hasta subía a los críos sin pedir permiso. No era una exposición donde ver a los coches de lejos sino más bien todo lo contrario. Con el viento empezó a hacer frío pero estuvimos en el puerto marítimo hasta que los coches volvieron a salir, esta vez, como había menos gente que se cruzaba por en medio lo vimos mejor. Nos gustó mucho el rally, había mucha variedad de coches y los conductores iban, algunos  disfrazados y otros más ataviados de época (se veía la diferencia pero en cualquier caso el punto es que además de los coches el conjunto se hacía lucir y queda mucho mejor), y algunos de los conductores eran muy simpáticos. Es algo diferente e interesante de ver, donde además puedes acercarte a ver los detalles sin problema y encontrar mucha variedad de tipo y época de coches. A la salida nos terminamos de juntar todos, eramos muchos y a algunos apenas me los crucé unos minutos, pasé divertidos momentos recreando los años 20 de un domingo de paseo pero se hizo muy corto. Cuando se marcharon recorrimos el camino de vuelta por el mismo sitio que a la ida, que aunque daba más frío por el viento, es más corto que entrar por las calles interiores del pueblo. Y así llegamos hasta el palacio Maricel, porque aquí nos despedimos para adentramos en las callecitas del pueblo donde daba menos vientos frío para así localizar un sitio donde comer un bocadillo para luego coger el cercanías a Barcelona, recoger el equipaje en el hotel y tomar el tren de vuelta a Zaragoza. El rally de Barcelona- Sitges es una excusa para visitar este bonito pueblo, ver unos coches antiguos de cerca y en funcionamiento, y además pasamos cortitos pero buenos momentos con los amigos, por lo que fue un domingo muy aprovechado. Si no recreáramos los años 20 con nuestros amigos de Nautilus (nos lo pasamos realmente bien con ellos) un fin de semana en Sitges es una escapada recomendado. En Sitges hay varios rincones que visitar: el palacio de Maricel por dentro, el Museo Cau Ferrat, la Iglesia de Sant Bartolomeu o ver por fuera el barrio de pescadores, las Casas de indianos en el Paseo Marítimo o las casas modernistas y además está el rally como complemento extra y apropiado para el mes de marzo cuando no tienes por seguro un clima de playa. Y para llegar a Sitges solo hay que tomar el cercanías, el R2S llega en 37 minutos desde Barcelona Sants.

Visita: Marzo 2019

Mis imágenes: Álbum Recreaciones 1920-1929

Información para viajar: Rally Barcelona - Sitges

CincoMarzada, Ruta Histórica del 5 de Marzo 1838 en Zaragoza - España

Ruta Histórica del 5 de Marzo de 1838 en Zaragoza

El blog ha estado un poco en hibernación (que no invernación). Pero debido a que conozco gente maravillosa de diferentes sitios, el 5 de Marzo tocaba salir de casa y hacer una ruta histórica por el pasado de Zaragoza. La Asociación cultural Voluntarios de Aragón organizaban por tercera vez una ruta por la historia del 5 de Marzo de 1838 en Zaragoza, día festivo en Zaragoza, del que se sabe algo pero no tanto como lo que se puede aprender en esta ruta. Empezamos junto a la Puerta del Carmen de Zaragoza donde el sereno pasó a eso de las cuatro de la madrugada y no vio nada, y es que según nos cuenta Daniel Aquillue era noche de Carnaval y la gente igual estaba en un estado post-festivo por el cual no se enteraron de la entrada de los carlistas, sobre las cuatro y pico de la madrugada, a Zaragoza. Como el año pasado empezaron con el contexto histórico, para situarnos más en la época. De aquí nos dirigimos a la Iglesia de Santa Engracia (parada nueva pues el año pasado no se hizo) donde los carlistas aparecieron por sorpresa tomando prisioneros a unos cuantos paisanos isabelinos. Aquí Daniel Aquillue nos explicó sobre la crueldad de esta guerra, pro ambos bandos. De aquí nos trasladamos a la calle Cinco de Marzo, calle que lleva el nombre de este día histórico, aquí tuvimos una explicación de lo que se dijo de ese día posteriormente y cómo fue evolucionando. Allí una dama burguesa de la época leyó unos pequeños versos de 1842 alusivos al Cinco de Marzo de 1838 que Daniel Aquillue había preparado." Durmiendo fue acometida/Hoy Zaragoza leal,/Y sólo tardó en vencer/Lo que tardó en despertar./Todos juramos morir/ Por ti y la Constitución/ Y nunca jura Aragón/Sino lo que ha de cumplir". De aquí caminamos a la siguiente parada en la plaza de España que entre 1836 y 1937 fue la Plaza de la Constitución, aquí me detuvieron unos compañeros de trabajo que había escuchado mi nombre (yo recité los versos) y me habían reconocido (ya que vestida no me había reconocido). En mi trabajo todos saben de mi afición por viajar y la recreación histórica, y siempre tienen dos frases en la boca cuando me ven; “adonde te vas ahora” y “por qué no vas vestida así a trabajar”. Esta vez tocaba la segunda frase, pero no creo que cumpla el “dress code” que tenemos en mi empresa. En la plaza, bajo un sol abrasador porque para no faltar a la costumbre en Zaragoza el 5 de marzo o hace viento frío o hace sol y calor más primaveral que invernal. Aquí no pude escuchar mucho de lo explicado porque tendía oírlo muy bajito. Y seguimos el camino hacia la plaza San Felipe donde explicaron sobre los uniformes que llevaban uno y orto bando así como las banderas. Igualmente hubo una demostración de disparos, el primero como siempre asustó a las palomas del museo y a los bebes que había cerca, que está claro no están acostumbrados a los disparos como en la época que recreábamos. Y vamos finalizando la ruta, esta vez al estar el Mercado Central todo en obras y vallado, nos encontramos en un rincón para escuchar las andanzas de un personaje de la época que andaba por ahí; Clemente Orcada, alias "Chichorro". Aquí Chichorro y un miliciano de clase popular (Daniel Aquillue) comenzaron a rememorar las andanzas de las bandas de la época y otras anécdotas. Y de aquí finalizamos al ruta en la iglesia de San Pablo, donde se rindieron los carlista y emularon “el Abrazo de Vergara”. Una completísima ruta para aprender más sobre la historia de este día y a la vez disfrutar de los detalles que dan los recreadores, pues dan la nota de color a la historia.

Visita: Marzo 2019

Mis imágenes: Pendientes

Información para viajar: Voluntarios de Aragón

Presentación

Curriculum Viajero - Presentación