Diario 2014: Italia - Baile en Palazzina dei Mullini en Portoferraio - dia 3

Como comentaba antes frente al palacio, que sin recreación vale la pena visitarlo, se formó la tripulación del velero con su pequeña recreación hasta que llegó la hora de entrar al baile. No solo en la recreación del baile pudimos volver a ver las salas del museo (un detalle por parte del museo dejarnos todo el palacio), también hubo música de arpa, y comida Georgina magníficamente expuesta. La comida georgiana tenía las figuras de animales, edificios, plantas, pero todo se comía, sabía delicioso y tenía un aspecto perfecto, en esta cena todas las recetas fueron de Careme, Glasse, y Raffald, tomada de los originales. La estructura se basa en una Careme que hizo para Napoleón. Una cena puramente histórica. 

 
 
 
 

Lo único es que no pude hacer ni por la tarde ni por la noche fue pasear por el jardín del palacio porque comenzó una tormenta y no dejó de llover, cada vez más fuerte, para salir todos tuvimos que hacer turnos para tomar un taxi porque el lugar no es tan grande para tener tantos taxis, el que nos cogió a nosotros era el cuarto viaje que hacía, sin duda hicieron el agosto con la tormenta de lluvia y viento que tuvimos. Realmente el patio del palacio y sus vistas valen tanto como el museo de su interior, por fuera puede que no llame mucho la atención pero vale la pena visitarlo, haya o no haya recreaciones es un lugar que no perderse en Portoferraio.

 
 
 

Diario 2014: Italia - Palazzina dei Mullini en Portoferraio - dia 3

Por la tarde en Portoferraio había un par de recreaciones civiles abiertas al público, cabe destacar lo de civiles dado que en España suele haber mucha recreación militar al público, pero no tanta civil. Por un lado llegaba a puerto el velero La Grace, un brig inglés de mil setecientos y pico con la tripulación vestida de época para desembarcar un número de marineros que luego, antes del bale el capitán haría un intento de conseguir más tripulación ofreciendo aventuras y descubrimientos de nuevas tierras y tesoros, pero eso es más tarde, ahora, al desembarcar también algunos recreadores podían subir a bordo para dormir en el velero. Nosotras vimos el desembarco desde la sombra del arco de entrada a la ciudad, llevábamos un día demasiado caluroso.

 
 
 

Tras un rato decidimos empezar a subir hasta el Palacio de Mullini, la residencia de Napoleón en Portoferraio, para ver la otra recreación: la de como Paulina Bonaparte se prepara para el gran baile en el palacio. Tal vez como era fin de semana encontré muchos más turistas que el primer día. Visitamos el palacio que ahora es el museo Demidoff, con los muebles de la época de Napoleón y su tienda de campaña expuesta en una de las habitaciones. Como estábamos tan acaloradas (con tanta ropa es normal) nos pegamos a las ventanas de la segunda planta antes de que comenzara la recreación. 

 
 
 

Desde las ventanas del palacio hay una vista del patio del palacio, con sus paseos, jardines y el mar en el frente. Disfrutamos con el resto de turistas de gran parte de la recreación de la preparación de Paulina Bonaparte y también de la música al arpa que la acompañaba. Pero nos tuvimos que ir antes de verlo terminar porque había que llegar al hotel, cambiarse, refrescarse y volver a cambiarse para el baile en el palacio. Así que bajamos, recorrimos la otra parte del palacio que no habíamos visto, de ahí se sale al jardín donde ya estaban preparando las mesas con los candelabros y las velas. El jardín tiene una vista espectacular del mar, el faro y el fuerte Stella. Lo cierto es que es el mejor lugar de la isla para hacer un palacio, sin duda alguna las vistas así lo demuestran, lo que implica que Napoleón y familia no eran tontos.

 
 
 

Diario 2014: Italia - Picnic Villa La Grote - dia 3

Tras salir de la Villa al inicio íbamos a ir al picnic en la villa romana de La Grotte pero al final fuimos a otro sitio, lo que comprendo dado que según vi por internet tanto la villa romana como el castillo están en rehabilitación, lo que es una pena. De camino a la villa donde haríamos el picnic pudimos ver en lo alto de la montaña las ruinas del castillo y la villa nos ofreció también una buena vista del mar desde las viñas. 

 
 

El picnic fue sobre mantas en la hierba, así que una vez me senté ya no me levanté ni para hacer fotos, con el calor que había pasado no me valía la pena, eso sí, estaba vez aprendimos la lección y fuimos las primeras en acercarnos a las mesas de la comida, que desapareció con mucha rapidez. La vista desde la villa, como el camino, era preciosa, hermosa isla.

 
 

Diario 2014: Italia - Villa San Martino - Residencia de Verano de Napoleón - dia 3

Una de las visitas obligadas de la Isla de Elba es la residencia de verano de Napoleón; la Villa San Martina. Como fuimos a visitarla como parte del evento empezamos la mañana con trajes de la época napoleónica. Esto es muy resaltable porque con el calor que hacía a las 9 de la mañana justo antes de llegar a la villa ya estaba sudando a mares. El único problema de la isla fue le calor húmedo que hacía, dado que me cansaba el triple y con tanta ropa aún lo pasaba peor. La villa no estaba muy lejos de Portoferraio y es fácil llegar. 


 
 

Antes de entrar en la villa, mientras se sube por la cuesta de entrada hay a la derecha un edificio de color rojizo al estilo de un palacio más moderno, no llegué a saber que era el edificio dado que no estaba abierto. Una verja con las águilas símbolo del emperador da acceso a la entrada de la villa de Napoleón. En el frente de la verja está la villa, muy del estilo sobrio, alargada, con la N de Napoleón presente. En el interior del edificio principal no queda nada pero hay una exposición sobre Napoleón aprovechando el bicentenario de la estancia del mismo en la isla. Lo más interesante del interior son los techos y los grandes ventanales. Por uno de los caminos cercanos aparte de pasear por la villa se puede subir a un balcón superior con el águila de Napoleón en el centro donde se obtiene una precisa vista del mar al fondo y de las montañas de la isla. 

 
 
 

Tras el patio y el balcón hay una pequeña casita, nada significativo en el exterior pero el interior conserva en todas las habitaciones los muebles y las pinturas de la época napoleónica, más que los muebles lo más resaltable son las pinturas que adornan las habitaciones; las abejas, las águilas, las cortinas dibujadas en las paredes y sobre todo el salón, que muestra un aire egipcio, con pinturas de camellos, tonos dorados y una esfinge, nada que ver con la esfinge de El Cario pero entendemos que el pintor no había estado y pintó lo que buenamente entendió que era la forma de la esfinge. También curioso cómo se pintó una puerta idéntica a la puerta que da al salón para que pareciera más grande y con más salidas. Excepto por el calor un paseo por los jardines de la villa también es muy recomendable. Nosotras fuimos directas al bar a hidratarnos, demasiada ropa la que llevaban en la época napoleónica.LA villa es pequeña pero grande en jardines y bonitos detalles.

 
 

Presentación

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