Como comentaba antes frente al palacio, que sin recreación vale la pena visitarlo, se formó la tripulación del velero con su pequeña recreación hasta que llegó la hora de entrar al baile. No solo en la recreación del baile pudimos volver a ver las salas del museo (un detalle por parte del museo dejarnos todo el palacio), también hubo música de arpa, y comida Georgina magníficamente expuesta. La comida georgiana tenía las figuras de animales, edificios, plantas, pero todo se comía, sabía delicioso y tenía un aspecto perfecto, en esta cena todas las recetas fueron de Careme, Glasse, y Raffald, tomada de los originales. La estructura se basa en una Careme que hizo para Napoleón. Una cena puramente histórica.
Lo único es que no pude hacer ni por la tarde ni por la noche fue pasear por el jardín del palacio porque comenzó una tormenta y no dejó de llover, cada vez más fuerte, para salir todos tuvimos que hacer turnos para tomar un taxi porque el lugar no es tan grande para tener tantos taxis, el que nos cogió a nosotros era el cuarto viaje que hacía, sin duda hicieron el agosto con la tormenta de lluvia y viento que tuvimos. Realmente el patio del palacio y sus vistas valen tanto como el museo de su interior, por fuera puede que no llame mucho la atención pero vale la pena visitarlo, haya o no haya recreaciones es un lugar que no perderse en Portoferraio.
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