Diario 2021: España - Ruta Estrechos del río Ebrón, Cascada de Calicanto y Tormón (Aragón)

Esta ruta se puede hacer empezando desde el Cuervo o comenzando desde Tormón. Si comienzas desde Tormón acabarás en un merendero donde comer antes de llegar al pueblo de El Cuervo, ideal para pasarlo en familia, eso sí, no todo el recorrido es para niños, pueden ir pero solo si estas muy acostumbrado a escalar por la montaña, dado que hay una zona más complicada, un resbalón y puedes acabar muy mal. Aunque dadas las señales uno de lo puede imaginar cuando ve que 2,8 km son más de 1 hora de camino (el camino no puede ser muy sencillo). Si comienzas desde el Cuervo cuando llegues a Tormón tienen un bar donde tomar algo pero no hay merendero para tomar el bocadillo. Nosotros dirigimos hacia El Cuervo, pro lo que hay momentos en los que el coche entra en la Comunidad Valencia y pasamos un par de pueblos, identificables por la palmerita que le pone la comunidad valenciana. Pero en nada volvemos a Aragón y llegamos al pueblo, al final del pueblo hay una piscifactoría, carteles sobre la ruta de los estrechos y varios coches aparcados.


Aquí hay que tomar una decisión: aparcar y comenzar la ruta, o seguir con el coche hasta el merendero, donde también hay un aparcamiento. Desde la piscifactoría hasta el merendero hay unos 3 kilómetros que discurren al lado del río donde no hay nada resaltable. Como vamos con Aragon Xperience podemos ir con la furgoneta hasta el parking, despacio porque el camino es de id ay vuelta y dos coches a la vez no ceben, pero al final de todo pasa. en el camino hay que cruzar el río, pro lo que si se tiene un coche bajo igual no interesa llegar con el coche hasta ahí. nosotros con la furgoneta de Aragon Xperience pasamos sin problema y aparcamos en la zona habilitada para ello en el merendero. Y desde ahí comenzamos la ruta. Nada más comenzar empieza la primera escalera, como es una ruta interesante y es domingo hay mucha gente, la zona solo permite ir una persona así que hay que esperar y dejar pasar o pasar rápido mientras otros esperan para pasar. Pero no es aburrido porque hay todo tipo de camino: escaleras, plataformas metálicas, rocas, etc.



Lo bueno de este primer tramo es que hay unas vistas preciosas del río y la vegetación a su lado. Al final de este pequeño trozo interesante llegamos a un valle, el río se ve con cierta altura, de un tono tan cristalino que no hay duda de la limpieza de sus aguas. Allá donde da el sol el agua adquiere un tono verdoso brillante como el que vimos por el parrizal de Beceite. Y también tenemos a su alrededor todo el desfiladero de roca lleno de vegetación. En el medio hay un puente que no hay que cruzar, hay que seguir por el lateral derecho hasta el final ya que sino nos desviamos de la ruta. afortunadamente están los carteles amarillo de "Senderos de Aragón" que nos indican cual es el camino a seguir para llegar a Tormón. Seguimos un cruzamos un par de puentes hasta llegar a uno de los tramos más diferentes, pero también bonito. Es en esta zona donde están las pasarelas sobre el agua desde donde disfrutar del impresionante color turquesa que toma el agua en este rincón.


El fondo es todo transparente, y la luz que se filtra entre las rocas que estrechan el paso hace todo juego de colores. cuando salimos de ese rincón de azul turquesa transparente pasamos un par de pasarelas y llegaremos a un puente de madera que nos da unas preciosas vistas del río y la vegetación. Aquí el color es el reflejo de lo que le rodea, y se podría pintar un paisaje natural por los colores y las formas que aparecen. El camino sigue pasando una serie de puentes sobre el río que nos permite tener una vista de las pequeñas cascadas de agua cristalina y el discurrir del río por la vegetación del lugar. 

 

 
 
 
Y aquí empezamos a subir y a alejar de nosotros el río ya que el resto de la ruta va por lo alto del desfiladero. Aquí empieza el desnivel y el esfuerzo y hay que elegir, o volver por donde has venido o seguir hasta Tormón, teniendo en cuenta que el camino ya no va a ser sencillo, ni de andar ni en tema de esfuerzo físico. digamos que la parte familiar de ir con niños ya ha pasado. El camino discurre ya sin sombra y comenzará la subida hacia los miradores del desfiladero del Ebrón.


Nos encontraremos algunas escaleras sobre la roca y zonas pegadas al barranco. durante el camino la vista son las formaciones rocosas de la montaña, y los pinos y vegetación que la rodea. Desde algún mirador se puede ver el rio a lo lejos, pero ahora ya camino por la montaña. Así llegamos una bifurcación. Nos encontramos con un grupo de rumanos a los que el guía les pregunta y no recomiendan ir por la derecha, y luego volver por el otro lado, porque volver por el lado (ahora derecho) es mucho más complicado. Desde esta bifurcación hay una vista preciosa del río discurriendo entre las rocas rojizas características de esta zona. Así se ven los "estrechos". Tras fotografías de rigor en esos miradores naturales que vamos encontrando comenzamos con este tramo, el más duro con una subida con más desnivel hasta llegar a lo alto del desfiladero. Lo cierto es que se hace un poco pesado porque no dejas de subir, y subir y subir, y alrededor solo tienes los pinos y de fondo ya solo se ve la montaña, que si es cierto que permite verse las formaciones ondulantes reflejo de que esto antiguamente era un mar, pero entre tanta subida y subida enseguida se nos hace repetitivo y cansado. Sobre todo esto ultimo porque parece que la ruta no tenga fin.


Pero al final llegaremos al fin del desfiladero y se abrirá una explanada antes nosotros, con una pradera llena de verdor que nos lleva hasta cruzar otro puente y el río de nuevo y así llegamos hasta unas pasarelas para cruzar el río que nos ofrecen una imagen del agua cristalina y los árboles iluminados pro la luz dorada del sol que crean el efecto de un cuadro paisajístico. Al terminar de cruzar el río nos encontramos de nuevo con los carteles, que nos indican dos caminos. A la derecha se encuentra la cascada de Calicanto. andando un poco más y pasando de largo de unas casas abandonadas podemos encontrarnos con esta bonita cascada con enorme vegetación por todos sitios, toda la pared frontal está llena de musgo y parece sacada de otro lugar. Regresando por nuestros pasos tomamos el camino hacia las casas viejas que nos llevarán hasta la carretera para llegar a Tormón.


El último repecho de esfuerzo y luego ya es carretera. No es mucho el trecho de carretera, por lo que enseguida llegamos al pueblo de Tormón, donde nada más llegar, como decía al inicio, tenemos un bar donde refrescarnos. Lo ideal sería comer y volver por el otro camino, para ver diferentes miradores superiores al río Ebrón, pero teniendo en cuenta que nos ha costado unas tres horas el recorrido (un amigo la hizo y les costó lo mismo) , el guía desiste de volver andando, porque sino se hará muy de noche y todavía tenemos mucho camino hasta llegar a Zaragoza, que Aragón es un territorio muy extenso. Así que, para no variar, se marcha corriendo por el camino por el cual hemos venido para ir a buscar la furgoneta e irnos a buscar a Tormón.

Aún así se nos queda la pena de no haber hecho la otra parte del camino, sobre todo porque dos horas en el pueblo es demasiado para gente como yo que se come el bocadillo en diez minutos, y que creo que algunos podríamos haberlo hecho sin tanto retraso, porque además dicen por internet que es menos complicado. No es mucho el camino por carretera que hay que recorrer y nos permite tener una vista elevada de la entrada al pueblo, que se identifica por la gran formación rocosa que se alza sobre el pueblo como un torreón. Nada más entrar en el pueblo está la terraza de un bar donde nos sentamos a tomar algo y comer los bocadillos. Pero para pasado el tiempo de descanso damos un paseo por el pueblo. El pueblo nos es muy grande pero está muy cuidado en sus casas y calles, la fuente del pueblo está limpia y llena de flores y la iglesia tiene el tejado de su campanario de coloridas tejas. en el acceso a la iglesia hay una cerámica del Gobierno de Aragón en recuerdo a los fallecidos por el covid.


Nunca he visto un guía que corra tanto solo para que los clientes, ya habréis leído en otras entradas que no es la primera vez, y la verdad, pocas veces lo he visto ya que normalmente uno tiene que saber a lo que se apunta (y llevamos ya unas cuantas excursiones/tours hechas), cuando subimos al Huayna Picchu en Perú el documento de acceso lo dejaba bien claro, es una montaña, no es un camino adaptado y conlleva todos los riesgo de subir una montaña, y había que firmar eximiéndoles de responsabilidad. si subes es porque tu sabes como estás de forma física y habilidad para subir, que ellos ya te avisan de todos los riesgos, lo único que se controla el acceso, para que no haya atascos (que tampoco es que haya muchos huecos como para ir acumulándose la gente).


Siguiendo la carretera principal llegamos a un puente que cruza el río, a la izquierda hay un cartel que indica hacia la cueva de la Ermita, pero alguien del grupo pregunta a los aldeanos y le comentan que no vale la pena porque está muy mal señalizado y tampoco tiene nada resaltable. cruzando el puente y a la derecha nos encontramos con una fuente (de agua no tratada, como indica el cartel) justo tras una caseta, rodeando la caseta vemos que es el lavadero, que está muy cuidado y por el que pasa el agua cristalina del río. Regresando por nuestros pasos y dejando atrás la inmensa formación rocosa que, desde lejos podría confundirse con un torreón, nos acercamos a una rampa que nos lleva hasta el río, hay un camino junto al río que nos ofrece un precioso paisaje, lo curioso de andar por este camino son las hierbas que encontramos en el agua, no solo verdes sino también de un intenso color rojo, como las algas. Hay pequeños rincones interesantes junto al río, al final el camino acaba de nuevo en la carretera que tomamos para volver al pueblo a esperar a que Aragon Xperince nos recoja para volver a Zaragoza.

Tormón - España

Tormón

Como decía en la entrada anterior, una vez terminada la ruta de los Estrechos del rio Ebrón y vista la cascada de Calicanto acabamos la ruta en la carretera que nos lleva a Tormón. No es mucho el camino por carretera que hay que recorrer y nos permite tener una vista elevada de la entrada al pueblo, que se identifica por la gran formación rocosa que se alza sobre el pueblo como un torreón. Nada más entrar en el pueblo está la terraza de un bar donde nos sentamos a tomar algo y comer los bocadillos. Pero para pasado el tiempo de descanso damos un paseo por el pueblo.  El pueblo nos es muy grande pero está muy cuidado en sus casas y calles, la fuente del pueblo está limpia y llena de flores y la iglesia tiene el tejado de su campanario de coloridas tejas. en el acceso a la iglesia hay una cerámica del Gobierno de Aragón en recuerdo a los fallecidos por el covid. Siguiendo la carretera principal llegamos a un puente que cruza el río,a la izquierda hay un cartel que indica hacia la cueva de la Ermita, pero alguien del grupo pregunta a los aldeanos y le comentan que no vale la pena porque está muy mal señalizado y tampoco tiene nada resaltable. cruzando el puente y a la derecha nos encontramos con una fuente (de agua no tratada, como indica el cartel) justo tras una caseta, rodeando la caseta vemos que es el lavadero, que está muy cuidado y por el que pasa el agua cristalina del río. Regresando por nuestros pasos y dejando atrás la inmensa formación rocosa que, desde lejos podría confundirse con un torreón, nos acercamos a una rampa que nos lleva hasta el río, hay un camino junto al río que nos ofrece un precioso paisaje, lo curioso de andar por este camino son las hierbas que encontramos en el agua, no solo verdes sino también de un intenso color rojo, como las algas. Hay pequeños rincones interesantes junto al río, al final el camino acaba de nuevo en la carretera que tomamos para volver al pueblo a esperar a que Aragon Xperince nos recoja para volver a Zaragoza.

Visita: Septiembre 2021

Cuaderno con imágenes: Diario 2021 Estrecho del río Ebrón

Mis imágenes: Álbum Página de Facebook

Información para viajar: Aragon Xperience

Estrechos del río Ebron y Cascada de Calicanto - España

Estrechos del río Ebron y Cascada de Calicanto

Esta ruta se puede hacer empezando desde el Cuervo o comenzando desde Tormón. Si comienzas desde Tormón acabarás en un merendero donde comer antes de llegar al pueblo de El Cuervo, ideal para pasarlo en familia, eso sí, no todo el recorrido es para niños, pueden ir pero solo si estas muy acostumbrado a escalar por la montaña, dado que hay una zona más complicada, un resbalón y puedes acabar muy mal. Aunque dadas las señales uno de lo puede imaginar cuando ve que 2,8 km son más de 1 hora de camino (el camino no puede ser muy sencillo). Si comienzas desde el Cuervo cuando llegues a Tormón tienen un bar donde tomar algo pero no hay merendero para tomar el bocadillo. Nosotros dirigimos hacia El Cuervo, pro lo que hay momentos en los que el coche entra en la Comunidad Valencia y pasamos un par de pueblos, identificables por la palmerita que le pone la comunidad valenciana. Pero en nada volvemos a Aragón y llegamos al pueblo, al final del pueblo hay una piscifactoría, carteles sobre la ruta de los estrechos y varios coches aparcados. Aquí hay que tomar una decisión: aparcar y comenzar la ruta, o seguir con el coche hasta el merendero, donde también hay un aparcamiento. Desde la piscifactoría hasta el merendero hay unos 3 kilómetros que discurren al lado del río donde no hay nada resaltable. Como vamos con Aragon Xperience podemos ir con la furgoneta hasta el parking, despacio porque el camino es de id ay vuelta y dos coches a la vez no ceben, pero al final de todo pasa. en el camino hay que cruzar el río, pro lo que si se tiene un coche bajo igual no interesa llegar con el coche hasta ahí. nosotros con la furgoneta de Aragon Xperience pasamos sin problema y aparcamos en la zona habilitada para ello en el merendero. Y desde ahí comenzamos la ruta. Nada más comenzar empieza la primera escalera, como es una ruta interesante y es domingo hay mucha gente, la zona solo permite ir una persona así que hay que esperar y dejar pasar o pasar rápido mientras otros esperan para pasar. Pero no es aburrido porque hay todo tipo de camino: escaleras, plataformas metálicas, rocas, etc. Lo bueno de este primer tramo es que hay unas vistas preciosas del río y la vegetación a su lado. Al final de este pequeño trozo interesante llegamos a un valle, el río se ve con cierta altura, de un tono tan cristalino que no hay duda de la limpieza de sus aguas. Allá donde da el sol el agua adquiere un tono verdoso brillante como el que vimos por el parrizal de Beceite. Y también tenemos a su alrededor todo el desfiladero de roca lleno de vegetación. En el medio hay un puente que no hay que cruzar, hay que seguir por el lateral derecho hasta el final ya que sino nos desviamos de la ruta. afortunadamente están los carteles amarillo de "Senderos de Aragón" que nos indican cual es el camino a seguir para llegar a Tormón. Seguimos un cruzamos un par de puentes hasta llegar a uno de los tramos más diferentes, pero también bonito. Es en esta zona donde están las pasarelas sobre el agua desde donde disfrutar del impresionante color turquesa que toma el agua en este rincón. El fondo es todo transparente, y la luz que se filtra entre las rocas que estrechan el paso hace todo juego de colores. cuando salimos de ese rincón de azul turquesa transparente pasamos un par de pasarelas y llegaremos a un puente de madera que nos da unas preciosas vistas del río y la vegetación. Aquí el color es el reflejo de lo que le rodea, y se podría pintar un paisaje natural por los colores y las formas que aparecen. El camino sigue pasando una serie de puentes sobre el río que nos permite tener una vista de las pequeñas cascadas de agua cristalina y el discurrir del río por la vegetación del lugar. Y aquí empezamos a subir y a alejar de nosotros el río ya que el resto de la ruta va por lo alto del desfiladero. Aquí empieza el desnivel y el esfuerzo y hay que elegir, o volver por donde has venido o seguir hasta Tormón, teniendo en cuenta que el camino ya no va a ser sencillo, ni de andar ni en tema de esfuerzo físico. digamos que la parte familiar de ir con niños ya ha pasado. El camino discurre ya sin sombra y comenzará la subida hacia los miradores del desfiladero del Ebrón. Nos encontraremos algunas escaleras sobre la roca y zonas pegadas al barranco. durante el camino la vista son las formaciones rocosas de la montaña, y los pinos y vegetación que la rodea. Desde algún mirador se puede ver el rio a lo lejos, pero ahora ya camino por la montaña. Así llegamos una bifurcación. Nos encontramos con un grupo de rumanos a los que el guía les pregunta y no recomiendan ir por la derecha, y luego volver por el otro lado, porque volver por el lado (ahora derecho) es mucho más complicado. Desde esta bifurcación hay una vista preciosa del río discurriendo entre las rocas rojizas características de esta zona. Así se ven los "estrechos". Tras fotografías de rigor en esos miradores naturales que vamos encontrando comenzamos con este tramo, el más duro con una subida con más desnivel hasta llegar a lo alto del desfiladero. Lo cierto es que se hace un poco pesado porque no dejas de subir, y subir y subir, y alrededor solo tienes los pinos y de fondo ya solo se ve la montaña, que si es cierto que permite verse las formaciones ondulantes reflejo de que esto antiguamente era un mar, pero entre tanta subida y subida enseguida se nos hace repetitivo y cansado. Sobre todo esto ultimo porque parece que la ruta no tenga fin. Pero al final llegaremos al fin del desfiladero y se abrirá una explanada antes nosotros, con una pradera llena de verdor que nos lleva hasta cruzar otro puente y el río de nuevo y así llegamos hasta unas pasarelas para cruzar el río que nos ofrecen una imagen del agua cristalina y los árboles iluminados pro la luz dorada del sol que crean el efecto de un cuadro paisajístico. Al terminar de cruzar el río nos encontramos de nuevo con los carteles, que nos indican dos caminos. A la derecha se encuentra la cascada de Calicanto. andando un poco más y pasando de largo de unas casas abandonadas podemos encontrarnos con esta bonita cascada con enorme vegetación por todos sitios, toda la pared frontal está llena de musgo y parece sacada de otro lugar. Regresando por nuestros pasos tomamos el camino hacia las casas viejas que nos llevarán hasta la carretera para llegar a Tormón. El ultimo repecho de esfuerzo y luego ya es carretera. No es mucho el trecho de carretera, por lo que enseguida llegamos al pueblo de Tormón, donde nada más llegar, como decía al inicio, tenemos un bar donde refrescarnos. Lo ideal sería comer y volver por el otro camino, para ver diferentes miradores superiores al río Ebrón, pero teniendo en cuenta que nos ha costado unas tres horas el recorrido (un amigo la hizo y les costó lo mismo) , el guía desiste de volver andando, porque sino se hará muy de noche y todavía tenemos mucho camino hasta llegar a Zaragoza, que Aragón es un territorio muy extenso. Así que, para no variar, se marcha corriendo por el camino pro el cual hemos venido para ir a buscar la furgoneta e irnos a buscar a Tormón. Nunca he visto un guía que corra tanto solo para complacer a los clientes. Aún así se nos queda la pena de no haber hecho la otra parte del camino, sobre todo porque dos horas en el pueblo es demasiado para gente como yo que se come el bocadillo en diez minutos.

Visita: Septiembre 2021

Cuaderno con imágenes: Diario 2021 Estrecho del río Ebrón

Mis imágenes: Álbum Página de Facebook

Información para viajar: Aragon Xperience

Visita Teatralizada Cervecería La Zaragozana (Ambar) - España

Cervecería La Zaragozana (Ambar)


Normalmente los algoritmos de Facebook no aciertan ni de lejos, pero esta vez me recomendó una visita teatralizada y dije, "mira, aquí no he estado y estas cosas me gustan". Así que pregunte a mis amigos si alguno de apuntaba y así no ir sola. Hay dos tipos de visitas, la visita guiada habitual y la visita teatralizada. La guiada normal es más barata que la teatralizada, así que si te gusta mirar el bolsillo recomiendo la otra, si no te importa pagar algo más y disfrutar una visita diferente te recomiendo esta, que no es ver una obra de teatro pero que las visitas así se hacen más amenas, y unas cuantas risas que nos echamos todos en algún momento. Teníamos hora de visita las seis y media y estuvimos hasta las ocho y cuarto (y porque no bebimos todas las cervezas de la cata), así que el precio está más que amortizado, no es una visita corta, pero no se hace larga. A cinco minutos de empezar abren la puerta y nos toman la temperatura, cosas de las visitas en pandemia. Sale para guiarnos un "alemán" Hans, porque los alemanes son cerveceros (es un personaje de la historia). Aquí nos acompaña a entrar en el edificio, en lo que se llama el Espacio Ambar, lugar donde comienza y acaba la visita. Hasta el inicio de la pandemia esta fabrica estaba en funcionamiento (pese a su antigüedad) así que las fotografías en las visitas estaban totalmente prohibidas. Ahora, aprovechando la pandemia y que ya tienen la nueva fabrica de La Cartuja a pleno rendimiento, este edificio ya no está produciendo cerveza, por lo que ya dejan hacer fotografías (ya no hay espionaje industrial que valga). En el espacio Ambar la decoración s moderna, relacionada con la cerveza, pero tenemos una antigua barra cervecera de madera y su grifo que nos comentan tiene esa forma porque ahí ponían el hielo para que la cerveza saliera fría. en un rincón del espacio Ambar, hacia la zona de acceso a la fábrica, hay una pequeña exposición de botellas y envases de cerveza La Zaragoza (Ambar) desde 1900 hasta nuestros días. Porque la cervecería La Zaragoza fue fundada en 1900, así que ha estado ya 121 años en funcionamiento. Desde aquí hay una puerta que da acceso a la maltería, en la visita teatralizada no cuentan mucho sobre este espacio porque enseguida llega uno de los personajes, al parecer hemos viajado a 1931, cuando en esa fábrica hubo una huelga de los obreros...el motivo no lo cuento, para no desvelar la historia. Aunque también aprendemos que por aquel entonces la fábrica no solo vendía cerveza sino que también vendía hielo, que era el elemento principal para mantener los alimentos frescos. Después subimos unas escaleras hasta llegar a la zona en la que se seleccionaba el grano, se germina, se limpia, se seca y se muele, todo ello con máquinas de 1920, a día de hoy, como decía, no está en funcionamiento pero las maquinas se conservan muy bien (ya que hasta hace nada se seguían usando). Es como ver uno de los museos industriales que hay en muchos rincones de Europa, con su maquinaria de madera y poleas, todo perfectamente engrasado. Continuamos la visita, volvemos a bajar las escaleras y aquí paramos distribuidos en las escaleras, estás son originales de madera que junto con la estructura del edificio cuando aparece otro personaje no es difícil imaginarse otro viaje en el tiempo. Aquí nos hemos trasladado a 1945, cuando debido a la guerra la cerveza está muy limitada, por el desabastecimiento de materia prima, al parecer en aquel entonces se traía la materia prima desde Rusia, nada menos. Así, después de unas risas (no desvelo más trama) llegamos a la antigua sala de cocción, donde podemos ver lo más interesante: las enormes ollas de cobre que, estás si, no se utilizaban pre-pandemia ya que son de cobre y está prohibido su uso en la industria alimentaria, ya que si no se limpian bien pueden producir un óxido que puede llegar a ser tóxico. Estas ollas cuentan con agitador y serpentín de calor interior, y se utilizaban una de ellas para hervir y las otras dos para macerar, una para adjuntos como maíz o arroz y la otra para las maltas. En esa misma sala, hay un gran filtro que se utilizaba para separar el líquido del sólido del macerado, y pasar así el mosto ya limpio a la olla de cocción. De aquí pasamos a la antigua sala de fermentación, en la que se pueden ver los fermentadores abiertos en los que antes se fermentaba la cerveza. Como no está ya en funcionamiento aparecen completamente vacíos, aunque en internet se pueden encontrar fotografías de cuando estaba en funcionamiento (no hace mucho). Después de visitar la sala de fermentación salimos fuera del edificio donde el personaje Hans nos cuenta su historia (y la del nombre de Ambar) y rodeamos el edificio hasta colocarnos frente a los gigantescos fermentadores de acero inoxidable, donde sigue la historia. Aquí nos acercamos a la época actual y como dice Hans, "quien sabe si en un futuro no se visitará la nueva fábrica de La Cartuja". Una vez finaliza la visita con unos versos a la cerveza, nos dirigimos al espacio Ambar para la cata de cervezas. Una vez terminada la cata se da por terminada la visita, así que vas saliendo según vas acabando. En la cata también te explican sobre las cervezas que dan a catar, aunque en nuestro caso además tuvimos un visitante en el grupo que tenía muchos conocimiento sobre la cerveza IPA (una de las que nos dieron a probar) que la que los actores tenían, así que esa info. extra que nos llevamos. Y aunque ya no esté en funcionamiento es una visita interesante del patrimonio industrial de la ciudad desde 1900, con anécdotas curiosas.

Visita: Septiembre 2021

Mis imágenes: Próximamente

Información para viajar: Visitas antigua Fabrica La Zaragozana

Cuadernos con fotografías: Próximamente

Presentación

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