Diario 2023 VIETNAM - Dia 01 y 02 - Madrid , Doha

El viaje a Vietnam era uno de los más esperados. cuando la pandemia lo teníamos programado. y con programado me refiero a que pedimos visados, cogimos vuelos, tours, alojamientos y demás transportes. con la pandemia primero nos encerraron, luego abrieron pero Vietnam cerro fronteras durante casi dos años a los turistas extranjeros, y luego mi amiga tuvo una enfermedad. el caso es que el viaje se resistía. Afortunadamente de la otra vez nos devolvieron casi todo (mi amiga me recuerda que no fue todo pero el seguro de viaje, el visado y el gasto que se lleven las agencias de los tours esos nunca los devuelven, prefiero coger tour que tengan cancelación gratuita pero en español hay pocos (y mi amiga prefiere ir con tours con un guía que le explique las cosas que ir por nuestra cuenta, siempre me lo recuerda que Taiwán muy bonito pero que le falto guías que le explicaran los las cosas -ahí fuimos por nuestra cuenta-). Así que ahí que vamos con Vietnam, por fin después de tres años desde la fecha prevista.




La mejor opción de vuelos nos salió con Qatar Airways y aunque nunca habíamos hecho escala en Doha siempre en mis viajes por Asia que coincidía con españoles me decían que muy bien, así que ahí que fuimos. Como el vuelo desde Madrid sale por la mañana tenemos que hacer noche en Madrid, por desgracia eso significa que nuestro día 1 es viaje a Madrid y el día 2 el viaje Madrid-Doha y Doha- Hanoi. y no es hasta el tercer día que conseguimos estar en Vietnam. Dos días perdidos, o más bien uno porque el de Madrid nos dimos un capricho y siempre hacemos algo, al fin y al cabo ya estás fuera de casa de vacaciones y de viaje. O al menos esos pensábamos, que el día de viaje era perdido pero claro, eso era porque nunca habíamos estado en el aeropuerto de Doha. Teníamos tres horas lo que no nos daban para hacer el tour guiado que nos ofrecieron nada más bajar del avión, pero si para ver el aeropuerto a conciencia. El aeropuerto en sí es como un gran centro comercial, hay tiendas de todo y sobre todo tiendas de lujo, pero además si no te interesan las compras también tienes esculturas, jardines y fuentes al estilo de Singapur, y sino tienes cómodos asientos y enchufes para recargar los aparatos electrónicos.


 


Tuneles de Cu Chi - Vietnam

Tuneles de Cu Chi

Antes de marcharos de regreso a España, vía Doha pero esta vez con una escala de solo una hora, aprovecharíamos el resto de lo que queda de día para visitar los túneles de Cu Chi. No es que haya mucho por ver, pero con guía te cuentan la historia de los combates de guerrillas de los vietnamitas contra el ejercito norteamericano y como tenían construidos su sistema de túneles. Cu Chi es una jungla apartada de la ciudad y gran parte de los túneles ya se había construido durante la época de colonización francesa y los campesinos del Viet Minh, que cultivaban durante día y noche, excavaban la zona para moverse de aldea en aldea sin ser vistos por los colonos. Fue más tarde, durante la guerra de Vietnam con los americanos, que el Viet Cong usó y amplió los túneles para defenderse de forma ingeniosa de su enemigo. Cuando los americanos intentaban penetrar los túneles no sabían el alcance real de la infraestructura y además los vietnamitas tenían trampas para aquellos que no conocieran los túneles no pudiera salir o avanzar. Toda el área de Cu Chi consta de varios kilómetros de túneles, construidos en tres niveles bajo tierra: un nivel a 4 m de profundidad, otro a 6 m y otro a 10m. los niveles se marcaban según el uso de los túneles, ya que se usaban como almacén, vivienda, hospital, escuela, dormitorios, comedor, talleres, etc. Tras contarnos más en detalle la historia de los túneles nos disponemos a caminar por la jungla. La zona quedó devastada después de los ataques del “agente naranja” pero al igual que en Can Gio la vegetación ha vuelto a crecer, aunque en el país todavía conservan personas afectadas por el agente naranja (y por lo que recomiendan no tomar el agua del grifo ni para lavarte los dientes). Lo primero que vemos es algunas de las trampas que usaban los Vietcong por la selva, luego nos acercan a uno de los agujeros de entrada a los túneles, ensanchado para turistas, pese a ello es lo suficientemente estrecho para que le digamos al guía que no vamos ni a intentarlo (lo ensancharon para que el turista se haga la foto entrando al agujero, pero a nosotras no nos van a caber mas que las piernas y para hacernos la foto sentadas en el suelo como que pasamos). Luego pasamos por montículos de tierra que se usaban para confundir a los americanos, ya que a veces eran entradas a los túneles, pero muchas otras veces eran cúmulos de bombas. Por el camino entre la jungla vamos viendo diferentes entradas a los túneles y llegamos a una zona donde nos muestran, bastante deprisa, las diferentes trampas que ponían los vietnamitas para herir, mutilar o matar a los norteamericanos. Luego vamos a una sala de túneles (abierta) donde muestran como se preparaban las armas de combate, y de aquí vamos a una zona más abierta con tanques de combate y pájaros moviéndose libremente en los árboles. Aquí hay un campo de tiro para los turistas que quieran disparen armas de la época de la guerra, el guía dice que no nos ve que nosotras tengamos interés (y efectivamente acierta), y ya marchamos a uno de los varios túneles ensanchados para turistas que hay para entrar tras un vietnamita con linterna y recorrerlos. Al inicio pude recorrerlo sin problema agachada pero mi amiga tuvo que ir a cuatro patas porque sino se quedaba atascada, lo que si es cierto es que yo no pude casi seguir el ritmo del vietnamita y por eso no tengo apenas fotos, entre la oscuridad y el correr tras el vietnamita pues no me daba. Después de la experiencia de los túneles pasamos por un lugar donde estaban haciendo sandalias con el caucho de las ruedas y con formas al revés para que el enemigo no sea hacia donde se dirigen o de donde vienen, como en la guerra. Y para terminar pasamos por las cocinas y vimos el sistema que inventaron para que el humo de la cocina no subiera a la superficie y los detectaran. También al salir proyecta un documental pero el guía nos lo pasó para verlo en youtube y así no estábamos ahí viéndolo cuando podíamos hacerlo en cualquier otro momento o lugar. Muy listo el guía ya que lo interesante no es ver un video que puedes ver en tu casa. Y de aquí nos llevaron al aeropuerto para regresar a España.

Visita: Noviembre 2023

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Can Gio - Vietnam

Can Gio

Nosotras nos quedamos en Saigon otra noche para poder hacer una excusión que, no he encontrado en blog de viajeros en español, pero que en cuanto la vi supe que nos iba a gustar, y la verdad es que es uno de los tours que más nos gustó. Además, fueron muy atentos porque, aunque teníamos recogida a las ocho de la mañana, el día anterior me escribieron un wasap para ver si nos importaría retrasar la recogida a las nueve o nueve y media porque del parque le habían dicho que la marea no subía hasta el mediodía y no se podía ir en la barca. Como no teníamos problema alguno ya que hacíamos noche en Saigon dijimos que sin problema y salimos sobre las nueve del hotel. Nuestro tour era por los Manglares de Can Gio, un parque natural que solo pro los manglares sabía que me iba a gustar ya que me enamoré de ellos en mi viaje por Langwaki (Malasia). Mi amiga en cambio no había podido disfrutarlos ya que en Mexico que también había casi no los pudimos ver porque el parque natural estaba bastante sucio y casi desaparecido para el turismo. Hay varios tipos de tours, ya que en el parque natural hay muchos sitios para visitar, el lugar es tan grande que se podrían pasar dos días viéndolo. Nosotras pasamos el día visitando los lugares que elegí leyéndome muchos tours hasta escoger lo que quería hacer, eso sí, todo naturaleza; plantas y animales. Si no te gusta la naturaleza entonces no te llamara la atención. Si te gusta vale más la pena que otros sitios de Saigon. Así que nos recogieron y salimos por carretera camino al ferry de Bihn Khanh.el día anterior en la excursión al delta del Mekong nos dijeron que se podía cruzar el río pro ferry o por el puente que atravesamos y con el que se había ganado mucho tiempo. Para ir a Can gio hay que cruzar en ferry, antes de llegar siquiera a ver el río ya hay una caravana de coches y un paso para las motos. Los empleados del ferry se acercan a los coches para cobrar el peaje y va tan lento que el guía aprovecho para salir y comprarse algo y volvió justo cuando ya nos habían cogido el ticket y estábamos esperando que el ferry volviera del otro lado para entrar. Una vez entró el coche y el ferry salió bajamos del coche para ver el ferry y las vistas desde arriba, porque del ferry había poco que ver, era un ferry vietnamita para cruzar de un lado al otro, nada de lujos por aquí, pero unas buenas vistas del río. El recorrido es cortísimo y en seguida estábamos en el coche, y como la marea subía tarde primero nos dirigimos a la isla de los monos. Este lugar esta plagado de monos de pequeños a grandes, el coche aparcó lo más lejos posible porque aún así los monos se subían a los coches. El guía cogió un palo y le dio a mi amiga otro palo, para mantener alejado a los monos, también le hizo quitar las gafas, aunque sin ellas no ve, pero fue tajante en que tenía que quitarse las gafas. La verdad es que fue una suerte que le hiciera caso, una de las parejas con las que estuvimos en Sapa también fue a la isla de los monos y ella o no hizo caso al guía o el guía no se lo dijo ero un mono le quito las gafas y le chantajeo con ellas. Tal cual, recuperaron las gafas intercambiándolas por una bolsa de patatas, pero de regalo ella se llevó un arañazo del mono – de cuando se le subió para quitarle las gafas-. El guía nos avisaba “no os pareis”, “no hagáis contacto visual”, vamos, que estaba mas que claro que no eran lso animales más mansos del mundo. Aún asi nos ofrecio si queríamos comprar dulces y darles de comer, mi amiga si lo hizo porque le encantan los bichos, en general, a mi todo animal es un bicho, bonito pero mejor lejos y más estos monos salvajes que hasta le tiraron del pelo cuando ella les dio comida. El guía me preguntó si yo no quería darles comida y le dije que no, y pregnto que si tenia miedo le dije que a mi me gusta el paisaje, las plantas..y a mi amiga lso animales más. Pero vamos, mas que miedo es que a saber que teniaan esos monos, aparte de ser chantajeadores (estaban rodeados de objetos de turistas) y abusones (vi como un guía tuvo que darle con un palo a uno para que se le bajara de la espalda de un turista). Donde están los monos hay un puente que te lleva a una zona donde hay cocodrilos, casi no los vemos porque estaban escondidos en el barro. Normalmente por ahí no se acercan lso monos pero había alguno que jugaba a saltar por las ramas altas, burlándose de los cocodrilos. Al volver el guía nos señalo que los monos de ahí eran diferentes a los que habíamos visto mas adelante porque hay varios grupos de monos y que cada grupo tiene un líder, cuando nos lo dijo nos fijamos y efectivamente las cabezas de los monos eran distintas entre ellos, el guía dijo bromeando que habían ido a diferentes peluqueros. Tras la isla de los monos nos dirigimos al embarcadero para coger una lancha que nos llevaría pro el río a través del parque de un sitio a otro de la visita. El guía nos ofreció elegir cuando comer si pronto o tarde, porque sabia que los extranjeros comemos mas tarde. Después de tantas semanas en vietnam a nosotras nos daba igual, pero al final comimos al final del tour y antes hicimos todas las visitas programadas. Mientras esperábamos la lancha en el muelle pudimos ver en el barro (la marea todavía estaba algo baja) a los peces barro y a diferentes cangrejos. Cuando cogimos la lancha esta fue nuestro transporte a través del río Saigon para ir a cada uno de los puntos de visita de esta reserva de la biosfera declarada patrimonio por la Unesco y llena de bosque de manglares. Nuestra siguiente parada en la lancha fue entrar a los manglares para coger una barca de remos que nos llevaría a la laguna de los murciélagos y el estanque de los cangrejos. Este paseo fue maravilloso, entrar en el manglar en una canoa de remos, con solo el silencio roto por el ruido de la naturaleza y los remos al chocar con el agua. El paisaje era precioso, pero además pudimos ver a los murciélagos. Lo que más nos sorprendió no fue verlos de día sino verlos en las copas de los árboles. Nunca habíamos visto algo así. La barquera nos fue señalando y pudimos ver como batían sus alas negras en lo alto de los árboles, pero como creo que ya comenté la cámara se me rompió el primer día y solo podía hacer fotografías con el móvil que a la hora de hacer zoom no tiene muy buena calidad, pero aunque no tenga fotos nuestra vista los vio. Después de esto volvimos sobre nuestros pasos para coger la lancha e ir a pescar cocodrilos. El guía dijo lo de pescar, pero en realidad era dar de comer a los cocodrilos, solo que para ello se usan unas cañas como de pesca. Ahí viven decenas de cocodrilos y cuando llegamso nos subieron a un bote cerrado y nos mandaron al río a pescar cocodrilos. En realidad teníamos seis cañas con pequeños trozos de anguila en la punta y que mostrábamos cerca del agua esperando que se acercara algún cocodrilo. El guía nos aconsejó apuntar entre los ojos y la nariz, y de esa forma mi amiga estuvo jugando engañando a los cocodrilos que se tiraban a por la comida sin poder cogerla, uno incluso se subió a la verja del boto y lo movió, porque son pesados y tienen fuerza. En mi caso solo lo probe una vez, ya he dicho varias veces que los bichos no son lo mío, pero había que probar. Tiene mucha fuerza porque costó bastante que se cortara el hilo de la caña una vez el cocodrilo mordió el anzuelo. La fuerza que hacían cuando se lanzaban pro la comida no tenia nada que ver con lo sigilosos que se movían antes de atacar. De aquí volvimos a dar un corto paseo por el manglar (como me gustan los manglares) y ver como una vez subida la marea el agua cubría buena parte de las raíces de los arboles que a primera hora de la mañana estaban completamente al descubierto. Hay manglares rojos y negros, las raíces de los manglares negros salen del suelo como pudimos ver. De aquí nos dirigimos a comer en un restaurante del parque con un paisaje espectacular, a esas horas solo había una pareja comiendo y nosotras. Y el paisaje era precioso con un pequeño lago y los árboles, pero además fue uno de los sitios donde mejor comí. Tras la comida nos acercamos a la torre Tang Bong donde subimos para tener unas vistas increíbles del parque. Es difícil de imaginar que este bosque fue bombardeado durante la Guerra de Vietnam y luego fue completamente replantado tras la guerra casi por completo. Cualquiera que lo viera ahora no lo diría. Tras disfrutar de las vistas volvimos andando por el manglar hasta el muelle a esperar a que la lancha nos recogiera y nos llevara hasta el coche para tomar el camino de regreso. Volvimos a Saigon contentas con una de las mejores excursiones en Vietnam.

Visita: Noviembre 2023

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Delta del Mekong - Vietnam

Delta del Mekong

Salimos de Saigon dirección al delta del Mekong, el trayecto dura bastante pero el guía nos comenta que desde que crearon un puente para cruzar el río el camino es más rápido que antes. En el camino vimos un accidente de tráfico. El primer accidente, de motos, y con sangre, según el guía llevaban cascos para multas que son cascos solo para evitarse la multa pero que no hacen nada si te caes. Enseguida se nota que estás en el delta porque la vegetación a los lados de la carretera es más verde. El guía nos llevó hasta el embarcadero donde un barco nos esperaba, para llegar ahí tuvimos que ir a través de una antigua fabrica de ladrillos. El guía nos comentó que habían tenido que dejar de trabajar porque se había prohibido, no recuerdo exactamente el motivo de ello. Nos montamos en el barco donde nos ofrecieron agua de coco (me gusta el coco pero no el agua de coco) y zarpamos enseguida. Los barcos del delta llevan todos ojos pintados en la proa, según dice el guía porque así ahuyentan a animales como los cocodrilos haciéndose pasa por animales más grandes. No sabemos si es pro eso o por tradición, pero todos los que vimos tanto en el delta del Mekong como cuando fuimos por Can Gio llevaban los ojos pintados. Tuvimos un paseo por el delta donde ver los palmerales y los diferentes tipos de cocos que existen. El río no solo está amarillo, sino que además está poco limpio, pero hay rinconcito donde el paseo tiene un poco de encanto, tampoco mucho pero no esperaba mucho de esta excursión. Después de un paseo nos pararon en una granja de cocos. Bajamos del barco y recibimos una explicación y muestra de como recolectan los cocos, los abren, secan el coco, se saca la carne y se pasa por varias máquinas hasta que se logra extraer la leche de coco. Luego lo cocinan y elaboran unos caramelos de coco y miel. Mientras algunos se dedicaban a comprar tras la explicación yo me puse a recorrer el lugar, había un sitio con muchas abejas y es que vendían también miel, pero con las abejas pululando por ahí, así como tenían bebidas reconstituyentes hechas con pájaros muertos y serpientes. Algunos del grupo se bebieron un chupito de ese líquido, pero con tanto bicho muerto a saber lo que tiene, hace nombre a la frase de lo que no te mata te hace mas fuerte, no hay duda. Después de ellos nos llevaron a una huerta familiar en la que nos esperaba una degustación de fruta típica del delta con sal y picante y nos acompañaron con música y bailes típicos de la zona para luego pasar la bandeja de propina. De ahí volvimos al barco hasta llevarnos a tierra donde montamos en los coche-moto, en el que montamos salió rapidísimo y se puso en primer lugar, y con esas motos nos llevaron a otro rincón del delta donde nos subimos a unas canoas para dar un paseo por el delta por un canal más estrecho y sin duda más bonito que el gran río. El paisaje era bonito, un canal estrecho rodeado de vegetación tropical. Tras el paseo en canoa nos llevaron andando por los huertos del delta hasta un restaurante en medio de los huertos donde paramos a comer y donde nos dieron lo que llaman “oreja de elefante” que no es más que un pescado de río al que llaman así. Tras la comida volvimos a los mote-coches que nos llevarían de vuelta al autobús para regresar a Saigon.

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Ho Chi Minh (Saigon) - Vietnam

Saigon / Ho chi Minh City

Llegamos a Saigon para visitar la ciudad. Actualmente se llama Ho chi Minh pero su antiguo nombre es Saigon y los de ahí siguen llamándola así, que además evita confundirse con el nombre de Ho chi Minh. Al final el cambio de nombre fue un recordatorio de que el sur perdió la guerra. El primer lugar que visitamos es el Palacio de la Reunificación un lugar imprescindible que visitar en Ho Chi Minh City por los acontecimientos históricos que tuvieron lugar allí ya que su estética es puramente comunista. Cuando llegamos estaba la verja cerrada pero la gente se hizo la típica foto delante. De ahí marchamos al centro más turístico de la ciudad a ver la Catedral de Notre Dame que se encuentra en la Plaza París pero no es igual que la Notre Dame de Paris aunque fue construida por los franceses. Es uno de los ejemplos de la época en la que el catolicismo predominaba en la ciudad y fue construida con algunos materiales traídos directamente desde Francia. La fachada principal estaba en restauración por lo que no se podía ver nada, pero si pudimos ver el lateral y lo más destacable es la construcción de ladrillos. Al lado se encuentra el Edificio de Correos que fue diseñado por Alfred-Marie Foulhoux, arquitecto responsable de muchos de los edificios de aquella época y es una de las atracciones más emblemáticas de la ciudad de Ho Chi Minh aunque de su interior antiguo apenas queda la entrada con grandes techos con arcos y pilares de hierro, viejos relojes que mostraban las horas de todo el mundo y un retrato del presidente Ho Chi Minh en la pared y mapas históricos de las líneas telegráficas de Saigón. Andando muy cerca de aquí se encuentra el ayuntamiento. Al igual que los edificios anteriores, el Ayuntamiento destaca por su arquitectura occidental, pero magnifica como un palacio, pero su interior no es visitable. En frente, como recordatorio, una estatua de Ho chi Minhy un paseo hasta una rotonda con una fuente en forma de flor de loto a la que le sigue una gran rambla donde hay de todo lo que puede encontrar en una rambla, karaoke, estatuas, músicos, encantadores de serpientes, etc. Pero girando a la derecha, sin coger la rambla, llegamos al edificio de la Ópera y el famoso Hotel Continental Saigón que fue un edificio de arquitectura colonial Sede de Prensa Internacional durante la Guerra de Vietnam. De aquí volvemos a la rambla para buscar el rascacielos Bitecox. Hay varios rascacielos en Saigón desde donde disfrutar del mirador y sus vistas, pero nosotras nos acercamos al que teníamos más a mano, que era el edificio Bitecox, ya que desde el ayuntamiento habíamos divisado su mirador de 360 grados. De camino hacía allí nos llegó olor a chocolate, pero no conseguimos identificar de qué lugar salía, ahí la bollería es complicada de localizar así que solo pensar en algo dulce nos motivaba, pero al no encontrar de donde salía seguimos nuestro camino hacia el edificio Bitecox. Localizarlo no fue un problema, el encontrar la entrada si porque nosotras viajamos a la vieja usanza, es decir, sin internet así que como no habíamos memorizado la entrada pues llegamos y entramos por donde entraba la gente, pero había dos plantas, en la planta baja el mostrador de información y los tornos de entrada y luego unas escaleras a la planta de arriba. Subimos a la planta de arriba y después d enriar a nuestro alrededor y no encontrar nada usamos el wifi gratis del edificio donde, no sacamos nada en claro, asi que supusimos que había otra entrada. Salimos y dimos la vuelta al edificio, cuando ya pensábamos que no había otra entrada encontramos la entrada directa al mirador. Por supuesto, como todo mirador turístico te toman la fotografía de photocall y luego vamos al ascensor. Según internet el ascensor sube 7 metros por segundo y la verdad es que se nos taponaron los oídos en la subida y llegamos enseguida. El mirador vale la pena, tiene una vista espectacular de la ciudad, aunque de noche podrían reducir un poco los focos de luz porque a veces reflejaban en el espejo. El Skyjack de Saigón en la Torre Financiera Bitexco está en la planta 49. El edificio tiene 68 pisos de altura y está inspirado en el loto, la flor nacional de Vietnam, nosotras le dimos toda la vuelta ya que es circular para tener una vista de 360 grados. En el mirador tienes sitios de photocall y paneles explicativos de los lugares emblemáticos de Saigon que se pueden ver desde la posición donde te encuentres. También encontramos una pequeña exposición de la historia del traje típico vietnamita, el Ao Dai, con diferentes modelos adaptados según las épocas. A nosotras que nos gustan las visitas nos gustó mucho la subida al rascacielos, pero algunos de los españoles con los que coincidimos en tours les parecía muy caro. Nosotras en cambio preferíamos gastarnos el dinero en eso que en ir a los restaurantes vietnamitas a los que iban ellos. Es todo cuestión de gustos. Tras ver el rascacielos bajamos y seguimos buscando de donde nos llegó el olor de chocolate, pero no conseguimos volver a olerlo. Ahí nos encontramos con gente que habíamos conocido en los tours para despedirnos, pero mientras ellos iban a cenar vietnamita nosotras nos fuimos de vuelta al hotel cuando pasábamos por el mercado Ben Thanh, el más conocido de los mercados de Saigon nos tropezamos con los ciegos que estaban en el mismo hotel que nosotras, así que los acompañamos hasta el hotel. El guía había dicho que eran quince minutos, pero yo sabía que eran veinticinco minutos andando con rotonda y giro a la izquierda incluida. Vamos, que fácil no es que era, y menos si no puedes leer los carteles para ver por donde girar o seguir recto como iba haciendo yo. Además, hay que tener en cuenta que ahí no hay acera porque la usan de aparcamiento y cuando no es eso lo usan las tiendas y restaurantes, así que íbamos andando por la carretera, al lado del tráfico y tengo que reconocer que hay zonas con además poca luz. Y por supuesto el tráfico vietnamita tiene otro nivel. En HoiAn el guía nos dijo que ahí no era como en Hanoi que ellos respetaban más los semáforos (excepto el casco antigua el resto son avenidas) y que estaban muy contentos con la empresa española que les llevó los semáforos porque tienen un contador que les avisa cuando se va a poner en verde. Pero en Ho Chi Minh (o Saigon, que voy cambiándole el nombre según me sale) de eso no existe. Pero aunque nos pareció imposible al final llegamos todos sanos y salvos al hotel.Tras un pequeño conflicto la noche anterior para conseguir descubrir a qué hora nos recogían para el tour a los tunes de Cu chi al final conseguimos descubrir que nos recogían a las doce así que teníamos tiempo de sobra para ir andando desde nuestro hotel a la Pagoda del Emperador de Jade, uno de los principales lugares de culto chino que ver en Ho Chi Minh City. En el interior están prohibidas las fotografías así que poco puedo mostrar, pero es una visita que vale la pena. La pagoda está dedicada al dios taoísta, el Emperador de Jade o Rey del Cielo, y es muy diferente a como son el resto de pagodas y templos que visitamos. El camino hasta ahí esta lleno de edificios que lo único que tienen de interesante es la estructura de algunos, siendo el tipo edificio de planta alargada, apenas aceras y gente jugando al go, comprando, comiendo, así hasta llegar a un parque. Justo estaban asfaltando la acera que rodeaba el parque así que giramos y entramos en el parque, con enormes árboles y sus raíces, gente corriendo, jugando al baloncesto, una ciudad normal. Realmente no era mucho tiempo andando, nosotras hemos andado mucho más otras veces, pero con el calor que hacía empezamos a agotarnos y no veíamos el fin (sobre todo al estrés de cruzar las carreteras teniendo en cuenta que aquí las señales de tráfico y los semáforos no valen nada). Cuando ya nos íbamos a dar por vencidas y dar vuelta atrás conseguimos encontrar la calle en la que esta la pagoda. Un par de turistas con un guía salían de ahí. En su entrada encontramos un viejo árbol que extiende sus ramas por toda la terraza, un patio con jardín y al final un estanque con peces. Había leído que también hay un estanque con tortugas, pero no lo vi. Si que antes de entrar al templo vimos una flor de loto florecida y grande. Nos descalzamos y entramos a la pagoda, primero hay como una tienda donde venden comida y bebida para las ofrendas, hasta ahora todo normal, pero luego a medidas que avanzas y llegas a las salas podemos descubrir que tiene muchas diferencias con respecto a los templos visitados. Como no es fin de semana no hay mucha gente, pero aun así nos quedamos calladas observando como ofrecen la comida y echan aceite en las velas como ofrenda, así como impresionadas por las gigantes tallas de madera. Tanto las esculturas como las costumbres de la gente que va a ir nos demuestran que este lugar es más interesante y diferente frente al resto de pagodas. Un lugar único que recomiendo visitar si estás en Saigon. En la pagada del emperador de jade tenemos la sala de los Diez Infiernos representando el sufrimiento que espera a los pecadores en el infierno en tallas de madera y al fondo, el Emperador de Jade, flanqueado por los Guardianes Demonio Gigantes. Hay pasillos que te llevan a más salas, en una estatua de Thanh Hoang, rey de los infiernos, montado en su caballo rojo y otras el salón de las mujeres, donde van las mujeres va a pedir fertilidad. Todo esto lo aprendí antes de entrar a la pagoda ya que fuimos sin guía, pero aún sin explicación el lugar es único. Las tallas de madera y las figuras del lugar impresionan, pero cuando entras a los pasillos y llegas a la sala de las mujeres, ahí también hay tallas, pero lo más curioso (la información la leí después de haber ido y no antes) fue ver a las mujeres orando moviendo las manos como echándose el aire hacia ellas junto a la figura de un caballo y tocando luego una campana. Nuestra suposición, dado que en esa sala había mas mujeres que en las otras salas, es que el motivo de su oración y gestos extraños para nosotras era para la fertilidad (y luego en internet pudimos confirmarlo). Supongo que habrá algunos turistas que harán fotografías, aunque esté prohibido, yo no soy de esas personas, además la gente eran todos creyentes, así que nosotras nos destacábamos mucho (igual en otro día hubiéramos pillado más turistas, pero así aunque más cohibidas se veía todo más real). Tras salir de la pagoda descansamos un rato en el patio de la misma a la sombra, porque hacia un calor horroroso, y finalmente regresamos sobre nuestros pasos para volver al hotel. Y como nuestro hotel estaba cerca de la plaza con la estatua del monje budista que se inmolo pues aprovechamos para ir a ver la plaza y luego regresar para nuestro tour a los túneles.

Visita: Noviembre 2023  

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