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Ho Chi Minh (Saigon) - Vietnam

Saigon / Ho chi Minh City

Llegamos a Saigon para visitar la ciudad. Actualmente se llama Ho chi Minh pero su antiguo nombre es Saigon y los de ahí siguen llamándola así, que además evita confundirse con el nombre de Ho chi Minh. Al final el cambio de nombre fue un recordatorio de que el sur perdió la guerra. El primer lugar que visitamos es el Palacio de la Reunificación un lugar imprescindible que visitar en Ho Chi Minh City por los acontecimientos históricos que tuvieron lugar allí ya que su estética es puramente comunista. Cuando llegamos estaba la verja cerrada pero la gente se hizo la típica foto delante. De ahí marchamos al centro más turístico de la ciudad a ver la Catedral de Notre Dame que se encuentra en la Plaza París pero no es igual que la Notre Dame de Paris aunque fue construida por los franceses. Es uno de los ejemplos de la época en la que el catolicismo predominaba en la ciudad y fue construida con algunos materiales traídos directamente desde Francia. La fachada principal estaba en restauración por lo que no se podía ver nada, pero si pudimos ver el lateral y lo más destacable es la construcción de ladrillos. Al lado se encuentra el Edificio de Correos que fue diseñado por Alfred-Marie Foulhoux, arquitecto responsable de muchos de los edificios de aquella época y es una de las atracciones más emblemáticas de la ciudad de Ho Chi Minh aunque de su interior antiguo apenas queda la entrada con grandes techos con arcos y pilares de hierro, viejos relojes que mostraban las horas de todo el mundo y un retrato del presidente Ho Chi Minh en la pared y mapas históricos de las líneas telegráficas de Saigón. Andando muy cerca de aquí se encuentra el ayuntamiento. Al igual que los edificios anteriores, el Ayuntamiento destaca por su arquitectura occidental, pero magnifica como un palacio, pero su interior no es visitable. En frente, como recordatorio, una estatua de Ho chi Minhy un paseo hasta una rotonda con una fuente en forma de flor de loto a la que le sigue una gran rambla donde hay de todo lo que puede encontrar en una rambla, karaoke, estatuas, músicos, encantadores de serpientes, etc. Pero girando a la derecha, sin coger la rambla, llegamos al edificio de la Ópera y el famoso Hotel Continental Saigón que fue un edificio de arquitectura colonial Sede de Prensa Internacional durante la Guerra de Vietnam. De aquí volvemos a la rambla para buscar el rascacielos Bitecox. Hay varios rascacielos en Saigón desde donde disfrutar del mirador y sus vistas, pero nosotras nos acercamos al que teníamos más a mano, que era el edificio Bitecox, ya que desde el ayuntamiento habíamos divisado su mirador de 360 grados. De camino hacía allí nos llegó olor a chocolate, pero no conseguimos identificar de qué lugar salía, ahí la bollería es complicada de localizar así que solo pensar en algo dulce nos motivaba, pero al no encontrar de donde salía seguimos nuestro camino hacia el edificio Bitecox. Localizarlo no fue un problema, el encontrar la entrada si porque nosotras viajamos a la vieja usanza, es decir, sin internet así que como no habíamos memorizado la entrada pues llegamos y entramos por donde entraba la gente, pero había dos plantas, en la planta baja el mostrador de información y los tornos de entrada y luego unas escaleras a la planta de arriba. Subimos a la planta de arriba y después d enriar a nuestro alrededor y no encontrar nada usamos el wifi gratis del edificio donde, no sacamos nada en claro, asi que supusimos que había otra entrada. Salimos y dimos la vuelta al edificio, cuando ya pensábamos que no había otra entrada encontramos la entrada directa al mirador. Por supuesto, como todo mirador turístico te toman la fotografía de photocall y luego vamos al ascensor. Según internet el ascensor sube 7 metros por segundo y la verdad es que se nos taponaron los oídos en la subida y llegamos enseguida. El mirador vale la pena, tiene una vista espectacular de la ciudad, aunque de noche podrían reducir un poco los focos de luz porque a veces reflejaban en el espejo. El Skyjack de Saigón en la Torre Financiera Bitexco está en la planta 49. El edificio tiene 68 pisos de altura y está inspirado en el loto, la flor nacional de Vietnam, nosotras le dimos toda la vuelta ya que es circular para tener una vista de 360 grados. En el mirador tienes sitios de photocall y paneles explicativos de los lugares emblemáticos de Saigon que se pueden ver desde la posición donde te encuentres. También encontramos una pequeña exposición de la historia del traje típico vietnamita, el Ao Dai, con diferentes modelos adaptados según las épocas. A nosotras que nos gustan las visitas nos gustó mucho la subida al rascacielos, pero algunos de los españoles con los que coincidimos en tours les parecía muy caro. Nosotras en cambio preferíamos gastarnos el dinero en eso que en ir a los restaurantes vietnamitas a los que iban ellos. Es todo cuestión de gustos. Tras ver el rascacielos bajamos y seguimos buscando de donde nos llegó el olor de chocolate, pero no conseguimos volver a olerlo. Ahí nos encontramos con gente que habíamos conocido en los tours para despedirnos, pero mientras ellos iban a cenar vietnamita nosotras nos fuimos de vuelta al hotel cuando pasábamos por el mercado Ben Thanh, el más conocido de los mercados de Saigon nos tropezamos con los ciegos que estaban en el mismo hotel que nosotras, así que los acompañamos hasta el hotel. El guía había dicho que eran quince minutos, pero yo sabía que eran veinticinco minutos andando con rotonda y giro a la izquierda incluida. Vamos, que fácil no es que era, y menos si no puedes leer los carteles para ver por donde girar o seguir recto como iba haciendo yo. Además, hay que tener en cuenta que ahí no hay acera porque la usan de aparcamiento y cuando no es eso lo usan las tiendas y restaurantes, así que íbamos andando por la carretera, al lado del tráfico y tengo que reconocer que hay zonas con además poca luz. Y por supuesto el tráfico vietnamita tiene otro nivel. En HoiAn el guía nos dijo que ahí no era como en Hanoi que ellos respetaban más los semáforos (excepto el casco antigua el resto son avenidas) y que estaban muy contentos con la empresa española que les llevó los semáforos porque tienen un contador que les avisa cuando se va a poner en verde. Pero en Ho Chi Minh (o Saigon, que voy cambiándole el nombre según me sale) de eso no existe. Pero aunque nos pareció imposible al final llegamos todos sanos y salvos al hotel.Tras un pequeño conflicto la noche anterior para conseguir descubrir a qué hora nos recogían para el tour a los tunes de Cu chi al final conseguimos descubrir que nos recogían a las doce así que teníamos tiempo de sobra para ir andando desde nuestro hotel a la Pagoda del Emperador de Jade, uno de los principales lugares de culto chino que ver en Ho Chi Minh City. En el interior están prohibidas las fotografías así que poco puedo mostrar, pero es una visita que vale la pena. La pagoda está dedicada al dios taoísta, el Emperador de Jade o Rey del Cielo, y es muy diferente a como son el resto de pagodas y templos que visitamos. El camino hasta ahí esta lleno de edificios que lo único que tienen de interesante es la estructura de algunos, siendo el tipo edificio de planta alargada, apenas aceras y gente jugando al go, comprando, comiendo, así hasta llegar a un parque. Justo estaban asfaltando la acera que rodeaba el parque así que giramos y entramos en el parque, con enormes árboles y sus raíces, gente corriendo, jugando al baloncesto, una ciudad normal. Realmente no era mucho tiempo andando, nosotras hemos andado mucho más otras veces, pero con el calor que hacía empezamos a agotarnos y no veíamos el fin (sobre todo al estrés de cruzar las carreteras teniendo en cuenta que aquí las señales de tráfico y los semáforos no valen nada). Cuando ya nos íbamos a dar por vencidas y dar vuelta atrás conseguimos encontrar la calle en la que esta la pagoda. Un par de turistas con un guía salían de ahí. En su entrada encontramos un viejo árbol que extiende sus ramas por toda la terraza, un patio con jardín y al final un estanque con peces. Había leído que también hay un estanque con tortugas, pero no lo vi. Si que antes de entrar al templo vimos una flor de loto florecida y grande. Nos descalzamos y entramos a la pagoda, primero hay como una tienda donde venden comida y bebida para las ofrendas, hasta ahora todo normal, pero luego a medidas que avanzas y llegas a las salas podemos descubrir que tiene muchas diferencias con respecto a los templos visitados. Como no es fin de semana no hay mucha gente, pero aun así nos quedamos calladas observando como ofrecen la comida y echan aceite en las velas como ofrenda, así como impresionadas por las gigantes tallas de madera. Tanto las esculturas como las costumbres de la gente que va a ir nos demuestran que este lugar es más interesante y diferente frente al resto de pagodas. Un lugar único que recomiendo visitar si estás en Saigon. En la pagada del emperador de jade tenemos la sala de los Diez Infiernos representando el sufrimiento que espera a los pecadores en el infierno en tallas de madera y al fondo, el Emperador de Jade, flanqueado por los Guardianes Demonio Gigantes. Hay pasillos que te llevan a más salas, en una estatua de Thanh Hoang, rey de los infiernos, montado en su caballo rojo y otras el salón de las mujeres, donde van las mujeres va a pedir fertilidad. Todo esto lo aprendí antes de entrar a la pagoda ya que fuimos sin guía, pero aún sin explicación el lugar es único. Las tallas de madera y las figuras del lugar impresionan, pero cuando entras a los pasillos y llegas a la sala de las mujeres, ahí también hay tallas, pero lo más curioso (la información la leí después de haber ido y no antes) fue ver a las mujeres orando moviendo las manos como echándose el aire hacia ellas junto a la figura de un caballo y tocando luego una campana. Nuestra suposición, dado que en esa sala había mas mujeres que en las otras salas, es que el motivo de su oración y gestos extraños para nosotras era para la fertilidad (y luego en internet pudimos confirmarlo). Supongo que habrá algunos turistas que harán fotografías, aunque esté prohibido, yo no soy de esas personas, además la gente eran todos creyentes, así que nosotras nos destacábamos mucho (igual en otro día hubiéramos pillado más turistas, pero así aunque más cohibidas se veía todo más real). Tras salir de la pagoda descansamos un rato en el patio de la misma a la sombra, porque hacia un calor horroroso, y finalmente regresamos sobre nuestros pasos para volver al hotel. Y como nuestro hotel estaba cerca de la plaza con la estatua del monje budista que se inmolo pues aprovechamos para ir a ver la plaza y luego regresar para nuestro tour a los túneles.

Visita: Noviembre 2023  

Mis imágenes: Saigon

Información para viajar: pendiente

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