Lucerna
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Como lo que habíamos hecho no estaba planeado en el itinerario los horarios que habíamos cogido para guiarnos en cuanto al tren no nos servían, aun así no tuvimos problemas para llegar a Lucerna solo que el tren que cogimos tenía casi todos los vagones de segunda clase reservados. Vamos, solo había uno sin reservar. Nos posicionamos en al área del andén donde decía en el cartel que iba a parar pero aun así había muchísima gente. Encontramos un hueco entre vagón y vagón donde dejamos las mochilas y nos sentamos en las escalerillas. En nuestro hueco había una chica y un hombre que no hacía más que quejarse en italiano a los revisores. El tren debía estar a rebosar porque los revisores cuando pasaron nos dieron a todos los que no estábamos sentados un ticket de compensación por la molestia de no tener asientos libres, el ticket era para comprar cualquier cosa en las cafeterías del tren o de la estación por un importe de 10 francos. Con ese dinero lo único que pudimos coger fue un botellín de agua, pero bueno, un botellín de agua que nos salió gratis y tampoco fuimos tan mal, empezamos a buscar donde cambiar el ticket de compensación y así recorrimos todos los vagones de segunda y primera clase, y el tren estaba a llenísimo de gente. No solo todos los asientos estaban ocupados, en los huecos entre vagón y vagón había unas ocho y diez personas de pie o sentadas por los suelos como podían. No se podía ni andar. Así que lo cierto es que tuvimos suerte porque en nuestro hueco éramos solo cinco y una chica se bajo en la primera parada y luego más adelante se quedaron asientos libres en la entrada del vagón donde estábamos y las tres nos pudimos sentar en los asientos en vez de en el suelo. Así que, entre una cosa y otra, no me fije mucho en el paisaje.Llegamos a Lucerna y aprovechando que el tren nos había dejado al ladito de la oficina de turismo nos acercamos para comprar el billete para ver el Mt. Pilatus. Una parte del recorrido que queríamos hacer lo cubría el swiss pass pero otra parte solo tenía descuento, como ya era habitual. El caso es que haba una enorme fila en la oficina de turismo. No nos importó esperar pero cuando llegamos a la chica esta nos dijo que mejor cogiéramos el billete a la mañana siguiente por la mañana, cuando fuéramos a hacer el viaje, no fuera a hacer mal tiempo. Como no teníamos ni un día libre para pasarnos nosotras ya sabíamos que aunque hubiera niebla como en Gornergratt íbamos a hacerlo pero supusimos que como había una buena fila detrás nuestro la chica lo decía más bien por quitar gente de la fila. En todo caso como el barco lo cogimos al lado de la estación de tren no tuvimos problema. Nos fuimos hacia el hostal. Dejamos todo el equipaje y nos fuimos a ver un poquito de Lucerna porque en nada iba a anochecer y teníamos que aprovechar todas las horas de luz solar posibles. Giramos hacia el lago para ver las casas con sus pinturas en las paredes y cruzamos el puente de los molinos, muy mono con su capillita en medio y sus pinturas en la parte superior del puente.Por el otro lado del rio empezamos a callejear, no hace falta seguir ningún plano todo son casas preciosas con las paredes decoradas con pinturas, vas de una placita a otra calle ves la casa y llegas a otra placita encañadora y así hasta que llegas al ayuntamiento, con la catedral y la iglesia Fraummunters. Fuimos a salir al rio y ver el puente capilla. Ahí nos quedamos un buen rato disfrutando del lago con el puente y los cisnes. Y me resulto más bonito que de día.Nos levantamos y después de desayunar, dejar las maletas en el hotel y comprar chocolates suizos (fue una tentación teníamos dos tiendas al ladito del hotel con todo chocolates y no pudimos resistirnos al ver que habían abierto) nos fuimos dirección a la oficina de turismo. Para aprovechar fuimos en dirección contraria que el día anterior, así cruzamos una plaza muy mona con su fuente y su edificio cerca del hotel donde había una representación de una antigua botica, muy curiosa. De ahí cogimos la ribera del rio y nos acercamos al puente capilla para verlo desde otro ángulo y a la luz del día. luego nos fuimos al Mt. Pilatus y de Kriens regresamos a Lucerna. El bus número 1 que va de Kriens a Lucerna nos paró justó pasado el puente al lado del lago. Ya nos quedaba poco de la ciudad por ver dado que por la mañana ya habiamos visto el puente capilla y la noche anterior el casco historico, asi que adentramos un poco en la calle Lowenstrasse.Paramos para ver La Colegiata y después seguimos hasta el final de la calle para ver el león de Lucerna que es el monumento de un león moribundo esculpido en la roca y que representa a los héroes suizos que murieron los Jardines de Tullerías luchando durante la Revolución Francesa. Y de ahí nos acercamos a la muralla, la cuesta y subir las escaleras de la muralla merece la pena cuando después, paseando por la muralla, ves la ciudad, el lago y el monte Pilatus. Anduvimos hasta el final de la muralla y luego bajamos por la otra zona hasta regresar por la ribera del rio hasta el hotel a recoger las maleta se irnos a la estación a coger el tren a Zurich cubierto con el swiss pass.
Visita: Septiembre 2012
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