Nuestro objetivo del fin de semana en Barcelona era: visitar al Sagrada Familia por dentro y aprovechar el descuento que nos dieron en el bus turístico, y pasar por el bar el bosque de las hadas. Escogimos un hotel con oferta desde su web (y no por otras webs que no eran directamente la del hotel) nos daba una botella de agua grande (que nos subieron a la habitación) y dos copas de cava. El viernes después de trabajar llegamos demasiado cansadas para hacer nada, ni siquiera para salir a cenar fuera.
Al día siguiente desayunamos en la pastelería bocatería junto al hotel y en tres paradas de metro llegamos a la sagrada familia, eran poco más de las nueve de la mañana y ya había fila en la zona de individuales (que está por la zona de atrás, al puerta de la pasión) pero lo cierto es que la cola pasaba bastante rápido. Aprovechamos el descuento del libro del bus turístico y entramos dentro. Justo nada más entrar encendí y la cámara y plaf, se me apagó, lo volví a intentar con el mismo resultado, no me lo podía creer, no se me encendía. Justo después de haber pagado y entrar no tenía cámara. Menso mal que la tecnología de hoy en día es una maravilla y tenía el móvil, que no hace las fotos igual pero que me sirvió algo dado que nunca había entrado a la sagrada familia (que sigue sin estar terminada) y para una vez que entro, va y la cámara se muere, que desesperación. En fin, al menos tenía el móvil, que no es lo mismo pero, podría haber sido peor.
Entramos, como decía, por la puerta de la pasión y nos quedamos embobadas como una media hora solo en la misma entrada, sin avanzar. Es preciosa por dentro, vale muchísimo más, y eso que no está acabada. La iluminación y colores que dan las vidrieras, las figuras en lo alto con su simbología, las columnas como largas plantas tan altas, las flores, la naturaleza hecha catedral, con las figuras de colores que representan a los apóstoles en los medallones de las columnas, en fin, todo precioso. Finalmente anduvimos y fuimos avanzando por la catedral, viendo desde todos los ángulos la iglesia, con el triangulo dorado de la santa trinidad al fondo, el raro san Jorge en una de las puertas, y así hasta salir a ver la puerta de la natividad de cerca, donde no encontramos la dichosa serpiente que decía el audio guía, visitamos el pequeño claustro donde si vimos la bomba de mano pero no al monstruo marino de la audio guía. Y luego está el museo, las maquetas, los dibujos, la cripta donde está enterrado Gaudí, al final salimos después de unas 3 horas, pero podíamos haber estado mucho más tiempo. Al menos el gasto está más que aprovechado, muy bien amortizado.
Una vez salimos bajamos a la plaza Catalunya para comprar lotería de navidad, parada obligatoria para mi familia, y de ahí paramos por un bar de las ramblas y mientras tomamos un aperitivo decidíamos donde comer y que hacer ya que habíamos cumplido con uno de los requisitos de la visita. El bar del bosque de las hadas al que ya había estado yo, aunque no mi amiga, esta junto al museo de cera y como abrían el domingo y teníamos también descuento, dejamos las dos cosillas para el domingo. Y mirando el folleto de descuentos para ver que podíamos gastar vimos el bar de hielo, el icebarcelona, el primer bar de hielo del mundo en una playa.
Así que decidimos ir, bajamos andando desde plaza Catalunya hasta la Barceloneta parando por la catedral gótica, para echarle un vistazo, luego nos metimos por el barrio que nos llevó a la catedral de santa María del mar, y de ahí nos desviamos para ir hacia el puerto, como hacia una tarde tan calurosa para ser noviembre el paseo estaba lleno de gente paseando, tomando algo, músicos tocando, dejando a un lado los barquitos bajamos por el paseo marítimo disfrutando de la vista del mar muy tranquilo hasta la playa de la barceloneta, bajando abajo donde los bares de la playa está el bar de hielo, por fuera es un bar normal, por dentro es todo de hielo, te dan un abrigo y guantes y en la entrada entra también una bebida de vodka con algo. Había una figura de hielo de la sagrada familia y un oso, estuvimos poco tiempo, justo para hacer fotos y beber el vodka, estábamos a -15 grados. El vaso, por supuesto, como la barra del bar, también era de hielo.
Cuando salimos regresamos al hotel a descansar, cambiarnos y bajar al bar a tomar esas dos copas de cava antes de salir a nuestro siguiente recorrido: recorrido por las luces navideñas de Barcelona. Resulta que había salido en las noticias que en Barcelona habían querido adelantar las navidades y era la primera ciudad española que inauguraba sus luces navideñas, así que nos hicimos un recorrido por las bonitas porque eran muy originales, luces navideñas.
Como hacia tan bueno y no parábamos de ver a gente comiendo helado nos cogimos un helado y nos hicimos fotos bajo las luces navideñas, los arboles como cerezos en flor pero que son todo luces tomando helado (hacia demasiado calor para ser noviembre) y vimos un poco a los patinadores en la pista de hielo de la plaza Catalunya, y así recorrimos de nuevo toda la ciudad a pie, de luz en luz.
Al día siguiente salimos hacia las Ramblas, había bastante gente paseando y haciendo fila en la lotería (que aunque era domingo estaba abierta), y en una plaza adyacente a las ramblas había un mercado de monedas antiguas. Entramos al museo de cera, yo más que mi amiga, que le dio miedo la iluminación y ambiente del lugar y tuvimos que empezar por el final. La señora de la entrada fue muy maja porque podía haber dicho, tu compraste la entrada ahí te quedas si no puedes pasar de la entrada (a oscuras y con ruido de truenos), luego, en un callejón al lado del museo de cera está el bar El bosque de las hadas, aunque solo se ve una, pero bueno, es pequeño pero chulo de ver mientras se toma algo.
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