Llegué a León el viernes por la noche, desde Zaragoza no está muy cerca asique busque la mejor combinación que era un tren de Zaragoza a Madrid y luego otro tren de Madrid a león. Uno llega a atocha el otro sale de Chamartín.
Nada más llegar a León nos fuimos al barrio Humedo (se encuentra entre la plaza Mayor, la catedral , la plaza del Grano y llega hasta la calle la Rua, que discurre por lo que era la muralla romana) que es la zona de calles estrechas y bares donde tapear y así darse por cenado. Ahí pides una bebida y te incluyen la tapa (3 euros) y son tapas generosas, no un platito de dos croquetas o patatas/frutos secos. En algunos sitios te dan hasta una carta para elegir la tapa que se quiere con la bebida, hay tapas dulces y saladas. El único problema es que con cada tapa va una bebida o al revés y eso de beber tanto hay que tomarlo en cuenta. Pero si, me recomendaron de león las tapas, y tienen razón, si se va por León hay que pasar por el húmedo y disfrutar de sus tapas.
Al día siguiente amaneció con lluvia pero solo duró medio día, una pena porque por la tarde, cuando nos paramos a comer, salió el sol pero ya teníamos otros planes. El caso es que me vi León bajo la lluvia, en medio día puede visitarse sin problema. Lo de la lluvia debe ser algo común por ahí porque casi todo el mundo llevaba sus botas de agua, de esas que yo no he visto en Zaragoza por años y años. Empezamos la visita con el hostal de San Marcos, por dentro es un parador, y aunque se puede pasar al patio a la zona de arriba solo se puede pasar si eres cliente, la zona de arriba tiene un precioso techumbre, aunque en la entrada también hay una sala con el techo de madera labrada impresionante. En la recepción hay unos caramelos, típicos de ahí, que son como almendras garrapiñadas. Adyacente hay una iglesia y un museo. La vista desde fuera es preciosa, junto al río, con los arboles de colores dorados pro el otoño y sus hojas caídas y la portada llega de figuras labradas. Enfrente hay una cruz con un peregrino descansando, León es punto del camino de Santiago y antiguamente el hostal era un refugio para los peregrinos del camino. Cerca está el rio y el auditorio.
También cerca de ahí está el Museo Contemporáneo que sin sol no brillan mucho los colores de su fachada y al igual que el auditorio es un edificio moderno sin mucho gusto en los días grises como hoy. Nos acercamos a La Casona, que solo está abierta de lunes a viernes (ilógico para el turismo, pero es lo que hay), es un edificio de la época de principios del XX que ha sido restaurado y por dentro, ya que por fuera no llama la tención, debe ser interesante.
De aquí nos acercamos a la basílica de San Isidoro. La iglesia y su fachada, como el resto de edificios de León está labraday muy bien cuidada (la entrada es gratis), pero lo mejor es el museo-cripta de los reyes. La entrada son 5 euros y se puede visitar el museo con pinturas de la época en las paredes de la iglesia, la biblioteca, con los volúmenes incunables, el claustro, y la cripta, que es impresionante, conserva todas las pinturas en los techos y las paredes, y es como entrar a una de las iglesias ortodoxas de Grecia y Rusia, con sus pinturas solo que los colores son mucho más llamativos. La visita puede ser guiada o por libre, el precio es el mismo. Y la cripta ya merece el precio. www.sanisidorodeleon.net/
Nos acercamos a las murallas romanas, hay muchas conservadas por León y todas interesantes de ver, sobre todo el paseo de los cubos que es una calle con las murallas y sus torres conservadas perfectamente como cubos.
Luego nos acercamos a La Casa Botines que es una obra de Gaudi, el estilo se nota que es diferente al del resto de edificios de León, incluso del palacio de Los Guzmanes, que está pegado a la casa botines. Para no faltar Gaudi puso en la portada de la casa botines un san Jorge matando al dragón (casi un lagarto grande).
De ahí cogemos la calle principal que recorre casas del siglo XIX con sus ventanales de vidriera, dejamos a un lado la plaza mayor, fortificada y con el mercado de fruta de los sábados, y llegamos a la catedral. Hay que pagar entrada para ver la catedral por dentro, una preciosa catedral gótica, y también se puede pagar para subir al tejado de la catedral. Con la lluvia que caía omitimos esa parte, que con un día sin tanta agua sería muy interesante. Quien diría que en noviembre podía llover tanto.
Al lado de la catedral está el edificio de correos que también es una casa llamativa por su aspecto, aunque ya no recuerdo el nombre. Luego cogimos el paseo de los cubos hasta la puerta de la ciudad, se le conoce como el arco de la cárcel, porque está pegando a lo antiguamente fue una cárcel. De aquí nos acercamos a la plaza del grano, cerca del barrio húmedo es una gran plaza con una fuente en el centro y varios árboles. A un lateral que da una de las pocas casas con portales de madera de la época y un iglesia. Existe un albergue para peregrinos en un lateral. Conserva el empedrado característico de León antiguo.
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