Después de unos durísimos Sitios que dejaron la ciudad de Zaragoza totalmente arrasada, comenzó un periodo
gris de ocupación bajo la autoridad francesa. El heroísmo y la barbarie se difuminaron en la rutina de los días.
Pero el 9 de julio de 1813 la ciudad es liberada y ejército invasor abandona la ciudad rebelde que
con tanto sacrificio había logrado someter. En su huida, aparte de llevarse parte del tesoro del Pilar entre otras riquezas, vuelan una de las arcadas del puente de piedra, dificultando así su persecución. Este es el fin de la ocupación francesa de Zaragoza.
En esta ocasión no fue necesario hace ningún viaje lejano pero sí disfruté de los actos conmemorativos de la liberación de Zaragoza en el 2013, tales como la construcción del pontón sobe el Ebro como antaño lo hicieron las tropas de la época tras la huida de los franceses, o la "simbólica" voladura del puente de piedra.
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