El Museo Etnográfico al aire libre en Rocca al Mare se encuentra a 15 minutos del centro de Tallin, a la afueras de la ciudad y rodeado de un bosque. Este museo es un lugar imperdible si se viaja a la capital de Estonia pues nos muestra la arquitectura rural y la forma de vida que tenían los estonios.
En el bosque se encuentra el pueblo-museo donde han reunido construcciones rurales estonias desde el siglo XVII hasta mediados del siglo XX. Las construcciones auténticas las han movido desde su ubicación original hasta la que tiene en el museo, por lo que no son replicas sino construcciones originales desplazadas hasta ahí (como Abu Simbel en Egipto tras la presa de Asuan).
De Lunes a martes: 10 - 18
De miercoles a domingo: 10 - 20
Precio: 6 euros
Detalle dentro del Museo Rocca al Mare |
A lo largo del paseo por el bosque, que es muy grande, podemos encontrar varias granjas enteras: viviendas con techo de paja, estufas sin chimenea, almacenes, saunas, establos, corrales, pozos en el patio, cocinas de verano. También nos quedan por el camino un mesón, una escuela, molinos de viento y de agua, una tienda rural, una herrería y una capillas de madera y paja.
Recomendable entrar en todas las viviendas, los interiores son de la época correspondiente con muebles, telares, utensilios de cocina, de labranza, etc.
Lo mejor es ir en fin de semana porque hacen espectáculos folclóricos. En mi caso era un día laborables y siendo ya otoño no había mucho turista, y aún menos gente con los trajes típicos. Solo vimos a una señora en la puerta de una de las granjas. Ni siquiera la taberna del lugar estaba abierta, aunque sus mesas al aire libre fueron un buen lugar para descansar.
Aún sin espectáculo estos museos al aire libre son muy interesantes y originales par ver con tus propios ojos como era el país.
Recomendable entrar en todas las viviendas, los interiores son de la época correspondiente con muebles, telares, utensilios de cocina, de labranza, etc.
Lo mejor es ir en fin de semana porque hacen espectáculos folclóricos. En mi caso era un día laborables y siendo ya otoño no había mucho turista, y aún menos gente con los trajes típicos. Solo vimos a una señora en la puerta de una de las granjas. Ni siquiera la taberna del lugar estaba abierta, aunque sus mesas al aire libre fueron un buen lugar para descansar.
Aún sin espectáculo estos museos al aire libre son muy interesantes y originales par ver con tus propios ojos como era el país.
Detalle dentro de Museo Rocca al Mare |
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