Comillas
Visita: Septiembre 2017
Mis imágenes: España I
Información para viajar: Pendiente
Cuando llegamos a Comillas relucía el sol y la plaza se encontraba llena de turistas (costó bastante encontrar aparcamiento) pero en vez de visitar el lugar entramos a comer. Cuando salimos de comer el día se había nublado, pero lo de comer pronto fue una buena idea porque cuando íbamos terminando de comer iban entrando más y más turistas y les decían que algunos platos del menú se había acabado (yo disfruté de un cocido montañés y de sardinas de segundo). Cuando salimos pasamos por la plaza con la fuente de los tres caños, que parece un candelabro. De aquí se llega a la Plaza de la Constitución, con el suelo en pendiente empedrado y rodeado de típicas casas con galerías acristaladas. Aquí se encuentra el antiguo Ayuntamiento con arcos porticados y un balcón sobre el que vemos los cinco escudos. Y a su izquierda, la Iglesia de San Cristóbal. En un lado está San Cristóbal con los escudos de armas de Castilla y de Comillas. De la plaza fuimos a ver el capricho de Gaudí, todas las veces anteriores que mi amiga había estado no había que pagar más que para ver el interior, ahora habían vallado todo el reciento y había que pagar para verlo también por fuera. El problema es que la valla corta un camino que evita la vista de la fachada lateral de la casa, la parte más bonita por su decoración. Aún así pagamos la entrada para ver por fuera (lo que se puede) y por dentro lo que queda de la casa, el capricho de Gaudi, un edificio modernista de la primera etapa del arquitecto (con este ya he visto todas las obras de Gaudi fuera de Cataluña). La casa por fuera se lleva todo el atractivo dado que por fuera, excepto un par de sillas y muebles han dejado las salas prácticamente vacías. En el exterior predominan los colores rojos, amarillos y verdes y se repite en la decoración el tema del girasol combinando la sillería, el ladrillo, el hierro y la cerámica. Todas las estancias están dispuestas de manera que la luz del sol se aprovecha al máximo, de ahí la decoración con girasoles. La sala más grande del interior de la casa es el invernadero, donde ahora se muestra un video sobre el diseño de la casa, que se creó para ser autosuficiente con las corrientes de aire y la luz del sol. Se puede subir y salir a la terraza donde se tiene una vista más completa de la torre de entrada, y de su diseño pentagonal. Aunque las escaleras de caracol para bajar, y las puertas para salir son muy estrechas y hay gente que no puede pasar. Tras salir del capricho preguntamos a la chica de la caseta por la entrada a la Capilla panteón y al palacio de Sobradiel y sus jardines, dado que como la zona había cambiado desde que estuvo mi amiga y ahora había verjas, para confirmar si se podía entrar. La chica nos dijo que estaba abierto pero dimos un montón de vueltas y ahí todos los caminos estaban cerrados con verjas y candados y no había nadie para abrir, así que tanto la capilla como el palacio se quedaron en la lista de sitios pendientes para la próxima visita. Cuando salimos de El capricho se puso a llover bastante, lo suficiente como para sacar el paraguas que no había usado en todo el fin de semana, y después de dar vueltas bajo la lluvia (y ver que la chica se había equivocado) nos dirigimos hacia el coche. Parecía que la intensidad de la lluvia se reducía así que decidimos seguir y subir andando hasta el cementerio que se sitúa sobre una colina divisando el mar. En él se encuentran los restos de una iglesia gótica y sobre ella Ángel Guardián o ángel blanco (cuya misión consiste en rescatar del infierno las almas que fueron injustamente condenadas). El cementerio se amplió conservando sus ruinas y rodeándolo con una alta tapia desde donde se ve el mar. Porque Comillas tiene tanto montaña como playa. La playa es de arena fina y dorada, y mirando al mar, se encuentra el pequeño puerto, protegido de mareas y temporales por un dique que lo rodea. También hay la figura de una “mariscadora”. Tras ello dimos unas cuantas vueltas buscando el parque Güell y Martos, por donde se llega al Monumento al Marqués de Comillas y se puede ver la casa conocida como El Duque, pero no hubo forma con tanta lluvia. De lejos vi la Universidad Pontificia y al final, debido a la intensa lluvia que no parecía marcharse, dejamos la visita de Comillas y nos volvimos a Castro a tomar algo caliente en casa, dado que no solo llovía sino que había bajado la temperatura. Todos esos sitios de Comillas quedaron pendientes para la próxima visita que hiciera a mi amiga. Una excusa como otra cualquiera para volver.
Mis imágenes: España I
Información para viajar: Pendiente
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