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Oviedo - España

Oviedo

Asturias es una de las comunidades de España que me quedaban pendientes porque la verdad, su conexión es un poco complicada. Me es más sencillo viajar a otros lugares del mundo que a Asturias, hasta que se me encendió la bombilla y miré el ir en avión desde Madrid, y efectivamente esa era la respuesta. Recuerdo que de camino al tren para Madrid una compañera me dijo que una amiga había ido en tren y aunque estaba bastante embarazada movió a su médico para conseguir que la dejaran regresar en avión, lo que dice bastante de la odisea que es llegar hasta ahí sin avión. Así que aprovechando el festivo me hice un pequeño puente para descubrir un poquito de Asturias. El aterrizaje y despegue del aeropuerto de Asturias, si no está nublado, es muy recomendable. A la ida no me enteré porque no me tocó ventanilla, pero a la vuelta si y además hacía un sol espectacular así que tuve unas vistas de unos acantilados y el mar impresionantes. El guía de uno de los tours comentó las vistas que hay desde el lugar donde se eligió el aeropuerto, y es un punto que no se comenta, pero vale la pena coger ventanilla y acordarse de mirar al aterrizar o despegar. El aeropuerto está más o menos a la misma distancia de Oviedo que de Gijón, pero por precio me resultaba mejor dormir en Oviedo, así que ahí fui y una vez llegué al hotel dejé todo en recepción y me marcho camino hacia el monte Naranco. Tenía la opción de ir en bus, taxi o andando, pero como no sé como funciona el bus urbano de Oviedo (cada ciudad tiene su funcionamiento) y hacía buen día decidí ir andando. En la ciudad hay dos cuestas bastante empinadas, no quiero pensar lo que será subir y bajar eso todos los días, pero luego la subida se hace más sencilla y empiezan a verse menos casas y más campo, hasta que a la derecha parecen tres vacas tranquilamente tumbadas en la hierba, y a la izquierda unas vistas de las montañas verdes y bajo ellas las casas de la ciudad de Oviedo. Solo la vista vale la pena el esfuerzo de la subida, además todavía hay alguna nube en el cielo por lo que el brillo del sol no lo hace incomodo ni caluroso. Después de una parada para disfrutar las vistas donde aparece el parking para coches hay que girar a la derecha siguiendo la acera (Google maps te manda por la carretera, pero hay aceras y caminos para los peatones, no hace falta suicidarse), la parada del bus urbano está frente al parking (si vas en bus). Como decía siguiendo la acera llegas hasta un paso de cebra que te lleva al camino que va directo al centro de interpretación del románico y de ahí a las dos iglesias que hay para visitar. Justo cuando llegué al inicio del camino me encontré con un peregrino que iba también al centro de interpretación, como me paré a hacer fotos de la vista desde el mirador del centro el peregrino entró antes, así que cuando yo entré me enteré que era canadiense y que este era su tercer camino de Santiago. En el centro te explican que las entradas para la visita guiada por las iglesias se realiza en la puerta de Santa Maria de Naranco, el centro tiene unos paneles explicativos, me sorprendió ver que, además de estar en inglés y español, también estaba en asturiano. Tras salir del centro me acerqué a la iglesia de Santa María del Naranco, quedaban todavía 20 minutos para la siguiente visita, pero como no había gente pude recorrer su exterior sin gente, es increíble lo bien conservadas que están las columnas de los balcones (y eso que solo las veía desde fuera). Y luego además las nubes se fueron despejando por lo que pude tener una vista completa de la ciudad de Oviedo hasta las montañas que la rodeaban, con vista privilegiada del palacio de Exposiciones y Congreso de Oviedo, como una concha blanca visto desde arriba. Llegada la hora había mucha gente para la visita, en mi caso tenía la entrada comprada por internet porque sabía que iba a llegar justo, pero si no tienes claro si vas a llegar es mejor no coger la entrada antes y cogerla ahí en la puerta, el precio es el mismo, pero te ahorras gastar más si no llegas a la hora. Tenía tiempo para subir hasta el Monumento al Sagrado Corazón de Jesús en lo alto del monte, desde donde las vistas tienen que ser aún más espectaculares, pero como em tocó un día tan despejado no contemplé la idea de hacer ese esfuerzo, ya que solo las vistas desde ahí eran muy buenas. La visita a las iglesias es muy recomendable, primero entramos en la iglesia de Santa Maria de Naranco, que por dentro tiene los detalles muy bien conservados para un antiguo palacio construido en el siglo IX. Desde dentro se puede salir a los balcones que tienen los tres arcos tan característicos del turismo asturiano y que ofrecen vistas de azul del cielo y el verde de los montes bañado por la luminosidad del sol. Tras contarnos sobre la iglesia y ver también la parte inferior de la misma la visita te lleva a la iglesia de San Miguel de Lillo, construida por el rey Ramiro I en el siglo IX, y aunque se derrumbó en el siglo XIII en el exterior se puede ver la forma de la planta de la iglesia original, pro dentro no están permitidas las fotografías porque pertenece a Patrimonio, pero también conserva muy bien cuidado en detalle las ilustraciones en piedra. Tras la visita a las dos iglesias volví de regreso a la ciudad pro el mismo camino, ya había salido el sol y hacía mucho calor, pero eso solo hizo que el paseo fuera más agradable siendo una bajada. Después de aquí me acerqué al parque Campo de San Francisco donde además de encontrar sombra en un día caluroso como el que tuve, también encuentras el Quiosco de la Música de 1899, la portada románica del viejo templo de San Isidoro, los monumentos dedicados a José Tartiere y a Clarín, y sobre todo la escultura de Mafalda sentada en un banco con la que en todo momento había fila para poder hacerse la fotografía de rigor y tras visitar el parque me fui a comer, ya que en Asturias se cómo bien aunque no es barato, eso me sorprendió bastante pero aunque no es barato no es tan caro como en Cataluña. Pero si es cierto que hay sitio de Zaragoza donde como más cantidad por el mismo precio. Donde más caro fue en Cudillero donde solo un plato era como un menú del día entre semana. Y excepto un día el resto del tiempo que estuve en Asturias fue entre semana. Lo dicho, se come bien pero no esperes que sea barato. Después de comer seguí mi recorrido por la ciudad, en sí empeizas a callejaer y acabs viendo todo lo imperdible, lo que más encuentras son esculturas pro todas las calles, las más fotografiadas que vi fueron la de Woody Allen, la del «El regreso de Willams B. Arrensberg», situada en la Plaza Porlier y que representa la figura de un viajero, el monumento a la Concordia, ubicado en la plaza Carbayón, la «Maternidad» del escultor Fernando Botero en la Plaza de la Escandalera, la de Tino Casals. Y de camino entre escultura y escultura se recorren sitios históricos y bonitos por ver, ya que el casco histórico de Oviedo es muy bonito y bien conservado. De aquí me acerqué a la Catedral, aunque la entrada cuesta 8 euros no me parece caro, aunque mucha gente se marchaba como indignada de que le cobraran por visitarla, pero solo puedo decir que ellos se lo pierden, la Sangrada Familia de Barcelona es mucho más cara y no tiene tantos detalles, porque aunque parece pequeña y normal luego entras a la Cámara Santa y te sorprende lo bien conservadas que están las figuras, luego sí es cierto que está el Santo Sudario y las Cruces de la Victoria y de los Ángeles y todas las joyas que quieras pero a mi lo que más me impresionó fueron las esculturas y lo bien conservadas que se mantienen. Durante el recorrido por el interior de la catedral también se pasa por el claustro, el altar mayor y la Cripta de Santa Leocadia. Al salir de la catedral estarás dentro de la Plaza de Alfonso II El Casto, donde junto a la catedral hay un pequeño jardín de los reyes y una bonita iglesia, dando un rodeo a la catedral puedes ver la torre, una gárgola en forma de mono, y el Museo Arqueológico de Asturias, ubicado en el antiguo monasterio benedictino de San Vicente, su entrada es gratuita y aunque de forma habitual hubiera entrado me pilló que estaba todo su acceso en obras, con taladros en la acera levantando polvo y hasta pasar por la calle fue como hacer una yincana. Y dando la vuelta puedes volver a la plaza ya que, junto a la fuente, frente a la catedral, se encuentra la emblemática estatua de Ana Ozores, protagonista de La Regenta, obra de Leopoldo Alas Clarín y de la novela española del siglo XIX, cuya acción transcurre en Oviedo. Me tope con unas peregrinas que no sabían qué personaje representaba, pero se hicieron también fotografías detrás de mí. Desde esta zona en el frente hay un palacio de piedra que fue lo único que se conservó de un gran incendio que quemó el resto de los lugares por ser de madera, y también se tiene una mejor vista de la fachada principal de la Catedral y de fondo, la torre gótica del Monasterio de San Pelayo. Otro de los lugares donde acabe llegando fue la plaza del Fontán, situada en el corazón del casco antiguo y construida sobre una laguna nutrida por manantiales y fuentes, entrando por el Arco de los Zapatos encontrarás una pintoresca plaza rectangular porticada llena de encanto gracias a sus casas de dos pisos con fachadas de colores y balconadas de madera llenas de flores, además de numerosas terrazas para tomar algo y la bonita escultura de la Bella Ñola, donación de la ciudad hermandada de Torrevieja. Alrededor de las calles exteriores al Fontán y en la plaza Daoíz y Velarde, puedes ver el Palacio del Marqués de San Feliz, la antigua fuente del Fontán, la escultura de las Vendedoras y el Mercado del Fontán aunque no visite Oviedo en un supuesto día de mercadillo aún así pro la mañana me lo encontré, por lo que el palacio lo vi mejor por la tarde, así descubrí otra fuente en una esquina en el fondo. Y sigues caminando llegas a la Plaza Trascorrales o Plaza de la Burra, situada detrás de la Plaza del Ayuntamiento, donde originalmente se vendían productos como leche y pescado, que puedes ver representados por dos magníficas estatuas, con casas de fachadas de vivos colores, también puedes pasar por el antiguo edificio que hacía de mercado de pescado. Pasar por la Plaza de la Constitución o del Ayuntamiento, situada en pleno centro histórico y lugar de paso del Camino de Santiago. En esta plaza, tienes el Ayuntamiento que tiene integrado el histórico Arco de Cimadevilla, que era la antigua puerta de entrada a la ciudad para los peregrinos, y la Iglesia de San Isidoro El Real, así como una vista clara de la cruz de los ángeles. Luego puedes salir por la Calle del Peso para ver un tramo de la antigua muralla que rodeaba la ciudad, situada en un lateral de la Plaza del Riego. Y desde la fuente del Fontán puedes empezar o acabar en la calle Gascona, con su escultura de la gitana vendiendo pescado y que es la calle donde beberte de un trago los culines de sidra natural recién escanciada, o probar algunos de los platos más típicos de ahí. Por las noches es cuando más animada estaba. Todas las tardes noches acabé pasando por alguno de estos sitios ya que todo está muy cerca, y por eso mismo en ese mismo día me crucé dos veces más con el peregrino canadiense, una comiéndose un helado y es que hizo un día de verano, en vez de primavera me hicieron días de verano del norte. El resto de días los pasé fuera de Oviedo, haciendo noche solo ahí pero el día antes de salir llegaba pronto de la excursión y me apunté a un tour de Oviedo de leyendas y miedo, aunque no se ven sitios que no hube vista en mi recorrido diario, es muy interesante para todo el que no es de ahí, porque te cuentan historias leyendas y seres mitológicos que igual los castellanos están acostumbrados pero yo estoy más acostumbrada a las aragonesas y los seres que nombraban me sonaban a chino, literalmente. Y curiosamente no solo leyendas, también descubrimos historias, como la del nazi que nunca fue condenado aun pidiendo desde ginebra su extradición, y que vivió en Oviedo y hasta fue profesor ahí. La visita la hice con serasturianu, por si a alguien le interesa.

Visita: Abril 2025

Mis imágenes: En Instagram 

Información para viajar: Pendiente 

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