Santuario de Covadonga
Tras dejar atrás barrera de acceso a los lagos de Covadonga podemos ver la basílica de Covadonga, la guía recomiendo visitar primero la cueva y luego la basílica ya que cuando hay misa es más complicado, aquí hay baños y aprovecharemos la parada antes de seguir el viaje. Empezamos la visita al Santuario de Covadonga por la Santa Cueva donde encontramos la Fuente de los Siete Caños alimentada por las aguas del río Deva, para después subir los más de 100 escalones que nos lleva hasta un pequeño mirador con vistas a la basílica y de ahí hasta el acceso a la cueva donde se encuentra una capilla dedicada a la Virgen María que fue construida por el rey Alfonso I para conmemorar la victoria de don Pelayo ante los musulmanes. La imagen de la virgen, conocida por los astures como Santina se destruyó por un incendio y la actual data del siglo XVI, pero según la guía es una replica de gran belleza y que vale la pena ver. Había tanta gente para entrar que no vi el cartel que prohibía las fotografías hasta que lo volví a ver en la entra a la iglesia en la cueva donde se encuentra la santina. La cueva tiene un pequeño túnel iluminado por velas por los oferentes y con distintas puertas decoradas ya que aquí es donde recibieron sepulcro Don Pelayo, su mujer Gaudiosa, la reina Emesinda y Alfonso I el Católico, y también se pasa por delante del monumento de las Tres Cruces de Covadonga. Al final del túnel se encuentra la iglesia y la virgen en un pequeño rincón, apenas puedes pasar verlo e irte. Tras salir de la cueva nos dirigimos a ver los exteriores de la Basílica de Covadonga, construida en piedra caliza rosa y entramos dentro para verla presidida por la imagen de la virgen. En el exterior lo que más llama la atención es la estatua de bronce de Don Pelayo. Lo mejor de la zona es la cueva, y la vista impactante de la fuente con la iglesia anclada en la roca.
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