Cuaderno Fotográfico & Vídeos

Como la subida tanto de vídeos como de fotografía es más cómoda por la página de Facebook del blog que pro el propio blog los álbum de fotografías de los países visitados han sido actualizados dentro de la página del Facebook.
¿Qué significa esto?
Pues que las fotografías del blog se mantienen pero también han sido pasadas a la página del facebook dentro de un álbum de fotos para cada país visitado. Excepto España que está dividido en tres: Zaragoza, Aragón y resto de España (por no llenarlos demasiado).
Así, si vuelve a pasar por tercera vez (por que ya me ha pasado dos veces) que desaparecen fotos viejas del blog, en la página del facebook siempre van a estar.

También las nuevas fotografías se van a ir subiendo al álbum de Facebook.
Por lo que, por ejemplo, las fotografías de Bélgica y Luxemburgo se pueden ver a través de la página y no directamente en el blog, donde solo estará la fotografía de la entrada correspondiente.

El siguiente paso es pasar los vídeos también a la página del facebook, aunque con los vídeos nunca he tenido tantos problemas que con las fotografías, si es cierto que se ven con más calidad en la página de Facebook que en el blog.

Como veis todo es por mejorar el blog.
Poco a poco iré actualizando los vínculos.

Bicentenario de la Batalla de Waterloo 1815 - 2015

El 18 de junio de 1815 comienza la batalla de Waterloo, que terminaría con el imperio francés de Napoleón, alzaría a la fama internacional a Wellington, e instauraría nuevos límites en Europa; una Alemania confederada, una España Borbónica, una Suiza independiente, una Italia de estados independientes, una Holanda bajo la Casa de Orange...

Realmente la batalla se libró cerca de la aldea de Braine-l'Alleud pero Wellington situó su cuartel general en la población de Waterloo, por lo que esta batalla heredó su nombre. Es una batalla histórica y en el 2015 pude revivirla a través de la recreación de la misma y un viaje por Bélgica.

El anochecer caía sobre el campo de batalla, y una intensa lluvia se derramaba sobre el campo y los combatientes, doscientos años después un dulce tono rosado alumbra el cielo de Waterloo. Al fondo, sobre los montículos del campo de trigo se pueden ver, entre los espacios que deja el humo del fuego (aliado o enemigo, en la distancia no se puede saber) se puede ver las banderas de algún regimiento que avanza lentamente para atacar. Bajando la ladera los jinetes de unos y otros se enfrentan entre sí en un lío de uniformes y espadas. El sonido de los cañones retumba, el fuego de los disparos, aún en la lejanía, iluminan en cielo, cada vez más oscuro al caer la noche. Con la oscuridad casi no se distinguen a los regimientos, mucho menos con el intenso humo de las armas, pero se ven los disparos de la pólvora al explotar. Y entre tanto humo se escuchan los gritos y la llamada de la corneta, así como el sonido de las gaitas. No es un cuadro o una película, aunque por los colores y las posturas lo pareciera, es la recreación de la batalla de Waterloo en su doscientos aniversario. 

Poder ver la inmensa recreación de la batalla, dos días de recreación, y así como sus lugares históricos y campamentos, sin duda merece la clasificación de momento memorable.


Ataúdes colgantes en China

Una de las partes más interesante de mi viaje a China fue ver los ataúdes colgantes.

Los ataúdes se colocaban en las grietas, cuevas naturales y artificiales o en los salientes de la roca. Aunque los que resultan más espectaculares son los que eran colocados sobre el vacío apoyados sobre postes de madera que se fijaban en agujeros que previamente se habían hecho en las paredes de la roca. 

En mi recorrido en barco por el río Yangtse desde Badong pude ver ataúdes colocados sobre vigas de madera entre los huecos de la pared rocosa, a bastante altura. Mientras que otros se veían más cercanos al agua colocados sobre estructuras de madera sobre la roca.

En las fotos se ven los huecos de las paredes desde el barco que nos llevaba, y luego un zoom para ver los ataúdes apoyados sobre vigas de madera en esos mismos huecos. Dos imágenes que reflejan el extraño ritual de enterramiento de esta desaparecida etnia china.

Vista desde el barco de los huecos de la piedra y los ataúdes.
Detalle de cerca de los ataúdes colgantes
Los Bo dejaron numerosas pinturas murales en las paredes de sus precipicios en las que se muestra a personas bailando, montando a caballo o realizando acrobacias, así como escenas de su vida diaria y sus batallas. Sin embargo, no dejaron ningún escrito o documento. Por lo que todavía no se sabe cómo y por qué los Bo colocaron los ataúdes de madera hasta semejantes alturas. 

Hay varias leyendas chinas que atribuyen a los Bo la capacidad de volar, algunos historiadores indican que estas leyendas estarán basadas en el método de poleas pro el cual los Bo debían colocar los ataúdes a esas alturas en las montañas.


Detalle de ataúd en el hueco de la pared.
En la casa museo que visitamos se pueden ver algunas de las pinturas y explicaciones de las diversas teorías que tienen los arqueólogos sobre esta etnia desaparecida.

También es posible ver uno de estos ataúdes de madera, donde dentro se cubría el cuerpo con un lino, y a sus pies dejaban varias joyas. En uno de los cuadros explicativos indicaban que también encontraban ataúdes con dos o tres cuerpos, por lo que suponían que era un enterramiento familiar.

Una cosa muy curiosa es que estando en el museo los visitantes asiáticos (eramos solo seis occidentales) metían dinero en las rendijas de la vitrina de cristal para que cayera sobre el ataúd. Supongo que tendrá su explicación pero ya de por sí los ataúdes colgantes son algo muy misterioso donde todo lo que cuentan son teorías.

Cuando viajé en mayo del 2009 no había mucho occidental (4 españoles-contándome- y 2 australianos) el resto eran asiáticos, pero espero que con el tiempo, al igual que pasó con Corea del Sur, haya aumentado la visita de estos lugares, que no por ser menos conocidos son menos interesantes.

Ataúd en el museo

Brujas - Belgica

Brujas
De Gante cogimos el tren a Brujas con la comida comprada para poder comer mientras hacíamos el trayecto. No había nadie en el tren pero es que paraba en un montón de pueblecitos. No nos importó mucho porque llegábamos más o menos a la misma hora que el tren directo solo que teníamos más sitio para escoger sentarnos y comer que en la estación de tren de Gante. La tarde que dedicamos a ver Brujas podría haber visto Amberes y así cumplir con mi itinerario planeado, pero mi amiga no había estado nunca en Bélgica y como todo el mundo va a: Bruselas, Gantes, Brujas, no sé quería perder Brujas. Aunque luego reconocería ante las típicas preguntas de ¿a qué te ha gustado mucho Brujas? Que le gustó mucho más la visita a Ostende. Y es que a la hora de viajar todo depende de los gustos de las personas. En mis viajes he viajado sola o acompañada y quitando las tres amigas con las que sé que puedo viajar, con el resto prefiero viajar sola. No empecé viajando sola por decisión propia sino porque nadie me podía acompañar en esos tiempos, pero ahora cuando hago un viaje sola sí es porque quiero. Disfruto igual y depende de la compañía, hasta más. Con tantos viajes ya sé con quién puedo viajar y con quién no (y no es por hacer honor al dicho de “mejor solo que mal acompañado” pero un viaje con gente que no tiene los mismos intereses que tú a la hora de viajar, puede ser un auténtico suplicio, y dejar un mal recuerdo a todos). Siguiendo con el viaje a Brujas, tuvimos un “pequeño” altercado con el de los tickets de la estación, el hombre tenía buena voluntad pero se enfadó mucho cuando no le dijimos de primeras nuestra edad pero, que aunque no lo aparentáramos, no teníamos edad para un descuento en los tickets. Saliendo de la estación y siguiendo el canal (se puede hacer por el parquecillo pero por mi alergia lo dejamos de lado) se llega al Begijnhof, y aquí ya se entra dentro de los que es el centro histórico y turístico de Brujas. Todo el camino va a estar rodeado de canales, cisnes, coches de caballos, muchos turistas y preciosas casitas. A medida que iba guiando a mi amiga por los rincones típicos de la ciudad (es lo que tiene ya haber estado, aunque fuera varios años atrás), podía observar cómo nada había cambiado. Las personas sí, la forma de vestir, pero los rincones de mi memoria seguían igual, y mirando luego las fotografías, hasta los monumentos seguían igual. Tuvimos la suerte de que tras la comida salió el sol, por lo que pasear por Brujas fue mucho más agradable que por Gantes. A parte de ver los lugares típicos rodeados de turistas, también compramos chocolate, típico también, y nos dejamos el paseo, también típico, por barco por los canales. No lo he hecho todavía pero con los puentes y callecitas junto a los canales tampoco es algo tan imprescindible como pueden ser en Venecia, donde las calles en tierra son un auténtico laberinto y muchas no te dejan ver nada. La pena, por mi amiga, es que la plaza del ayuntamiento estaba rodeada por una carpa y grúas, por lo que la vista de la Grote Mark era incompleta, y difícil disfrutar de los edificios que la rodean. Acabamos de verlo todo a tiempo para volver a Bruselas a preparar el equipaje para salir a las 4.40 de la mañana destino el aeropuerto. Nuevamente al facturar mi maleta grande – por el bonete de primavera de 1814- nos ofrecieron facturar gratis el equipaje de mano, y es que nuevamente el vuelo a Zaragoza -con ryanair- iba lleno (aunque los aeropuertos estén alejados de las ciudades es una maravilla no tener que desplazarse hasta Madrid o Barcelona).

Visita: Junio 2015

Información para viajar: 

Transporte en Bélgica
Tren por Europa

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Recuerdo de Belgica

Gante - Belgica

Gantes/ Gante

En Gantes había estado hacía trece años, y siempre me quedé con la sensación de o haberme equivocado de lugar o no entender el atractivo de esta ciudad para estar en entre los tres clásicos de la región de Flandes, luego comprendí que no lo había visto por completo, que no llegué hasta el rincón más espectacular de la ciudad (según mi opinión) que es el castillo de los condes de Gante. Tomamos el tren a primera hora destino Gante, y nada más llegar lo primero que hay para disfrutar es la estación de tren de Sant Piers, que es como un palacio, tanto por fuera como por dentro. Recordaba esta estación de mi primer viaje a Gantes así que aproveché para volver a ver los techos pintados de la estación y su exterior de ladrillo rojizo. De aquí es fácil llegar andando al centro, a mi amiga le propuse ir en tranvía si quería, no lo había cogido pero así había que andar menos. Como no había nadie decidió que podíamos ir andando, yo recordaba que con seguir las vías del tranvía todo recto acababas llegando al centro de la ciudad mientras se cruzaban un par de canales. El centro tiene unos cuantos enormes edificios, algunos con unas escaleras tan altas que yo que no soy bajita no conseguí sacar la cabeza por encima. Las casas y los canales eran iguales a los que recordaba (eso significa que efectivamente no me equivoqué) y aunque una chica cuando nos oyó hablar español nos ofreció un tour guiado que iba a empezar, aunque había unos cuantos turistas para apuntarse no nos daba el tiempo, porque aparte de ver los edificios y su rincóncito con puerto, barquitos y casitas en uno de sus canales, o su enorme torre con San Miguel dorado y reluciente matando al dragón desde lo alto (aquí sería San Jorge), nuestro objetivo era el castillo de Gante, que en su día no pude ver y que tenía planeado ver de arriba abajo. A mi amiga le gustó mucho por fuera, la entrada al lado del tranvía, cubierta con sus cables, puede engañar (aunque como dijo mi amiga esa poca decoración es típica de un castillo medieval sin retocar por otras épocas posteriores) pero el lateral que da al canal es una vista impresionante. No había nadie cuando nos acercamos y nos tomamos nuestro tiempo para hacer muchas fotografías desde el puente admirando un castillo de juguete, con sus piedras grises, sus altos torreones, sus mini ventanas tan medievales, y su aspecto redondo. Entramos y tras comprar los tickets me quedé esperando a mi amiga, que estaba indecisa porque no sabía si nos daría tiempo, le había hablado de no perderse Brujas, que no estaba en mis planes porque ya había estado y había visto todo lo que tiene la ciudad, pero que como ella no había estado al final íbamos a ir ese mismo día. Le dije que había tiempo y que yo o veía el castillo de Gante o no repetía otra ciudad más. Al final mi amiga acabó encantada con el castillo, y si bien es cierto que nos tomó bastante tiempo recorrerlo nos dio tiempo a ver Brujas sin problemas. El castillo tiene un formato redondo que uno puede recorrer completamente, son sus murallas exteriores con sus altos torreones y sus pequeñas ventanas para evitar ataques exteriores y con el espacio justo para disparar con ballestas. Luego, en el centro del catillo está la torre principal con lo que son las salas del castillo, entrando se pueden ver varias salas adornadas con vitrinas con diversas armas de fuego antiguas, ballestas, armaduras, instrumentos de tortura, etc. Y mientras vas cambiando de salas vas subiendo y subiendo hasta que ya solo quedan unas escaleras (más escaleras, sin duda el viaje de las escaleras y las cuestas) para llegar a lo alto del torreón con sus banderas ondeando al viento y sus vistas de toda la ciudad de Gante (eso sí, hay que asomarse por las pequeñas ranuras entre muro y muro, para verla). Aquí arriba duramos poco porque después de varios días de sol el domingo amaneció nublado y el viento soplaba fuerte, así que hacía mucho frío tan arriba. Tras subir hasta arriba del todo sigues descendiendo mientras vas pasando por varias salas hasta salir y acabar con la visita. No recuerdo cuantas horas estuvimos viendo el castillo pero es un lugar recomendable, sobre todo por lo único del lugar, lo bien conservado de su estructura y cómo lo han respetado sin añadir épocas nuevas, algo poco habitual. 

Visita: Junio 2015


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