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Recreación Batalla de Vitoria - España

 Recreación Batalla de Vitoria 

Este fin de semana he estado en Vitoria para la recreación de la batalla. El viernes por la tarde estuvimos dando un paseo por el casco histórico de la ciudad y visitando por dentro la catedral nueva de Santa María. Al día siguiente tocaba desfile por la ciudad de Vitoria, homenajes y salvas. Hubo un lío con el lugar de encuentro, nos dijeron diversos sitios casi parecía que no querían que desfiláramos. El año anterior no fui al desfile porque estaba en la conferencia del museo de la armería y luego en el té en el museo de bellas artes. Lo que más me gustó fue el discurso en ambos lugares donde estuvimos: en la plaza de la Virgen Blanca y en la diputación donde hay una escultura del general Álava. Lo peor fue como siempre, ser la parte civil de una recreación militar. Pero bueno, este año ya no hay más. Tras el desfile y discursos nos llevaron en autobús hasta Armentia, donde estaba localizado el campamento y donde se realizarían las dos batallas, una junto a la ermita basílica y otra junto al campamento. En el campamento nos dieron de comer, y mientras unos tenían tiendas de campaña, con mesas y sillas, otros nos hicimos un picnic a la sombra de los árboles, junto al riachuelo. El lugar era idílico y el tiempo fue espectacular, quizás demasiado calor para ser el norte pero al menos no amenazó con lluvia en ningún momento. Después de disfrutar de la comida picnic y de la charla en compañía, las damas dimos un paseo por esos caminos mientras otros dormían la siesta, limpiaban las armas o jugaban a las cartas, lo que es la vida de campamento. Después cuando el público empezó a llegar algunos hicieron demostración y explicaciones sobre las armas, y luego hubo una demostración por parte de los húsares y sus caballos. Duelos a sable sobre caballo y caídas. Pusieron también una manzana y sandías en unos palos para que los jinetes las cortaran con el sable al pasar al trote con el caballo demostrando así el uso de caballo y las armas. Después del espectáculo nos acercamos a la ermita basílica para ver su interior y su pórtico y rezar antes de la batalla. La batalla era en la campa junto a la ermita, los escoceses y los españoles estaban al otro lado del riachuelo (es un lugar idílico para pasear y estar) y al otro lado junto a la ermita basílica estaban los franceses y los civiles que los acompañábamos para disfrutar de las vistas. Al fin y al cabo las batallas en esa época eran como ver un programa de televisión hoy en día; un entretenimiento. Los escoceses, ingleses y españoles fueron ganado terreno, cruzaron el rio y avanzaron hasta subir la loma hasta la ermita, desde arriba los civiles veíamos la batalla con nuestros catalejos, los disparos a fusil y las batallas a caballo. Al final las tropas avanzan obligando a la retirada a los franceses y los civiles tenemos que correr escapando del lugar. Así con la primera derrota del ejecito francés, acaba la recreación de la tarde. Son las nueve de la noche y van a darles la cena y luego, ya se sabe, campamento, fuego, alcohol, mujeres…yo me fui a Vitoria a descansar otros sé que se quedaron hasta las tres de madrugada de fiesta. Al día siguiente en cambio todos tienen que madrugar para las 10 de la mañana abrir el campamente al público. Los que se quedaron en el campamento a dormir se despiertan a toque de corneta, el resto podemos descansar algo más. La batalla esta vez es más a lo largo, a parte de los soldados y la caballería hay otras cosas en las que fijarse, como las cantineras dando agua a los soldados sedientos, o al espía civil que toma notas de la batalla y luego se las pasa a su mujer para que la nota llegue a buen puerto, es decir, a mano de las familias que van a hacer negocio con conociendo las noticias de la batalla con antelación a los demás. Las compañías de ingleses, escoceses y españoles van avanzando y ganando terreno a las tropas y caballería francesa, de forma que los civiles que estamos viendo la batalla en la retaguardia tenemos que correr hasta el campamento para recoger las cosas de valor y alejarnos antes de que el ejército contrario llegue y lo saquee todo. Pese a escapar las tropas están animadas por haber ganado la batalla y uno de los civiles es atrapado y desnudado por los soldados que se reparten su ropa entre sí, otras luchamos por liberarnos de las garras de los soldados y alguna cae en el suelo y acaba siendo violada. Cosas que pasaban en la batalla, se recrean todas. Fue una recreación con muchos detalles en los que fijarse, claro que hay que ser observador, y donde la pasamos muy bien.

Visita: Junio 2018

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Recreacion Napoleonica L'Arboç - España

Recreacion Napoleonica L'Arboç

Llegó el domingo y tocaba madrugar (ya echáis de menos que lo dijera) pues sí, vamos de recreación napoleónica y por tanto toca madrugar, aunque seguramente volvamos antes de que acabe la recreación. Esta vez vamos a L’Arboç, un pueblo de Tarragona en el que nunca he estado. para llegar cogeremos el tren regional, que es como más cómodo se viaja si se va con ropa y complementos de época (para ser una moda ligera en cuanto a ropa llevaban muchas cosas encima). El trayecto fue tranquilo y parecía que el día no acompañaría pero al final no llovió y hasta hubo bastante sol, lo suficiente para celebrar cada soplo de aire que nos llegaba. De la estación al centro del pueblo no había mucho trayecto, pero llegamos muy pronto y al final no hubo desfile (casi mejor) pero el motivo de madrugar era el desfile. Como no hubo desfile tomamos algo en una pastelería y luego dimos un paseo por la calle mayor del pueblo. Por lo que vi el pueblo no es muy grande pero tiene unos edificios muy bonitos. En la calle mayor, en frente del ayuntamiento estaba colocada una tienda de ropa y complementos francesa, un grupo de recreadores de Perpiñán se habían desplazado hasta L’Arboç y tenían telas, bordados y medallas entre otras cosas. Más o menos cerca estaba el campamento, al ser un población pequeñita el campamento estaba en la calle central, un par de tiendas para cada regimientos, pero como siempre con los detalles de los cuadros y los soldados: el regimiento de Cameron Highland, es decir, escoceses que dan mucho color al evento, las milicias de Tarragona y el regimiento de línea francés. Unos durmiendo, otros limpiando sus armas, otros desfilando calle arriba y abajo tras las órdenes del capitán. Nosotros estuvimos por ahí, como cualquier otro civil de la época, paseando, aunque nos escapamos cuando empezaron a llegar los trabuqueros, los disparos del trabuco son mucho más fuertes que las armas de los regimientos, por lo que cuando más lejos menos peligro corrían nuestros tímpanos. El problema es que era como si nos siguieran porque nosotros nos alejábamos y ellos seguían avanzando. Finalmente llegamos a una plaza con una iglesia y ahí nos quedamos porque el rincón era muy cómodo, con asientos, con callejones a la sombra y además, juegos antiguos que nos entretuvieron bastante tiempo. A parte de pasear y tomar algo ¿qué pueden hacer los civiles en la época? Pues divertirse con unos juegos simples. Con el que más nos reímos y es que tiene un punto bastante complicado; es el juego del garrote. Había que coger un garrote y lanzarlo con el pie y hacer que quedara colgando de un palo. Caballeros y damas probaron el juego, dicen que un caballero tras mucho intentar lo consiguió (yo no lo vi), también estaban las anillas, aquí yo jugué y la primera fallé pero tras descargare de peso (sombrilla, bolso, etc) conseguí enganchar las otras dos anillas. Luego seguimos paseando y visitamos la exposición de gigantes y cabezudos, y comienzan los bailes tradicionales. Las mujeres que bailan son muy majas que se molestan en quitarse las gafas modernas cada vez que les piden una fotografía, es lo menos que hay que hacer pero muchos recreadores militares no solo no llevan gafas de época sino que además ni las ocultan, por lo que me fijé en ese detalle. Y tras los bailes más juegos y paseos hasta que empezaron los tiros, según ibas caminando por las callejuelas te podías encontrar con soldados francesas disparando en las esquinas. Y finalmente los franceses entran en la plaza y arrastran a mujeres y niños contra la pared. En nada responderán las milicias pero yo me escapo antes de que siga la lucha y me refugió en una esquina con el resto de las damas, al fin y al cabo ya he visto varias batallas. Y una vez finalizada la batalla el resto del grupo, los caballeros al frente vienen a recogernos para ir a ver la ofrenda de flores en homenaje por los caídos en la batalla de hace 210 años y tras un discurso y la ofrenda marchamos paseando a comer por otra de las calles con un bonito edificio. La comida muy buena, de todas las que me han dado invitada como recreadora la mejor, y situados bajo la sombra de las moreras no se estaba mal, aunque todos los trajes peligraban con las moras que caían con el viento. Tras la comida nos marchamos a coger el tren, dado que al ser domingo la frecuencia del tren es menor y hasta Barcelona había más de una hora de trayecto. Un entretenido domingo en buena compañía y de viaje en el tiempo. Y el pueblo tiene rincones interesantes, pero más modernistas, tal vez para otra visita.

Visita: Junio 2018

Mis imágenes: Álbum de Recreaciones 1800-1815

Información para viajar: Pendiente

IX Rally Internacional de Autobuses Clásicos de Barcelona - España

IX Rally Internacional de Autobuses Clásicos de Barcelona

Como ya avisé en la página de facebook del blog el fin de semana se celebraba el Rally de autobuses clásicos de Barcelona. El sábado por la tarde era la inauguración de la exposición de autobuses clásicos en la avenida María Cristina de Barcelona, junto a la plaza de España, y el domingo empezaba el rally. Ya tenía pensado ir a echar un vistazo, porque tenía muy buena pinta, pero además me enteré que iba el grupo Naitilus, que son un grupo de recreadores que iban a ir de vestidos de los años 30-40. Y claro, no es lo mismo ver la exposición de autobuses antiguos que verlos con gente vestida como en la época. Le da otro color a la exposición. Y además los recreadores disfrutan con el lugar, que tiene el ambiente necesario para lucir sus trajes de época. Es decir, que son eventos hechos el uno para el otro. Tenía pensando llegar apenas un par de horas antes de la exposición, pero cuando llegué a la estación vi que todos los trenes con destinos Barcelona iban con retraso, afortunadamente no tenía prisa, pero no resulta de ser curioso que cuando voy a Barcelona es algo habitual. Me encontré con Vany del Grupo Nautilus. Vany y su grupo me aceptaron para acompañarles vestidos de época a la exposición. Vany es una persona maravillosa y fue como una gallina con sus polluelos, me arropó todo el fin de semana, y la gente que conocí era muy maja, y así da gusto ir a cualquier sitio. Pero dejando a un lado las personas, que sé que normalmente no leéis las entradas por las personas sino por los lugares, volvamos a la exposición del rally de autobuses clásicos. El sábado solo estaba la exposición, y el domingo estaba la exposición de los autobuses clásicos que tomarían parte de la salida del Rally, para luego a las 11:00 comenzaría el rally que llega a Caldes de Montbui por la tarde. El domingo tenía otros planes, pero bien podía disfrutar de la exposición ese sábado tarde. Y lo mismo debió pensar mucha gente, porque durante el tiempo que estuvimos hubo una amplia afluencia de público. El recorrido de la exposición comienza con algún coche y autobús antiguo, y luego va avanzando en los años, de forma que los autobuses son más modernos a medida que uno avanza. Aunque es una exposición de autobuses se pueden ver algún coche o carruaje, para dar muestras del inicio de la automoción que luego nos llevaría a los autobuses modernos. Como una no entiende de coches había que leer los carteles para saber de qué época eran y obtener algo de información al respecto, aquí mi única pega es que los carteles no estaban más que en catalán, que yo lo entiendo pero ¿y todos los demás turistas?, cuando viajamos solemos esperar encontrar algo más que el idioma del lugar pero luego olvidamos hacer lo propio en casa. Todos los autobuses eran muy coloridos y llamativos. Si además le añadimos a los recreadores, la estampa era un viaje al pasado. A la gente le gustó mucho vernos vestidos de época, lo que deduzco por la cantidad de fotografías que pidieron hacerse. allá donde íbamos, allá que nos rodeaba la gente. Y un propietario nos dejó subir a su autobús y descubrir que no era nada sencillo en épocas pasadas viajar en ese tipo de transporte, desde fuera parecía que iba a comenzar un rally de la época cuando veías a todos los recreadores subidos al autobus. Una exposición interesante y entretenida para pasar un ratito diferente una tarde de sábado.

Visita: Junio 2018

 Mis imágenes: Álbum de Recreaciones varias épocas

 Información para viajar: Pendiente

Recreación Los Tercios en Jaca - España

Recreación Los Tercios - Jaca

Cambiamos de tercio. Y nunca mejor dicho, porque me voy de viaje a la época de los tercios españoles: la Jaca del Siglo XVI. A primera hora de la mañana ya había fila en la taquilla donde se compraba la entrada para ver la recreación de los tercios en la ciudadela. La entrada no me pareció nada cara, eran cinco euros y podías entrar y salir durante todo el día. Aunque el domingo oía a unos cuantos quejarse del precio, está claro que la gente no ha ido a otros sitios de España donde por menos pagas más. El sábado y domingo hubo bastantes visitas pese al mal tiempo, el sábado viento y un poquito de lluvia y el domingo mucho frío (al menos para mí). Lo cierto es que la ciudadela de Jaca es un lugar único para una recreación porque tienes el rincón perfecto para crear el ambiente de la época. La ciudadela de Jaca se construyó en 1592 y este fin de semana se iba a recrear la vida y batalla de los tercios, que duraron desde 1534 hasta 1704. Un tercio era una unidad militar del Ejército español durante la época de la Casa de Austria. Los tercios fueron famosos por su resistencia en el campo de batalla. Yo me lo pasé muy bien, me gustó muchísimo todo lo que vi y además me encontré con gente muy maja durante todo el fin de semana, lo que ayuda mucho a pasarlo bien. Antes de entrar a la ciudadela, la bandera de los tercios ondea en la entrada custodiada por dos guardias de la época. Desde el momento en que cruzas las puertas de la ciudadela cambias completamente de época y te encuentras sumergido en el siglo XVI. Podrías pasear por la ciudadela o bien quedarte en un rinconcito como un viajero del tiempo dedicado a observar los acontecimientos en silencio. Daba igual lo que decidieras porque en cada rincón la vida de la época estaba presente. Tras cruzar el umbral de entrada a la ciudadela me dirigí al patio central donde el capitán estaba dando instrucciones sobre el uso de la pica, a mi alrededor empezaron a llegar campesinos y nobleza para ver el espectáculo y yo me quede cerca escuchando un poco (no mucho debido al fuerte viento) las instrucciones que el capitán impartía a los piqueros sobre como manejas las picas en el combate bajo la atenta mirada del clero y la nobleza. Como observé que la instrucción iba a ser larga, algo comprensible teniendo en cuenta que las picas miden varios metros de alto, me dediqué a observar los detalles de los trajes de la nobleza cercana. La moda de este siglo nunca me ha interesado pero no deja de ser llamativa la diferencia entra las clases sociales, mucho más que en otras épocas. Además la decoración de las magas, los cuellos, los tejidos, y la complicación de las faldas no dejaban de ser llamativas. Tras despistarme de la nobleza dirigiéndose hacia la capilla observé junto al pazo otra instrucción, donde se estaba dando explicaciones de cómo cargas el arma, colocarla, encender la mecha y disparar, no sabría decir si era una instrucción de mosqueteros o arcabuceros, dado que mi conocimiento sobre armas no me permite distinguir entre mosquetes y arcabuces, y ambos son parte del ejecito español que se colocaban como apoyo a las picas en el ataque de la batalla. Junto al pozo podías ver pasar a los caballos ejecutándose con sus jinetes a sus lomos, o bien al pueblo subir con cestas llenas de comida. Girando hacia la derecha te podías encontrar con otro grupo en instrucción, pero mi duda es la misma, no sé si eran arcabuceros o mosqueteros pero también estaban enseñándoles cómo debían proceder con el arma, sobre todo muy importante, tanto en español como inglés, había algo que no se hacía nunca con los guantes puestos (el viento fue un incordio todo el sábado, tanto porque la cofia no me aguantaba en la cabeza como porque a veces no me dejaba oír con precisión lo que decían). Mientras estaba junto al pozo observando a los soldados en instrucción una dama de la nobleza bajó con su sequito y su guardia personal y conseguí ver a unos rodeleros hablar sobre la paga que habían recibido. Así que me animé y decidir subir a ver que había pro el campamento, yo tenía algunas frutas en mi cesta que se podían vender llegado el caso, y no hay que olvidar mi papel de espía, tenía que descubrir donde estaba la tienda de la persona a la que debía seguir, y localizar cómo vestía porque con tanto sombrero o casco era muy difícil conseguir reconocer a la gente así que tenía que identificar el ropaje para poder vigilarlo en la distancia. La zona de campamento era todo un pueblo viviente, podías encontrar la taberna donde había fuego real y te vendían migas o morcillas cocinadas ahí (y bien ricas), aunque cerca estaba el dentista que con los gritos de sus pacientes y la sangre quitaba un poco el apetito, mientras las tiendas de la nobleza tenían sus mesas y adornos como si fuera un pequeño palacio, nunca llevaban lejos la comodidad que su rango requerida, y hasta estaba la tienda que era la capilla del grupo, con su virgen y sus sacerdotes, mientras alrededor las tiendas de la soldadesca eran un cumulo de armas, jarras de alcohol y comida. Paseando podías ver la tienda donde vendían sardinas, cestería, hierbas, y también había música, para divertirse un rato. Un poco más lejos estaba la zona donde encargarse de los muertos, así como un charlatán que mantenía a la gente entretenida a cambio de dinero, y mientras los niños correteaban jugando con espadas de mentira otra zona de tiendas de la nobleza, y aquí se podía ver a un escribano, también muy útil si uno quería redactar alguna carta para la familia, y empezaban a organizar algún taller de costura mientras la nobleza bebía y comida en sus tiendas resguardados del viento. Mientras paseaba buscando a mi victima disfrutaba de cada rincón y lo que me ofrecía los sentidos. Y así desde arriba pude ver como las picas entrenaban los ataques unas contra otras, mientras en un lado de la muralla estaban otros practicando con las espadas. Junto a mí la nobleza comenzó a bailar y pude observar cómo eran los bailes. Y finalmente lo encontré, había estado practicando con las picas y una vez localizado ya no lo perdí la vista, ya bien de cerca o de lejos, lo tenía localizado. Y como no había sido suficiente en la plaza empezaron a juntarse la gente del pueblo con un par de músicos que comenzaron a enseñarnos bailes de la época y animándonos a bailar con ellos, y había bastante gente pese a que comenzó a llover (nunca llegó a llover muy fuerte pero si cayó algo de agua). Y sin darme cuenta llegó la hora de la comida, donde aproveche para regresar a mi alojamiento y descansar un poco, porque había pasado toda la mañana sin descanso disfrutando de instrucciones, de experiencias ajenas (es lo que tiene ser un observador) y de bailes. Y justo mientras miraba por el balcón de mi habitación, que daba al frente de la ciudadela, vi al objeto de mi seguimiento, así que me prepare y seguí a la persona con calma hasta descubrir que era el momento de la instrucción de los rodeleros. Me quedé observando parte de la instrucción donde los rodeleros practicaban con la espada y el escudo y aprendían a como atacar a las picas. Después subía a echar un ojo al campamento y así observé a los mosqueteros practicar en otro patio de la ciudadela, y mientras estaba sentada en el muro también vi como los pequeños mosqueteros luchaban con los rodeleros. Cuando empezó a llegar la gente me pidieron hacerme varias fotos, al parecer (con la cofia bien puesta) les recordaba a un cuadro, excepto una pareja de japoneses que me pidieron muy educadamente una foto (como son ellos) y luego me intentaron decir a quien me parecía pero no los entendí. Mientras me levantaba y volvía para bajar a ver otra vez el campamento vi como los mosqueteros que estaban desfilando paraban para la bendición del clero, o luego a unos cuantos que estaban luchando con espadas, así que me senté cerca del pozo para ver el combate de esgrima que fue interrumpido por el capitán, porque los duelos estaban prohibidos, pero ellos aludieron que no era un duelo que solo estaban practicando. Luego tuve que dejar la ciudadela un rato para ir a ver a un amigo, que es de Jaca, y cuando regresaba coincidí con los tercios de dar una ronda por la ciudad, desfilando con sus picas por Jaca. Los seguí al interior y en ese momento vi que en el salón estaba la nobleza reunida con el clero, no podía entrar dentro porque la sala estaba escoltada por dos soldados (uno de ellos la persona a la que “espiaba”) y apenas podía escuchar pero entendía que le estaban dictando al escribano el testamento de una de las damas. Dejándoles con su testamento me dirigí a la plaza central donde me encontré con una procesión que llevaba la virgen y el olor del incienso impregnaba el ambienta mientras los niños corrían detrás, escuche a unos decir que era un entierro y luego vi en la televisión que hubo algo en la morgue, pero me lo perdí, es que había muchos cosas y todas a la vez, era pasear y descubrir un rincón nuevo, es decir, como la vida misma, y no una representación cronometrada. También vi a un recreador sacar el móvil un momento (porque hay vida y tiempo fuera de las murallas) y escuchar a una niña toda serie “mama, en aquella época ya había móviles” y la madre sonreír y decirle que no. Así como un padre decir a sus hijos: “mira ya salen los caballeros, no los caballos, sino los caballeros”, cuando los mosqueteros desfilaban por el foso de la ciudadela. Aunque también un profesor de historia nos dijo que estaba enseñando a sus alumnos ese siglo y que les iba a enseñar las fotos porque era la historia viva. Así que hubo de todo entre el público, incluso el que el domingo se quejó que había todo cajas y bolsas de plástico (eso era nada más abrir la puerta de la ciudadela a primera hora del domingo en que la gente todavía ni se había preparado, porque los de fuera no saben lo duro que es vivir un día en otra época. Los recreadores que estaban en la habitación contigua a la mía dijeron “yo he venido a pasármelo bien” y eso precisamente hacemos, pero cuando uno se pega todo el día sin parar, pasándoselo bien, pero sin descansar más allá de una hora para comer, al final acaba muy cansado como para estar listo a primerísima hora, y a eso hay sumarle el frio que llegó de repente para instalarse el domingo, que ni que fuera invierno. Pero no creáis que la tarde del sábado acabó en el entierro o procesión o lo que fuera. Sino que después hubo una explicación de las diversas armas y el uso de estas durante la época, aquí volvió a llover un poco, y al final se hizo el alzado de bandera y un minuto de silencio. Y aunque salimos de la ciudadela luego regresamos tras cenar para comenzar el desfile con antorchas por la ciudad. La noche con el viento y habiendo nevado en las montañas se volvió muy fría y hubo mucha gente que no apareció. Aunque otra mucha más que por el frío no apareció porque falleció tras el intenso día, como una dama de la nobleza, que cayó agotada y por la noche ya no se la vio. Pero el desfile con antorchas por la ciudad es muy interesante porque pese a que los desfiles son lo más aburrido de las recreaciones este tenía un regalo para los recreadores. Me explico, el desfile comienza en la ciudadela donde nos dan antorchas y salimos con ellas encendidas por las puertas de la ciudadela y empezamos a recorrer toda la ciudad, Jaca no es muy grande pero a esas horas todo el mundo está en los bares y restaurantes así que nos dejamos ver y oír porque también salimos con un tambor y la cruz delante de nosotros abriendo camino. Y el tambor con su sonido llama la atención sobre la procesión de tercios y el pueblo con fuego. Pero cuando por fin regresamos a la ciudadela el desfile no acaba aquí sino que vamos a dar una vuelta por la plaza con las antorchas y de regalo nos apagan todas las luces del lugar, y estábamos andando en la noche solo con la iluminación de las llamas de nuestras antorchas. Un momento fabuloso, no para el público pero si para nosotros, que el público ya nos tuvo andando por la ciudad un rato largo, que tras todo el día sin parar (y yo no había estado entrenando o de guardia de pie, o pelando) ya estábamos cansados. Y al final de la noche por fin regresamos a dormir y al día siguiente de nuevo a vestirse y salir. Dentro de lo que cabe yo tuve suerte porque como no tenía traje de la época me apañé uno de pueblo con el baúl de baturra de mi hermana una cofia que tenía, pero la nobleza se levantó a las ocho para empezar a vestirse y terminó a las diez y cuarto. El domingo disfruté de ver la batalla, podía haber participado pero tenía muchísimo frío, dado que no tenía ropa de lana, no me esperaba esas temperaturas a estas alturas. Antes de la batalla disfruté paseando y hablando con la gente del campamento, esta vez había mucho más publico pero o que más me apetecía era acercarme al fuego y comer. La batalla fue muy interesante porque recreaba un ataque unos aldeanos por una partida francesa y luego un regimiento español contratacaba. Me gustó por dos motivos, uno porque incluían a los civiles, cosa normal en la época, pero no usual en algunas recreaciones en ciudad, y otra porque como es una época de la que no conozco apenas la estructuración de ataque fue muy interesante (el cañón tal vez demasiado cargado porque el público nos ahogamos en pólvora y un viento muy fuerte que no dejaba oír las explicaciones, pero por todo lo demás muy interesante y entretenida.

Visita: Mayo 2018 

Mis imágenes: España - Recreaciones VII - S.XVI.

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