DIARIO 2024: PAISES BAJOS - VEERE - DIA 01

Este fin de semana con la excusa de un evento regencia no solo viajamos en el tiempo (entre 1790 – 1820) sino que también visitamos un sitio nuevo. Cuando estuve por los Paises Bajos no llegué a este pueblecito porque no hay tren. Tienes que llegar en bus o en coche. Está más cerca de Belgica y de Rotterdam que de Amsterdam pero por tema de horarios, lugar de compañía (no iba sola sino que me acompañada una amiga de recreación) y precios al final fuimos de Barcelona a Amsterdam y en Amsterdam cogimos un taxi para ir a Veere, que son unas dos horas de trayecto. Si vas solo no te resulta rentable el pago del taxi así que mejor coger la opción de ir en tren hasta Middelburg y de ahí coger el bus hasta Veere o un taxi, que te resultará más barato.


Pero como he dicho hay múltiples opciones de salida que si vas solo puedes barajar. Cuando llegamos, aunque era antes de la hora del check in, tuvimos la suerte de que la habitación del bed and breakfast ya estaba preparada, la dueña entendía español y además nos tocó el ático por lo que teníamos la habitación más espaciosa, con ventanas a todos los rincones de la ciudad; al puerto deportivo, al lago, al ayuntamiento, a la antigua iglesia. Preparándonos para ir a la clase de baile escuchamos una música seguida de las campanas dando la hora, esa es una de las cosas típicas de Veere, cada hora suena las campanas antecedidas por una melodía.


Las campanas suenan a todas las horas por lo que si no puedes dormir con ruido recuerda llevar tapones. En nuestro caso no teníamos problema al respecto así que en vez de molestar nos ayudaba a controlar la hora, ya que no podíamos dedicarnos solo al turismo, también teníamos citas de recreación a las que asistir. Mucho más útil las campanas del reloj que ponerse una alarma o ir mirando continuamente el móvil. Tras vestirnos de 1800 de día salimos para ver un poco del pueblo antes de ir a la clase de baile ya que teníamos algo de tiempo. Primero admiramos las casitas frente al puerto.


El puerto de Veere, con orígenes en el siglo XIV, fue históricamente un bullicioso centro comercial y hoy es un puerto deportivo para yates y barcos. El área del puerto cuenta con varios cafés y restaurantes que ofrecen cocina local y un típico puente que cruza un canal que da al lago. Mientras estábamos mirando cada detalle del puerto empezaron a pasar coche de época uno tras otro. No sabemos que sería exactamente, pero nos pareció muy curioso verlos pasar. De aquí nos acercamos al Grote Kerk. La casita pequeña que hay camino a la antigua iglesia, rodeada de césped y árboles, es donde tuvimos la clase de baile de dos horas con descanso y bebidas y pastas de té (riquísimas).


Aparte de la comida del descanso la clase también estuvo interesante, el maestro de baile usaba las castañuelas como guía y explicó que enseña los bailes más difíciles. Hubo uno muy divertido porque tenía un paso llamado “mariposa” porque se movían los brazos como las alas de una mariposa batiendo, pero cuando yo lo hacía parecía la imitación de un pollo. El lugar era pequeño y éramos bastantes así que hacía mucho calor. Tras la clase de baile nos marchamos a hacer turismo por el pueblo ya que apenas habíamos visto el puerto deportivo. Empezamos por la iglesia; Grote Kerk, construido a principios del siglo XIV, es una iglesia monumental en Veere. Tiene una estructura imponente que se ve desde cualquier rincón del pueblo. En el interior, la iglesia funciona como un centro cultural con exposiciones, conciertos y eventos, es muy larga, alta y con techos abovedados, entramos por un lateral, disfrutamos de su jardín y revisamos por dentro la entrada, pero al ver el precio decidimos no acceder, el precio de la entrada nos parecía demasiado caro para lo que veíamos que había.


Asi que salimos del recinto por el otro lado, donde hay un cañón, y seguimos el camino rodeando la antigua iglesia hasta lo que parecía un pozo rodeado de césped y un pequeño camino hacia una arboleda y otro camino hacia unas casitas, el pueblo está lleno de pequeñas casitas de estilo holandés, con sus tejados escalonados, estrechas y bonitas muy cuidadas con puertas, ventanas, y vallas pintadas de colores y flores rodeando el camino. Seguimos en dirección contraria al centro del pueblo por otro camino de casitas hasta el molino Koe. Este molino de viento bien conservado ofrece una vista típica de Holanda y se puede ver afuera y fotografiado. Junto a él hay un gran parking que estaba lleno de coches de turismos, nosotras nos acercamos andando hasta la valla donde se veían a unas ovejas durmiendo bajo la sombra de un gran árbol. Una estampa idílica y un lugar imperdible.


Hay muchas actividades de ciclismo y paseos por el lugar que salen o pasan por Veere. Del molino volvimos hacia el puerto por el canal que nos llevaría hasta el centro para ver el ayuntamiento, muchas de las casas, calles y edificios del centro histórico de Veere datan de los siglos XV y XVI. Merece la pena ver el antiguo ayuntamiento en el mercado. El ayuntamiento y las Schotse Huizen (literalmente "casas escocesas", en referencia al comercio de lana con Escocia) albergan ahora el museo Veere, aquí no entramos, pero ni miramos el precio, fue por faltaba de tiempo. Despues de ver este rincón cito del pueblo bordeando la la Torre Campveerse volvimos al alojamiento para comer y descansar, y justo a tiempo ya que se puso a llover en cuanto subimos a nuestra habitación. A las seis de la tarde salimos y paseando por el paseo de arboles paralelo a la iglesia llegamos hasta el parking donde coger el autobús a Medelburg.

 

Baile Regencia en Ayuntamiento de Middelburg - Holanda

Baile Regencia en Middelburg

El autobús entre Veere y Middelburg son unos 15 minutos con unas cuantas rotondas, no disfrutamos mucho del paisaje por la lluvia pero si pudimos curiosear el recorrido por el pueblo hasta que aparcó cerca de la plaza del ayuntamiento. Como no conocía el camino y llovía seguí a todos bajo la lluvia pero pasamos por rincones muy monos llenos de edificios históricos y calles empedradas. en nuestro camino pasamos por un telescopio gigante, supongo que es una escultura por la asociación que tiene la ciudad con el telescopio. el gobierno holandés pagó en 1608 a Hans Lipperhey 900 florines por su tubo magnificador o catalejo para el campo de batalla, y que en la ciudad de Middelburg, en el plazo de un mes, se presentaron tres patentes por el mismo objeto: Zacharías Jansen, Hans Lipperhey y Jacobo Metius. Es posible que el telescopio fuese ya un instrumento habitual en el ejército español, pues existen referencias de que en abril de 1593, Pedro de Carolona en Barcelona, lega a su esposa una algo así como un largo catalejo/telescopio de latón. En cualquier caso ahí estaban las patentes en Middelburg. y de aqui enseguida se en las torres del ayuntamiento. Por fuera el ayuntamiento de Middelburg es mucho mas grande que el de Veere. Situado en la plaza principal su fachada es gótico florido decorado con estatuas de los condes de Holanda, así como del torreón. También tiene una torre central y varias torrecillas angulares unidas con el edificio. como llovía paramos poco tiempo en la plaza y entramos para refugiarnos de la lluvia. dentro lo primero que nos encontramos es con una sala con suelo embaldosado de piedra negra y blanca, altos techos de madera, lamparas colgantes y algunos muebles y figuras de piedra. Había varias perchas y una mesa donde poder dejar las cosas, los sombreros, las capas, etc. muy conveniente con un día de lluvia como el que nos hacía. Había comida para cenar, agua pero las bebidas solo entraban dos, el resto había que pagarlo. como no hacía calor yo no consumí más que agua y las dos bebidas que no son agua, para los bebedores de alcohol supongo seria mas difícil no gastar. el caso que como solo había dos bebidas que no fueran agua así que antes de subir las escaleras que daban a los pisos superiores te tenías que registrar, muy organizado. subiendo las escaleras había varias salas. Una de las salas era la sala de reuniones del ayuntamiento, había pantallas y los asientos pero estaba decorado con muebles de madera que no desentonaban y hacían la estancia antigua, si uno miraba la lampara colgante y los techos de madera pintados era fácil ignorar los elementos modernos. la otra sala, la que usábamos para la cena y el baile era muy grande; alargada y de techos altos. Había cuatros ventanas en una pared y otras tantas en la otra pared. los ventanales eran altos y las lamparas de estilo antiguo caían del techo de madera. en el medio de la sala estaba el piano y los músicos con sus instrumentos. al final de la sala había un piano moderno y a lo largo de la sala había cuadros y muebles antiguos, así como un tapiz colgando de los muros de la sala. Empezamos con un baile muy sencillo estilo la comba donde participamos todos los asistentes y luego siguió un baile con un paso en el que hay que mover los brazos como alas de una mariposa, así continuamos los bailes con 3 paradas para comer y beber. el lugar era muy espacio y perfecto para bailar y como con el baile aumento el calor y abrieron las ventanas pero con la tormenta hacía un vendaval cuando se pasaba por ese lado, pero había que refrescarse. Tuve la suerte que me pidió bailar alguien experimentado, la pena es que yo no lo soy, así que al final cambio de pasos (el maestro había indicado que había dos formas de hacer el paso final una para avanzado y otra no), como no lo conocía y bailaba tan bien le pregunté de donde era, era ruso pero vivía en Holanda.Entre las dos salas había un pequeño pasillo con una chaise longue que usamos para descansar, era una locura pero nos habíamos levantado a las 3.15 de la mañana para ir al aeropuerto y entre el trayecto, visitar el pueblo, clase de baile, comer, vestirnos y ahora el baile no habíamos dormido nada y ya cerca de las doce nuestros pies ya no podían más, y lo de bailar ya no era apetecible, así que decidimos descansar ahí un rato hasta que por fin el baile acabó y marchamos hacia el autobús. Al volver a Veere desde autobús vimos una torre iluminada que era la torre octogonal de la Abadía, apodada Juan el Largo por su altura.

Visita: Agosto 2024

Mis imágenes: En Instagram

Información para viajar: Regency Weekend in Veere

DIARIO 2024: ITALIA - TURIN - DIA 2

Tras la comida y la visita al Palacio Real fui a descansar y refugiarme del calor porque el día anterior, aunque caluroso habíamos tenido la suerte que estuviera nublado, pero en el siguiente día el sol brillaba en un cielo despejado y a la hora de la siesta era infernal estar en la calle, con razón desde quien me recogió en el aeropuerto como la del B&B se quejaban de lo caluroso del día, no están acostumbrados a esos calores. Tras dejar que el sol bajara un poco salí para seguir mi visita de la ciudad, me acerqué esta vez a la Puerta Palatina que era una de las puertas de acceso de la antigua ciudad romana y que se encuentra bien conservada y rodeada de un jardincillo, de ahí me acerque a la catedral de Turín y entre para verla por dentro, aquí es donde se guarda la Sabana Santa y se nota el número de feligreses que entran para rezar delante de los cristales que protegen donde se guarda.

 

La catedral está unida al palacio real, pero como esta zona ya estaba vista me dirigí hacia la Via Po con sus soportales, a estas horas había venta de libros de segunda mano, lastima que fueran en italiano. Siguiendo la Via Po puedes desviarte y llegar hasta La Mole Antonelliana, que actualmente es el museo del cine, no entré a verlo, pero es uno de los lugares que más turistas tenía alrededor. Y tras la parada obligatoria a este monumento tocaba volver a acercarse al puente de Vitorio Emmanuele y cruzar el río Po para ver la iglesia de la Gran Madre de Dios y después desde ahí subir hasta el Mirador Monte dei Cappucini. 

 
 

El camino no tiene perdida ya que una vez visitada la iglesia a la derecha ya tienes una pendiente rodeada de vegetación, ese es el punto más positivo, y es que la zona que iba a visitar estaba rodeada de arboles que daban sombra y protegían del intenso calor. Puede parecer que va a ser una subida dura, pero nada más lejos de la realidad al final la iglesia de Cappucini está muy cerca y durante la subida se puede disfrutar entre los arboles de la vista de las montañas que rodean Turín. Una vez llegas al mirador está la postal típica de la ciudad de Turing y La mole, cuando subía había una pareja de novios y unas andaluzas que tardaron siglos haciéndose fotos, ninguna les gustaba. De aquí marche andando por la ribera del Po hacia el Parque Valentino, que para no variar también estaba en obras (la ciudad esta toda reformándose, así que sugiero que esperes a que terminen la obras para disfrutar aun más de la ciudad). 

 
 
 

En el parque valentino primero me dirigí a ver el castillo valentino, que, aunque estaba rodeado de zanjas y verjas de obras se podía ver la magnificencia de su fachada, de aquí me adentré en el parque para ver la escultura de las farolas enamoradas, y por el camino vi a los topos del parque. Tras encontrar y ver las farolas enamoradas me desplace hacia la fuente de los doce meses, que en marcha refrescaba el ambiente, y la verdad, por todo mi paseo por el parque el lugar estaba lleno de turinenses descansando en el césped a la sombra y alejándose del calor del asfalto. 

 
 

Y viendo que un banco se quedó libre frente al burgo medieval (que es una réplica de una ciudad medieval que, en la línea de la ciudad, está cerrado por reformas), me cogí un refresco fresquito del quiosco del parque y me senté a la sombra a descansar un rato y aunque a estas horas podría estar en el palacio de Stupinigi en un baile de 1800 lo cierto que decidí no ir y lo peor, no lo lamento en absoluto. De inicio este viaje lo reserve en enero por la recreación pero cuando por fin salieron muy tarde ya era muy tarde y no me llegaba para hacer todo el programa, y la cosa es que supongo que he ido a muchos bailes de este tipo y ya no me compensan tanto, recuerdo el de Nápoles, que si que lo disfrute viendo todo, y la cena, y todo lo que quieras, pero al final depende del precio no em compensa porque también paso muchos ratos aburrida, no lo había dicho antes pero la realidad es que cada vez me aburro más. 

 
 
 

En el próximo baile voy acompañada así que supongo que será diferente, ya os contaré. Tras un rato descanso cruce el puente Isabell para tomar la Viale Stefano Turr que me daba una vista del atardecer sobre el burgo medieval. Y seguí hasta llegar de nuevo al puente Vittorio Emmanuele donde tomé la vía Po para disfrutar del anochecer sobre el centro de la ciudad como despedida ya que al día siguiente salía de regreso por la mañana. Y dicen que más sabe el diablo por viejo que por diablo, como sé que viajar en verano es infernal (y no solo por los calores) como el tren de regreso a las seis de la tarde, si todo iba bien iba a estar mucho tiempo en Barcelona pero como es verano, el vuelo, junto con otros, se retraso horas, así que estuve bastantes horas en el pequeño aeropuerto de Turín. 

 
 

Finalmente salimos y aquí es donde hay que darle la razón a quien me dijo que ahora viajaba todo el mundo, lo que le costo (y ya empezaba tener poca paciencia) a la azafata convencer al viajero que el equipaje en el despegue y aterrizaje debía ir arriba o bajo el asiento, que además el equipaje no era nada pequeño porque, afortunadamente había un asiento libre detrás, finalmente consiguió que el viajero entendiera que si lo llevaba encima y pasaba algo golpearía a otro viajero, cuando lo fue a meter bajo el asiente le fue imposible, pedazo de mochilón lleva, y lo quería llevar sobre las piernas. La cosa no acaba aquí, antes de aterrizan dijeron, la salida será ordenada por filas que se irán nombrando, manténganse en sus asientos hasta que les toque, pues nada, todos de pie corriendo a colocarse para salir, pues cuatro veces dijo la azafata que se sentaran, y ni caso, tuvo que ir otra azafata de refuerzo para decir, a ver, os ha dicho ya cuatro veces que os sentéis, id a vuestros asientos y el equipaje fuera del camino de paso si hay que hacer una evacuación de emergencia. 

 
 

Finalmente la marabunta volvió a sus sitios, se sentó y ya pudimos salir ordenadamente según nombraban. Luego toco el caos de la cinta, como salimos con tantísimo retraso nuestro vuelo no salía en pantalla sino que salían los posteriores, y aunque no lo parezca yo me fijo en mi alrededor y después de un buen rato en el que un grupo de personas del vuelo (los había visto algunos en el vuelo otros en la fila de facturación) vi que había dos chicas que facturaron a la vez que yo que escaneaban el QR y tras un rato largo mirando vi que se fueron a una cinta, como vi que no se movían de la cinta me acerqué y vi que en la cinta ponía que era el equipaje del vuelo de Turín. Así que en cuanto cogí mi equipaje me acerque a las pantallas donde todavía había gente del vuelo esperando encontrar su cinta y avise que la cinta 6 era el equipaje de Turín (buena acción hecha) y me fui corriendo a la salida, todavía tenia que llegar a la estación de tren y con mucho estrés pero llegue con tiempo para estar diez minutos antes de que saliera, muy justo pero por eso lo cogí con mucha separación, así que un recorrido tan corto me supuso casi un día entero de viaje.

 
 

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Curriculum Viajero - Presentación