Después de una excursión muy recomendable por las torres del Paine cogimos otra excursión a la Tierra de Fuego chilena. Tierra de fuego está repartida entre Chile y Argentina. Ya a la llegada a Punta Arenas el taxista nos indicó que la zona es muy segura y que prácticamente la mayoría de la población es militar ya que Argentina intentó invadir la zona y Chile decidió marcar bases militares para proteger la soberanía. Y es que esta zona, antes de la apertura del canal de Panamá, era muy interesante como punto estratégico y económico al ser el estrecho de Magallanes el único acceso entre ambos océanos (Atlántico y Pacifico). Debido a estos conflictos a la hora de hablar sobre Tierra de Fuego, que es la isla más grande de Sudamérica, decidieron llegar a un acuerdo y quedarse una parte Chile y otra Argentina y no entrar en más conflictos militares. Para este tour primero vamos a coger un ferry que nos llevará a Tierra de fuego (siempre a la parte chilena, aunque a veces cuando vamos por la carretera pasamos pegados a la frontera argentina), este primer ferry dura dos horas y media de trayecto y como hoy hace viento el frío va en aumento y permanecemos dentro de la cabina saliendo solo un par de veces para hacer unas cuantas fotografías. El ferry desembarca en Porvenir, y aunque el tour incluye un paseo por la ciudad la reserva de los pingüinos nos ha dado una hora de acceso muy ajustada. Había estado mirando hacer la visita a Isla Magdalena y sus pingüinos, pero el precio era caro y el tiempo solo era medio día, y como ya estábamos poquitos días en Punta Arenas queríamos aprovechar hasta el último segundo en ver los puntos más importantes de la zona. En cuanto a Tierra de fuego aquí se encuentra la reserva del Pingüino Rey por lo que no solo vemos la isla, sino que veremos también pingüinos. El problema es que la reserva recibe varios tours y visitantes y para no estresar a los pingüinos organiza las visitas y esta vez nos a tocado a una hora por la que vamos a llegar muy justo (y aquí el tour no tiene nada que ver, lo organiza la reserva), así que una vez bajamos del ferry tenemos media hora para comer, y como el guía quiere enseñarnos Porvenir ha avisado al parque que llegaremos media hora más tarde. Así que nada más bajar del ferry comemos en uno de los lugares de Porvenir, aquí hay mucho cordero porque prácticamente lo único que hay son guanacos y ovejas traídas de Escocia porque aguantan el clima frío y riguroso de esta zona. Fuera de la casita donde comemos hace mucho viento, pero los lugareños, con la amabilidad chilena que les caracteriza, nos comentan que suele ir a 300km por hora a veces y que lo que sopla hoy no es nada. Cuando salimos de comer entra otro grupo y el guía nos lleva donde está el cartel de la ciudad Porvenir con dos figuras que representan el engaño, algo característico de las tribus originarias de esa zona, donde las mujeres hacían creer a los hombres mediante engaños que eran mensajeras del poder divino y así gobernaron a los hombres hasta que estos se enteraron del engaño y acabaron con las mujeres más viejas de la tribu. Desde el cartel se pude ver la calle que lleva a la iglesia católica que es la más antigua de la ciudad y las pequeñas casitas de colores que la rodean. Aunque el guía dice que las casas son típicas de Croacia porque la mayoría de inmigrantes que colonizaron la ciudad venían de ahí, a mis las casitas de Porvenir me recuerdan a las casitas de los pueblos de la costa de Estonia, que también están acostumbrados a este tiempo más que los croatas. Después de aquí nos paran en la plaza de Armas de Porvenir donde aparte de las vistas y una escultura no hay mucho más para ver. Y luego ya nos dirigimos hacia la reserva del Pingüino Rey, a través de una larga carretera de piedras durante todo el camino. La vida en la Patagonia chilena debe ser muy dura. Llegamos a la reserva y tras pagar la entrada nos encaminamos al observatorio donde podemos ver un montón de pingüinos rey y sus crías. Aquí tenemos que hacer unos de todas las capas, guantes y gorros que tenemos porque el aire viene muy fuerte y completamente helador, tal vez sin aire no notaríamos tanto frio, pero no hay suerte. Tras disfrutar una hora entera de los pingüinos nos marchamos hacia el ferry de vuelta para descubrir una cola de automóviles y caminos, por lo que dice la radio que pone el conductor por el fuerte viento el ferry está suspendido, y al parecer lleva así desde las doce de la mañana, hay gente que ya ha perdido los vuelos que tenía que coger, nosotros llegamos sobre las cinco de la tarde y según el guía sobre las siete o siete y media seguramente el viento se levante y podamos salir, mientras no hay internet, apenas una pequeña tienda y por fortuna si hay baños. Y así esperando en la nada junto al estrecho de magallanes estuvimos unas cuantas horas y en cuanto el ferry fue reanudado pudimos entrar en el primer ferry, por este camino el trayecto solo lleva media hora dado que hemos dado todo un rodeo a tierra de fuego y no hemos vuelto por donde hemos entrado, sino que estamos saliendo por Punta Delgada. Nuestra próxima parada es en la estancia San Gregorio. De camino al ferry paramos para ver la estancia más antigua de tierra de fuego desde fuera, pero sin bajar el autobús. Una estancia es como llaman a las haciendas de por aquí. La estancia San Gregorio data del siglo XIX y fue una de las principales productoras de lana en la región. Uno de los aspectos más destacados de la Estancia San Gregorio es su arquitectura, la cual refleja la influencia de la época en la que fue construida. Los edificios están construidos con materiales locales y técnicas tradicionales, desde la casa principal hasta las caballerizas y las zonas de almacenamiento. Aquí es donde apare de trabajar la lana también se organizaban las reuniones sociales, cine, bailes y demás entretenimientos. Como salimos tan tarde de tierra de fuego tenemos una vista del anochecer desde la playa de la estancia. Y una vez visitada partimos de regreso a Punta Arenas llegando sobre las once y media de la noche, pero quitando los imprevistos climatológicos todo fue perfecto.
Destinos errantes: Berbe en movimiento (viajes, escapadas, visitas, recreaciones, etc.)
Parque Torres del Paine - Chile
Parque Torres del Paine
De madrugada, a las cinco de la mañana, nos recogen para ir al Parque Torres del Paine, para visitar el parque es mejor alojarse en Puerto Natales, porque es el lugar de donde salen varios tours para ver glaciares y la flora y fauna que representan la Patagonia, pero Puerto Natales es mucho más caro y se salía de nuestro presupuesto. Así que lo que nos podía permitir era un tour de un día de Punta Arenas al parque, que son 3 horas en coche de ida y 3 horas de vuelta, de ahí el tener que madrugar. Cuando salimos de Punta Arenas el camino hasta Puerto Natales consiste en solo carretera llana y vegetación verde a los lados con grandes montañas azules al fondo, pero sobre todo llama la atención como durante tantos kilómetros no hay nada a tu alrededor mas que naturaleza. Si cogéis un coche de alquiler hay que estar muy seguros de no quedarse tirado porque es como viajar por un desierto, casi no vimos coches, y muchos menos granjas o personas, y los únicos animales que se ven son los guanacos, que están en rebaños, aunque también hay llamas y vicuñas traídas de otros países. El guía comenta que de forma natural se han mezclado guanacos y vicuñas y que el resultado es feísimo. Por todo el camino vemos varios grupos de los guanacos, pero el conductor para poco tiempo, según el guía viven en estado salvaje en contra de las llamas que son domésticas. El guía también nos comenta que en el parque de Torres del Paine también hay pumas, aunque son más difíciles de ver porque viven en estado salvaje y solo si haces algún día de treking por el parque puedes verlas. En nuestro caso como solo vamos y volvemos en el día no hay tiempo para treking. Teniendo en cuenta que la Patagonia chilena era un extra al viaje previsto no nos quejamos y lo guardamos para un viaje futuro por Chile o, como hacen algunos otros, desde Argentina. De camino al parque paramos en Puerto Natales, las vistas del lago y de las montañas nevadas al fondo es impresionante, me recuerda a nuestro viaje por Noruega porque, además, aunque hace viento hay nubes y al fondo algunas dejan un hermoso arco iris. Seguimos el camino hasta llegar a la cueva del Milodon. Para entrar hay que haber comprado la entrada a la cueva ya que en chile las entradas a los parques se pueden comprar por antelación por internet (recomendable ya que hay cupos y puedes quedarte sin entrar al parque por no sacar la entrada para el día o días que vayas). En la pagina de parques nacionales de Chile vienen todos los lugares a los que hay que comprar entrada. Nosotras tenemos la entrada a la Cueva del Milodón y la entrada al Parque Torres del Paine sacadas con antelación. La entrada permite el acceso a 4 cuevas, pero nosotros con el tour solo visitaremos la cueva grande ya que nos falta tiempo, pero si os quedáis en Puerto Natales podéis aprovechar y verlo todo. Estas cuevas se formaron durante el deshielo de los glaciares y se llama cueva del milodon porque en ella encontraron huesos y pieles de este animal prehistórico que no se ha encontrado en ningún otro lugar. Nos enamoramos de las vistas de las montañas en el camino hacia la cueva, la cueva grande tiene un sendero para darle la vuelta por dentro y también una figura de Milodón para tomarse fotos. Esta cueva fue descubierta por Hermann Eberhard cuando exploraba las tierras entregadas en concesión para colonizar la Provincia de Última Esperanza y lo único especial es el origen del Milodón. Se cree que todas las cuevas se formaron por la erosión del lago glaciar que se ubicaba en la zona hace unos 20.000 años. Y sirvieron de refugio para animales como el tigre dientes de sable, el caballo o el milodón, y también para los humanos que poblaban la Patagonia. De aquí vamos a la siguiente parada que es el Mirador Torres del Paine de la Laguna Amarga, un lugar desde donde se pueden ver perfectamente las Torres los días despejados y que, en este momento, únicamente podemos ver las bases porque están completamente cubiertas por las nubes. Son tres cuernos de piedra y no se ve nada, pero, aunque no vimos las torres disfrutamos de la vista, y como dijo el guía, lo más bonito del parque no son las torres. El lugar tiene unas vistas espectaculares de las montañas de color azul y la nieve blanca en sus picos, y abajo el verde del césped y la laguna de un color azul verdoso increíble, el guía nos comenta que la laguna tiene ese nombre y ese color porque el agua es tan acida que no hay vida en él. Cierto que no se ven las torres, pero como dice el guía, el tiempo es imprevisible en la Patagonia e igual de aquí a la entrada del parque tenemos suerte de que se despeje y llegar a verlas. Tras la parada en la laguna amarga nos dirigimos a la cascada de las torres del Paine. Esta es otra parada panorámica que vale mucho la pena. Desde este mirador tienes acceso a una vista de una gran cascada y de fondo se encuentran las montañas del parque. Aquí puedes ver las marcas de erosión del agua en las rocas y el agua de color blanquecino que baja de los picos. De aquí nos dirigimos a la entrada del parque para usar los baños mas que para otra cosa ya que todos del tour tenemos ya comprada la entrada al parque y nos vitamos las colas para intentar hacerlo en el sitio. Aquí vamos a ver el parque desde la furgoneta parando en los miradores más típicos del parque, de forma que en lo que se puede hacer en el poco tiempo que tenemos veremos diferentes puntos del parque que según nos enseña el guía en un plano es enorme y tomaría varios días verlo entero. Una vez dentro oficialmente del parque hacemos una parada en un mirador junto a un lago azul con algunas algas verdes con otra perspectiva de las montañas que es el Lago Nordenskjöld en honor al explorador que recorrió el lugar. Sé que paramos en la Laguna Azul y el Lago Pehoe, pero hacemos tantas paradas en lagos y lagunas que no sabría decir cual es cual, todas con vistas hermosas, este parque vale mucho la pena y más aún la madrugada. Después de varios miradores espectaculares paramos a comer en un rincón junto a un lago, protegidos del viento frío, con baños y un restaurante para quién quisiera comer en caliente. El lago tenía un color gris por lo que creo que es el Lago Grey, y es muy curioso como refleja el gris de sus sedimentos. Luego continuamos a uno de los muchos hoteles que tiene el parque para ver el lago desde el que salen las embarcaciones que visitan de cerca el glaciar Grey. Como decía, al ser un tour desde Punta Arenas no pudimos acercarnos más pro falta de tiempo, pero vimos muchísimo del parque para tan poco tiempo. Si me toca la lotería iremos a disfrutar de la Patagonia chilena con más tiempo. En alguna parte del camino pasamos por un lago y una granja que es famosa porque Gabriela Mistral (la escritora chilena que gano un premio novel) estuvo ahí invitada por su amigo de correspondencia y escribió uno de sus poemas inspirado en el lugar. Otra de las cosas interesante que comentó el guía mientras nos maravillábamos en todas las paradas de las vistas que tiene este parque es sobre Lady Florence Dixie la primera turista británica que tuvo el parque, ya que pago a un guía para visitarlo, recorrió a caballo los remotos paisajes de la Patagonia austral, pasando por pampas, bosques y cordilleras, transformándose en una pionera en el turismo de la zona que hoy conocemos como Torres del Paine y “A través de la Patagonia” es el libro donde habla sobre la belleza de este lugar. Tras la última parada panorámica tomamos el camino de regreso a Punta Arenas. Al final del día valía la pena el palizón y la madrugada.
Punta Arenas - Chile
Punta Arenas
Tras hacer noche en Santiago de chile salimos camino al aeropuerto para coger un vuelo domestico a Punta Arenas, como la huelga seguía en pie decidimos ir antes por si acaso nos encontrábamos con las mismas inmensas filas que el primer día de huelga del aeropuerto. Esta vez no encontramos tanta fila para el control del aeropuerto así que comimos-almorzamos antes de facturar, luego facturamos y fuimos a pasar las filas del control para cuando llegamos a las puertas B (las puertas A están más cerca que las B, pro si alguna vez vais justos de tiempo en un vuelo domestico de chile saliendo de Santiago sabed que las puertas B están alejadas, y no es como en Madrid que te avisa cuanto tiempo tienes de distancia hasta la puerta, por lo que lo aviso por aquí para quien me lea). Después de estar en la puerta de embarque anunciaron que como el vuelo anterior llegaba con retraso saldríamos con retraso y que debido a que estaba lleno que el equipo de mano se iba a facturar. Lo del retraso nos perseguía y creo que se debía al tema de las huelgas. Como teníamos tiempo libre vimos que había una pequeña exposición con paneles informativos sobre la persona que daba nombre al aeropuerto de Santiago de Chile, muy interesante cómo se había desarrollado la aviación comercial en Chile. Finalmente conseguimos coger el vuelo a Punta Arenas cuando todavía no se había hecho muy tarde por lo que disfrutamos de unas vistas impresionantes de la cordillera de los Andes todo el camino hasta llegar a Punta Arenas. El taxista iba con su mujer y los dos fueron muy amables y agradable, como todos los chilenos con los que nos encontramos. Cuando comentamos el retraso del vuelo nos dijeron que habíamos tenido suerte porque el otro día se cancelaron todos los vuelos debido al viento. Al parecer en esta zona del estrecho de Magallanes hay vientos muy fuertes, no como en Zaragoza sino mucho más fuertes como para suspender vuelos o navegación. Parecido a lo que viví en Groenlandia un día. En el camino el taxista nos mostró donde hay dos replicas de madera de dos barcos representando a los que llegaron al Estrecho de Magallanes y Punta Arenas, como las carabelas que hay en Palos de la Frontera. Pero como estaban muy lejos solo si teníamos tiempo de llamar un taxi iríamos hasta ahí. Lo que si cuando nos dejo en nuestro hotel nos señalo los restaurantes, el mercado, el casino y otros lugares cercanos. Como todavía no había anochecido aprovechamos para salir del hotel e ir al otro lado del Casino, donde está el mercado, para ver el muelle, donde hay un reloj y una escultura de una cola de ballena, y caminamos por la zona hasta un rincón donde el muelle se abría y podías acercarte a la playa de piedras para toar el estrecho de Magallanes y ver el atardecer sobre las casitas de Punta Arenas. Regresamos al hotel porque al día siguiente nos recogían a las cinco de la mañana para ir al Parque de Torres del Paine, al recogernos al día siguiente todavía estaban las luces encendidas y las antiguas mansiones iluminadas de la plaza de Armas de Punta Arenas se veían hermosas por la luz de los colores de sus vidrieras que de día no se perciben igual. Por razones que ya contaré no volvimos a tener tiempo libre en Punta Arenas hasta el día que nos marchábamos. El día que nos íbamos de Punta Arenas hicimos un treking al Faro de San Isidro y cuando volvimos nos dedicamos a hacer turismo por la ciudad de Punta Arenas, nos dirigimos a la Plaza de Armas, para ver todas las casas señoriales que hay a su alrededor. De aquí nos dirigimos al cementerio, desde que llegamos a Punta Arenas todo el mundo nos dice que tenemos que visitar el cementerio que es muy bonito, así que ahí que vamos, entramos por un lateral por lo que pasamos por tumbas famosas sin darnos cuenta, las más llamativas están junto a la puerta principal, cuando salimos pro la puerta principal vemos el plano de tumbas famosas y decidimos volver a entrar por el lateral para ver una de ellas que vimos de pasada pero dejamos de lado la del indio desconocido porque pilla un poco lejos y estamos destrozadas del treking como para andar para ver una escultura. Del cementerio volvimos a la plaza de Armas para subir a uno de los dos miradores de la ciudad, estábamos muy cansadas, pero había que aprovechar el día despejado así que subimos la cuesta y luego las escaleras para ser recompensadas con unas vistas de la ciudad, el estrecho y las montañas impresionantes. Tras disfrutar un rato de las vistas bajamos al muelle para pasear por la costanera o paseo marítimo para ver el antiguo muelle de madera con las vías de hierro que conservan de recuerdo histórico, las esculturas, las letras de la ciudad, y todos los demás monumentos que había y la gente paseando con tranquilidad, pese al aire frío que ya hacía por la zona. Cansadas nos vamos a buscar un lugar donde cenar antes de ir al hotel a por las maletas y esperar al taxi que nos lleve al aeropuerto para volver a Santiago de chile, a nuestro último día y de regreso a casa. En la vuelta nos toco el mismo taxi que a la ida y la mujer nos dijo que aquí no cerraban las puertas porque no había el peligro que había en Valparaíso de donde era ella.
Cajón del Maipo - Chile
Cajón del Maipo
Nos recogieron a las seis de la mañana porque hay muchos hoteles en los que el tour recogía gente y están muy repartidos por la ciudad, y Santiago de Chile es muy grande. Pero lo cierto es que incluso si uno va por su cuenta recomiendan madrugar, porque, aunque no está lejos, conseguir salir del tráfico de la ciudad dicen en todos los sitios que cuesta mucho tiempo, y nosotras lo vivimos a la vuelta del tour y es completamente cierto. Hay varios tours en la zona del Cajón del Maipo pero como solo teníamos programado un día libre tuve que elegir, normalmente el embalse de Yeso y las termas naturales son los lugares más visitados, pero yo me aburro rápido de las termas y el embalse solo es una vista y el resto es más “comercial”, por lo que al final cogí el tour de treking por el cajón del Maipo y el valle de la Engorda. El Volcán San José o Volcán San José de Maipo es un volcán de la cordillera de los Andes Centrales, aunque pro su morfología es fácil confundirlo con una montaña. De camino a la zona de San José del Maipo nos enseñaron un tren antiguo que se usaba para la minería y que hoy en día se utiliza para el turismo, y cerca de San José comenzamos entrar en una carretera más pedregosa con muchos camiones. Resulta que esta zona se sigue usando para minería por lo que un día entre semana tiene mucho trayecto de camiones que van y vienen. El efecto de la minería deja su marca en las montañas que aparecen por el camino que empezamos a recorrer. Las montañas con sus riachuelos y cascadas me recuerdan mucho al Pirineo, con sus aguas limpias y blanquecinas, sus formaciones y su verde ya que aquí ahora es primavera. Seguimos en la carretera hasta una zona donde había coches y camiones aparcados. Del grupo éramos las únicas que no hablaban inglés, pero en esta excusión la guía es porque sabe el camino por estas montañas no tanto por la información. La mayoría del grupo no debe hacer treking ya que la guía explicó como usar los bastones, también comentó antes de iniciar que primero había una subida dura pero que una vez llegado al valle el camino era ya más llano. Comenzamos la subida y no se ve nada de camino, comenta la guía que como hace poco terminó el invierno no ha debido venir mucha gente, mientras subimos intentando vadear rocas disfrutamos de las impresionantes vistas que se tienen desde ahí, por un lado, montañas de colores; rojas, marrones, amarillas, azuladas, por el otro lado los picos de los volcanes llenos de nieve y más abajo las cascadas de los ríos con vacas y todavía nieve blanca sin huellas. Y cuanto más subíamos en lo alto de los picos la guía nos avisa y avistamos cóndores volando. Están un poco lejos pero cuando volvamos de regreso al bajar uno pasará al lado nuestro, muy cerca, para verlo impresionantemente grande con sus alas extendidas. Impresionante verlos volar a esa velocidad con lo grandes que se ven. Una vez llegamos arriba se ve el valle de la engorda, que se llama así porque se usaba para traer a los animales a engordar. El valle es una mezcla de una zona de valle verde con riachuelos de agua blanca y limpia y zonas de valle desértico y lleno de rocas grandes y sueltas por doquier. Una parte parece un valle desértico y la otra parte un valle pirinaico. En un lateral hay unas vallas y preguntamos que es y nos indica la guía que es una central hidroeléctrica, al parecer en Chile el agua es privada, así que los dueños de esos ríos decidieron sacar provecho del agua que pasa por ahí, por eso hay trozos donde nos encontramos con mangueras que se llevan el agua. Caminamos por el valle cruzando riachuelos hasta llegar a la base de la montaña para parar a comer, pro el camino disfrutamos de las vistas de las montañas nevadas, y los caballos que pastan libres en las zonas verdes del valle. En la parada para comer nos dan bocadillos y cuando le pregunta una del grupo en inglés que qué lleva el bocadillo la guía le dice que lleva jamón español y queso, lo abro y miro y es así, un generoso bocadillo de jamón serrano y queso. Tras descansar cerca de un rincón con nieve virgen y comer el bocadillo regresamos recorriendo el valle por otro camino, donde es más sencillo cruzar los riachuelos y, sobre todo, más fácil el bajar la montaña. En el camino la guía busca un sapo que es típico de la zona, pero no hay suerte, en cambio, como había dicho antes, en la bajada pudimos disfrutar de la vista de un cóndor volando de cerca. Después de la caminata nos llevan a otro rincón del cajón del Maipo donde nos ofrecen una merienda a base de frutos secos, embutido, zumo y vino. Desde aquí se ve otro valle verde y los picos de las montañas y volcanes nevados al fondo, a demás nos rodean un grupo de ovejas pastando. Y después de aquí volvemos a Santiago de Chile donde descubrimos los atascos de un día de entre semana. Por el camino pasamos cerca de la casita de madera que han convertido en una tienda de chocolates para turistas, hay tour que la incluyen pero yo cogí el que solo era hacer treking de 8 km por la naturaleza del cajón del maipo. Es una pena no tener más días para hacer más recorridos por esta zona. Es como el Pirineo, parece que hay muchos lugares que ver.
Santiago de Chile - Chile
Santiago de Chile
Este viaje empezó diferente a los otros, normalmente como los días libres los tengo que asignar a inicio de año ya tengo pensados los viajes, eta vez por motivos laborables no lo tenía tan claro así que tardó mucho más decidir a donde ir, finalmente decidí irme a la Isla de Pascua, pero como todo el mundo indica que en tres días se ve (si no alquilas coche o pides taxis entonces te llevará un poquito más) el resto de día decidí aprovecharlo en ver la Patagonia chilena y tierra de fuego chilena. El inicio de viaje comenzó antes de lo esperado ya que a cinco días de irnos de viaje cancelaron el vuelo y nos dieron dos opciones; recuperar el dinero o reprogramarnos en otro vuelo. Afortunadamente conseguimos que nos incluyeran en el vuelo del día anterior a Chile así que llegamos un día antes. Aún así no tuvimos un día más porque, ya contaré, hubo una serie de circunstancias en los transportes. La cuestión es que debido al tema del vuelo de ida a Chile los planes tuvimos que cambiarlos. A este viaje voy con la amiga a la que le gustan los tours porque no es lo mismo leer sobre el sitio que te lo expliquen en el mismo lugar (aunque el disfrute depende exclusivamente de que toqué un buen o mal guía), así que tuve que reorganizar los tours, y al final tuvimos algunos contratiempos. El caso que finalmente conseguimos ir de Madrid a Santiago de Chile, a la llegada íbamos preparadas con toda la documentación que pueden pedir (Pasaporte, billete de ida y vuelta; medios económicos demostrables para la estancia ) pero no nos pidieron nada, según el conductor que nos llevo al hotel comentó que en inmigración se fijaban mucho más en los inmigrantes Venezolanos, lo dijeron muchos chilenos con los que hablamos, decían que no tienen nada contra ellos pero que en Chile no había tenido una serie de delincuencia como la que han generado ciertos grupos de inmigrantes venezolanos; como los secuestros, asesinatos con violencia y mutilaciones. En la entrada aparte de largas colas lo único que si se fijan mucho es el tema de la comida, plantas, flores, etc. El SAG (Servicio Ganadero y Agrícola) está presente en todos los aeropuertos, para entrar es indispensable haber completado la declaración jurada, y cuidado con mentir, a mi amiga le toco que le abrieran la maleta porque llevaba unos dulces en la maleta, pudo pasar porque esta aceptado, pero si declaras que no llevabas nada y sale algo, no te libras de la multa. Una cosa muy importante que no te dicen es que el papelito que te dan en inmigración hay que guardarlo para presentarlo en la salida, si lo pierdes luego puedes tener problemas al salir del país. El papel es como una factura que te dan en un baro cafetería por lo que depende de donde lo guardes es fácil que lo tires a al basura sin darte cuenta. Tras esperar a que saliera mi amiga cogimos el taxi, que como digo, le dio por hablar al taxista, nos contó sobre lo de los venezolanos para que en algunas zonas de Santiago tuviéramos cuidado con los móviles y la pinta de turistas. Pero la verdad es que creo que es porque vivían demasiado seguros antes porque nosotras no vimos, ni tuvimos, ninguna sensación de peligro como pasa por algunos lugares de Barcelona. Pero según nos contó una mujer en Punta Arenas ahí todavía viven sin cerrar las casas, así que es normal que si ahora tienen delincuencia les parezca peligrosísimo, aunque no sea ni tanto como se puede vivir en algunas ciudades de Europa y sobre todo nada comparable a los otros países de América Latina. Tras hacer el check in en el hotel salimos por la zona que se encuentra cerca del centro Gabriela Mistral, recorriendo la plaza Baquedano y el parque forestal Rubén Darío donde había mucho movimiento; paseos en pareja, familia, corredores, y muchas bicicletas, sin duda un clásico debe ser pasear por Santiago de Chile en bicicleta. El paseo no dio para mucho excepto para ver desde la avenida la virgen en lo alto de uno de los cerros de la ciudad. Paramos a comer antes de coger un tour para la tarde, el tour nos recogió y fue a buscar al resto al Mercado Central (no entramos, con verlo por fuera es suficiente para nosotras que no somos amantes de los mercados o las comidas, aunque tengo que decir que aquí en Chile si saben comer bien, cordero, marisco de todo tipo, pescado, cerdo, etc si hasta tienen patatas con sabor jamón serrano en el supermercado). Tras recoger a la gente en el Mercado Central nos dirigimos hacia el sector moderno de la capital, conocido localmente como "Sanhattan", que es reconocido por sus modernos edificios, donde pasas a ver todo rascacielos, y viviendas carísimas por lo que contó el guía. Y así llegamos al Parque Bicentenario. Como era domingo nos encontramos que el bar y restaurante del parque estaba lleno de gente, así como el parque estaba lleno de parejas y familias en el césped disfrutando del día soleado y del parque. Uno de sus principales atractivos del parque son la variedad de árboles, así como la laguna norte, lugar donde conviven cisnes de cuello negro, flamencos, taguas, garzas y triles, junto a cientos de peces que dan vida a la fauna del parque. Tras recorrer el parque fuimos al Cerro de Santa Lucia, en lo alto del cerro hay una puerta amurallada construida por los españoles que fundaron la ciudad y que se llamaba Castillo Hidalgo y tiene un escudo de España antiguo, pero no se puede decir que sea un castillo como los conocemos. Es un buen lugar para de disfrutar de unas buenas vistas panorámicas de la ciudad desde el mirador del Castillo Hidalgo y diferentes terrazas y su acceso es gratuito, pero si no vas en coche toca andar. Al lado de lo que llaman Castillo Hidalgo hay una gran roca y en lo alta la escultura del indio mapuche Caupolicán que se considera un héroe dado que asesinó a Pedro de Valdivia, el conquistador que fundo la ciudad y del que se rebelaron los indios mapuches, indígenas de esta zona. Aun así, aquí no se nota el odio que tienen en los otros países de América a España, y prueba de ello es que se conserva en perfecto estado el escudo de Carlos V de España. Aquí en el cerro pudimos ver también el árbol típico de la zona (ya no recuerdo el nombre, pero se parece a una especie de pino). De aquí nos acercamos a la Plaza de Armas para dar un paseo. En la Plaza de Armas el guía nos avisó de ocultar las cámaras y los móviles, que había muchos robos, al parecer todos los chilenos que conocimos estaban bastantes impactados por la inseguridad, pero nosotras no notamos nada, entiendo lo de las bandas venezolanas les haya dado esa inseguridad ya que puede asociarse a lo de las bandas latinas en Barcelona, uno no está acostumbrado a ello y de repente te encuentras que no puedes andar tranquilo ni vivir en una casa que no tenga seguridad privada. Sobre todo, nos avisaban de lugares en Santiago de Chile, de la ciudad de Valparaíso y Viña del Mar. Al parecer el resto del país no sufre de esos casos. Al ser domingo la plaza estaba llena de gente, sobre todo bajo las palmeras que rodean la fuente central. En los bordes de la plaza te encuentras las letras “STGO” de la ciudad y la escultura a caballo de Pedro Valdivia y en el suelo los planos de como era la ciudad fundada por los españoles, que no lo sabíamos, pero Santiago de Chile se llamaba entonces Santiago de Nueva Extremadura. En la misma plaza está el Palacio de la Real Audiencia (ahora museo nacional), el edificio de correos junto a un alto rascacielos de cristal y la catedral, como en otro lateral una escultura del rostro del indígena mapuche. Como había mucha gente seguimos caminando hacia el Palacio de la Moneda pasando junto al Palacio de la Real Aduana (museo de arte precolombino actual) y el Palacio del ex Congreso Nacional de Chile, donde nos contaron sobre como crearon dos nuevas constituciones y a la hora de votar no aprobaron ninguna y siguen con la vieja constitución. Entramos por una calle peatonal con una estrella de David en un cruce y el banco Santander, hasta llegar a la parte trasera del Palacio de la Moneda. Aquí pudimos escuchar al guía y ver la escultura de Diego Portales que conserva un agujero en la cara que recibió durante el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973 cuando murió Salvador Allende. Y de aquí volvimos para el barrio de Lastiarra y a nuestro hotel ya que al día siguiente teníamos un treking por el cajón del Maipo y nos recogían a las seis de la mañana. Al siguiente día del treking podríamos haber hecho otro tour a otro sitio, pero todo el mundo decía que la Isla de Pascua era muy cara y que aprovecháramos a comprar comida que se permite llevarla. Así que habíamos dejado la tarde libre para compras, pero la verdad es que los precios de la Isla de Pascua eran como los de Santiago de Chile, ya que la vida en Santiago de Chile ha subido mucho. El caso es que no había necesidad de llevar comida ni nada, se podía comprar ahí como en Santiago por los mismos precios. Eso no significa que fuera barata, sino que salía como irse a Francia, Austria o algún otro sitio así. Pero es que Chile no se parece al resto de países de América Latina, con esto no solo me refiero a los precios, o a la seguridad ciudadana, también por como son, son mega amables sin ser empalagosos, en España los que atienden cara al público son todos super bordes en comparación con los chilenos, en todo el viaje todos los chilenos fueron super amables, y ninguno pidió propina, solo en los bares y restaurantes, pero en los tours, taxis, supermercados, hoteles, etc nadie te pide propina pero son super amables y educados. En los bares y restaurantes si que te ponen sumado al total la “propina sugerida”, y luego ya uno puede pagar ese total o el total sin propina sugerida pero la verdad es que son tan amables que no te cuesta nada pagar el total de la factura. Pero quitando bares y restaurantes en el resto no piden propina, pero no dejan de ser amables, no como en otros países donde solo son amables para que les des dinero. El caso es que como no sabíamos que la Isla de Pascua ya no tiene tanta diferencia de precio usamos el día entero en Santiago de Chile, y nos llevamos comida que luego nos sobro. Comenzamos el día con un tour que nos llevaría al cerro de San Cristóbal, a este cerro se puede subir andando, en teleférico o funicular. El tour subía en teleférico y bajaba en funicular, y se puede hacer andando, pero es mucho más alto que el cerro de Santa Lucia así que tómalo con calma y lleva agua si decides hacerlo andando. A nosotras nos encantan los teleféricos, allá donde hay alguno siempre acabamos cogiéndolo, así que encantadas de hacer la cola para subir, y mientras en la cola había máquinas de algodón de azúcar. Lo bueno del teleférico son las visas que se tienen mientras subes hasta la cima del cerro. Puedes ver la ciudad de Santiago desde arriba, expandida con sus casitas y rodeada por las montañas y la cordillera de los Andes, y en un rincón los altos rascacielos, sobresaliendo el Sky costanera sobre todo lo demás. Una vez llegamos arriba hicimos el recorrido del vía crucis porque aparte de que hay una cruza diseñada de forma distinta las vistas que hay desde ahí son el mejor mirador del lugar. La iglesia es pequeñita, pero al lado están las escaleras para subir hasta la figura de la Virgen de la Inmaculada Concepción donde están las siguientes mejores vistas del cerro, donde poder ver toda la ciudad. Se sube por las escaleras junto a la iglesia y se baja pro las escaleras al lado del cementerio. Y antes de bajar para tomar el funicular paramos en los puestos que hay en las escaleras para probar el ante con huesillos, que es la bebida típica de ahí. Ya sabéis, los que me leen, que yo no soy de comidas o bebidas que no sea a las que estoy acostumbrada, pero tenía curiosidad por el ante con huesillos que es dulce, pero para mí asqueroso, no puede tomármelo. Una vez finalizado el reto de la bebida fuimos a la cola del funicular, para tomarlo a la bajada y ver otras vistas. El Cerro San Cristóbal acoge también el Parque Metropolitano y un Zoológico, y el funicular tiene parada ahí, y pasa junto a las mismas jaulas de los animales. El paseo en el funicular no dura más que unos minutos, pero al pasar entre los arboles del cerro y ser abierto da un cierto frescor que se pierde en cuanto llegamos abajo. De aquí nos vamos al cerro de Santa Lucia, nosotras ya habíamos estado, pero por la tarde y la verdad es que por la mañana se puede disfrutar de las vistas sin el sol dando de lleno, y así poder disfrutar de sus caminos. Después de la parada inesperada en el cerro de Santa Lucia nos fuimos a la plaza Mayor para entrar a la catedral, ya que el día anterior al ser domingo con tanta gente no pudimos entrar. La catedral esta bien, nada fuera de lo normal, pero ya que estábamos ahí no nos íbamos a marchar sin verla. Nos sobro tiempo y lo pasamos bajo los arboles de la plaza ya que el sol pegaba con fuerza. De aquí nos acercamos a las calles peatonales adyacentes a la plaza mayor para comer una empeñada de pino también tipo y que estaba buenísima, porque aquí la salsa la ponen aparte, así que me pude comer la empanada de pino que, como dijo la guía, la hacen distinta porque ahí la hacen de cebada de trigo y no de maíz, tal vez pro eso me la comí toda, porque el sabor del pan de la empanada más la carne era como un bocadillo de carne sin salsa ni sabores raros. Ni siquiera he sido capaz de comer las empanadas gallegas porque un mordisco y ya me dan arcadas, pero la comida de chile es tan parecida a la que estoy acostumbrada. Y los que me conocen saben que como soy tan especial con la comida cuando salgo fuera de España pierdo peso, en vietnam fueron 4 kilos los que perdí, pero en este viaje, como en Chile comen tan parecido a casa pues volví habiendo engordado 4 kilos, un desastre, pero por fin pude disfrutar de la comida fuera de España. El bar donde comimos la empanada de pino estaba junto a un “Café con piernas” que son las cafeterías donde van los oficinistas y las camareras sirven mostrando mucho las piernas, ejem, muy japones el concepto. Después de comer nos dirigimos al Palacio de la Moneda pero a la cara del frente que el otro día no vimos, hay una gran bandera de Chile al frente y alrededor del edificio están las esculturas de todos los presidentes de Chile menos de Pinochet. En la parte de atrás había un tablado de madera montada para el cambio de guardia por lo que tuvimos suerte de haber visto la parte de atrás sin nada que tapara el edificio ni el despacho del presidente. Debido a que solo estuvimos dos días en Santiago no pudimos coordinarlos para poder ver el cambio de guardia que se hace cada día impar, no tiene un calendario fijo. De aquí volvimos al hotel para descansar un rato del sol para luego salir al barrio Lastarria, muy cerca de nuestro hotel, para ver el ambiente lleno de gente, tenderetes, bares y restaurantes. Desde aquí nos acercamos a la plaza mayor para visitar la real audiencia que es hoy el Museo Nacional, la entrada es gratuita y a nosotras nos encantan los museos así que nos lo recorrimos entero. Es un museo donde hay de todo; ropa, cuadros, objetos. Un compendio de la historia de Chile desde su liberación (independencia de España) en 1818 hasta la actualidad. Cuando acabamos de ver el museo esperamos sentadas en su patio porque a y media daban un tour gratuito a la torre del edificio. Llegado el momento el guía solo nos tenía a nosotras dos para el tour así que se recorrió todo el museo de arriba abajo para recopilar mas gente, hasta trajo a un par de estadunidenses que no entendían español – y el guía no lo daba en inglés- para que el recorrido le valiera la pena. Tras recopilar a la gente del museo como si fuera un barrendero el guía nos abrió paso a la escalera de caracol que sube al primer piso de la torre, ahí nos explicó como esta construido el edificio, ya que Santiago de Chile tiene una gran actividad sísmica pero el edificio sigue después de tantos siglos en pie porque se construyó para resistir los terremotos. Luego subimos a la segunda planta donde estaba la cuerda del reloj, la torre se amplio en plantas para que el reloj pudiera ser funcionar ya que el reloj de la torre es de cuerda y para ponerlo en hora lo visita cada dos días un relojero y necesita que la cuerda mida ciertos metros, por eso ampliaron las plantas de la torre. En la última planta tenemos un balcón desde donde podemos ver la plaza de armas y su alrededor desde lo alto. Aunque solo fuera por las vistas desde la torre el recorrido vale la pena, y es gratuito. Una vez terminamos de ver la torre nos acercamos a comprar un helado en la plaza de Armas para comerlo de camino a la parada de metro más cercana. Una cosa que nos llamó la atención es que las paradas de metro no están anda señaladas, pero habíamos investigado pro donde estaba la parada más cercana, pero si no lo saben no hay ninguna señal que viéramos que lo identifique. En el metro no hay billetes, sino que tienes que comprar la tarjeta que luego vas recargando con lo que necesites, como nosotras solo lo íbamos a usar para ir y volver del Sky Costanera solo la recargamos con el dinero necesario para ello. En contra de lo que pasa en otros lugares el metro no va pro zonas sino va por periodos de tiempo (como la luz en España), así que tienes un precio para el periodo valle, llano y hora punta. Como nuestra vuelta coincidía con la hora punta nos toco pagar más pero aún teníamos que ir a comprar la comida (si hubiéramos sabido que no es necesario, que cuesta lo mismo en Santiago que en la Isla de Pascua habríamos organizado de otra manera). El metro te deja justo junto al centro comercial sobre el que se eleva el Sky Costanera, eso es algo habitual, ya que también somos habituales a visitar los rascacielos de las ciudades ya sabemos que eso lo hacen en todos los sitios. Como ya es noviembre en el centro comercial ya está todo decorado con el ambiente navideño, y ahí pudimos ver que a Papa Noel lo llaman el Viejito Pascuero. En el rascacielos Sky Costanera deben tener bastante turismo brasileño ya que en el ascensor cuando suben y te explican sobre el lugar te hablan en español y en portugués. Una vez arriba tienes dos plantas, la primera planta te permite verlo todo en un giro de 360 grados por lo que se ve toda la ciudad rodeada por la cordillera de los Andes, los cerros y hasta más allá. En la segunda planta tienes la misma vista, pero desde más alto y sin el bar entre medias. Cada poco hay binoculares y carteles que explican los edificios que se ven en la distancia. La torre del Costanera Center era la más alta de Latinoamérica, aunque ya no lo es la vista es impresionante y mientras estábamos sentadas disfrutando de la vista avisaron que había un tour gratuito, así que ahí que nos unimos y había gente de todos los lugares; Brasil, Venezuela, Colombia, Perú, España, etc. El guía nos explicó como ese rascacielos había paso dos terremotos sin caerse, uno durante su construcción y otro de 9.5 poco después de su inauguración. Pero como construyen a prueba de terremotos el edificio lo que hizo fue desplazarse a los laterales, y en caso de estar dentro de él durante un terremoto hay que dirigirse al centro a esperar que salte la alarma que indica cuando bajar por las escaleras, y siempre han de bajar los más rápidos primero. A las 7 de la tarde nos avisaron de que había un espectáculo de luz con el atardecer (también gratuito) pero como era entrada la primavera en Santiago ya anochecía sobre las diez de la noche así que no nos quedamos porque teníamos que comprar. Cogimos el metro de vuelta y pasamos por la plaza que no tiene mas que un pedestal sin figura que es la plaza donde se inició una revuelta por la diferencia entre los pobres y los ricos en la ciudad, y esa plaza marca el limite de la zona alta y la zona baja. Y aquí fuimos a comprar comida y bebida – que luego nos sobraría-, y una de las cosas que nos llamó la atención eran los tamaños de las bolsas y de las bebidas, las botellas de agua no eran de 500ml o 1,5l sino de 600ml o 1,6l, las botellas de Coca-Cola de 591ml. Eran medidas inusuales y, sobre todo, más grandes que en España. Y los refrescos los llamaban “bebida de fantasía”. Marchamos pronto al aeropuerto porque la noche anterior había visto en la pagina del aeropuerto que había huelga, y nos toco que la huelga durara todo nuestro viaje de casi tres semanas, aunque el mayor impacto lo vimos este día; el primer día de huelga es cuando más se notaron las cancelaciones y retrasos. Las colas que vimos en el aeropuerto eran kilométricas, ni siquiera veías hacia donde se hacía cola. La taxista que nos toco también le gustaba hablar. Tengo que decir que todos los chilenos con los que hablábamos acababan diciendo lo mismo sobre el tema de delincuencia con violencia de los grupos venezolanos y vuelta de nuevo nos lo contó la taxista que nos llevó al aeropuerto, nos dijo que ella trabajaba en la cooperativa de taxi con venezolanos, pero que no solo iba la buena gente de ese país, sino también la mala.
Visita: Noviembre 2024
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Información para viajar: Pendiente
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