Poike - Isla de Pascua - Chile

Poike

Después de haber visto la ladera del Terevaka y sus restos arqueológicos en la costa norte ahora nos tocaba descubrir el volcán de Poike. El Poike es el más antiguo de los tres volcanes principales de la isla, junto al Rano Kau y el Ma’unga Terevaka, que originaron su formación. Nada más llegar a los pies del volcán le comentamos al guía que se apiadara de nosotras ya que tras la caminata de seis horas por la costa norte el guía de la costa norte nos había dejado con la sensación de que íbamos muy lentas, pero hablando con el guía nos contó que seis horas era buen ritmo y que él normalmente no quedaba a las tres y media con el taxista sino a las cinco de la tarde, y que una vez llevó a un turista de la India que iba tan lento que hasta el taxista se preocupó porque llegaron a las ocho y media de la tarde y ya se pensaba el taxista que les había pasado algo. Pero eso cuando él hacía la ruta, ya que, desde que pasó meses en la costa norte catalogando restos arqueológicos y bajando solo al pueblo pasados meses sin ver a nadie ni darse un baño, ya no hacía más esa ruta. La verdad es que nosotras le creímos porque, aunque es muy interesante, no deja de ser una zona asolada, sin refugio decente del sol (más que alguna cueva en la tierra), y un terreno seco lleno de piedras desperdigadas, y para verlo por primera vez como nosotras muy bien, pero para estar meses no tanto. Y es que lo primero que vimos es que el terreno del volcán Poike es una zona completamente distinta al volcán Terevaka y la costa norte. Empezamos en Ahu Mahatua un importante centro ceremonial que alguna vez estuvo dedicado a los ritos de cremación y entierro y de ahí vamos a la parte más dura de este tour es esta primera subida que hay al volcán Poike. No es demasiado dura subiendo a tu propio ritmo, pero no se puede negar que lo más complicado es salvar ese desnivel, ya que luego el resto del trayecto es muy cómodo, sobre todo porque el terreno es tierra, maleza y poco más. No hay ninguna complicación en caminar por la zona. En esta zona no hay puesto de entrada del Parque, por lo que, aunque en internet pone que te lo puede pedir un guardia del parque que pase por ahí, en todo el día no vimos a nadie más que el guía y nosotras dos. Antes de subir el guía nos señala los tres montículos a los que tenemos que llegar, que fueron formados en su día por la superposición de múltiples flujos de lava. Sus nombres son Ma’unga Parehe, Ma’unga Tea Tea y Ma’unga Vai a Heva y desde arriba de ellos hay una vista espectacular de la isla. Nos comenta el guía que Poike estaba cubierto de arboles pero que se suponía que pro la superpoblación estos habían sido devastados, hoy en día hay una gran deforestación por lo que la subida se realiza en zona de tierra seca y rojiza. Una vez arriba descansamos junto al acantilado teniendo una vista espectacular, y el agua del océano es tan claro que se pueden ver los peces. En esta zona además de tierra encontramos mucha maleza crecida salvajemente, el guía nos comenta que la última vez no estaban tan altas, y es que muchas veces nos llegan a la altura de la cintura cada vez que caminamos. Lo primero que vemos es la cara de un moai enterrado, Ahu Kiri Reva, y según nos dice el guía es de primera generación, y es de otro tipo de piedra distinta al resto de moais, ya que, en esta zona, los moais son de otro material, no se sabe si porque está más alejada de la cantera o porque las tribus que vivían en esta zona no socializaban con el resto de tribus. Seguimos por la ladera tras el guía que nos lleva a Papa u'i hetu'u, dos rocas planas al borde del acantilado. En la superficie de una de ellas podemos ver que hay varias figuras grabadas, aunque como nos pasó en la costa norte el sol puede dificultar la visibilidad de estos petroglifos. El guía no comenta que este lugar es un observatorio astronómico, y es el único lugar de la isla donde se pueden ver las Pléyades saliendo y poniéndose sobre el océano. Bajamos tras el guía hasta entrar dentro del hueco que hay entre las dos rocas, dándonos cuenta en el proceso el perfecto lugar de observación que es estar ahí dentro. Siguiendo al guía subimos a la ventana creada por la roca para sentarnos al borde y ver el océano y el horizonte. Tras intentar reproducir lo que sería este lugar en la noche, con las estrellas brillando en el cielo salimos para continuar hacia la siguiente parada; la cueva de Ana O Keke, o cueva de las vírgenes. Cuando llegas al borde del acantilado y tienes que bajar parece que es un acceso complicado pero lo cierto que no lo es tanto, sin contar con que el guía va primero para asegurarse ayudarte en caso de necesidad, aunque como digo la bajada y la subida no están complicad ay luego, aunque desde arriba no se ve, hay un camino bastante mas ancho de lo esperado que te lleva hasta aun pequeño agujero en la pared. Pero sin un guía es difícil ubicar la situación de esta cueva y de otra a la que no llegamos y que el guía nos señala que está un poco más abajo. Nos indica el guía que se cree que Ana O Keke estaba destinada a las neru, jóvenes de la realeza eran aisladas y recluidas en su interior para conservarse pálidas. Y la cueva que nos ha enseñado más abajo es la Ana More Mata Pukuque se usaba para preparar a los chicos a la prueba del hombre-pajaro.sigueindo los consejos del guía nos arrastramos en la cueva para, sin llegar al fondo, ver los petroglifos de la misma. Esa vez como estos están cerca de la entrada, pero sin tener la luz directa del sol, se pueden ver con más claridad; una ballena, el make-make, una espiga, etc. La cueva está toda embarrada ya que del techo emana agua subterránea que se supone bebían las jóvenes, aunque también se supone les llevaban agua y comida. Esta es una de las cuevas que más nos ha gustado. Cerca de ahí el guía nos lleva hasta otra roca aislada en cuya zona superior aparecen agujeros en la piedra realizadas por el hombre y que según el guía representan las Pleyades. De aquí al siguiente lugar atravesamos recorridos de tierra rojiza sin signos de vegetación que recuerdan a Marte para luego pasar a atravesar malezas de altura considerable, y de la nada nos encontramos con una serie de moais demolidos de piedra blanquecina (Té Ahu Moai Tea) junto con más restos arqueológicos. Hay muchos moais y resto de fuegos, cimientos de casas barco, y demás resto de un poblado antiguo. Aquí el guía se pone a lanzar un cantico en rapa nui frente a los moais mientras nos cuenta sobre ellos. De aquí marchamos hacia Maunga Vai a Heva, en el camino vemos muchas vacas y caballos salvajes que nos miran con curiosidad, pero cuando nos acercamos se alejan. Cerca de aquí hay una pequeña isla de árboles de Eucalipto, que con lo que observen el agua del suelo nos sorprende verlos por aquí. Subiendo el cerro llegamos hasta una pequeña cueva donde encontramos un moai con la cabeza cortada dentro de la cueva, según el guía es el primer moai que ha visto dentro de una cueva. Al otro lado, dando vuelta al cerro, se encuentra una cara tallada en la roca, con ojos grandes y una nariz ancha, con una cavidad ancha que representa una boca abierta. Desde aquí ya toca bajar y disfrutar de la vista. El guía nos comenta que la gente le dice que por qué va a esta zona, que no hay nada, pero si bien es cierto que no hay grandes moais los restos de esta zona son muy interesantes y para nosotras vale la pena la excursión y todo lo que hemos visto.

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Motu Kao Kao, Iti y Nui - Isla de Pascua - Chile

Motu Kao Kao, Iti y Nui


Nos acercamos sobre las once al puerto de Hanga Piko y tras echar un ojo a la pesca del día salimos en bote hacia los islotes que se encuentran frente a la isla. Tuvimos la suerte de que el océano estaba muy calmado y hacia buen día para navegar. Primero pasamos por la zona de las cuevas formadas hace siglos, más concretamente nos acercaron el bote a la cueva Ana Kai Tangata destaca por ser uno de los mejores lugares del antiguo arte rupestre de Isla de Pascua. Lamentablemente con el tiempo la zona ha ido en deterioro y ahora está prohibido el acceso pro peligro de derrumbe. Y aunque a pie no podamos acceder a través del bote nos acercan para mirar las cuevas. Tras ello nos veremos desde el mar la zona de Mataveri, para dirigirnos a continuación los islotes o motus: motu Kao Kao, Motu Iti y Motu Nui. Acercándose a los motu se puede tener una vista desde debajo de los acantilados del volcán y la zona donde se encuentra el poblado de Orongo, donde finalizaba la competencia del hombre pájaro (Tangata Manu). Nos acercamos con el bote al Motu Kao Kao, es el menor de los tres y el más cercano a la costa de la isla. En realidad, más que una isla, es una enorme roca peñasco terminada en punta, donde aparte de pájaros no vemos más pero aquí es posible nadar si se desea. Aunque el océano puede dar la impresión de ser frío cuando entras te das cuenta de que lo que te dicen de que el agua está caliente tipo Mar Mediterráneo es cierto. Tras nadar un poco volvemos al bote para acercarnos al Motu Iti y el Motu Nui, el capitán del bote nos comenta que este islote Motu Iti está protegido porque es reserva de la biosfera. El Motu Nui es el más grande y se pueden observar la mano del hombre ya que ahí era donde estaban los competidores del Tangata Manu y dejaron su huella en él. Varados junto al Motu Nui podemos hacer snorkel si se desea y aunque desde el bote el agua tiene un profundo color azul y parece que no se va a ver nada, una vez metes la cabeza bajo el agua te sorprendes con la transparencia del agua, ya que se podía ver todo el fondo marino; erizos de mar, peces de todo tipo y las rocas del islote tapizada de corales, todo con perfecta claridad como si fuera un acuario. Nunca he visto un océano con tanta claridad. Tras un rato disfrutando del snorkel volvimos al bote para terminar la vista de los islotes y regresar a puerto.

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Costa Norte - Isla de Pascua - Chile

Costa Norte

Este tour tuvimos un guía que, en mi opinión, tenía dos defectos; que no le interesaban los turistas que llevaba y que no daba los nombres de los sitios visitados. Por lo demás el guía se sabía el camino y conocía los lugares y la historia ya que nos contó muchas cosas. Este día haremos un recorrido por la costa norte, según algunos sitios de internet el trayecto cuesta unas seis horas y pico. A las nueve y cinco nos recogió el guía en el hotel y nos llevó a la entrada del parque donde llegamos a eso de las nueve y media. El guía nos comentó que normalmente no contratan este tour y que hacia tiempo que no lo disfrutaba, y la primera parada que hicimos fue entrar a Ana Kakenga, llamada la cueva de las dos ventanas. En el tour no se incluía esa visita, pero luego descubriría que lo había hecho en sustitución de otro sitio que no veríamos, aunque en el tour ponía que sí. Lógicamente como no iba diciendo el nombre de los sitios que íbamos viendo hasta no llegar al hotel no pude revisar las fotografías y compararlas con las de internet para así descubrir qué habíamos visto y qué se había dejado de enseñarnos. Por eso no salí tan contenta con el guía porque podía habérnoslo dicho, no somos personas que no entendamos un cambio de recorrido, pero hacerlo a traición no queda nada bien. Pero sigamos con el recorrido, sacamos las linternas (que llevábamos porque en el tour se visita otra cueva) y entramos tras el guía en Ana Kakenga, aquí el guía demostró su poca preocupación dejándonos a nuestro libre albedrio para entrar sin dar ni un solo aviso ni información ni nada, afortunadamente somos mega cuidadosas y yo iba alumbrando los pies a mi amiga para que ella vigilara con su frontal el techo y no llevarse la cabeza en el camino de entrada, ya que ambas somos altas. Y luego ella, como yo, iba avisando “aquí esta el techo mas bajo cuidado la cabeza”, “aquí cuidado el suelo que esta mojado y resbala”. Que suerte tener un guía que conoce la cueva pero que no te dice nada y es como ir sin guía. Una vez terminamos el estrecho acceso de entrada se ve una amplia sala donde el recorrido se divide en dos pasillos con luz, seguimos al guía hacia la primera abertura, que es una de las dos ventanas, que tiene una vista impresionante de la costa y el océano. El día amaneció soleado con alguna nube suelta y eso nos permitió disfrutar de una vista clara del océano desde lo alto de la cueva, el agua del océano en esta isla están limpia y cristalina que desde arriba de la cueva veíamos las rocas del fondo y no solo eso, con indicaciones del guía vimos a un pez amarillo, nos comentó que si veíamos ese peces a su alrededor habría otros de color azul ya que es como una manada donde solo hay un pez amarillo que los guía.es increíble que desde esa altura se vea tan bien el fondo y nos explicó que el agua del océano ahí es una de las más limpias del mundo. Por eso se hace mucho snorkel y buceo, pero que el color del agua en las profundidades es tan azul profundo que los que no están acostumbrados se marean. Luego nos fue contando sobre la historia de la isla, el guía era rapa nui de origen rapa nui y tenía muy presente todo lo que había vivido su pueblo. En el siglo XIX, con la llegada de los colonos se hizo al pueblo rapa nui esclavos, también llegaron los franceses que también mataron y esclavizaron a los indígenas rapa nui (o al menos todos los guías que hablaron de los franceses no contaron nada bueno). Luego el marino chileno Policarpo Toro, tomó posesión oficial de la isla aunque según el guía, la isla nunca había sido suya, sino que el rey rapa nui llego a un acuerdo donde no se consideraba el adquirir la propiedad, luego llego el gobierno chileno y arrendó la isla a una compañía inglesa y a los rapa nui en empleados sin derechos, y para el gobierno chileno los indígenas rapa nui no eran considerados humanos con derechos sino meros esclavos, el guía comentó que incluso en 1960 con otros países visitando la isla y viendo como se trataba a los indígenas como animales sin derechos humanos no se hacia nada. Hasta entrado los años sesenta el gobierno chileno se vio obligado a reconocer a los indígenas rapa nui como personas humanas con derechos. Según el guía en los años setenta su tío creó unos ojos y los coloco en un moai de la isla (el Ahu Ko Te Riku) delante de los guardias del parque nacional en protesta al gobierno chileno demostrando con ese gesto que los ahu y sus moais son parte y propiedad del pueblo rapa nui y no del estado chileno. Es increíble que en 1960 todavía existiera el esclavismo como si fuera principios de siglo, pero como este lugar está tan lejos es difícil saberlo de antemano. Visitamos el otro túnel que tiene otro acceso al océano, su otra ventana, y luego salimos de la cueva, por supuesto por nuestra cuenta, cuando salimos vimos al guía de pie esperando y en nada que salimos las dos se puso a caminar, así que corrimos detrás de él, ese sería nuestro día; 6 horas corriendo detrás del guía. Dejamos atrás ana Kakenga y continuamos caminando entre el verde de la tierra y el azul del océano, disfrutando de la vista, viendo alguna vaca suelta que nos miraba con cara de sorpresa, hay que tener en cuenta que desde que entramos al parque hasta que llegamos a la playa de Anakena no vimos ni una solo persona, ni siquiera una sombra de lejos, éramos como las tres únicas personas en la isla durante seis horas de recorrido, así que normal que las vacas nos miraran con cara de sorpresa. La siguiente parada, y primera parada del tour, fue Ahu Te Peu. En Ahu Te Peu se hallan las ruinas de lo que fue una antigua gran aldea y durante todo el camino aparecen varias construcciones típicas, el guía nos estuvo mostrando las hogueras, los gallineros y demás rocas que no eran simplemente rocas sino elementos de la antigua aldea. Frente al acantilado se hallan los restos de dos ahu o plataforma con enormes bloques bien ensamblados con cuatro moais derribados. Aquí podemos ver de cerca el ensamble de las piedras del ahu, que nos recuerdan a los muros vistos en Perú, aunque como nos dice el guía aquí se construyeron de forma diferente. Se ven las caras de los moais derribados muy desgastadas, algunas boca abajo y otras boca arriba. Una de las cabezas de moai está más alejada y rodeada de maleza. Seguimos el camino donde nos encontramos de vez en cuanto alguna cerca de madera y alambre, ya que aquí suelen dejar a los animales pastar. Según nos dijo un guía los animales; ya sean gallinas, perros, caballos o vacas, son libres. En los caballos te fijas en las patas para ver si tienen dueño, porque es ahí donde los marcan, pero sino lo ves es que son caballos salvajes, el resto de animales igual, no hay perros callejeros son perros con dueño que van libres. También por el camino encontramos huesos de animales muertos desperdigados por el suelo. Ahu Te Peu es el inicio de la ruta de la costa norte de la isla y el paisaje de los acantilados de la isla que nos ofrece al inicio nos muestra un paisaje precioso, que poco a poco se volvería más agreste. El guía para cerca de otro ahu para enseñarnos las piedras, donde vemos la diferencia entre ellas unas piedras de basalto. En teoría la siguiente parada es donde veríamos un moai de basalto pero no creo haberlo visto, así que creo que es esta parte la que se saltó el guía. Continuamos caminando y el recorrido comienza a ser todo piedras negras, el guía nos explica que esas piedras que aparecen como la sal cuando lanzas un puñado, todo desperdigado sin orden es porque son piedras de lava que fueron lanzadas por una erupción del volcán, ya que ahora estamos andando por la ladera del Terevaka, el volcán más grande de la isla. El guía nos comenta que suelen haber tours a caballo por el terevaka ya que desde la cima se tiene vistas espectaculares. Y las otras piedras que vemos hacia los acantilados son tumbas. Nos acercamos y efectivamente vemos huesos en los agujeros de las piedras. Nos comenta el guía que los ahu eran tumbas y que veremos muchas piedras que si observamos de cerca tiene huesos humanos. El guía nos lleva hasta la siguiente parada; Vai Mata. el nombre lo sé porque busque en internet las fotografías de los lugares vs las fotografías tomadas, ya que el guía, como ya había adelantado, no nos dio ningún nombre, si que nos enseñó y explico la zona, pero sin dar ningún nombre por lo que al final de la ruta cuando el del hotel nos pregunto no sabíamos decirle más que habíamos visto ahus, moais, restos arqueológicos una cueva y paisaje. Luego, gracias a internet, ya sé dar nombre a los lugares visitados. En Vai Mata es posible apreciar el asentamiento de un pueblo, con su plataforma “Ahu”, la cual tiene cortes de piedra más precisos. También podemos ver, a escasos metros, algunos Moai que cayeron en su proceso de transporte al lugar, casas barco que fueron la vivienda típica rapa nui de esa época, gallineros, fogones, etc. En este lugar podemos ver grandes moais derribados con las cabezas boca abajo y cortadas, aquí el guía toco el moai ya que aquí no están protegidos pro rocas que delimitan la situación, y mi amiga viendo que el guía lo hacia ella también toco el moai. Hay muchos restos arqueológicos del antiguo pueblo pro esta zona y en uno de los lugres que se usaban para guardar las plantas hay una palmera seca, el guía saca un tremendo machete y se pone a limpiar las partes muerta de la planta, nos comenta entonces que esta zona, como podemos ver, es muy agreste, el sol pega con mucha fuerza (las nubes ya han desaparecido) y no hay agua cerca, por lo que si no hay gente las plantas se mueren. Y ya el guía en el recorrido ha comentado que hace mucho tiempo que la gente no hace este camino y que por lo que ve, los que van siguen la zona de la costa por lo que se pierden estos restos que están arriba de la ladera. No sabemos si será así, pero la verdad es que no vimos a nadie en todo el recorrido y además lo de que no vea que usaran el camino nos dio risa porque literalmente no había camino que seguir, todo el terreno era exactamente igual, y por eso mismo corríamos tras el guía, porque si lo perdíamos no había camino que seguir. Llegados a este punto le comento al guía que vamos más detrás de él porque no estamos familiarizadas con este terreno de piedras salteadas y que no es lo mismo andar rápido en un terreno que conoces que en uno que no es tu lugar habitual, también lo hago para que se de pro aludido para que nos permita parar ya que cada vez que paro para hacer una fotografía o ponerme crema el guía se me escapa, y no hablamos de beber agua que casi ni bebimos porque si parábamos el guía se nos escapaba. Lo único que conseguí con el comentario es que el guía se quejara de que los turistas cogían ese tour sin saber que requiere esfuerzo físico, y cuando le dije, no si es que el sol aquí pega fuerte y no tenemos sombra y le enseñe los brazos que de rojos habían pasado a tener ampollas. El guía solo dijo, los he visto peores, una vez un turista ruso hizo este camino en sandalias sin protección llegó completamente rojo de pies a cabeza. Vamos, preocupación cero. Luego cuando llegamos al pueblo tras acabar el tour fuimos a una de las farmacias a comprar crema para las quemaduras solares y en todo el resto del día y en la propia farmacia la preocupación de todos los que veían nuestros brazos era tangible, pero nuestro guía no dio importancia a nuestras ampollas por todos los brazos. También conseguí algo de información pro la cual creo que el guía no nos llego a enseñar el moai de basalto ya que me dijo que él estaba siguiendo todo el camino de la costa noroeste excepto el lugar del muerto, ya que no le gustaba pasar por ahí. Durante el recorrido el guía nos contó que antes el lugar se podía entrar sin obligación de ir con guía pero que hace unos años, cuando no era necesario guía, un guía que iba con un grupo a caballo (hay tours a caballos por el Terevaka) vi a un hombre sentado en una piedra, tres días después volvió a pasar con el caballo y vio al mismo hombre sentando en la misma piedra, se acercó y estaba muerto. En la isla de Pascua no hay helicópteros y ahí tampoco hay carreteras (no hay ni caminos como tal) así que el servicio de rescate contacto con varios guías de la zona que conocieran bien el lugar y supieran pro donde sería más sencillo el traslado del cadáver, dado que eran necesarios varios hombres para cagar el peso muerto del cadáver a pie hasta el lugar donde pueden llegar los coches (lo que es ahora la entrada al parque). A él lo contactaron porque desde pequeño su tío lo llevaba por esa zona y se conocía varios caminos por ser autóctono de la zona, en este puto lamentó que su tío ya no estuviera porque muchos de los caminos que le enseñó de niño los había él olvidado y la gente no los conocía, por lo que se habían perdido. El caso es que el tema del turista muerto en la ruta le impacto bastante al guía, aunque también nos comentó de un turista que había muerto de una ataque al corazón en la playa de Anakena, y el guía del Poike nos comentó de otro turista que cayó al mar y se murió de un ataque al corazón, y nuestro guía de esta costa norte también comento que un turista subiendo el volcán Rano Raraku se cayó al vacío y murió y que todo lo vio un vecino desde la ventana de su casa y que desde entonces está tocado de la cabeza (y por eso ahora hay más restricciones de subida en Rano Raraku como comenté en mi entrada sobre la visita al lugar). Nos indicó el guía que llego el punto en el que el consejo de la isla se llegó a plantear que los turistas no iban a visitar la isla sino a morir en la isla. Por eso puedo llegar a entender que haya más restricciones al turista. Y también es compresible que nuestro guía no quisiera acercarse al lugar donde murió el turista. Pero siguiendo nuestro recorrido después de haber estado subiendo viendo restos arqueológicos de la antigua aldea llegamos a un punto del terevaka donde nos señala hacia abajo y nos dice que si vemos el moai de piedra abajo en la costa, es complicado de ver pero distinguimos una piedra enorme rodeada de amarillo junto a la costa, el guía nos comenta que ahora tenemos que bajar hasta ahí, en ese lugar nos encontraremos con un gran moai caido y la Ana O' Heu, conocida como la cueva del Make Make por sus petroglifos de este (no esperéis fotografías de ello, los petroglifos se veían muy mal). Conseguimos bajar al ritmo del guía solo cayéndonos una vez, lo que no esta mal teniendo en cuenta en terreno y el ritmo del guía. Una vez abajo nos espera un gran moai caído sobre su cara pero que tiene todavía la forma de las orejas y los brazos perfectos, aquí el guía nos pregunta si en los otros tours los guías nos han dicho que el traslado de los moais se hacía con cuerdas que hacían que los moais andaran, decimos que así es y él nos dice que no cree del todo que esa teoría se aplicara a todos los moais de la isla porque este moai es grande y la ladera de esta zona esta llena de rocas desperdigadas sin sentido y no hay arboles como para hacer tantas cuerdas necesarias para desplazar ese moai hasta ahí, y que él cree que usaban hojas de palmera para arrastrarlo y así llegar a su destino sin romperse, ya que ir hasta ahí con cuerdas era caro y complicado. Cerca se encuentra la entrada a Ana O’Heu o conocida como la Cueva del Make Make, por los petroglifos que se encuentran en su interior corresponden a la imagen del dios Make Make, la cueva hay que entrar en vertical y la verdad que con este guía que no se preocupa de sus turistas aprecie más el no matarme que en fijarme en los petroglifos. Aquí seguimos nuestro camino donde el guía nos lleva hasta Ahu a Tenga, que es una de las plataformas orientadas astronómicamente en la isla. Señala el norte astronómico y fue construida después del contacto europeo ya que se puede ver un petroglifo que emula un barco occidental. Debido a la intensidad del sol casi no es visible ni las marcas de agujeros que sitúan el norte astronómico ni las líneas del barco, pero estamos lo suficientemente cerca para distinguirlos. Seguimos hasta llegar a Hanga O Teo, en este lugar encontramos los restos arqueológicos del clan “Miru” que habitó la zona, ya conocemos las tumbas, las casas, los fogones y demás restos, y aquí cerca ya vemos las ruinas de una vieja estación ganadera donde un conjunto de palmeras se presenta como un oasis en medio de un paisaje mayormente deforestado. Es bajo estas palmeras y su deseada sombra donde paramos a comer e hidratarnos. Mientras comemos nos comenta el guía lo alto del Terevaka donde podemos ver a una vaca solitaria y como más abajo hay un rebaño de más vacas, el guía comenta que siempre que hace esta ruta se encuentra con esa vaca solitaria en lo alto que nunca baja con las demás. A nosotras, llegado este punto, no nos sorprende ver una vaca solitaria, lo que nos sorprendería es a ver a alguna persona humana por la zona. Mientras estamos sentados nos comenta el guía que allá arriba vi en uno de sus tours a una pareja, habían decidido volver de Anakena por la costa sin guía y se había perdido (normal, no hay caminos) y que cuando los vieron sentados corrieron hacia ellos, iban sin agua y la mujer estaba herida, el guía le hizo los primeros auxilios a la mujer que en cuanto llego a ellos comenzó a llorar y les dijo que esperaran ahí, se fue y dejo a su grupo de turistas en la playa y luego volvió a por la pareja, y llevo en su espalda a la mujeres el resto del camino hasta la playa, y que aun hoy sigue en contacto con la pareja. Ya os recomiendo, aunque creáis que es fácil y hay camino, no vayáis por libre de la playa por la costa noroeste. Este lugar hay que hacerlo con un guía, y sin duda nuestro guía era un experto en la zona. Tras comer volvemos al camino y nuestra siguiente parada es la zona de Papa Tekena, donde podemos ver ruinas de viviendas ancestrales y algunos petroglifos que, aunque el sol no deja ver bien, nos orecen una vista de petroglifos distintos. Tras dejar atrás este lugar llegamos a una zona donde hay un camino, ahora ya es más sencillo seguir al guía y en el camino me comenta que cuando el era pequeño la gente creían que los rapa nui eran vagos o tontos porque no tenían estudios pero que es que a ellos no les enseñaban el español y las clases eran en español así que era muy difícil aprender cuando no sabes el idioma con el que están enseñando, ya que solo sabían escribir y hablar rapa nui que es lo que les enseñaban en casa. En cambio, comenta que ahora es al revés, los jóvenes indígenas rapa nui saben español, pero solo saben hablar el rapa nui y no han aprendido a escribirlo y que siente que la lengua se está perdiendo porque no se enseña. Es una pena que siempre prevalezca en la enseñanza un idioma sobre otro, cuando la pluralidad nos da siempre ventajas. Comenta el guía que los rapa nuis van todos al continente a estudiar fuera pero que acaban luego volviendo a la isla para vivir. Y que durante la pandemia la isla estuvo cerrada al turismo y que los indígenas vivieron cultivando y pescando como les habían enseñado y que como no dependieron del turismo tras la pandemia se juntaron para votar si se quería volver abrir la isla al turismo y se mantenía cerrada. El camino a la playa presenta una cerca con caballos y calas con el impresionante color del azul del océano y al fondo la blanca arena de la playa de Anakena. Bajo los árboles hay tiendas de campaña junto a la playa y nos acercamos a la zona donde hay baños y aquí el guía dice que había quedado con el taxista a las tres y media y que no pensaba que llegaríamos en hora. Vaya, pues no hemos parado apenas así que no sé qué se esperaba. Mientras el guía busca al taxista vamos al baño y a comprar agua fresca para hidratarnos. La ruta vale la pena, pero sin duda hay que contratar a un guía que conozca los lugares que visitar. Tras volver al hotel descansamos antes de salir a la farmacia a por crema para las quemaduras.

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Rano Kau y Orongo - Isla de Pascua - Chile

Rano Kau y Orongo

Marchamos al volcán Rano Kau, yendo primero a su mirador de libre acceso. El lugar tiene un sitio donde aparcar y de ahí es entrar y te encuentras con el cráter del volcán. Mi amiga se quedó impactada, ya que no había visto ninguno así, yo en cambio había visto parecidos en Corea del Sur, pero eso no quita que este sea un lugar imperdible. El acceso al mirador te enfoca directamente en la parte central desde donde puedes sacar el cráter completos, todo el rango ovalado, con sus cortes de tierra y su fondo lleno de numerosos juncos de totora. Mi amiga ve como unos caminos que bajan abajo del cráter y le preguntamos al guía, que nos comenta que solo bajan ahí expediciones de científicos para extraer muestras y estudiar el lugar, y los foráneos para bañarse. Me cuesta imaginar lo que será bañarse ahí. En los laterales del cartel del mirador hay caminos que se pueden recorrer para seguir teniendo diferentes vistas del cráter del volcán. El tiempo nos da para subir por el camino e ir parando para ver como va cambiando la forma del cráter y sobre todo ver las diferentes paredes del cráter, así como la acumulación de agua de lluvia en el interior de la gran caldera del cráter volcánico. El guía nos comenta que esta es una de las principales fuentes de agua dulce de la isla junto con las aguas subterráneas. Y de aquí nos acercamos a Orongo, aquí encontrareis baños y paneles informativos en la entrada, atención porque solo puedes acceder una vez, y como digo, hemos visto que de verdad toman nota y revisan si ya has accedido antes. Dentro del centro el guía nos explica de varios temas tratados en los carteles. Según el guía debido a la sobrepoblación empezaron las guerras internas y aunque hasta entonces habían reinado por monarquía ante la situación establecieron un nuevo rito por el cual cualquiera podía ser rey por un año entero. A raíz de esa nueva propuesta se creó la competencia del hombre pájaro, la aldea de Orongo era habitada de manera estacional por los jefes y personajes principales de las antiguas tribus que esperaban observar quién era el primero en recoger el primer huevo sagrado del pájaro manutara en los meses de la primavera. Se trataba de una celebración que alcanzaba su momento álgido durante la competencia del Tangata Manu. Los que tomaban parte en esta ceremonia, vivían durante ese tiempo en casas que estaban especialmente construidas para este fin y que presentan un tipo arquitectónico especial y desde pequeños habían sido entrenados para tener éxito en esta competencia que consistía en ir a nada hasta el motu (islote) más grande y robar el primer huevo del manutara y llevarlo sin romper hasta la aldea nadando y escalando los acantilados. Cada ganador grababa su reinado en las piedras de la aldea. Luego en el centro hay unos carteles donde se comenta que encontraron un moai muy bien conservado dentro del antiguo ahu de Orongo, que fue extraído en 1868 por la tripulación del barco de guerra inglés y que se encuentra desde entonces en el Museo Británico de Londres. Muchos rapa nuis reclaman el moai para que lo devuelvan (pero ya sabemos que los ingleses poco devuelven).Tras las explicaciones salimos al conjunto arqueológico, nada más salir fuera del recinto debes pasar los cárteles y la zona de descanso que está a la derecha y girar a la derecha cuando encuentres un camino que se divide y un poco más adelante te encuentras con los tres motus que están frente a la costa; Motu Kao Kao, con forma de aguja, Motu Iti, el más pequeño y Motu Nui, el más grande de los tres. En esta zona hay bancos para disfrutar de las vistas espectaculares del lugar. Siguiendo el sendero vemos algunas de las casas de esta aldea ceremonial, no podemos entrar, pero se puede observar agachándose el acceso a las mismas era como las cuevas, estrecho para después agrandarse. Me recordaron a los iglús de tierra que vi en Quassiarsuq en Groenlandia. A medida que vas avanzando por el sendero se puede ver perfectamente como algunas de las casas tenían varias entradas e incluso algunas estaban conectadas entre ellas. La última casa de la hilera es la más importante de Orongo, y es la que era utilizada por los sacerdotes que se encargaban de la ceremonia de los Hombres Pájaro y que nos lleva al cráter del volcán, y aunque está prohibido el paseo se pueden ver las piedras con petroglifos que hay en esa última zona de Orongo. Tras llegar al cráter sigues otro camino que te lleva por un sendero donde puedes ver más piedras con petroglifos y restos de la antigua aldea. Tras salir de Orongo paramos en un mirador donde se puede ver el aeropuerto de Hanga Roa y tras la pequeña parada fotografía continuamos de camino a nuestros hoteles dando por finalizado el tour.

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Vinapu - Isla de Pascua - Chile

Vinapu

Tras dejar atrás la cantera marchamos al siguiente lugar a visitar; Vinapu. Este lugar es un complejo arqueológico situado en una extensa explanada en el borde de la costa de la isla, donde termina la pista del aeropuerto según se puede ver en las señalizaciones. El sitio es hermoso, como todos en la isla, con una gran pradera verde y el océano de increíble azul. Aquí se encuentran los restos de tres plataformas, aunque de una prácticamente no queda nada así que lo que podemos ver es el Ahu Tahira y Ahu Vinapu. La primera plataforma te encuentras con seis moáis boca abajo y tres tocados frente a ellos, ando la vuelta por la parte derecha se llega a la plataforma más impresionante, es un muro perfectamente ensamblado, con mucho parecido a los muros incas en Peru. En la parte trasera se encuentra un moái semienterrado, y de cerca se puede ver que no tiene las cuencas de los ojos talladas, por lo que se sabe que nunca estuvo sobre una plataforma. En el lugar se encuentra, aparte de los pukaos también caras de moais enterradas y dando la vuelta a la plataforma nos encontramos con una figura alargada de color rojizo como los moais. El guía nos indica que es un moai femenino que no tiene cabeza porque cuando llegaron los franceses se dedicaron a cortar las cabezas de las estatuas. No sabíamos que había moais femeninos, pero por lo que indica el guía solo se han encontrado este y otro más que está en el museo de Hanga Roa (que no podemos ver porque está cerrado) y donde se distingue mucho mejor que es el cuerpo de una mujer.

Visita: Noviembre 2024 

Mis imágenes: Instagram 

Información para viajar: Pendiente 

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