Rano Kau y Orongo
Marchamos al volcán Rano Kau, yendo primero a su mirador de libre acceso. El lugar tiene un sitio donde aparcar y de ahí es entrar y te encuentras con el cráter del volcán. Mi amiga se quedó impactada, ya que no había visto ninguno así, yo en cambio había visto parecidos en Corea del Sur, pero eso no quita que este sea un lugar imperdible. El acceso al mirador te enfoca directamente en la parte central desde donde puedes sacar el cráter completos, todo el rango ovalado, con sus cortes de tierra y su fondo lleno de numerosos juncos de totora. Mi amiga ve como unos caminos que bajan abajo del cráter y le preguntamos al guía, que nos comenta que solo bajan ahí expediciones de científicos para extraer muestras y estudiar el lugar, y los foráneos para bañarse. Me cuesta imaginar lo que será bañarse ahí. En los laterales del cartel del mirador hay caminos que se pueden recorrer para seguir teniendo diferentes vistas del cráter del volcán. El tiempo nos da para subir por el camino e ir parando para ver como va cambiando la forma del cráter y sobre todo ver las diferentes paredes del cráter, así como la acumulación de agua de lluvia en el interior de la gran caldera del cráter volcánico. El guía nos comenta que esta es una de las principales fuentes de agua dulce de la isla junto con las aguas subterráneas. Y de aquí nos acercamos a Orongo, aquí encontrareis baños y paneles informativos en la entrada, atención porque solo puedes acceder una vez, y como digo, hemos visto que de verdad toman nota y revisan si ya has accedido antes. Dentro del centro el guía nos explica de varios temas tratados en los carteles. Según el guía debido a la sobrepoblación empezaron las guerras internas y aunque hasta entonces habían reinado por monarquía ante la situación establecieron un nuevo rito por el cual cualquiera podía ser rey por un año entero. A raíz de esa nueva propuesta se creó la competencia del hombre pájaro, la aldea de Orongo era habitada de manera estacional por los jefes y personajes principales de las antiguas tribus que esperaban observar quién era el primero en recoger el primer huevo sagrado del pájaro manutara en los meses de la primavera. Se trataba de una celebración que alcanzaba su momento álgido durante la competencia del Tangata Manu. Los que tomaban parte en esta ceremonia, vivían durante ese tiempo en casas que estaban especialmente construidas para este fin y que presentan un tipo arquitectónico especial y desde pequeños habían sido entrenados para tener éxito en esta competencia que consistía en ir a nada hasta el motu (islote) más grande y robar el primer huevo del manutara y llevarlo sin romper hasta la aldea nadando y escalando los acantilados. Cada ganador grababa su reinado en las piedras de la aldea. Luego en el centro hay unos carteles donde se comenta que encontraron un moai muy bien conservado dentro del antiguo ahu de Orongo, que fue extraído en 1868 por la tripulación del barco de guerra inglés y que se encuentra desde entonces en el Museo Británico de Londres. Muchos rapa nuis reclaman el moai para que lo devuelvan (pero ya sabemos que los ingleses poco devuelven).Tras las explicaciones salimos al conjunto arqueológico, nada más salir fuera del recinto debes pasar los cárteles y la zona de descanso que está a la derecha y girar a la derecha cuando encuentres un camino que se divide y un poco más adelante te encuentras con los tres motus que están frente a la costa; Motu Kao Kao, con forma de aguja, Motu Iti, el más pequeño y Motu Nui, el más grande de los tres. En esta zona hay bancos para disfrutar de las vistas espectaculares del lugar. Siguiendo el sendero vemos algunas de las casas de esta aldea ceremonial, no podemos entrar, pero se puede observar agachándose el acceso a las mismas era como las cuevas, estrecho para después agrandarse. Me recordaron a los iglús de tierra que vi en Quassiarsuq en Groenlandia. A medida que vas avanzando por el sendero se puede ver perfectamente como algunas de las casas tenían varias entradas e incluso algunas estaban conectadas entre ellas. La última casa de la hilera es la más importante de Orongo, y es la que era utilizada por los sacerdotes que se encargaban de la ceremonia de los Hombres Pájaro y que nos lleva al cráter del volcán, y aunque está prohibido el paseo se pueden ver las piedras con petroglifos que hay en esa última zona de Orongo. Tras llegar al cráter sigues otro camino que te lleva por un sendero donde puedes ver más piedras con petroglifos y restos de la antigua aldea. Tras salir de Orongo paramos en un mirador donde se puede ver el aeropuerto de Hanga Roa y tras la pequeña parada fotografía continuamos de camino a nuestros hoteles dando por finalizado el tour.
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