Por fin llega la entrada que estrena la nueva página de
Actividades (más tarde de lo esperado, pero a veces pasa). La primera actividad
que voy a comentar es algo que no siempre se suele hacer cuando se visita ese
lugar pero que es, en mi opinión, tan interesante como cualquier otra. En este
caso voy a recomendar sobrevolar Nueva York en helicóptero. Conozco a mucha
gente que ha ido a Nueva York y he leído también blogs de estos viajes, y el helicóptero
no es una actividad muy famosa, tal vez porque con todo lo que es barato en
Nueva York esta actividad resulta cara en comparación. Pero tras haber tomado
varios vuelos, el precio vale la pena y está dentro de lo habitual.
Era mi
primera vez montando en helicóptero, nos reunieron en una sala a todos los que íbamos
a subir (cuatro en total) y todos éramos españoles y era nuestra primera vez. Nos
dieron unas cuantas instrucciones y luego por fin fue nuestro turno de salir de
la sala y montar en el helicóptero. Ello organizan donde se sienta cada
persona. No recuerdo muy bien donde me senté esta vez pero en todos los lugares
he tenido buena vista dado que siempre hay cristal para poder ver. La actividad
de volar en helicóptero tiene dos motivaciones: la actividad en sí, y las
vistas. En esta ocasión la actividad en sí valió la pena, independientemente de
las vistas. Nunca había montado en un helicóptero y no sabía que esperar pero
una vez dentro (y tras la explicación del uso de los cascos para oír las explicaciones
del piloto y poder hablar) en un instante estábamos volando a gran altura. Al contrario
que el avión uno no nota absolutamente nada el despegue, tan pronto estábamos en
el suelo como estábamos ya muy arriba dispuestos a disfrutar del viaje. Si se
tiene un buen piloto solo el viaje en helicóptero puede valer la pena, pero en
este caso además se incluyen las vistas.
Las vistas de estos vuelos suelen ser
en la naturaleza pero sobrevolar la ciudad de Nueva York vale igualmente la
pena dado que Nueva York no es cualquier ciudad. El helicóptero despega junto
al río y comenzamos el viaje volando sobre la estatua de la libertad, la isla
de Ellis, el río y los puentes, las vistas son espectaculares. Y así nos
adentramos en la gran manzana, pasando por encima de sus rascacielos, teniendo
una vista de la ciudad típica de película. Y llega otro de los momentos por el
cual las vistas vuelven a merecer la pena, por mucha ciudad que sea, y es
cuando llegamos a ver Central Park rodeado de edificios. La vista de Central
Park es impactante porque es desde arriba desde donde se puede ver lo grande
que es el parque, y su lago, y que llena todo el centro de la ciudad, un rectángulo
verde rodeado de altos edificios con el río rodeando la isla de Manhattan. Y antes
de que nos demos cuenta ha pasado el tiempo y hemos vuelto al punto de partida,
aunque hubiéramos seguido volando más rato.
Y aquí empieza la afición, porque
esta actividad engancha mucho, ya sea por las vistas o por la adrenalina pero
es difícil no volver a tomar la oportunidad de coger otro vuelo en helicóptero. Y sin duda, las vistas de Nueva York, aunque sean ciudad, valen la pena verlas desde el cielo.
Increíble la experiencia. Tuve la ocasión de sobrevolar NY en helicóptero el pasado año, y leer tu artículo me ha traído muy bonitos recuerdos.
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