Cuando llegamos al puerto salimos directo en dirección al hotel, nos registramos y dejamos el equipaje en la habitación. Mientras cada uno hacía algo (ducharse, reorganizar equipaje, etc) yo me eché una siestecilla, dado que no había mucho que hacer en media hora. El hotel tenía un sala para acceder a internet pagando por los minutos de uso, pero el precio era prohibitivo. Luego nos acercamos a la enfermería por la infección de los picotazos de moquitos que había tenido a lo largo del viaje, esto fue al final del viaje pero es que hasta no llegar a Narsarsuaq no había médico que me pudiera dar antibiótico (creo haber comentado ya que no recomiendo julio como mes para ir a Groenlandia). No se paga nada por la medicación pero esta te la tiene que dar un médico. La primera vez que nos acercamos no había nadie, el médico debía estar en alguna urgencia. El horario de atención normal era de 9 a 11 de la mañana así que nos fuimos pero al regresar ya estaba la ambulancia y la puerta abierta a
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